A veces pongo comas
donde no se requiere ningún descanso;
a veces soy tan terco,
que esos descansos los prolongo 5 minutos más,
poniéndole un punto arriba.

A veces soy tan inseguro,
que las decisiones que tomo las vomito luego;
y ahí me encuentro otra vez
recogiendo los pesados puntos suspensivos
que se cruzan en mi proyecto de vida...

Hay días en los que abro paréntesis
que demoran años en cerrarse,
y pese a ello, nunca terminan de aclarar nada.

Pregunto en situaciones
en donde debo de afirmar.
¡Y ni hablar de las exclamaciones!
Puse puntos seguidos,
dónde debí poner punto final.
Y tampoco hablar de los párrafos innecesarios
que viví después.

Le huyó a los números;
me veo obligado a encerrarme
en los barrotes de numeral,
para fingir que sirvo al menos para mencionarlos.

No soy un sujeto ni en mis propias escrituras.
Mi verbo favorito es Amar y no sé que significa.
Mi complemento me fue infiel
con una 'S' que tiene una línea vertical
atravesada en el centro.

Malditos signos que tienen más valor que mi nombre.
Maldito yo.

A veces me molesta admitir
que soy la mera invención de un loco
que mira el teclado de su computadora,
para poder ver que signo de puntuación usar en base a mi.

A veces me duele dejar espacios
en momentos que quiero prolongar; como éste.
Sin embargo, el blanco de las hojas es como luz,
es como sol y mis letras un dedo.
Mi oración favorita
no la tengo que decir precisamente antes de acostarme a dormir.

Y bueno.
Pongo comas en donde no hay que rendirse.
Puse puntos finales donde debí continuar.
Mi verbo favorito es todo lo que haces.
Mi complemento complementa a alguien más.
No soy un sujeto ni en mis propias escrituras...
A veces me molesta admitir
que soy la mera invención de un loco
que mira el teclado de su computadora.