¹ prólogo

EL TREN VENIA A TAN RÁPIDO QUE LO SIGUIENTE QUE OCURRIÓ A GRAN velocidad irreconocible, Peter tomó del brazo a Lucy, Edmund se encontró con la mirada asustada de su primo Eustace que desde el vagón tomaba a Jill entre brazos, el profesor y la señora Plummer se tomaron de la mano.De un momento a otro, un gran chirrido ensordecedor se hizo presente para que después todo su alrededor de cada persona en aquella estación del tren se volviera completamente negro, tan negro como la noche y tan oscura como si fuere una pesadilla que nunca acabaría, sin importar nada.

[...]

Isabella Backer y Susan Pevensie se encontraban escuchando la radio, pues la joven Pevensie aún no terminaba de arreglar por cuarta vez en la semana su guardarropa, mientras que Isabella se encuentra jugando son sus dos pequeños niños, que miraban con admiración la panza de su madre, la joven Backer que ahora era mejor conocida como la Señora Pevensie pues se había casado con el mayor de ellos, nada más ni nada menos que Peter Pevensie.

Isabella se había llevado a los pequeños Theodore y Adrián a la cocina para prepararles su merienda, mientras Susan seguía en lo suyo, comenzó a cortar en pedazos una manzana, mientras que los niños seguían con lo de antes, desde que se enteraron de que su madre tenía un bebe dentro de su panza no paraban ni un segundo en mirar como aquella barriga iba creciendo, apenas llevaba 8 meses, dentro de ella estaba una pequeña princesa, así es como la conocían los Pevensie, Peter no dejaba de decir lo emocionado que estaba por tener a una hija, en ningún momento dejó de lados a sus dos gemelos, los amaba tanto que les contaba sus historias en Narnia.

La joven Pevensie dejó caer las prendas que traía entre manos junto con un jarrón, Isabella se asustó haciendo que se cortara con el cuchillo, la sangre empezaba a salir, tomó una toalla, mientras subía las escaleras, mientras que los gemelos se miraron entre sí y la siguieron.

Al llegar a la habitación de Susan se pudo ver la radio como si pudiera mostrarle lo que una televisión podía así sin pensarlo miro a Isabella y la abrazo fuertemente, la joven Backer no sabía que estaba pasando, pero al escuchar un sollozo de parte de aquella joven ojiazul.

El pequeño Theodore se acercó a la radio y subió el volumen "Noticia de último momento" Adrián se acercó a su hermano mientras prestaban atención al igual que Isabella, la radio repetía las noticias de último momento "Lamentamos esta terrible noticia, ha sucedido un accidente en la estación de trenes de la ciudad, según los informes de los oficiales que se encuentran en el lugar del accidente, avisan que un tren se descarriló provocando una grave explosión en la estación, dejando a varios heridos y algunos muertos, por la gran explosión antes mencionada, sentimos la pérdida de tantas personas, seguiremos con más noticias".

Las piernas de Isabella empezaron a temblar dejándola caer de rodillas, Susan tomó sus brazos, trato de dejar de llorar, pero no podía, pero en cambio su amiga de casi toda la vida seguía impactada ante la noticia, no parpadeaba, ni dejaba caer ni una sola lágrima, solo veía a sus hijos, de pronto sintió un terrible dolor proveniente de su vientre, aún le faltaban unas semanas para dar a luz, pero al parecer la princesa Pevensie no aguantaba seguir en el vientre de su madre, Susan volvió en sí y salió corriendo a la habitación del joven matrimonio para tomar las cosas necesarias para ir al hospital, los gemelos solo veían a su madre gritar, fueron junto a su tía, mientras ella les pasaba las cosas para guardar en la pequeña maleta, Isabella no aguantaba más el dolor, ya había roto fuente dejando un gran charco de agua debajo de ella.

Susan llegó de nuevo a la habitación donde provenían los gritos, los gemelos estaban asustados por ver a su madre gritar de tanto dolor, Adrián se acercó a ella y el tomo de la mano, para que supiera que están con ella y que jamás la dejarían, Isabella sabía que eran lo único que le recordaba al amor de su vida, aquellos gemelos estaban adquiriendo el rubio de su querido Peter, Isabella jamás se cansará de repetirles que se parecían tanto a su padre.

Isabella recordó la primera vez que había roto fuente, Peter no logró las cosas para poder llevarla al hospital, era por felicidad, al traer al mundo a su pequeña princesa, Peter les había dejado de contar aquellas aventuras en Narnia para la llegada de la nueva bebe.

Susan sujeto sus brazos tratando de levantarla, pero no podía, hizo todo lo posible para sentarla en la cama que estaba cerca, a la joven Backer, nunca le pasó por la mente tener a su pequeña princesa en casa, pero ya no aguantaba el dolor, miró a Susan trato de ejecutar una palabra, pero no podía, Susan como si pudiera leer su mente fue el baño por toallas y por un poco agua caliente, los gemelos en ningún momento se ha alejado de su madre, los dos estaban de ambos lados de la cama sosteniendo una toalla mojada en la cabeza de su madre, Adrián acariciaba el pelo de su madre tratando de tranquilizarla y hacer que el dolor pasara, mientras que su hermano tomaba la mano que su hermano había soltado.

