Asco...

Era lo único que pasaba por su cabeza, Kyo examino por decima ves la habitación, que por poco tiempo seria suya; el rubio la miraba de esquina a esquina con ganas de correr hasta llegar a su casa en Boston, y decir que no lo estaba considerando seria una mentira...

El lugar le daba asco, no, le daba fobia.

Era muy grande para una sola persona, y con la simple idea de que la mansión era mucho más inmensa y contando con los pocos residentes. Por Hera. El oji celeste se sentía mareado con solo imaginarse perdido.

Ese lugar era un maldito laberinto...

-Muy grande...- Susurro el rubio. La maleta ya se encontraba al lado de la mesa de luz y su mochila sobe la cama- ¿Esa cosa es para uno solo?- Se pregunto a sí mismo.

Un tintineo resonó en todos sus oídos.

-Bye bye, mamá- El moreno no se preocupo en ver al exterior. Era en vano al fin de cuentas. Él sabía muy bien como sonaba el motor del avión.

El chico pasaba su mano con tranquilidad sobre el cobertor de la cama. Suave, afelpado y de color rojo.

Kyo resoplo al sentir su maleta caer. Con vagancia la acomodo para luego ubicarla bajo la cama.

No duraría mucho en aquel lugar...

O al menos eso era lo que deseaba con toda su alma.

...

-Sol de mierd*

El de orbes celeste maldijo con los ojos fijos en el horizonte. No había dormido. ¿Y cómo lo aria si se sentía en una tumba ahí dentro? Él mismo sabía que era ilógico, tremenda mansión, y él sintiéndose encerrado.

El moreno sujeto la almohada más cercana y se la estampo en la cara. Y estaba de más repetir todas las maldiciones que dijo sin cesar.

Con frustración se sentó en la cama para luego dar un salto en ella.

-Un anciano fantasma...- Susurro para sí.

-Muy gracioso, joven Prince- El hombre mayor observo al rubio desde el umbral del baño privado. Y él que solo fue a colocar toallas y le venían a decir fantasma.

-No soy Prince- Bufo el menor.

-Prefiere ¿Joven Trevor?

-No- Contesto tranquilo- Yo soy solo Kyo, ni joven ni doño o señor. Solo Kyo- Simplifico el de orbes cielo.

-Ok- Contesto el adulto con una pisca de confusión. Pero al notar como el más bajo aun lo miraba, prefirió explicar el porqué de su presencia- Solo vine a renovar las toallas.

-Tengo las mías

-Es simplemente rutina

El menor observo a su contrario calculando lo más básico- ¿Eres dinosaurio?

Alfred solo se dedico a suspirar con tranquilidad- No jo...

El adulto cerro rápidamente la puerta del baño al ver como una almohada le había sido lanzada. Luego de que dos instantes pasaran la volvió a abrir. Con sus ojos fijos en el menor prefirió no decir palabra.

-No soy joven Kyo, Prince o Trevor- Respondió con simpleza el rubio- Solo Kyo.

Alfred simplemente decidió asentir para luego seguir con su trabajo.

...

-Que ojeras...

Kyo nuevamente hablaba en vos alta. Con tranquilidad se pasaba su mano por su rostro admirando las bolsas de sus ojos.

¿Pero era normal no? Él no había dormido dos días seguidos antes del viaje, ¿La razón? Simple. Una mañana Diana simplemente se quedo en cama a descansar, y bueno, Kyo simplemente se comió todo el helado de chocolate que su madre tenía para ocasiones especiales.

-No volveré a comer cosas tan dulces- Se recordó el rubio antes de hundir su cabeza bajo el agua fría.

¿No creen que se merecía un descanso? Ok si, se lo merecía; pero con esto de la mansión le daba pavor, además de que también estaba la jodida y molesta luz del sol.

Malditos rayos ultravioletas de color amarillo...

El menor saco su cabeza ya fría del agua para sacarse la lengua a sí mismo por el espejo.

-¿Y se supone que tienes trece? No jodas, deja de pensar cosas estúpidas.

Debería dejar de hablar con migo mismo...

