000|Pʀᴏʟᴏɢᴏ
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"La ceniza queda como residuo en forma de polvo depositado en el lugar donde se ha quemado o en otros casos puede ser expulsada al aire como parte del humo, al igual que esparcir fragmentos de lo que antes se a quemado"
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Desde hace años el fuego simbolizo el comienzo y la unión de una nueva era.
Trayendo consigo calidez y comodidad a los hogares, convirtiéndose así en un sustento básico del día a día.
Ya sea para iluminar la noche más oscura o calentar la comida más fría, para despedir a nuestros seres amados o para anunciar la llegada de seres enemigos.
Ya fuera una buena o mala señal, las llamas de su ser deslumbraban de vibrantes tonalidades rojizas.
Pero en ocasiones, la fina línea de lo bueno y lo malo solía quebrantarse.
Y de ello, lastimablemente, fueron testigos varios pares de ojos.
Aquellos que observaban con resentimiento, tristeza o miedo lo que alguna vez fue un manto blanco repleto de familias y una vida por vivir.
Un pueblo que daba el último adiós a las tierras que alguna vez los acogieron a ellos y a sus ancestros.
Dejando todo lo que se convirtió en cenizas para poder rescatar lo poco y nada que del fuego se había salvado.
─¡Cúbranse!
Gritos no tardaron en escucharse.
A pesar de la lejanía que él mantenía con lo que alguna vez fue un pueblo prospero, los gritos asustados de los pocos vikingos que aun quedaban llegaban sin problemas a sus oídos.
Catapultas de barcos enemigos disparaban sus cargas en contra de todo aquel que se moviese. Sus guerreros remataban sin piedad a los moribundos y las armas volaban con tal de dar en el blanco.
─¡Protejan a los niños!─ Grito uno de los guerreros.
¿Qué niños?
¿A caso era malo de su parte preguntar eso?
Quizás sí lo era, pero no había nadie como para reclamarle aquello. Al fin de cuentas, los pocos sobrevivientes yacían en el suelo agonizando o capturados por los barcos enemigos; y ni hablar de aquellos que morían en combate o por las municiones de la catapulta.
─¿En verdad ya no queda nadie?─ Murmuro ante la vista del desolado valle congelado.
─¡Kyo!
Despabilándolo. El grito a sus espaldas lo hizo voltear en segundos.
Desde el cielo se veía como dragones volaban en dirección a las montañas, al sur de la isla.
Buscando refugio y de seguro alguna forma de escapar de aquellos que osaban irrumpir en su isla.
Estaban buscando ayuda de su alfa...
─¡Debemos tomar vuelo antes de que el vapor inunde toda la isla!
─Espera... Hermana...
─¡No pienses! ¡Solo Actúa!─ Grito, interrumpiendo sus palabras para entregarles de manera algo brusca un par de riendas. Riendas que ayudarían a montar a los seres de oscuras escamas que no tardaron en aterrizar a sus espaldas, en espera de sus jinetes ─¡Andando!
Y sin dudar más, la mayor monto con agilidad a su compañera para tomar vuelo al instante.
Con la ilusión de poder, desde el aire, ver al resto de su familia a salvo y con ello la posición del alfa que les ayudaría a defender lo porque que quedaba de su isla.
Pero a diferencia de ella, él dudo.
─¡Espera! Aun no podemos irnos─ Grito desesperado.
Aunque nada de ello llego a los oídos de su hermana...
Pues a la distancia, poco a poco una muralla de vapor se levantaba, anunciando con ella la llegada del dragón alfa que protegía aquella isla.
Quien furioso acabaría con aquellos que osaron irrumpir su tranquilidad y aniquilar a los humanos que en algún momento fueron sus aliados.
─¡Arriba! ¡Arriba, arriba!─ Desesperado, monto en su Dragon lo mejor que pudo para luego tomar vuelo lo más rápido posible.
Pero lastimablemente la duda que había tenido momentos antes, le estaba por cobrar caro.
─¡Kyo!
Su hermana, quien desde los aires, fue empujada junto a su compañera hacia el océano por culpa de una rafa de aire. Perdió el conocimiento ante el fuerte contacto con el agua.
Siendo testigo su hermano, quien junto a su dragón eran enterrados de manera brusca bajo árboles derribados por la misma ráfaga; pero con la diferencia, de que su compañero si logro cubrirlo con sus alas antes del impacto.
Aminorando de esa forma el golpe, pero no impidiendo que el humano terminara desmayado.
Perdiendo de esa manera, la ubicación de su hermana junto a la oportunidad de ver como el alfa de la isla, surgía de entre la inmensa pared de vapor para desaserse de aquellos vikingos que destruyeron el pueblo que lo adoraba.
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