Capítulo 8
El verano nunca se le había hecho tan largo.
Regulus no entiende por qué, no hay ningún motivo para ello, es un verano igual de largo que los demás, no tiene nada que hacer y no puede hacer nada con nadie, su madre se ha encargado de ello. Da igual que Cissy le invite a tomar el té en su nueva mansión o que tenga una carta de Barty que le diga que si van al Callejón Diagon a comprar los nuevos libros para sexto, su madre se niega a que salga de casa.
Quizá tiene que ver con las nuevas notas de Sirius que aparecieron de nuevo en la escalera. De alguna forma su hermano había obtenido un gran número de ÉXTASIS y su madre estaba tan enfadada que solo le faltaba echar humo, y eso empezó en el momento en el que vio la carta. Regulus había intentado echarle un vistazo, pero Walburga le echó tan rápido de las escaleras que el chico solo pudo ver el Extraordinario en Defensa Contra las Artes Oscuras. Seguro que ese es uno de los que Walburga más odia que Sirius tenga, ella es más de las Artes Oscuras.
Quizá también se le hace un verano demasiado largo porque las notas de Sirius llegaron junto a las suyas y las de Regulus no fueron tan buenas como Walburga esperaba y por eso está en la habitación.
O quizá porque solo puede hablar con Kreacher cada vez que le sube algo de comida. Porque tampoco puede salir de la habitación para las comidas o las cenas, si tiene algo de suerte Kreacher va a buscarle cuando es la hora del desayuno y está en la cocina, junto al elfo que no se separa de él, como cada vez que tiene que ir al baño.
Se ha leído ya todos los libros que tiene en la habitación y ha mandado a Kreacher a comprar aún más libros, algunos de ellos a Borgin y Burkes porque si los llega a pedir a otra tienda tiene a los aurores en la puerta de casa en cuestión de minutos. Además, confía en que si Walburga ve que está pidiendo libros de artes oscuras le dejará salir antes de la habitación.
Al final acaba cogiendo cariño al elfo doméstico, no le queda otra cuando es mediados de agosto y sigue sin poder salir de allí. Ha intentado escaparse varias veces a la habitación secreta, pero todas ellas el elfo le encontraba antes y Regulus tenía que fingir que había ido al baño. La última vez fue Walburga quien le vio y con eso cerró la habitación y a él dentro con un hechizo. No tiene muy claro que es lo que está pasando en su casa, pero está claro que no le quieren involucrado en ello.
Al menos no hasta el final del verano.
Es Bellatrix quien abre la puerta de su habitación, con las mangas de la túnica subidas hasta los codos y presumiendo de la marca tenebrosa. Su prima nunca ha estado bien de la cabeza, pero ahora parece estar aún más demente, lo que le dice a Regulus que definitivamente ha tenido que pasar algo ese verano para que su prima esté así.
—Vamos, primito, es tu gran día —cada vez que su prima utiliza la voz cantarina sabe que es para algo que no le va a gustar.
—¿Mi gran día?
—¡Tu presentación ante el Señor Tenebroso, por supuesto!
A Bellatrix le falta ponerse a bailar mientras que se acerca a él. No le gusta por donde va esto, quizá era mejor estar en su habitación encerrado, repitiendo todos los días la misma rutina que tener que enfrentarse a lo que sea que haya fuera.
Toda la familia Black está en el salón, incluida Cissy que ahora es una Malfoy. Su prima vuelve a parecer estar perdida, pero intenta fingir que está allí, al lado de su marido. Bellatrix va hasta el lado de su marido, Rodolphus, y le coge del brazo, sonriendo de una manera espeluznante.
—¡Ya estamos todos!
Y vaya que si están todos, incluso el tío Alphard, que consideran que se está manchando el nombre de la familia Black al relacionarse con otras familias de traidores a la sangre. Se mantiene apartado de todos, como si no fuera con él todo lo que está pasando, pero aun así está en el salón familiar, esperando pacientemente a lo que sea que vaya a pasar. Mira el reloj de bolsillo con desinterés, como si lo que estuviera pasando no fuera con él y, cuando levanta la cabeza, le mira con interés.
—Sobrino —le saluda, pero Regulus sabe perfectamente lo que tiene que hacer, ni siquiera tiene que mirar a su madre para apartar la mirada de su tío. No sabe exactamente que ha pasado con él, pero no se atreve a preguntar, no quiere desatar la ira de Walburga.