-Si... Debería...

El de orbes cielo nuevamente se miro. Asco. Él le daba asco. La mansión le daba asco.

-Tú me das asco- Se repitió frente al espejo- Parezco una niña quejándose de su figura. No mames wey, se supone que soy chico carnal...

El moreno se termino de arreglar para luego salir al balcón.

-Puedo volar- Tarareo sin razón- Ya se me nota la falta de sueño.

Si y mucho...

Se contesto en su interior.

Los golpes en la puerta lo sacaron de su raro momento.

-Joven Kyo, el desayuno ya está servido.

Kyo no tardo en lanzar una almohada bastante fuerte a la puerta cerrada...

...

Ya en la cocina Kyo se dedico a inspeccionar todo los que sus ojos alcanzaban, a pesar de tener asco con lo inmensamente grande de esa porción de casa, trato con todo su alma en no vomitar por tanto blanco y pulcro que se veía.

-¿No hay nadie?- Pregunto el rubio mientras se sentaba frente a un tazón de cereal.

-¿Dejara de desplumar a las pobres almohadas?- Siguió Alfred.

-No- Contesto Kyo- ¿Nadie de nadie está?- Siguió con su curiosidad.

-No- Se digno a contestar el adulto- Solo encuentran el joven Demián y el joven Grayson, pero por la hora ya no estarán en la casa, supongo.

-¿Y el otro?- Prosigo antes de masticar el cereal. El rubio le resto total importancia a la mirada levemente enojada del mayor. Solo alzo sus hombros con desinterés.

¿Que tenia de malo no llamarlo por su nombre o como un superior? Que Batman sea el sueño de la casa no significaba que él tenía que llamarlo como sus subordinados lo asían.

Alfred contesto luego de suspirar- El señor Bruce está preparando papeleo del trabajo. Luego se retirara.

El adulto observaba al rubio con cautela. El chico era explosivo y terco mesclado con una pisca de curiosidad. Pero si lo resumíamos en una palabra, de seguro seria enigmático.

-No soy un payaso- Dijo el joven mirando como destrozaba el cereal con diversión escondida.

Mueran bitch...

-No pensé eso- Se excuso el mayor.

-Entonces que me ves de interesante. Tengo trece, no quinientos siglos.

El adulto solo suspiro ante lo dicho.

¿Otra cosa que anotar en la lista? Si... El rubio odia cualquier clase de atención...

...

-¿No tiene nada más que hacer jo... Kyo?- Se corrigió el adulto. El se dedico a mirar al chico con atención solo por un par de instantes.

-No

El mayor volvió a suspirar, ya se había olvido la últimas vez que realizo esa actividad tantas veces. Alfred se concentraba en limpiar la sala mientras el de piel morena lo miraba desde un sofá individual.

El chico tenía la mirada MUY pesada...

-¿No te aburres de limpiar?- Rasco levemente su cabellera.

-No, además es mi trabajo- Respondió con serenidad

-¿No te aburre estar aquí?

-No

-¿No te cansas de hacer siempre lo mismo?

-No- Contesto el adulto ya algo confundido. Desde cuando el rubio era de hablar.

Ayer en la noche apenas había llegado y ya se notaba sus pocas ganas de charlar. Y hoy ya había descubierto que poseía un temperamento muy... especial...

-¿No tiene un pasatiempo?- Pregunto esta vez Alfred.

-Creo que no- Respondió con tranquilidad.

El adulto solo lo observo por milésima de segundos antes de volver a sus tareas.

...

-¿A dónde vamos?- Pregunto Kyo siguiendo al adulto.

-Yo a limpiar- Respondió Alfred siguiendo su camino.

El rubio parecía un patito siguiendo a su mamá pata. El chico no se le despegaba ni un momento desde que él le sirvió el desayuno.

-¿No desea pasear en la mansión?

-No me gusta- Contesto tosco.

Alfred tardo en formular su próxima pregunta- ¿Ni en el patio?

-No- Respondió simple.

