19°
-Toma agua- Le aconseja. Al no recibir otra respuesta que no fueran arcadas decidió por si mismo ir a buscar un vaso con agua fresca.
Lex meneo su colita intrigado. Luego de ver como Raven se retiraba de la habitación decidió bombardear al azabache con preguntas.
-Dime Jaime- Comenzó su charla- ¿Nunca has bebido?- Rio suavemente- Solo fueron tres tragos los que ingeriste.
El azache respiro profundo tratando de retener sus nauseas. No tardo mucho en lanzar sus tripas por la ventana. Lo que le esperaba cuando Afrodita se enterase.
El felino rio cínico ante la idea.
https://youtu.be/binm-Wa_wCA
La canción no tardo en resonar en todo el estéreo del avión. Desde afuera Hana no tardo en reír como desquiciada al ver como Dick trataba de quitar la canción que Lex había puesto.
La castaña no tardo en subirse al avión para poder rescatar al pequeño felino que había empezado a cantar como loco. Mientras que Dick solo trataba de llegar a la parte superior del avión.
La mayoría de las amazonas ignoro el escándalo. Al fin de cuenta este no duraría mucho. Ya estaban por partir.
Solo Afrodita acompañada de Donna Troy se encontraban charlando con el hibrido metálico y con el azabache de ojos verdes sobre su próximo destino.
La azabache no creía buena la idea de darle la posición exacta de su sobrino. La verdad aun no podía confiar en el chico de ojos verdes. Tal vez su instinto de tía chismosa (Según le decía Kyo) le quería dar una señal de algo que se le estaba pasando de largo.
-¿Está segura que es la dirección?- Interrogo Cyborg no muy convencido.
La azabache no tardo en fruncir el ceño. Cyborg se sintió chiquito ante ello.
-Obviamente que es correcta- Aseguro gruñona.
Afrodita negó con frustrada. Al notar como la azabache de traje rojo no iba a negarse ante la pelea que obviamente Cyborg no quería comenzar decidió llamar la atención de Demián para alejarse y poder hablar con más tranquilidad.
-Lamente su comportamiento- Se excuso mientras fruncía el ceño al ver a la hermana menor de Diana- Ha estado algo intranquila ante la noticia de la fuga de Kyo. Hana me había aconsejado de no contarle el problema, pero por mi absurda decisión de hacerlo ahora anda buscando pleito con tus amigos.
Demián solo negó.
Tal vez él no esté acostumbrado a esa clase de preocupación familiar, pero no le echaría en cara que se comportaba como una infantil al buscar pelea. Solo lo dejaría pasar. Al fin de cuentas él tampoco estaba muy tranquilo ante la idea de estar alejado del rubio.
Luego de un suspiro. Un estrechamiento de manos. Y una severa mirada de Donna y Hana ante su persona. Subió al avión para acomodarse y fijar el rumbo ante su nuevo destino.
- "I can't talk right now. I'm looking and I like what I'm seeing"- Canto a todo pulmón el de colores metálicos. Con euforia mesclado con fanatismo.
Garfield reía divertido al ver como Lex cantaba con una sonrisa pintada en la cara. Luego de un par de estrofas mas él mismo se unió a cantar "Ain't my Fault" de Zara Larsson.
Raven sonrió levemente al verlos divertirse.
Mientras en la parte trasera el dúo se había convertido en trió de cantantes.
No muy lejos de aquella dirección sonaban un par de alarmas que despertaron sobresaltados a muchos jóvenes.
-¡Arriba inútiles!- Gritaron desde la entrada de la habitación.
Dentro de esta muchos jóvenes, alrededor de diez a trece años, salieron lo más rápido del cuarto que refugiaba a diez de ellos.
Ya fuera de la gran habitación, dejando ver que esta solo era un contenedor con techo circular, cada uno de ellos se posiciono en fila con las cabezas en alto y con el cuerpo rígido atentos a cualquier orden. Ignorando completamente a quien le dirigía la palabra desde sus espaldas.
Los jóvenes aun adormilados acataron la orden al escuchar que se voltearan para luego que salieran corriendo cumpliendo la orden de dar dieciocho vueltas al campo.
Con pasos pesados desde las oficinas un rubio caminaba junto a sus auriculares con desgano.
