Esto Es Lo Que Soy
así pues, el misterioso sujeto conocido como Harry Silver viajó por unas 3 horas junto al amable trailero. no se sabía con exactitud la edad de la noche, no escuchaban nada a su alrededor, no había autos, solo silencio y un radio encendido junto al trailero. la música de la radio era nada más ni nada menos que una compilación de varias buenas canciones de la radio universal. era el único ruido que se escuchaba. es más, ni siquiera era un ruido, era una hermosa melodía de los años 60s.
el trailero movía lentamente la cabeza mientras escuchaba la tan tranquila música que emitía la radio (seguramente desde un cassette). Por el contrario, Harry si se tranquilizaba, pero solo miraba afligido por la ventana. El trailero notó esto, no le gustaba ese tipo de expresiones en una noche tan bella como esa, así que bajó el volumen de la radio y trató de sacar un tema de conversación:
-¿Y? ¿A dónde te diriges?
Harry lo miró y contestó:
-Creo que... Lo más cerca de Oklahoma que puedas llegar.
-¡Vaya! qué coincidencia, yo entregaré un pequeño cargamento a Oklahoma. Tu no te preocupes, llegaremos allá en al menos unos 2 días, amigo.
-es algo tardado. ¿no lo crees?
-te encontré en el lado sur de Texas, que no te sorprenda, estamos algo lejos.
-no sabia eso.
-¿de donde vienes?- preguntó curioso el buen hombre. Harry a decir verdad, no estaba nada seguro de donde venía. Pero estaba (casi) seguro de a donde iba. Con desesperación de no poder recordar, respondió afligido:
-No lo se,-
El trailero no quería aceptarlo, pero no confiaba en el chico. era demasiado misterioso, no daba información básica de el y al conocerlo se encontraba bastante alterado, como si hubiera escapado de algo. por estas sospechas, el hombre decidió encararlo indirectamente con más preguntas "casuales"
-¿y como te va?
-pues... algo bien, creo.-
Harry se incomodaba más con las preguntas. literalmente, no sabia que responder a ellas. esto, por supuesto no iba a detener al trailero.
-¿algo malo te pasa?-
Harry comenzó a notar lo mucho que el hombre preguntaba, eso no estaba bien para el, así que podía molestarse poco a poco más. sin embargo, no le quedaba nada más que responder indiferentemente.
-no, estoy bien. enserio.
-por favor, hijo, soy alguien en quien confiar.
-no estoy listo para confiar aún.
-¿Eres un fugiti...?
-¡Por favor ya callese!- explotó Harry. el hombre frenó repentinamente por el susto, haciendo que ambos quedaran expuestos a la inercia del movimiento y se golpearan.
Harry se levantó mientras sostenía adolorido la cabeza. comenzó a acelerar su respiración y acomodar la capucha que tenía puesta. sin embargo, el sonido de una escopeta siendo cargada lo tomó de sorpresa.
-No te muevas- dijo entre dientes y temeroso el trailero. Tanto su voz como su escopeta apuntaban a Harry, este se exaltó un poco al ver lo duro que se tornaba la situación.
-P...Perdón... por favor suelte eso- dijo Harry tartamudeando. el trailero hizo caso omiso y le respondió:
-quisiera soltarla, pero no se si confiar en ti o no.
-¡usted puede confiar en mi!
-¿pero tu no puedes confiar en mi?
-eso no era... bueno, por favor escucheme.-
el trailero estaba asustado y no sabía en que confiar. Harry, por el contrario, solo trataba de calmarlo. En un momento en el que Harry tomó lentamente la boca de la escopeta, el hombre accidentalmente, por acto involuntario fugaz, disparó en su pierna, quedando Harry gritando por un segundo y luego detenerse.
El trailero está tan sorprendido que no tuvo tiempo para pensar y se acercó a ver su pierna afirmando que lo que quería era asustarlo y no planeaba dispararle de verdad.
En ese momento, Harry mostró su pierna; estaba casi intacta y eso no era algo normal. La piel había sufrido un gran impacto de bala, pero no había rastros de sangre. La pierna estaba moviéndose como si nada hubiese pasado.
-esta bien. Solo... No se asuste, yo le explico- añadió Harry tratando de calmar al hombre que casi se quedaba sin palabras para explicar lo que estaba presenciando.
-¡¿pero... Pero que mierda eres tu?!-
Ambos estaba alterados, pero el más alterado irónicamente era Harry. ¿Porqué?
Ambos se sentaron y trataron de calmarse el uno al otro. El trailer aún estaba en reposo y el silencio solo era interrumpido por los fuertes suspiros de ansiedad de ambos personajes.
-Si no me dices quien rayos eres te bajaré del trailer.- amenazó el trailero tratando de calmarse.
-¡Enserio no puedo decirle quien soy! ¡No me puede bajar! No tengo hacia donde ir.-
El trailero tomó aire, lo miró a los ojos y le dijo:
-entonces lamento decirte que no tendrás a donde ir si no me aseguro de que no eres alguien peligroso.-
Harry lo dudó por un tiempo prolongado. Incluso cruzó por su cabeza salir y caminar el mismo antes de decir lo que sabía. Pero lo detuvo una idea. Esa idea que nos da un sentido de confianza. Todos necesitamos un amigo o un compañero que confíe en nosotros y en estos tiempos tan duros, Harry no había tenido una charla con alguien que no fuera (ya no quería recordar su nombre).
Eso le impulsó a decirle al señor que necesitaba de su ayuda. Estaba siendo perseguido, no recordaba quien era con exactitud y ahora debía ir a Oklahoma para hallar pistas sobre su pasado.
El hombre al principio desconfío, pero le agradó que el chico hablara de lo que le atormentaba. Eso era símbolo de la llamada confianza. Luego, con una mirada fija al volante y un pensamiento dudoso, le dijo:
-Bienvenido al viaje, Harry. Por cierto, me llamo Germán.-
Tras estas palabras llegaron miles de preocupaciones a ambos; sin embargo, ahora podían continuar con el viaje sin el temor de que uno asesinar a al otro. Eso estaba bien.
Así que el buen hombre insistente, volvió a encender la radio, guardó la escopeta, se acomodó un poco en el asiento y comenzó a conducir.
Sin embargo, Harry ahora se sentía más seguro con Germán, como si de un segundo padre se tratara, así que no podía ocultarlo algo más que trató de ocultar en su historia.
-otra cosa- interrumpió Harry. El hombre le presto su atención y Harry inseguro prosiguió.-Respecto a lo que soy... - se levantó la manga dejando ver su brazo, que estaba cubierto de metal sólido en lugar de piel.
Germán observó sorprendido, anonadado por lo que veía; simplemente no podía creerlo.
-Yo... soy un soldado mecano.
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