El rubio veía una y otra es la vestimenta de adulto frente a él. El tipo parecía un pingüino con ese traje. Pero lo que más pasaba por su interior era la simple pregunta... ¿¡Que acaso no tiene calor con esa cosa de Satán!?

Sus ojos viajaron a la ruta que el adulto eligió. La puerta era algo alta y con decoraciones raras casi antiguas por así decirlo...

Macumba... Ok no

Alfred se sobre salto por la repentina risa del más bajo. El chico rubio se había convertido de alguien curioso y serio a alguien eufórico y charlatán.

El rubio tomo lo máximo que podía de aire para recuperar el perdido por su risa. Ya tranquilo miro la puerta y simplemente aguanto la risa provocando un raro sonido de su garganta.

Alfred solo se sintió confundido.

¿El chico seria bipolar?...

...

El adulto miro el reflejo del video. El rubio antes risueño se convirtió en el rubio serio y concentrado por un libro.

La antigua puerta, de la cual el rubio se rio, era la entrada a la biblioteca de la mansión. El adulto prefirió limpiar ese lugar a pesar de no ser muy sucio. Pero al ver como el más bajo se entretuvo con los libros simplemente ideaba un plan para no tenerlo tan al pendiente de su persona.

Ya que tal ves como dato curioso era que el menor tenía, además de su mirada, una presencia muy sigilosa pero aterradora.

"El fantasma de Canterville"

El menor estaba más que sumergido en el libro. Sus ojos cielo pasaban de izquierda a derecha rápidamente mientras levemente movía sus labios.

Kyo rio levemente al darse cuenta de la inexistente presencia de Alfred.

Tramposo...

-Que divertido- Se hablo sarcástico- Solito, solin, solon. Más fácil mejor- Luego de levantarse de la silla se dirigió a otro estante- Que aburrido es estar aquí...- El rubio arrastro su dedo índice en los costados de cada libro en la estantería- Mesero baboso... -Susurro como si Alfred le pudiera escuchar.

Titulo tras titulo pasaban y ninguno le gustaba. Hasta que sus ojos acabaron en el libro "Los ojos del perro siberiano"... Ya lo leyó tres veces...

Pero el vibrar en su pantalón gano su interés. Ya fuera de su bolcillo observo su celular. La pantalla mostraba símbolos los cuales solo se verían bien si desbloqueabas con la contraseña.

Luego de ellos se mostro un mapa nombrado gótica. El rubio no había desaprovechado la oportunidad de escanear la ciudad mientras se encontraba en aire con su madre.

Tres palabras. "Amaba la Tecnología"

Luego de examinar que todo atuviera en buen estado bloqueo su celular. Unos minutos pasaron antes de que escuchara el viento golpear la ventana.

-Lo único que falta es una lluvia.

Con su concentración nuevamente en los libros se permitió sujetar dos. Uno de historia antigua y el otro de ubicación geográfica.

El último era aburrido y simple, pero leerlo por tercera vez no le aria mal...

...

Tik tok tik tok... El sonido contante del reloj. Cualquiera podía interpretar como quisiera ese sonido. Algunos lo sentían tranquilizante, otros estresantes. Él solo lo sentía agonizante. Un sonido muerto e interminable.

Estaba escuchando la maldita canción de "Flo Rida GDFR" y aun así escuchaba ese molesto sonido...

Sus ojos pasaron nuevamente por el mismo párrafo al no poder concentrarse. Su cabeza estaba al revés en el apoyabrazos del sofá, sus ojos viajaron rápidamente y con odio al reloj antiguo.

-Tik tok de meird*- Maldijo el chico. Sacándose los auriculares y con un seño frustrado se dispuso a hacer lo que siempre acostumbraba a hacer.

Sacarle las miserables pilas del reloj. Aparatos del infierno, insoportables e irritantes.

Con tranquilidad se dedico a eso. Ya arrodillado se concentro mientras escuchaba música.

El sonido de los tik tok parar lo relajo totalmente, pero el sonido de pisadas lo desquicio. Sujetando el libro más cerca de su alcance lanzo la cosa parecida una biblia a los que fuera que se moviera.