Aquel día se le había dado por escuchar "Team" de Iggy Azalea.
Sus botas resonaban en todo el pasillo alumbrado por las luces artificiales. Sabia del silencio del pasillo, al fin de cuentas era un fin de semana. Hace no mucho se podía apreciar las bellas estrellas que ahora habían sido remplazadas por el amanecer fusionado con los gritos matutinos de algunos superiores.
Luego de quitarse los auriculares confundido decidió avanzar hasta la ventana más cercana y observan con detenimiento.
Sus zafiros no tardaron en chochar contra un grupo de diez chicos corriendo todo el campus con desesperación. Estos aun se veían dormidos, pero los gritos furiosos dados a través de un altavoz les daban la suficiente adrenalina por el miedo como para no voltear a ver quién era el que le daba las órdenes.
Con el ceño fruncido y con sus ojos celestinos echando chispas descendió por las escaleras directo al campo de entrenamiento.
Con furia se dirigió a dos chicos que sostenían una grabadora y el alta voz reproduciendo la vos de unos de sus superiores mientras ellos trataban de contener la risa por su travesura estúpida.
-¿¡Que mierda creen que hacen!?- Gruño con furia el rubio de ojos celestino.
Ambos jóvenes voltearon asustados ante la voz. El rubio frente suyo no tardo en quitarles los gafetes en sus pechos para verificar su división. No tardo mucho en darse cuenta que pertenecían a los mismos chicos que se encontraban corriendo despavoridos y aun adormilados.
Una estúpida broma entre compañeros...
-¡Lo siento señor!- Grito asustado uno del dúo. Luego de haberle escaneado como dos veces por fin lo había podido reconocer. El rubio no tardo en fulminarlo con la mirada. Luego observo a su compañero que estaba paralizado y de seguro se había orinado al reconocerlo de inmediato.
Con brusquedad les arrebato el alta voz para luego utilizarlo a su gusto.
-¡LIMPIARAN LOS BAÑOS DURANTE TODA LA SEMANA DURANTE LA NOCHE Y LIMPIERAN LA COCINA POR LAS TARDES! ¡Y NO ESPERO NI UN PERO O UNA ESCUSA DE SU PARTE!- Grito desde el alta voz enfrente de ambos jóvenes que sintieron como sus oídos quedaban medios sordos- ¡Y ustedes!- Grito esta vez sin el altavoz dirigido hacías lo que antes corrían- ¡Dejad de correr y vallan a asearse! Que hasta acá huelo su mierda de baranda- Gruño haciendo que los cadetes se achicaran en su lugar- ¡¿Entendido?!- Grito nuevamente por el alta voz.
-¡Si señor!- Respondieron al unisonó los doce cadetes que no tardaron en salir corriendo nuevamente hasta su respectivo contenedor militar.
El rubio celestino acaricio el puente de su nariz con frustración. Mentalmente había comenzado a contar para relajar sus músculos.
Luego de un rato en medio de la nada decidió dirigirse hasta el contenedor numero sesenta y ocho para dirigirse a los cadetes de antes de manera más calmada. Deseando internamente que estos ya estuvieran preparados por que si no volvería a estallar.
Al estar cerca de este noto como la puerta del contenedor estaba abierta dejando ver a un chico de cabellos verdes el cual solo se encontraba apoyado en la puerta sin intenciones de ingresar.
Al estar a su costado lo observo de reojo para luego recibir una mirada cansada de su igual y que este le dejase pasar al interior acompañado de la presencia de cabello verdosos flúor.
En el interior se encontraba un rubio opaco tratando de separar a dos chicos de la misma división anterior. Obviamente enojados por la broma estúpida que dos de ellos había realizado.
El peli verde a su lado solo rasco su cabello cansado. Y por arte de magia le entrego un altavoz al rubio de ojos celestinos.
El rubio no dudo en usarlo con suma potencia ya cansado.
Sus ojos zafiros miraban con suma seriedad como el peli verde, antes cansado, les daba órdenes específicas para realizar los ejercicios físicos para el trecho de obstáculos.
El por su lado se mantenía estoico parado a un lado del rubio opaco el cual se encontraba tirado en el suelo abatido.
