Ya era la tarde, las cuatro para ser exacto. Kyo miraba como los peatones se dirigían cada uno por sus caminos. Las tiendas pasaban moderadamente gracias a la velocidad del auto.

-Créeme, no hay ninguna molestia Dick- Una peli castaña sonrió con cariño dirigido solamente al azabache mayor. El contrarío solo sonrió no muy convencido.

-Yo lamento en verdad Elizabeth

Kyo miraba confundido atreves del reflejo, era más que obvio que la chica no los quería cerca, y era obvio. ¿Quién quisiera tenerlo a él y a Demián en una cita? Claro, ¡Nadie!

El rubio miro nuevamente por el vidrio, el reflejo mostraba a Demián haciendo lo mismo que él, pero en el otro lado de los asientos traseros.

-Créeme, para la próxima no estarán ellos- Dijo Dick con una sonrisa.

¿No puedes mantener tu mirada fastidiada más oculta wewona?

El rubio como siempre se quejaba en su interior; la chica a sus ojos era repulsiva, fingía una simple sonrisa la cual no era para nada creíble.

Debería ir a aprender teatro, porque eres pésima fingiendo...

Con un suspiro inaudible por su parte se coloco los auriculares poniendo "R U Crazy" a todo volumen.

El auto a pesar de ser caro y de último modelo, era muy aburrido y casto a su vista.

A su alrededor todo parecía pasar en cámara lenta. Las personas parecían tan perdidas en su mundo que él mismo se sintió repudiado. Él apenas podía armar un mundo en el cual estar tranquilo, él simplemente armaba una guerra que ya sufría en la realidad y la simple razón de no poder escapar de algo tan simple como sus problemas, lo volvía loco e inestable.

El de ojos celestes se incrusto en el único mundo que se podía meter. Pero por el lado contrario estaba el de ojos verdes.

Demián miraba aburrido por el vidrio. A diferencia del rubio, él observaba a cada una de las personas apuradas e iguales. Para él todos tenían algo igual que hacer.

Ambos jóvenes observaron a la castaña bajarse momentáneamente del auto para ir a buscar algo, según habían entendido, a su habitación de hotel.

-¡Me cago de aburrimiento!- El primero en quejarse fue nadie más que el rubio. Dick solo miro cansado y sin interés.

-No es mi problema, es suyo por no llevarse bien- Se defendió el azabache.

-¿Y por qué no simplemente la pasas con tu parejita a solas, y nos dejas solos a los dos?- Pregunto esta vez Demián.

-Concuerdo con el pájaro- Dicto el rubio. Claramente ignorando la mirada de el de orbes verdes.

-¿Pues qué creen? Es tarde para concordar- Se quejo el mayor- Por su inmadurez y sus pleitos ahora yo los tengo que estar aguantando en MI cita- Gruño Grayson

-¿Nos estas echando la culpa?- Pregunto divertido el más joven- ¿A caso no ves que tu cita es más que irritante?- Rio el rubio- No nos eches la culpa de no tener buen gusto en las "relaciones"

El mayor solo podo chasquear su lengua, el más joven le estaba molestando y él no podía hacer nada contra eso. No quería que Batman lo terminara por castigas a él también...

-Déjanos por ahí y problema arreglado- Propuso Demián relajándose en el asiento.

-No- Contesto firme el mayor.

Ambos menores lo observaron momentáneamente ates de fulminarlo con sus miradas. Dick sintió ganas de echarse a correr, pero como Elizabeth ya había entrado al auto, decidió ignorar a los más jóvenes.

-¿A dónde ahora?- Pregunto la chica con algo de dulzura en su voz.

-Donde tú desees- Respondió el mayor con una sonrisa.

Diez minutos pasaron desde que partieron, y Dick se estaba esforzando por no lanzar una grosería al rubio tres de él.

El rubio no le paraba de patear discretamente el asiento insistentemente. El mayor solo rezaba para que el menor s e tranquilizara.

Demián por su parte observaba al menor discretamente al rubio. El de ojos verdes escucho levemente la canción de "Take A Hint" en versión rock salir por los auriculares del contrario; este izo que sus leves patadas se volvieran en un ritmo rítmico contra el asiento de Dick.

Demián aguanto levemente su risa, la cara de Dick era un poema de tristeza y cansancio.

-¿Qué te parece el parque de diversiones?- Pregunto la muchacha feliz.

Dick no tardo en aparcar el carro en el estacionamiento de este. Con una sonrisa forzada pero más relajada se dedico a aceptar. Ya con la chica fuera del carro Dick estaba preparado para darle un sermón al rubio, pero al encontrar solo a Demián en los asientos traseros bufo para sí mismo.

-¿Tienes veintiocho años?- Ambos escucharon la inconfundible voz del rubio charlando con la castaña. La chica le sonreía lo cual confundió a los otros dos.