-¡¿Qué diablos te pasa?!

El rubio quitándose los auriculares miro a la parte superior de los altos estantes de biblioteca. Sobre ellos el más chico de los azabaches lo miraba con un ceño obviamente fruncido.

-¿Te pico Spider Man o qué?- Susurro para sí mismo.

Menso eso de es de aquí...

-A ok...

-¿Qué diablos te pasa estúpido?- Rezongo el de ojos verdes.

Nena por favor, asco tu actitud, diva contrólate que se te ven las arrugas...

Kyo sacudió su cabeza por el estúpido pensamiento. Posando dos de sus dedos sobre el puente de su nariz, para luego estornudar como si nada. Sus mirada fue hacia el de mirada verde, pero al no verlo en las alturas lo busco en el suelo. El chico solo lo seguía mirando.

-¿Te debo algo?- Pregunto aburrido rascando su cabellera. El rubio solo bufo al recibir la irada matadora del contrario- ¿Qué coño vez? ¡Demonios!

-¡Tú fuiste el que me lanzo el libro!- Rezongo el más alto.

-¿Y qué?- Pregunto sin interés el más bajo. Cruzando sus brazos sobre su pecho, se dedico a ver al azabache de pies a cabezas.

¿Qué diva no?...

-¿Y tú qué vez ahora?- Pregunto gruñón el azabache.

-Tú complejo de jefecito, pajarito- Sonrió burlón.

Ambos se miraran serios con el odio erizando sus cabellos. El primero en desviar la mirada fue el rubio al sentir el toser incomodo del azabache mayor. Batman lo miraba desde el umbral de la puerta.

-¿Y tú qué?- Sonrió divertido el oji cielo- ¿Bienes a defender a tu hijita?- Demián no tardo en gruñirle a su contrario el cual solo le contesto con una sonrisa de oreja a oreja- ¿Qué? ¿Te sentiste cariño?

El rubio miro con sorna para luego posar su brazo en el hombro del contrario.

-Quita- Gruño el azabache- Aquí no hay confianza para que te me acerques, estúpido.

-Demián- Batman regaño levemente a su hijo al instante.

Pero el rubio solo le contesto con una divertido suspiro, las palabras "No me cuentes tu vida" salieron de sus labios antes de ir a recoger su celular y el libro que antes leía.

El rubio sonrió triunfante cuando Batman le ordeno a su mini copia a retirarse de la sala.

Pajarito tonto...

Se repitió el rubio internamente; con una pequeña risa decidió seguir en la suya, pero el tacto de Batman en su hombro le comunico que ya no estaría tranquilo.

Asco de visitas...

...

El de cabellos dorados sentía su interior revolverse. Las leves líneas de luces pasaban una vez cada tanto por su vista, el ascensor bajaba tranquilamente poniéndolo más estresante.

¿Esa cosa no iba mas rápido?...

Su mirada estaba completamente en sus pies. Sus botas negras junto a su pantalón holgado gris acompañaban a su remera de maya negra la cual estaba cubierta por un buzo blanco.

En su interior se arrepentía ave traído esa remera, además de incomoda se sentía de laguna forma desnudo, solo por esa razón se había puesto el buzo; o sino solo estaría con la remara y unos bóxer como lo hacía en su propia casa.

-Dime ¿Qué tanto me estás viendo?- Kyo volteo con obvio enojo. A sus espaldas Demián y Dick se encontraban cada uno con sus pensamientos.

Dick solo trataba de no sentirse incomodo. Pero Demián no desaprovechaba la oportunidad de estrangular a su menor con la mirada. Bruno solo miraba al frente con tranquilidad.

-Que ¿Te molesta Barbie trucha?- Contraataco el de orbes verdes.

-¿Y tú no te cansas de ser una vil mini copia de tu papi?- Contesto burlón el rubio.

Bruno podía jurar que en un susurro, Dick estaba rezando con nerviosismo...

Ambos menores se fulminaron con sus miradas; Demián sonrió con suficiencia al notar que el contrario era más bajo que él solo pro unos centímetros.