El pobre no solo tuvo que separar por si solo a ambos jóvenes, sino que también recibió una reprimenda del celestino con el alta voz en mano. Aun sentía sus oídos aturdidos.
Ambos rubios dispersaron sus pensamientos cuando el peli verde se coloco al otro lado del celestino para luego de hacer sonar el silbato observara a los cadetes realizar los obstáculos con algo de dificultad.
-¿Cuántos dedos ves?- Pregunto el peli verde de ojos negros. Extendió tres de sus dedos por detrás del rubio más bajo dirigiéndose al rubio tirado en el suelo sin siquiera mirarlo a este o al rubio de ojos celestinos.
-No estoy siego estúpido. Quede aturdido por el pigmeo a tu lado- Gruño con enojo. Kyo no tardo en partearle las costillas para luego ir a guardar el alta voz donde debería estar.
El celestino camino con algo de fatiga hacia la enfermería. De ahí solo coloco el alta voz en una de las mesas.
-El altavoz no es de la enfermería- Regañaron a sus espaldas.
-Déjalo un instante, luego lo vendré a buscarlo- Pidió. Al voltearse solo recibió una mirada severa de tonos esmeraldas.
-Como no vengas luego a quitar este cacharro de mi oficina te lo lanzare en la cabeza- Gruño la fémina antes de voltearse a ordenar los medicamentos y demás objetos quirúrgicos.
El rubio asintió ante la amenaza de la peliroja. Sin más que decir volvió al campo de entrenamiento.
Ese fin de semana todos los demás escuadrones estaban en sus casas como normalmente se hace el fin de semana para los militares, pero como últimamente habían recibido muchos cadetes decidieron poner a estos los fines de semana para adelantarlos y luego colocarlos como todos los demás en la semana.
Y él había recibido como castigo ocuparse de los cadetes junto a su escuadrón al haber estado tanto tiempo en rehabilitación por incidentes en anteriores misiones. Había veces que detestaba a sus superiores.
Con cansancio bostezo al estar al lado del rubio opaco el cual ahora estaba tirado en unos bancos dormitando un par de segundos antes de que sea su turno de dirigir a los cadetes.
-Lanzer te está llamando- Informo Kyo.
-Cinco minutos más- Susurro fatigado.
-Que vallas- Ordeno el rubio más bajo.
-Dije que...
-¡Conor!- Grito ya cansado el peli verde desde la lejanía junto al grupo de cadetes.
El rubio opaco no tardo en levantarse como resorte y correr hasta el chico que lo fulminaba con su mirada negruzca.
Kyo solo rodo los ojos ante la acción. No tardo mucho en ver como el peli verde se acercaba hasta él para tomar el mismo lugar que el anterior rubio. Solo que se quedo sentado observando como el rubio de ojos avellana explicaba la próxima actividad.
Tanto Lanzer como Kyo rodaron los ojos al ver como Conor no había aguantado un bostezo que trato de tapar con su ante brazo.
Tanto el moreno como el pálido se dejaron caer en la banca para luego suspirar con pesadez.
-Lamento esto- Susurro el rubio más bajo.
Lanzer a su lado solo rio suavemente, ambos habían que la culpa no se la podía llevar solo Kyo. El fin de cuentas en su ausencia no es que ellos se hayan portado de maravilla. Tanto Conor como él habían metido la pata al incendiar una caballa de enfermería. Resultado más heridos de lo que estaban. Estuvieron alrededor de un mes en rehabilitación obligatoria.
-Na, que va- Susurro el peli verde. Con sus ante brazos interfirió que su espalda se encontrara por completo en la banca. Dejando así la posibilidad de observar a los cadetes y al rubio más alto.
Kyo observo a su amigo. De cabello alborotados de color verde floreciente. Piel pálida y de hermosos ojos negros que le daban un aura algo tranquila pero a la vez despampanante.
A diferencia de él, Lanzer media uno cincuenta y portaba la edad de dieciséis años.
El peli verde no tardo en colocarle un auricular al rubio mientras él se colocaba otro. Reprodujo una banda de rock que no recordaba, pero sabía que la tonada de guitarra era la que más le gustaba.
Desde lejos ambos observaban a los cadetes ir de acá para allá sin descanso siendo custodiados por el rubio de ojos avellanas.