El método elegido para salir de Grimmauld Place es la aparición conjunta. A Regulus no se le escapa la mano del tío Cygnus sobre el hombro del tío Alphard antes de desaparecer y como no le suelta cuando aparecen en los terrenos de una mansión. Goyle y Crabble les esperan en la puerta, listos para darles la bienvenida, algo que a Regulus no le gusta, y menos cuando empieza a ver al resto.
Snape es al primero que ve y esboza una de esas sonrisas que a Regulus le dan ganas de hacer desaparecer de un puñetazo. Quiere creer que es fruto de su exilio en su habitación y no porque realmente quiera hacerlo. Todavía le debe una de cuando le arregló la nariz y Snape no le ha pedido a cambio nada todavía. Espera que nunca lo haga porque no quiere devolverle ningún tipo de favor.
Avery está a su lado, junto a Mulciber y Dolohov. Los cuatro juntos parecen sencillamente gilipollas, reunidos en corro y levantando las mangas de sus túnicas para enseñar la marca tenebrosa. Mulciber y Dolohov la enseñan con orgullo, mientras que Snape finge superioridad. Por lo que sabe él tiene la marca tenebrosa desde las vacaciones de Navidad, mientras que los otros todavía no habían tenido méritos suficientes para tenerla.
Regulus vuelve a preguntarse qué ha pasado este verano para que haya tantos nuevos miembros y tanta emoción. Quiere preguntar, pero sabe que si lo hace puede arriesgarse a ser castigado y quiere salir de su habitación de una vez.
O quizá no, lo decide una vez conoce al Señor Tenebroso. Nunca había experimentado una sensación de estar en peligro tan constante en su vida como cuando entró al recibidor y oyó la voz del Señor Tenebroso llamando al tío Alphard. Avanzó un par de pasos, inclinó la cabeza ante el Señor Tenebroso y no volvió a levantarla porque se separó de su cuerpo y rodó por el suelo hasta acabar en los pies de Regulus.
A partir de ese momento lo único que puede recordar de ese encuentro es un montón de palabras vacías y una promesa por su parte de que va a ayudar a limpiar el colegio de esos sangre sucia y mestizos que están tan orgullosos de sus orígenes.
Y Regulus sabe que lo va a hacer porque no hacerlo no es una opción, por eso, cuando empieza el curso, deja que Mulciber y Dolohov sean los cabecillas del nuevo grupo ahora que Nott y Snape se han graduado y se junta a ellos para hacerle la vida imposible a todo aquel que se cruza en su camino.
—Te queda una prueba para tener la marca —Dolohov es quien se lo dice y Regulus baja el libro de Runas Antiguas para mirarle.
—¿Y cuál es? —lo pregunta con desinterés, cansado de la repetición de sus días desde que entró en ese maldito sexto curso. Solo quiere acabar el estúpido colegio y hacer algo.
—Selwyn.
Mulciber lo dice como si no fuera nada y Regulus sube el libro de Runas como si no fuera con él.
—Ya haré algo —dice, pero Mulciber le baja el libro.
—Antes de Navidad —suena a amenaza y Regulus asiente.
—Ya te he oído, ahora tengo que estudiar, ¿te importa?
—Harás lo que te digamos —dice Dolohov y Regulus solo gruñe en respuesta. No soporta que le digan qué tiene que hacer y mucho menos dos inútiles como esos dos.
Es justo lo que ha evitado todo ese tiempo y sabía que le iba a jugar una mala pasada haber evitado hacerle algo más grande. Así que solo tiene que intentar pensar en algo que no sea tan cruel como lo que sea que puedan pensar los dos idiotas que tiene al lado. Solo que no se le ocurre nada, por más que piensa, no puede sacar nada en claro y Regulus cierra su libro de malas formas.
—No me dejáis estudiar tranquilo —suelta, aprovechando el momento en el que los dos han empezado a burlarse del prefecto de quinto, un sangre sucia que nadie entiende cómo ha logrado el puesto. De hecho, es un milagro que haya llegado a quinto curso vivo.
—Será mañana —Dolohov le avisa y Regulus se da cuenta de que ya la ha cagado porque tenía una semana y ahora su fecha límite se ha reducido a tan solo unas horas.