-¿Me veo más grande?

-No, yo diría que más joven- Sonrió el rubio.

Ambos azabaches se miraron confundidos. Dick deseo mata al rubio. Y Demián deseo entender al menos una pizca de lo que el rubio pensaba.

La peli castaño se les adelanto al parque, mientras tanto Kyo no desaprovecho a burlarse de Dick. El contrarío solo le gruño.

-¿No puedes con alguien tan fácil y superficial? ¿Grayson?- Pregunto con sorna- Si que no sabes nada amigo

El rubio esquivo el golpe que el mayor le iba a propinar. El contrarío lo fulmino con la mirada, pero al sentir la mirada del rubio decidió no seguir con su juego.

El rubio además de burlarse de él, le estaba haciendo caer en un juego sucio y tramposo...

-Vamos, no sabemos lo que el podrá hacer- Dijo Demián con tranquilidad- Tal vez lo que tu nunca podrás- SE burlo levemente de su compañero.

-Cállate- Le gruño Dick.

Ambos entraron al parque, se encontraron con el rubio el cual se había quedado mirando como la chica no dejaba de hablar.

¿No se te seca la garganta amiga?

El rubio se volvió a quejar en su interior. La castaña le sujeto del brazo levemente para luego guiarlo hacia un juego.

¡¡Él apenas medía un metro con treinta centímetro!! Literalmente la chica lo estaba arrastrando...

...

-Que fastidio- Dick susurro con cansancio viendo como su cita arrastraba al rubio de un puesto a otro.

Demián por su parte solo comía las palomitas que había comprado por ahí. El simplemente observaba al rubio aun curioso por su repentina actitud.

-Tal vez se le salió de control- Dijo el oji verde desinteresado.

Grayson lo miro enojado y con cara de poker antes de volver a mirar a los otros dos- Es mi cita, no la de él- Se quejo.

-Pues ve y reclámala ¿No?- Dijo Demián comiendo- O yo que se, tu eres el mujeriego no yo.

Dick solo le observo un par de segundos antes de levantarse de la banca e ir donde los otros dos.

-Uno...- Mastico Demián- Dos... Tres...- El azabache susurro cada número hasta llegar al cinco y ver como Dick volvía siguiendo al rubio el cual corrió como loco al banco.

-Como extrañaba sentarme- El rubio suspiro alivio a penas se sentó, Demián lo observo de reojo y al notar como Kyo observaba sus palomitas le paso el balde para que ambos comieran de él.

Demián volteo a mirar a Dick mientras comía las palomitas- ¿Y La chica?

-Fue al baño- Contesto Kyo con la boca llena. Luego de tragar rio para luego mirar a Dick- ¿Sabías que tu cita es muy narcisista?

-No, no lo sé porque tú te la llevaste. Así no sabré nada de ella- Refunfuño el azabache mayor.

-Tú eres el lento para darse cuenta- Respondieron ambos jóvenes al unisonó.

-Ah no, ahora no se unan para molestarme ¡¿Entendieron?!- Gruño Dick apuntándoles con su dedo.

Los dos menores implemente le restaron importancia.

El oji verde se levanto del banco dejando el balde con el rubio. Luego de esto se estiro.

Kyo por su parte sacudía el balde- Ya no hay mas- Susurro aun mirando el balde sin nada.

-No te comprare otro- Regaño Dick.

-¿Te crees padre ahora?- Se burlo el rubio- Créeme cuando te digo que ni para eso sirves.

El de ojos verdes observaba a ambos pelearse entre sí, parecían niños peleando por un jugo o algo...

-Ahí viene tu amiguita- Dijo desinteresado dirigiéndose a Dick. El azabache de ojos verdes se quejo al sentir el repentino tiro.

El rubio lo había empezado a arrastras para el lado contrario de la chica.

-Corre antes de que nos vea- Le susurro el rubio agitado.

...

Kyo sonreía al sentir el sabor dulce y frio del helado en su lengua. Tanto él como Demián se habían alejado de los dos mayores, los cuales parecían buscarlos (o al menos Dick lo fingía).

-Hasta que te encuentro- Kyo miro al azabache el cual lo miraba enojado.

-Solo fue un rato- Se quejo el rubio.

-Me dejaste en plena multitud- Le gruño el Wayne

-Ok, ok

Kyo observaba de lejos a los dos adultos, él los había perdido rápidamente, pero en el proceso se olvido que iba arrastrando a Demián, el cual se le había perdido.

-¿Acaso querías que te llame como un perrito?- Rio el rubio- Firulais, firulaaaaaissss. Ven chico ven, ven que no te veo- Se burlo el más bajo.

El contrarío solo bufo, luego de sentarse al lado del rubio se permitió descansar un rato.

