#5: Anotación
—Para el próximo ejercicio deberán pelear en parejas—Anunció Aizawa—. Primer grupo: Uraraka y Kaminari—Leyó en un papel.
Midoriya suspiró. Otra vez esos dos estaban juntos.
—¿Ocurre algo, Midoriya-kun?—Le preguntó Tsuyu que se había percatado de su repentino cambio de humor, antes alegre y ahora distante.
—No—Mintió el de ojos verdes.
—Kero—Se enfadó su amiga—. Tienes celos.
—Sí—Admitió con pesar.
—Lo sabía —Apareció Momo detrás de ellos—. Midoriya, sé fuerte. Te apoyaremos.
—Los celos son malos—Agregó Mina—. Te hacen sentir extraño.
—Chicas, Uraraka-chan terminará escuchándolas—Les advirtió Tsuyu cuando vio a la castaña acercándose al grupo.
Uraraka había notado el extraño grupo sofocando a Deku y se estaba acercando para ayudarlo.
—Hola—Saludó.
Las chicas miraron a Izuku,insistentes, esperando que él dijera algo. El muchacho se percató de ello y dijo:
—S-Suerte en tu pelea, Uraraka-san—Tartamudeó con un ligero sonrojo que ella apenas pudo notar.
Sus ojos brillaron de felicidad.
—Gracias, Deku-kun. Daré mi mejor esfuerzo—Alzó un puño al cielo—. Ya lo verás —Le aseguró con una sonrisa.
Sí, esa chica acabaría con Deku si seguía sonriéndole y actuando tan segura de sí misma.
La pelea había comenzado y aunque Kaminari tenía buenos reflejos, Uraraka, fue demasiado lista y pudo mandarlo a volar antes de que usara su quirk de electrificación. Pasaría a la siguiente ronda.
—¡Bien hecho, Uraraka-san!—Gritaron sus amigos cuando ella regresó a su lado.
—Suerte para ti también,Deku-kun—Le dijo Uraraka antes de que se fuera a prepararse para su pelea.
Se acercó hasta el profesor Aizawa para preguntarle contra quién competiría.
—Katsuki Bakugo.
Sintió miedo e impotencia. ¿Tendría que pelear contra la persona que lo había atormentado tantas veces y que él seguía llamando amigo?
“Buena suerte, Deku-kun”, recordó.
—Lo haré —Le dijo a su profesor.
—De todos modos, si te negabas, ibas a recibir trabajo extra y detención.
Aizawa nunca era flexible con sus estudiantes después de todo, entrenaban a los héroes que cuidarían del país en el futuro.
Se colocó delante del rubio, a varios metros. El muchacho le sonreía y aunque no dijera nada, Izuku, sabía que se estaba burlando de él.
“—No seré débil solo porque ella te esté mirando—Le dijo Bakugo antes de que subieran.
—Lo entiendo, Kacchan—Asintió el de ojos verdes—. Buena suerte.
—¿Suerte? Já. Seré el número uno, Deku.
—Ya lo veremos—Le sonrió.”
El ruido de la campana sonó y la pelea comenzó.
Bakugo hizo una explosión que lanzó a Deku al otro lado de la habitación. Sin embargo, antes de que el rubio pudiera hacer algo más, recibió un puñetazo limpio en plena cara.
—Te arrepentirás de esto, pequeño inútil —Le dio un golpe en el estómago que su contrincante esquivó por escasos centímetros.
La pelea había avanzado más. Ahora Bakugo pisaba la espalda de Deku y reía.
—¡Shine, Deku!—Le gritaba.
Dolor. No podía moverse pero tenía que seguir adelante. Ella confiaba en él y no podía permitirse que Uraraka estuviera decepcionada de él.
“Eres muy bueno analizando la situación, Deku-kun. Tú puedes”,recordó.
Deku pudo liberar uno de sus brazos y agarró una de las piernas de Bakugo, logrando que perdiera el equilibrio. Lo lanzó por los aires hacia una ventana. El cristal se hizo trizas.
—Midoriya, la próxima vez fíjate hacia dónde apuntas—Escribió en su cuaderno el profesor Aizawa—. Ganaste pero recibirás una sanción. Limpiarás la cafetería luego del almuerzo.
Midoriya se encogió de hombros. Le parecía justo. No le importaba pues le había ganado a Bakugo y ella lo había visto.
—Buen trabajo, Deku-kun—Lo abrazó su amante del mochi.
—G-Gracias, Uraraka-san.
Sus compañeras reían e intercambiaban miradas entre sí causando que ella se separara.
—¿Haz estado comiendo mochi, Uraraka-san?—Le preguntó.
Su amiga permaneció en silencio.
—Sí.
—¿Lo hiciste tú?
—Sí.
—Quisiera probar algunos—Apartó la mirada.
—Por supuesto. Iré a buscar mi caja del almuerzo—Corrió hasta la salida.
—Maravillosa jugada, Deku-kun. Kero—Lo halagó Tsuyu.
—Aquí tienes, Hatsume-san—Le alcanzó un martillo.
La inventora estaba reparando un par de equipos que habían fallado en las pruebas que realizaron sus compañeros.
—Gracias por tu ayuda, Midoriya-kun—Se acomodó su cabello para que no interfiriera en su campo de visión —. Últimamente han estado ocurriendo sucesos extraños con mis inventos.
—¿De qué tipo, Hatsume-san?—Se interesó el chico.
—O explotan o desaparecen—Le contó sin darle importancia pues había descubierto la causa principal de la falla en uno de los dispostivos—. Ve a buscar los planos de por allí.
El muchacho hizo lo que le pedía. Tomó los planos de la mesa y se asustó al ver a una persona con una máscara de soldar.
—Lo siento—Se disculpó.
—Veo que ya conoces a mi nueva ayudante, Midoriya-kun—Apareció detrás de él la inventora—. Su apodo es Killer.
La chica usaba un conjunto naranja combinado con la máscara de soldar de color negro. Su cabello rubio le caía por detrás, suelto.
—Si no habla mucho es porque es tímida—Agregó la inventora—. Saluda, Killer—Le pidió.
Midoriya creyó que la chica se sacaría la máscara pero permaneció muda por varios minutos.
—Hola,—Dijo con un hilo de voz— Midoriya-senpai—Lanzó una débil risita.
Esa voz le parecía familiar igual que aquella risa.
—Recordar el comienzo te ayudara—Dijo Killer.
—¿A qué te refieres?—Preguntó el chico.
Antes de que la ayudante pudiera responder, fue interrumpida por Hatsume.
—Listo. Ahora que ya los presenté, continuemos con mi trabajo. Midoriya-kun, vámonos—Lo arrastró nuevamente al área de trabajo—.Es un poco extraña pero muy buena ayudante. Ya lo verás. Respecto a la máscara de soldar, prefiere usarla en todo momento cuando está aquí, supongo que es un capricho o algo así.
—Entiendo.
—Ahora no te quedes parado y alcanza los planos—Le ordenó su amiga.
Cuando regresó a su habitación se sentó frente al escritorio y se esforzó en pensar qué podría anotar.
Recordó las palabras de la ayudante de Hatsume y se sorprendió por el resultado que ahora causaban esas palabras.
#5:Confiaste en mí.
Anotó en su libreta.
A su mente llegaron los recuerdos de los resultados del exámen de ingreso en donde Uraraka había querido renunciar a la mitad de sus puntos para cederselos a él.
—Gracias—Dijo para sí mismo.
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