Kyo dejo de prestarles atención. Mientras que Lanzer se dedico a observar al rubio más alto.
Aquel con su cabello rubio opaco bien peinado, (Muy diferente del rebelde de Kyo) de ojos avellanas y de tés medio bronceada, que media uno sesenta cuando solo tenía quince años. Lo había dejado a él enano cuando se suponía que él era mayor que el Constantine.
La pequeña sonrisa que su rostro portaba se desvaneció al sentir el dolor agudo en su cabeza.
Tanto Lanzer como Conor habían dejado su discusión absurda para reír como locos la ver el sufrimiento del menor del grupo.
Al lado de Kyo no tardo en sentarse la peliroja de tés rosácea y de hermosos esmeraldas que combinaban con las pecas de sus mejillas y algunas que descendían por su cuello.
Kyo inflo sus mejillas en forma de berrinche.
-No. Nada de berrinches. Yo te lo advertí- Se justifico la peli roja apuntando de manera acusadora con su índice.
-Pero no me hubieras pegado con la punta del aparato de mierda- Gruño adolorido.
La peliroja solo lo observó de reojo. Levanto una de sus finas cejas rojizas. Para luego sacarle la lengua divertida.
Los otros dos chicos rieron a coro. Luego fueron fulminados con la mirada del pequeño rubio, luego siguieron riendo al ver como la única fémina de la mesa besaba la mejilla de este para luego apachurrarlo como si de un gatito se tratase.
Tanto Conor como Kyo se habían levantado de la mesa para ir a buscar algo a sus habitaciones. Por mientras en la mesa tanto Lanzer como Eliana comían a gusto contando una que otra cosa de su despertar mañanero súper cansador y ajetreado.
Eliana reía al escuchar como Kyo había explotado desde temprano y causado terror en los pobres cadetes. La chica tenía una que otra historia sobre los mismos cadetes que habían ido a la enfermería para que les curase y de paso ella escuchaba sus quejas. Se había sentido toda una sicóloga profesional.
La peliroja había recibido uno que otro coqueteo de los cadetes. Por lo cual ella solo los rechazaba dejando bien en claro que ella era muy madura para niñatos como ellos (A pesar de solo tener catorce). Pero algunos la habían querido rebajar y queriendo flanquear ente la altura de algunos que creían que así la podrían hacer más sumisa, lo cual no resulto, ya que señores, esta chica con solo uno cincuenta de altura era toda una fiera que se defendía como si de Chaqui Chan se tratase.
Cuando ambos rubios habían vuelto los cuatros siguieron con su desayuno entre charlas, bromas, golpes y uno que otro insulto.
El rubio celestino rio burlón al ver como su contrincante (Conor) esa regañado por el peli verde por ser tan descuidado en la hora de dormir, ya que se notaba a leguas el poco descanso que había tenido.
-Yo creo que el perrito faldero necesita a su mujercita para dormir a gusto- Bromeo el rubio celestino.
Eliana no tardo en lanzar una carcajada nada femenina.
Conor solo mostro su dedo central ante el apodo de perro faldero. Lanzer no tardo en propinarle un zape ante tal acción.
Los tres rieron (Excepto Conor) cuando el rubio mayor en un intento de lanzarle comida en la cara el rubio menor, este lo esquivo haciendo que la comida lanzada acabase en la cara de unos de los cocineros.
El oji avellana salió corriendo como alma que lleva el diablo ante la mirada tétrica del cocinero más querido en el cuartel.
Sus pasos resonaron suavemente por el pasillo. Nuevamente se dirigía al patio de entrenamiento, pero la diferencia esta vez era que no iba solo.
A su lado Eli procesaba la información adquirida.
El rubio menor se había confesado. De psicóloga había pasado a padre al cual todos confesaban sus pecados. Quería morirse por la noticia.
-¿Algo así como un novio?- Inquirió dudosa.
-Algo así como nada- Corrigió el de ojos celestinos- No pasaba nada más que simples besos y una que otra sonrisa.
La peliroja trago con dificultad. La noticia seguía en su cabeza, no podía sacársela y ni siquiera era capaz de formular algo para levantar el ánimo de su pequeño amigo.