-Al menos no soy trapo de piso

-Que ¿Envidias mi figura fina? ¡Calma!- Rio con burla el rubio para luego mirar nuevamente hacia delante- Algún día bajaras esa panza. Pajarita.

El rubio sintió su ojos expandirse al ver aquella famosa cueva. Las puertas se abrieron dejando ver lo que tanto se cotilleaba por los fanáticos.

Él no tardo en seguirle el paso al mayor de los azaches, pero el repetido empujón que Demián le había proporcionado con su piel casi lo tira.

-Cuidado- Sonrió con sorna- El piso esta resbaloso- Tras decir eso siguió a su padre y Grayson.

Kyo dio un par de exhalaciones antes de mostrar su semblante mas tranquilo y empezar a caminar hacia la gigante computadora.

Sus manos iban ocultas en el bolcillo de su buzo; al pasar por el lado de Demián simplemente le hizo un fakiu oculto.

Ya llegaría su venganza...

Ya frente a la computadora y al lado de Bruno, se dedico a escanear todo con su mirada.

-Necesitare algunas poner algunas reglas por el tiempo de tu estancia aquí- Bruno empezó a hablar mientras Kyo observaba la computadora detenidamente.

-¿Crees que te robare?- Pregunto con burla el rubio. Tanto Demián como Kyo estaban preparados para contestarse entre ellos, pero Bruno se les adelanto.

-No es eso- Contesto simple- Según Diana eres alguien que no puede estar quieto- Kyo solo levanto sus hombros restándole importancia- Y según Alfred, hoy apenas en la biblioteca te tranquilizaste.

-¿No es muy lengua suelta?- Rio el rubio

-Solo hace su trabajo- Contesto Bruno.

-A claro- Rodo los ojos- Al jefe no s ele oculta nada- Con burla en su voz y con el semblante serio decidió dar un pequeño paseo por la oscura cueva.

Sus pasos eran lentos y tranquilos. Pero el pitido que la computadora lo altero a tal grado de clavarse en el techo al escuchar la palabra "Escaneando"

-Que diablo- Dick susurro viendo como el rubio estaba, literalmente, clavado en el techo.

-Gato- Susurro Demián

"Escaneo no completado" la computadora no tardo en notificar la ausencia del objetivo a escanear.

-¡Qué diablos era eso!- Kyo miro alterado al azabache mayor. El contrarío solo lo observaba con intriga.

-¿Qué mas habilidades posees?- Pregunto con curiosidad.

-No sé de que hablas- Respondió sosteniéndose de unas cuantas rocas picudas. El techo estaba malditamente resbaloso.

Bruno aun observaba el rubio en el techo.

A pesar de ser terco, espero que puedas al menos descubrir mas de lo que yo se...

Las extrañas palabras de Diana resonaron en su mente.

...

-Quita eso-El rubio aprovecho a darle un buen guantazo a la cámara, que se supone debería escanearlo y firmarlo.

-¡Quédate quieto!- Gruño Demián del otro lado de la cámara.

-No

El azabache solo le dedico una mirada enojada; con frustración volvió a colocar la cámara como correspondía. Pero kyo no tardo en darle un nuevo guantazo.

-¡Niño insoportable!- Le grito luego de golpear la mesa.

Kyo no tardo en copiar su acción- ¡No le haré caso a un niñito de papi!- Gruño el rubio

-¡Infantil!

-¡Egocéntrico!

Ambos jóvenes se habían levantado de las sillas para ponerse cada uno frente al otro.

50 centímetro...

-¡Enano!

-¡Narcisista!

40 centímetros...

-¡Eres insoportable! ¡¿Me dices a mi egocéntrico?! ¡Tú eres el que se cree que puede hacer lo que se le venga a la gana!

-¡Al menos no me ando escondiendo tras la sombra de mi padre! ¡Y si eres egocéntrico! ¡Pues te crees el mejor cuando no eres más que un simple remplazo de otro pájaro asqueroso!

30 centímetros...

Ambos jóvenes se miraban con odio y con sus rostros rojos por el enfado.