Ambos jóvenes se introdujeron en sus respectivos mundos. Kyo lo hizo tanto que su helado se termino cayendo en la cabeza de un perrito, el cual vino otro y le lamio la cabeza llena de helado.

El solo rio.

Ambos jóvenes miraron al cielo en busca de algo que los entretuviese.

-¿No te aburres?- Pregunto Kyo

-Si- Respondió Demián

-¿Tienes dinero?

-Olvide mi billetera en casa. ¿Tú?

-No pénese en salir así que no la traje

Ambos chicos suspiraron aburridos. Demián observo al rubio de reojo, su menor era más bajo que él y apenas hoy se había dado cuenta de ello.

-¿Qué ves?- Dijo el oji cielo

-¿Eres vengativo?

Kyo tardo unos instaste en responder- Depende, ¿Por?

Demián le dedico una sonrisa antes susurrarle algo al oído.

...

-¿En verdad no viste por donde se fue?- La peli castaña seguía preguntándole a Dick sobre el paradero de ambos jóvenes. El contrarío solo se dedicaba a negar.

Dick trato de aprovechar la repentina huida de Kyo, pero Elizabeth estaba decidida a encontrarlo.

Más alejados de ellos, en el estacionamiento para ser exactos, se encontraban ambos jóvenes junto al mayordomo Alfred. El adulto miraba confundido y desconfiado al rubio, el chico sostenía una resortera sin carga; al parecer la estaba probando antes de usarla.

-La devolveremos luego- Dijo Demián antes de sujetar al rubio por el brazo y adentrarlo nuevamente al parque de diversiones.

El adulto no les despego la miradas hasta que se encontraran ya adentro.

...

-¿Por qué tienes una resortera?- Pregunto divertido y curioso el rubio.

-No lo recuerdo- Contesto el azabache.

Ambos se ubicaron en sima de un par de puestos. El sol ya había empezado a ocultarse y con ello algunas personas ya se estaban retirando del lugar.

-¿Tienes puntería?- Pregunto Kyo

-Obvio- Respondió con confianza- Tirare primero.

-Ok- Acepto el contrario. Kyo observo al azabache tirar una bala de pintura comprimida a distancia.

El objetivo era sencillo. El que le peque a Dick ganaba...

El azabache chasqueo su lengua al ver como la pala de pintura callo en el sombrero de un payaso cualquiera.

-Dick no es un payaso. ¿Sabes?- Dijo con burla.

Ambos estuvieron lanzando las balas sin ser descubiertos, ya casi siendo las nueve y media de la noche ambos se decidieron en subir la apuesta.

-¿Y si apostamos dinero?- Sugirió el de ojos verdes

-Na- Kyo observo a la pareja a distancia estaban por subir a la rueda de la fortuna- Me debes un peluche de panda de unos de los puestos, si gano me das uno ¿Vale?

Demián lo miro confundido pero asintió- ¿Y si gano yo?

-Hago lo que quieras por una semana- Respondió Kyo. El rubio luego de recibir el acepta miento de su mayor apunto a la pareja ya en la rueda.

El azabache mayor y la peli castaña estaban sentados en el vagón de color rojo. Nuevamente sintió como si todo fuera más lento. Luego de suspirar sonrió par luego lanzar la capsula azul. A la distancia se noto como la cara de Dick termino llena de un color azul con brillantina.

Ambos chicos rieron en voz alta al escucharlo gritar enojado.

Definitivamente, Dick parecía una estrella...

...

Ya en la mansión Dick se pasaba una toalla mojada para sacarse lo que podía de brillantina. Alfred lo miraba aguantándose una pequeña risa. Demián aun lo miraba fingiendo no haber hecho nada. Bruno lo miraba sin poder creerse lo que había pasado.

-Así que- Empezó Kyo- ¿Te cago una paloma come brillantina?- Dick solo le frunció el seño.

El rubio se levanto del sofá dirigiéndose a la cocina, tomando una manzana para luego lavarla empezó a contar en cuenta regresiva.

Al llegar al cero una pequeña explosión se escucho en el exterior de la mansión.

Cuando Dick salió corriendo hacia el patio, maldijo a todos los vientos.

El antiguo auto de Dick era muy aburrido. Ahora podía brillar tanto como su dueño lo hacía...

¿Qué loca no?

Kyo apresuro sus pasos hacia su habitación, desde ahí observo con cautela desde el balcón de su habitación. Demián había desaparecido al igual que él del patio por lo visto.

Una pequeña risa salió de sus labios.

El aceptaba que era muy vengativo. Pero quién lo iba a culpar. Él no tenía la culpa de que la venganza se sintiera tan dulce y exquisita.

Como siempre se dedico a observar las estrellas hasta que las doce tocaron en los relojes.

-Sin las pruebas, no hay culpable...- Susurro divertido.

Él simplemente amaba ser como era...

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