Pero Kyo, lejos de estar avergonzado por contar su extraña relación con el Wayne; solo se moría por dentro. Quería llorar pero no podía.
No en la base.
No en el pasillo.
Tal vez si en la habitación de Eliana.
Tal vez en sus brazos podría desahogar todo el llano que había acumulado.
-No sé qué decirte- Se sincero la oji esmeralda- Nunca me imagine que la palabra problemas amorosos se enganchara en tu rutina diaria. Y dudo que yo sea una persona que te de buenos consejos sobre el amor.
-¿Amor? ¿Esto puede siquiera llamarse amor?- Intrigado pregunto desesperado. Sus ojos aguamarina la escanearon en busca de respuestas.
La fémina solo atino a morderse el labio nerviosa. Sujeto sus propias manos nerviosas y luego tironeo de las manos contrarias para acercarlo a ella y que un abrazo se formara.
-Simplemente no se bebe- Susurro- Soy buena para los consejos que requieran de problemas familiares. Tal vez un poco de auto estima. ¿Pero de amor?- Se cuestiono a sí misma- Lo único que se me viene a la cabeza son los dos tortolos que tenemos como amigos. Luego no tengo otro ejemplo.
Kyo asintió cabizbajo. Se regaño a sí mismo por presionar a su amiga. La chica apenas procesaba su historia, y él ya buscaba respuestas desesperado.
Eli no tardo en devolverlo a la realidad. Con un beso en la frente lo invito a su cuarto. Ella no sería la correcta para aconsejarlo con sus sentimientos encontrados. Pero sería buena en escucharlo y dejarlo desahogarse en sus brazos.
-Solo tiene trece- Gruño con fastidio Lanzer.
-Ya es bastante maduro como para que le niegues besar a alguien- Contraataco Conor.
-¡No es ni grande ni pequeño, es mi bebe de quien están hablando!- Gritoneo la peliroja.
Eliana sujeto con fuerza el cuello de la camisa del rubio mayor. Conor trato de zafarse pero la chica no tardo en zarandearlo con frustración trasformada en lágrimas de enojo.
¿No se supone que tres cabezas pensaban mejor que una? ¡Pues déjenme decirles que estos tres individuos estaban entrando en lágrimas al no poder ayudar al menor del grupo!
-Quiero llorar-Susurro dolido el rubio mayor. Conor sorbió su nariz para luego ver a su amiga. Eliana lloraba en silencio. Ambos no tardaron en abrazarse para llorar juntos.
Lanzer sostuvo el puente de su nariz cansado y frustrado. Sus ojos levemente húmedos se secaron gracias la agresividad con la que se paso su antebrazo. Sus ojos negruzcos se dirigieron a la pequeña bola de sabanas que era su menor.
Kyo, bajo las sabanas, abrazaba una almohada con los ojos perdidos en algún lado. Su cabeza estaba perdida.
Desde que habían llegado a la habitación de la peliroja el chico había caído en un trance apenas había tocado la cama y abrazado la almohada. Simplemente había dejado de hablar y responder a su entorno.
Eli salió con desespero en busca de la pareja que tenia por amigos y los arrastro como loca hasta su habitación. A pesar de ser ella la enfermera de su división no sabía qué hacer con su amigo. Estaba nerviosa. Y Conor solo había empeorado las cosas al entrar en pánico y colore al escuchar la historia que, difícilmente, Eli pudo contar entre sollozos.
Lanzer volvió a suspirar. Con delicadeza ingreso entre las sabanas para quedar frente a frente con su pequeño niño. Kyo solo seguía con la mirada ida.
El peli verde soplo suavemente en sus ojos. Logro que el contrario parpadeara. Luego de observarlo por un corto tiempo el rubio volvió a bajar la mirada.
-¿Quieres hablar del tema?- Interrogo con cariño y paciencia. El chico asintió dudoso- Me corrigiere ¿Estás listo para hablar del tema? ¿Kyo?
El rubio observo con tranquilidad la linda camisa que su amigo poseía. No lo veía a sus ojos. Sabía que con su silencio solo ponía más nerviosos y asustados a sus amigos. Sabía que ellos se preocupaban de que algo hubiera pasado y que él no les estuviera diciendo.