-¡Al menos no ando de vago divagando en la casa de otro!

-¡¿Acaso crees que me gusta tu absurda mansión?! ¡Ni siquiera es tuya, es tu padre idiota!

-¡Por derecho es mía!

-¡No das la talla para ser un millonario respetado cabron! ¡Simplemente eres un absurdo y simple niño mimado!

¡Yo soy apto, y doy la tallas, más que cualquiera que conozcas!- Grito enfurecido Demián

-¡Eres narcisista y egocéntrico! ¡Más de lo que crees Demián!

20 centímetros...

-¡Tú no hables! ¡No eres mejor que yo, no eres mejor que nadie!

-Soy mejor que tu.

-No, no lo eres. Simplemente eres un chico terco e insoportable- El rubio no tardo en resoplar con diversión, causando más enojo de parte del contrario- ¿De qué demonios te ríes?

-Me rio de ti. Me das pena. Sola mente eres un niñito en la sombra de su padre. ¿Cuánto más piensas estar bajo el ala de tu papito?- Pregunto con hostilidad y sorna. Demián fulminaba a su menor con solo la mirada, pero las palabras del contrario en verdad le estaban hacinado perder la cordura.

Demián por su parte copio una vieja acción de su menor, riéndose con burla miro fulminante al más bajo.

-¿Me dices a mí niñito de papi? Pues que crees princesita barata. Yo al menos si lo tengo vivo.

Los ojos gatunos del rubio se agrandaron; con furia sujeto al de ojos verdes por el cuello de su camisa para luego empezar a levitar en el lugar.

10 centímetros...

-¿Hablar de alguien muerto te parece divertido? Pájaro asqueroso- Gruño el rubio mostrando sus dientes, en una acción involuntaria acerco a su mayor a su cara- Me dices inmaduro a mí- Le susurro al oído- Alguien que se encapricho por la muerte de su abuelito querido, no puede decir a alguien más inmaduro- Con una sonrisa forzado le volvió a mirar a los ojos- Se hombre y convite tus problemas de frente. El dinero no comprara lo que en verdad deseas- Lo miro seriamente, para luego sonreírle con sorna- ¿O acaso eso te devolvió a tu abuelo?

Los diez centímetros se convirtieron en cinco por el impulso que Demián tomo para que un asqueroso cinturón sea colocado en la cintura del menor.

Kyo no tardo en soltar a su contrario al sentir el apretado objeto en su cintura.

Demián no tardo en caer con agilidad en el suelo, a pesar de los diez metros de altura que lo separaban del piso.

-¡¿Qué mierda es esto?!- El rubio miro enfurecido el objeto. Con sus fuerzas trato de al menos aflojarlo un poco.

"Escaneo completado"

El rubio rompió el objeto, para luego mirar hacia la bati computadora. Tanto Batman, Ala nocturna y Alfred estaban ahí viendo la pantalla que mostraba sus signos vitales, su estado de salud entre otras cosas medicas comunes.

-¡Malditos mentirosos!- Grito aun en el aire.

Demián observaba al chico desde el suelo, a su lado no tardo en posicionarse Bruno el cual tenía una pequeña pantalla en sus manos.

-Era la única forma en la que te podríamos escanear, Kyo.

Bruno hablaba con tanta tranquilidad que hacía que los cabellos del rubio se pusieran en punta.

Odiaba a los ricos...

-¡Pues me cago en tus juguetitos de morondanga!- Tras dicho esto, el rubio comenzó a destrozar el pesado aparato como si de un fino papel se tratara.

Luego de esta acción lanzo los pedazos por doquier.

Algunos de los pedazos caían en las armaduras de entrenamiento, las cuales quedaban destrozadas. Esa cosa sí que era pesada...

-No le veo lo malo a un diagnostico medico, Kyo- Alfred dio su opinión mientras se encargaba de servir un poco de té

Dick lo miro curioso, muy pocas veces el adulto hablaba con alguien sin las apalabras joven o señor, por no decir nunca...

Kyo simplemente se cruzo de brazos descendiendo lentamente.

