#3: Anotación
Antes de decirdirse por el tipo de flores e ir a la sala de tecnología, consultó con la madre de Ochaco, para asegurarse de que acertaría con su regalo.
—Señora Uraraka, soy Izuku Midoriya, amigo de Ochaco—Dijo por teléfono.
—¿Midoriya? ¿Deku?—Le preguntó una voz de mujer.
—Sí, señora —Le confirmó con voz temblorosa el muchacho.
—Ochaco-chan habla tanto de ti. Ella dice: Deku-kun se esfuerza más que nadie en esta escuela. Si alguien merece convertirse en un héroe es él. Lo admiro mucho—Le comentó.
Él sonrió.
—¿A qué se debe tu llamada? ¿Le ocurrió algo a Ochaco-chan?—Se preocupó la madre de la chica de la cual estaba enamorado.
—No. Quería...—Sus palabras se atoraron en su garganta. Le costó mucho continuar — saber qué flores son las favoritas de Ocha... Uraraka-san—Se corrigió rápidamente.
—¿Quieres saber qué tipo de flores le gustan a mi única hija?—Repitió la pregunta la mujer.
Tsuyu rió por lo bajo. La madre de su amiga lo había notado. Izuku era tan obvio.
—Sí.
—Crisantemos naranjas. Son sus favoritas desde que era niña.
—Gracias, señora Uraraka—Se despidió y luego colgó. Le devolvió el teléfono a su amiga pues ella se lo había prestado para realizar la llamada.
—Suerte, Deku. Kero—Le sonrió Tsuyu.
Almorzaba en la cafetería de la academia con sus amigos. Veía a Uraraka de reojo pero apartaba la vista cuando ella lo miraba.
Iida le pateó su pierna derecha. Luego, se levantó y le pidió amablemente a su amiga si podían intercambiar lugares por un momento pues deseaba hablar de algo muy importante con Todoroki.
—Uraraka-san—Deku se sentó a su lado. Sus manos sudaban y estaba rojo. Esperaba que ella no lo notara.
—Deku-kun—Estalló en carcajadas.
Su risa era tan... No sabía cómo describirla.
—¿Recibiste las flores que le di a Tsuyu para que te las diera a ti?—Se rascaba la cabeza y desviaba la vista por timidez.
—Sí. Eran muy bonitas, Deku-kun. Son mis favoritas. ¿Cómo lo sabías?
—Hablé con tu madre ayer.
—¿Qué te dijo?—Temblaba.
—Nada. Se sorprendió mucho. Luego me dijo que le hablabas mucho de mí —Rió—. Deku-kun se esfuerza más que nadie en esta escuela. Si alguien merece convertirse en un héroe es él. Lo admiro mucho —Repitió las palabras que había dicho la madre de la chica —. No sabía que pensabas eso de mí. Me alegra, Uraraka-san.
—Tú inspiras a todos, Deku-kun. Eres mi súper héroe —Dijo con soltura.
—Gracias, Uraraka-san—Tomó sus manos—. Eres una de las mejores amigas que podría tener.
Se había mando él solito hasta allí.
“Estúpido”, se regaño a sí mismo mentalmente.
Creyó ver un atisbo de tristeza en la cara de su amiga pero antes de que pudiera decir algo, ella sonrió.
—Me siento muy feliz al estar a tu lado, Deku-kun.
Parecía sonreír forzadamente y quizás esas palabras tenían otro significado. Disfrazar el dolor con alegría es lo que ella había hecho.
—Midoriya, el profesor All Might necesita hablar contigo—Leyó Iida en su teléfono.
“¿Por qué?”, pensó Izuku.
—Iré de inmediato —Se levantó —. Adiós, Uraraka-san. Espero que nos veamos más tarde.
Salió del comedor a regañadientes. Debería hablar con su mentor y no estaba de ánimo.
—¿Cómo le pedirías salir a una chica, All Might?—Le preguntó a su mentor.
El hombre escupió su café sobre el rostro de su futuro sucesor.
—Salir con mujeres es como...—Se rascó la cabeza— pelear con villanos. Un solo error y terminas acabado.
—¿Ha tenido una cita antes?
—Muchas, centenares—Presumió.
Solo había tenido cinco citas y dos novias en su vida. Había estado casado una vez pero la relación no había terminado como él hubiera querido.
—Entonces podrías aconsejarme—Sacó su libreta con emoción.
—Midoriya, mi chico—palideció— deberíamos concentrarnos en lo que debía comunicarte.
—¿En qué?
—Hay que rescatar al director —Suspiró—. Se perdió en el laberinto de la escuela y está a punto de anochecer.
—Creí que era muy inteligente.
—La inteligencia tiene sus límites, chico.
—¿Cuándo construyeron un laberinto?—Se sorprendió Midoriya.
—Ayer.
—Lo anotaré para recordar a dónde no ir en Yueii—Le dijo el chico.
—Baka—Le dijo Hatsume al verlo.
Él levantó la vista.
—¿Cómo puedes decirle a la chica que te gusta amiga?—La inventora negó con la cabeza.
Regresó a su habitación.
Recordó el repentino cambió de humor en el rostro de su amada y su corazón se contrajo. Sin embargo, ella sonrió. Anotó la tercera razón.
#3: Porque a pesar de ser un idiota, soy importante para ti.
—Bakugo lo aprueba —Le tiró una cajita de jugo que el rubio estaba bebiendo—. Deku idiota, olvidaste cerrar la puerta otra vez.
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