Internamente sonio ante la idea de una linda familia preocupado por el hijo menor de esta. Sabía que así lo miraban ellos. Como si él fuera un bebe de la hermosa familia que habían formado con loa años.
Amaba escuchar la palabra familia y que de inmediato le viniera a la cabeza ellos tres. Sus primas y tías amazonas, su padre; y muy a regañadientes a su madre.
Ellos eran familia, la cual convirtieron una base militar en su hogar, la cual lo mimaba como si de verdad fuera un bebe, la cual lo atropello apenas piso el suelo de la base importándole un pepino que el rubio mayor estuviera en media rehabilitación por un tobillo fracturado.
Ellos lo habían recibido con tanto amor familiar que se sintió lleno por mucho tiempo. Pero en las noches se escapaba a la habitación de la peliroja, se sentía frio por las, como si algo le faltase.
Buscaba en ella el calor que sentía que le habían arrebatado.
Trato de comunicarse con Lex. Había vuelto a Boston en busca de Lex por todos lados junto a Conor. Al no encontrarlo pidió que Eli lo buscara por el rastreador que ella le había colocado en el proceso de creación. Pero nada.
El rastreador parecía roto.
Ni los titanes se encontraban en Boston.
Y él no estaba preparado por volver a la ciudad donde estos habitaban.
No estaba preparado para toparse con la mirada esmeralda del Wayne.
Lanzer observo como el rostro moreno de su amigo se sonrojaba, sus mejillas se abultaron y sus ojos desprendieron lágrimas a montones.
El peli verde no tardo en intercambiar su cuerpo con la almohada que anteriormente el Prince abrazaba.
Lanzer lo abrazo con fuerza. Y desde afuera de las sabanas Conor y Eliana abrazaban a ambos con un sentimiento amargo en su interior.
Con tranquilidad acomodo la almohada. Conor sonrió ante la mirada cansada que Kyo le otorgaba.
El rubio más joven aun envuelto por las sabanas observo a su mayor mientras este armaba un tipo de sofá con todas las almohadas que Eli tenía en su habitación.
Kyo trato de levantarse pero los brazos fuertes de Lanzer se lo impidieron. Aun abrazado al chico lo observo dormido.
-Todos caímos dormidos después de un rato- Explico Conor- Eli me despertó al sentirse incomoda y a punto de hacer de la cama- Rio ante el recuerdo- La idea de una pijamada salió apenas se escucho la lluvia- Kyo asintió ante la explicación. Desde la cama se podía ver el fuerte diluvio que se llevaba a cabo. Unas almohadas servían como respaldo de sofá, las sabanas podrían cubrirlos a los cuatro y se organizaban. Y ante la aceptación de la idea en su interior, Eliana entro por a puerta con bebida caliente y uno que otro aperitivo salad y dulce.
Definitivamente no podría negarse.
Luego de un rato Eliana ingreso bajo las sabanas y acomodo todo en la cama. Conor no tardo en colocar barias películas para disfrutar en una noche de lluvia y frio.
-Pone "The Wicher"- Exigió la única mujer.
-Dijimos películas, no series- Renegó el Constantine.
-Pero quiero ver The Wicher. Escuche que esta buena- Contraataco la Blood.
-Pero está incompleta- Volvió a responder el rubio mayor- La última vez nos terminamos "Umbrela Academy" y "Zona Blanca" en dos días. Y nos quejamos como dos semanas porque solo vimos la primera temporada.
-Yo quiero The Wicher- Susurro la peliroja aun caprichosa.
El rubio mayor frunció l seño listo para seguir con la discusión. Pero la tele comenzó a reproducir la típica canción de Disney para luego dejar ver al ratón y luego dar la presentación de "Ralph rompe el internet"
Ambos contrincantes voltearon a ver enojados al reproductor de la película. El Black los miro furioso, el andaba en medio de una siesta reparadora y tenía que despertarse por las cotidianas discusiones de series de ambos.
Lanzer guardo el control entre él y Kyo para luego acomodarse mejor al lado de su menor. Los dos restantes solo suspiraron derrotados. Con Conor al lado de Kyo y Eliana abrazada al peli verde el cual no tardo en hacerle mimos en sus largos cabellos rojizos.