-Mañana tendremos que hablar con tranquilidad- Comento Bruno llamando la atención del rubio- Hoy ya es de noche y debes descansar- Luego miro a su hijo y compañero- Ustedes alístensen para patrullar.

Con un asentimiento por parte de ambos azabaches, Batman desapareció de la cueva al igual que sus compinches.

Definitivamente odiaba a Batman...

...

Con el seño aun fruncido, Kyo se dedico a ayudar un poco a Alfred.

El adulto limpiaba los restos destrozados de las armaduras, mientras el rubio se ocupaba de los pedazos del antiguo cinturón/escáner.

-No entiendo su punto de vista Kyo- Alfred aun observaba las fuertes armaduras destrozadas, luego observo con cautela al menor el cual abollaba un pedazo del objeto roto- Obviamente posee el vuelo y fuerza de su madre. Pero un no le veo lo mano a una revirón.

-No me gustan los médicos. No me gusta Batman. Y no me gusta su extraña obsesión de querer saber todo sobre una persona- Contesto sincero el rubio- Si él tiene un registro de mi madre, no me interesa- Abollo otro pedazo- Pero a mí no me escaneara y pondrá en su absurda base de datos por puro deseo.

-¿Es por decisión de su madre?

-No sé él porque ella no dijo nada de mi existencia. Pero no me importa en lo más mínimo- Abollo otro- Lo que me importa es no acabar en la computadora de un maniático del orden y manipulación.

Alfred miro con curiosidad al Prince, pero ni así podía descifrar si lo que decía el menor era verdad o mentira.

-No soy un libro abierto- Le dijo Kyo con burla

-Lo sé- Se sincero Alfred.

-¿Qué quiere preguntar?- Abollo otro más

-¿Por qué abolla todos los quedazos?

Kyo simplemente sonrió con burla.

...

Ya en la oscura noche de Gótica, muy copas personas salían a caminar. Los trabajadores sabían bien del peligro, pero aun así cumplían con sus responsabilidades.

En los techos tres personajes hacían su trabajo. Cada uno a su debido tiempo y con sus respectivos pensamientos.

Uno en particular reproducía un recuerdo de puro enojo que no sucedió hace mucho tiempo.

Demián yacía sentado en una baranda de un edificio, su mente divagaba en cada palabra antes dicha por el rubio de ojos celestes. Ambos sabían discutir y poner sus caratas en la mesa para enfrentar a otro cuando desearan.

A sus espaldas sus otros compañeros poca importancia le daban a su repentino momento de relacionamiento.

Al notar la ausencia de su padre y compañero decidió ir por su cuenta a patrullar por ahí, como siempre iba con el gancho por donde él quisiera. Algunas tiendas estaban abiertas y otra normalmente cerradas. Unas de tantas esta la tienda de chucherías, el local tenía un imán gigante, unas tijeras de igual tamaño y otro objeto que no conocía.

Al pasar por sobre ese negocio. Sintió la maldita presión en su cinturón.

El fuerte golpe que se dio al caer sobre el imán gigante lo izo quejarse en voz alta. Con enojo saco lo que pudiera tener su cinturón; entre ellos estaban cosas normales como sus artilugios. Pero el deformado y pesado metal que antes no lo había notado izo que su seño se frunciera.

El rubio le había colocado una gran cantidad del antiguo escáner en su cinturón de trabajo...

-Maldito gato- Susurro con enojo entre dientes el oji verde.

...

Kyo nunca se arrepintió de nada...

No se arrepintió en ayudar a Alfred a limpiar la casa.

No se arrepintió de quejarse con su madre sobre su estadía ahí.

No se arrepintió de haber insultado y todo lo demás al pájaro de Demián

Y menos se arrepentía de haber abollado todos los pedazos del escáner y haberlos ocultado en el cinturón del oji verde.

No se arrepentía...

No solamente odia a Batman... También odia a Dick, a Súper Man y cómo olvidar a Demián...

-La venganza se sirve en un dulce y exquisito plato frio...- Susurro el rubio viendo la hermosísima luna por el balcón de su habitación... 

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