Isabella no podía aguantar más el dolo, le hubiera encantado que Peter estaba con ella, pero aún no había noticias sobre él, quizás seguía vivo, o quizás era uno de los que habían muerto del el tren, no quería hacerse ilusiones, contenía la fuerza para no lastimar al pequeño Theodore, Susan había llegado con lo necesario para la llegada del bebe, sin mencionar que había llamado a emergencia, puso unas toallas en las piernas de Isabella y una en su espalda, comenzó con las respiraciones unas 3 respiraciones cortas y 1 larga, los gemelos no tuvieron más remedio que imitar a su madre para que no perdiera el ritmo, ellos en realidad no sabían que su hermana llegaría en unos pocos minutos, solo trataban de ser de gran ayuda para su madre y su tía.

Al los pocos segundos, Isabella empezó en labor de parto, empezó a pujar mientras gritaba de dolor, Susan hacia todo lo que podía, por suerte no salía mucha sangre —Puja una vez más Isa, ya puedo ver su cabeza, una más por favor— la joven Becker había hecho lo que Susan le pedía; pujo una vez más y con ello un lloriqueo de un bebe lleno toda la habitación, al fin había nacido su pequeña princesa, Susan cortó el cordón umbilical cuidadosamente, y la cubría entre toallas y se lo dio a Isabella.

Los gemelos estaban impactados al ver a aquella personita que se movía entre las toallas, se acercaron más a su madre para admirar bien a aquella bolita que yacía en los brazos de su madre, pueden pensar que el apodo bolita lo había inventado en ese instante, pero en realidad le llamaban así desde que se enteraron de que tendrían una hermanita, Peter les había contado que todavía era como una bolita que iba creciendo con el transcurso de los meses.

—–Hola, Sofía —–dijo Adrián mientras tocaba los cachetes de su pequeña hermana, Susan e Isabella miraron al niño impactado por el nombre que había elegido para su nueva hermana.

—Adrián, dijimos que sería Emily —–contestó su gemelo enojado cruzándose de brazos.

–—Recuerda que hablamos con el tío Ed y dijo que Sofía era un nombre bonito —–contestó nuevamente Adrián, Isabella y Susan estaban completamente fuera de aquella discusión, ninguna de las dos se había puesto a pensar un nombre para él bebe, cuando nacieron los gemelos el nombre se les vino unas horas antes del parto, pero por el momento lo único que tenía en mente era saber si los Pevensie seguían con vida.

—–No, recuerda que lo habíamos hablado primero con la tía Lu dijo que Emily era un nombre perfecto para ella —–señalo Theodore mientras señala a su pequeña hermana.

—–Y si mejor le llamamos Emily Sofía —–intervino Susan cuando vio que sus sobrinos estaban dispuestos a llegar a los golpes, se le vino un recuerdo, cuando Peter y Edmund peleaban por todo hasta el punto de golpearse, si no fueron hijos de Peter no dudaría un segundo que fueran unos Pevensie de pies a cabeza.

—–A mí me encanta ese nombre ¿ya ustedes? –—Contestó finalmente Isabella con poca energía, ya que el parto fue realmente agotador, los dos hermanos miraron a su madre ya su tía, para finalmente mirarse entre sí, asintieron felizmente mientras se acercaban más a su madre ya su pequeña hermana para rodearla con un abrazo reconfortante.

El timbre de la puerta hizo eco en todo la casa llamando la atención de aquellas 4 personas que se encontraban en el segundo piso, Susan bajó por las escaleras rápidamente esperando que fuera alguien de su familia, pero para la mala suerte no era así, eran los paramédicos ella se hizo a un lado dejándolos pasar indicándoles donde se vieron Isabella, la ayudaron a subir a una camilla mientras ella llevaba al bebe en brazos, sus hijos iban tras ella, Susan los detuvo para poder llevarlos en el carro, los gemelos no muy contentos siguieron a su tía a aquel auto.

Llegando al hospital había muchas personas Algunas de ellas estaban heridos y otras venían a reconocer los cuerpos del accidente, Isabella quería ver si su amado seguía vivo, pero muy apenas podía moverse, había gastado todas sus energías para traer al mundo a su pequeña Emily Sofía, cuando la beba abrió los ojos pudo ver aquellos ojos azules de su amado, no pudo evitarlo más y lloró desconsoladamente, todo le recordaba a él, sus gemelos se parecen tanto a su padre, pero sacado los ojos de ella, pero Sofía había sacado sus ojos y heredó el cabello castaño de ella.

Susan había llegado con los gemelos, ellos al ver a su madre recostada en una camilla y su hermana de una cuna, sin pensarlo dos veces se acercaron a ella corriendo y gritando, llamando la atención de todo el hospital, Susan tan apenada ante esa escena, decidió taparse la cara ante la mala mirada de las enfermeras y doctores, llegó hasta Isabella no sin antes mirar mal a sus sobrinos, pero el enojo se esfumó cuando ellos empezaron a reír.

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