La película se llevo a cabo. Cada tanto Eliana no podía dejar de quejarse de ciertas escenas o estupideces que aparecían en las tomas.
-¿Por qué ahora si puede salir de su juego si sigue siendo una falla?- Interrogo Blood.
-Porque en la película anterior vio que era su poder- Contesto Constantine.
-Sigue siendo una falla. No es un poder. Sería un poder si fuera tele trasportación. Alta el virus la trato como un desperfecto del juego. No es poder.
Lanzer fundió el seño ante las constantes interrogantes de su amiga. Al película ya había terminado y ahora veían el pequeño corto de Ralph dándole de comer waffles y malteada a un conejo y un gato.
Conor se había quedado callado analizando lo dicho por Eli.
-¿Por qué Vanellope estaba tomando cerveza con solo diez años?
Eliana quedo procesando la idea...
Qué película chota...
Kyo no tardo en darle un manotazo a Conor cuando este trato de quitarle sus medialunas.
-Solo diré que me quedo con la primera- Respondió Kyo con las mejillas infladas mientras degustaba sus medialunas y vigilantes.
Los tres restantes asintieron mientras cambiaban a la película de maléfica dos.
-¡Se requiera la presencia del Cabo Prince en la oficina de visita!- Lo altavoces de la base sonaron dejando al escuadrón veintiuno confundido.
-¿Sera t u madre?- Interrogo dudoso el peli verde.
Kyo dudo en responder. Si eso era cierto su cabeza rodaría por el suelo. Aunque siéndose sincero a sí mismo, lo que menos le importaba era recibir una queja de su progenitora. No le importaba si era ella o no.
-¿Qué espera para acatar la orden Cabo?- Uno de sus superiores se dirigió a él con curiosidad. Muchos de la academia esperaban un llamado de la oficina de visitas. Pero ya conociendo el desinterés absoluto que el rubio tenia ante esto, le parecía extraño que el Cabo más joven de la base dudase en ir.
Su respuesta siempre había sido negar la visita.
¿Por qué dudaba ahora?
-No necesito ir señor-Respondió seguro- Mi deber estar en esta zona y en este momento.
Sin más el superior asintió convencido. Ya cerca del lugar de los hechos las bocinas volvieron a repetir el llamado, pero con más insistencia.
El rubio frustrado suspiro con enojo. Eliana lo convenció de echar una mirada rápida al caso y luego que se dirigiera hacia la oficina.
A pasos apresurados eligieron su idea. Ya cerca de los hechos el superior comenzó a redactara con rapidez el hecho.
-Durante las 0200 y 0400 horas el radar ha detectado acercamientos por aire.
-¿Múltiples?- Interrogo Lanzer.
-Solo se ha detectado un cuerpo.
-¿Qué clase de cuerpo?- Pregunto Eli.
-Al comienzo pensamos en un avión, pero resulto ser un Jet según el monitor de reconocimiento.
Los cuatro jóvenes asintieron.
-Durante su acercamiento buscamos interactuar, para corroborar si tenía algún permiso. No conseguimos la comunicación, parecía una línea privada y por alguna razón los pasajeros no querían contestar a pesar de que le dijimos nuestros rangos. Luego choco estrepitosamente contra una muralla del ala este.
Lanzer no tardo en acelerar el paso. Con rapidez se acerco a uno de los Cabos del escuadrón contrario. El chico casi se cae al querer bajarse del Jet de unos bellos colores negros con el frente abollado.
-¿Por qué no hay nadie?- Interrogo el superior al Cabo contrario.
-Por lo visto el Jet iba con piloto automático señor- Respondió sincero.
Los cuatros amigos no tardaron en separarse en tres grupos. Eliana se fue con otras enfermeras a corroborar que ningún soldado allá quedado herido ante el choque del Jet contra la barrera. Conor había salido disparado cuando lo requirieron a él para ayudar a movilizar las rocas incrustadas en el aeromóvil privado. Kyo y Lanzer inspeccionaron el jet desde lejos, cada uno con sus dudas en mente.
-Ve a la oficina- Comenzó Lanzer.
-No. Es más importante esto que la visita de mi madre.
-¿Cómo sabes que es tu madre y no otra persona?- Interrogo.