Hasta el momento todo lo que ha hecho solo ha sido tan repetitivo como su verano. Insultos, algunas maldiciones e incluso pudo colgar a uno de los sangre sucia de primero de una de las estatuas del castillo. Le colgó de la capa y fue el hazme reír de todo el colegio durante toda una semana. Nada de lo que ha hecho va a valer con Delilah, necesita algo que sea verdaderamente cruel, algo que nunca vayan a poder olvidar y que solo le puedan dedicarle halagos delante del Señor Tenebroso.
Las torturas o maldiciones las tiene completamente descartadas, sabe perfectamente que eso no le va a impresionar nada a Dolohov o a Mulciber. Las amenazas tampoco a no ser que incluyan algún elemento macabro que...
Odia la idea que ha tenido, pero es en la que Delilah va a salir menos perjudicada. No tiene ni idea de que pueden estar pensando Dolohov y Mulciber, pero sabe lo que le han hecho a otras chicas en esas clases que nunca se usan para nada. Ha tenido que estar en la puerta, impidiendo que nadie entrara, oyéndoles decir las peores burradas que se les pasaba por la cabeza. Y no piensa participar en ello, no va a ser más cómplice.
Espera a que todo el mundo esté durmiendo y se cambia de sitio la insignia de prefecto. No tiene que hacer guardia solo, este año tienen unos Premios Anuales que tienen cabeza y no les ponen por parejas a no ser que lo soliciten, pero entonces tienen que hacer rondas extras, algo que Regulus no haría voluntariamente junto a otra persona. Le gustan los paseos por el castillo solo, gracias.
Va directo a la lechucería, manteniendo un ritmo bastante rápido por si alguien le ve. No quiere que le vean y mucho menos haciendo lo que va a hacer. No quiere estar en el desayuno del día siguiente, pero sabe que tiene que estar para fingir delante de Dolohov y Mulciber, para que le den su aprobación.
La nota la hace con magia, aprovechando algunos de los hechizos que ha aprendido este verano de los libros que compró, unos que vuelven su magia imposible de rastrear. Es lo mejor que puede hacer por ella, se lo tiene que repetir varias veces mientras prepara la lechuza del colegio. Hechizarla para que no se mueva hasta que se reparta el correo no es lo más complicado de todo eso, no, lo más complicado es limpiar todas las plumas que se le quedan en el jersey cuando llega a la habitación y deja a la lechuza de Delilah volar por fin.
Ni siquiera duerme esa noche y todo por culpa de la condenada lechuza a la que tiene que silenciar porque no cogió una jaula, pero aun así aparece en el desayuno fingiendo que no pasa absolutamente nada. Se llena una taza del café más negro que hay en la mesa y espera a que Dolohov y Mulciber se acerquen.
—Tienes que...
—No.
Le interrumpe, justo a tiempo porque las lechuzas empiezan a entrar por los ventanales. Se las señala y luego sigue desayunando como si nada hasta que oye el grito. Es horrible oír gritar así a Delilah cuando ve el cadáver de la lechuza, una que se parece a la que le regalaron sus padres al cumplir once años, sobre la mesa del desayuno junto con una nota que dice "Ahora es tu lechuza, tu madre será la siguiente".
Las palmadas en la espalda de Mulciber no son nada disimuladas y Regulus no puede olvidar la mirada de horror de Delilah cuando se da cuenta de que ha sido él. Las lágrimas caen por las mejillas de la que una vez fue su amiga mientras que él aparta la mirada y sigue desayunando como si no hubiera pasado nada.
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Yo digo que ver la cabeza de tu tío a tus pies (viva Alphard, has durado mucho en esta historia, has dicho una palabra y has perdido la cabeza) te hace estar zumbado, la verdad, y esa es mi justificación para que Regulus se cargue una lechuza y la utilice como amenaza para Delilah.
Fun fact en la primera versión que escribí se cargaba a la verdadera lechuza, pero cuando se lo conté a mi bestie Dula Peep que el muchacho asesinaba a la mascota y me dijo qué en mayúsculas y me hizo pensarme si mataba a la mascota o no. Al final lo cambié porque tenía razón, era demasiado turbio, ahora sigue siéndolo, pero algo menos.
Ya estamos en la mitad de la historia, no me puedo creer que pase todo tan rápido de verdad, podemos decir que ya estamos en la cuenta atrás para el final ay.
Mil gracias por leer, nos vemos la semana que viene <3 <3 <3
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