-Solo Diana sabe que estoy en la milicia.
-Pero ella nunca insistió dos veces para tu visita. Sé que parece rara mi teoría de alguien más, pero podría ser de alguna forma cierta.
Kyo frunció el seño. Ante la insistencia de su amigo decidió retirarse con el permiso de su superior. Sin más dirigió sus pasos hacia la oficina de visitas.
-Lo tienen como prisionero- Susurro paranoico.
-Cállate.
-¿Qué tal si hizo algo indebido y lo encarcelaron por su bocota?
-Hermano ya cálmate.
-¡Solo piénsenlo! De seguro insulto a un rango súper alto y este piensa castigarlo.
-Shhh- Trato de callarlo.
-¿¡Y si lo fusilan!?- Grito y asustado.
-¡YA CALLATE DICK!- Grito el grupo de héroes.
Los seis restantes del grupo fulminaron a su compañero azabache. El mayor de los azabache había comenzado a hiperventilar por tatos nervios acumulados.
Raven estaba lista para dejar desmayado a Dick si este comenzaba nuevamente a gritar.
Garfield y Jaime trataban de que los guardias no los vieran como bichos raros. Ya que Dick parecía una embarazada lista para parir. Llena de histeria...
Cyborg se inventaba una historia creíble para los militares que ya se comenzaban a sentir incómodos por tanto nerviosismo en la sala de espera.
StarFire solo miraba la instalación con mucha curiosidad. Sus nervios eran opacados por la incomodidad de estar en un lugar lleno de armamento, y de solo saber que el rubio que buscaban estaba en s interior solo aumentaba su incomodidad.
Y el último de los titanes esperaba ansioso.
Sus manos jugaban entre ella y su mirada estaba clavada en el suelo del lugar. Sus cabellos alborotados muy diferentes a su peinado habitual. Y todo por aquel choque.
Aquel en el cual había terminado con el almuerzo fuera gracias a la turbulencia antes de la catástrofe.
De alguna forma u otra eso había pasado.
Sus ojos se pasaron en los militares. Luego cayeron en sus amigos. Tanto Garfield, StarFire y Cyborg habían sido rápidos para ocultar su verdadera persona.
Garfield se había pintado el rostro, cuello y manos como si tuviera una piel común.
Cyborg logro camuflar sus partes metálicas con un modulo de aspecto de su sistema.
StarFire había logrado normalizar sus ojos gracias a unos lentes de contactos que Cyborg había desarrollado en caso de tener que ocultar sus verdaderos aspectos.
Los demás solo están con ropa de civil.
Lo malo era que sus trajes de héroes estaban en la cajuela del jet estrellado...
Un soldado había salido desde el interior de la sala de visitas, con una rápida mirada invito a los soldados a ir a descansar y poder olvidarse de la incómoda escena del azache hiperventilando como loco. Luego se dirigió con los visitantes.
-Ya está para que lo visiten. ¿Quién comenzara? Recuerden que tienen límite de tiempo para la visita- Explico el militar.
-Yo voy-Respondieron al unisonó Dick y Demián. Ambos se miraron fijamente por instantes. Cyborg sujeto sus hombros en busca de calmar su lucha de miradas.
-Iré yo- Sentencio.
-¿Porqué?- Chillo Dick.
-Por que soy el más troquilo entre nosotros para interactuar con él.
-No me jodas- Bufo Dick en disgusto.
Demián no tardo darle un manotazo a la mano de Víctor y luego propinarle un codazo a Dick para dirigirse al lado del militar. Antes de que Dick empezara a discutir con Demián Star y Víctor dejaron que Demián fuera el primero en ir a hablar.
Junto al militar el Wayne comenzó a seguirlo hasta una sala en la que lo revisaron para luego dejarlo ir. Ya dentro observo con cautela. Por un lado había mesas con más de dos sillas. Por otro había unas mesas lista para recibir a una gran cantidad de familiares que venían de visita.
De seguro a ellos no los aceptaron juntos por el gran escándalo que Dick hacia...
Por el momento la gran sala de visitas estaba vacía.
Casi en las mesas del centro, había una mesa solo para dos personas. Del otro lado la melena rubia logro iluminar los ojos esmeraldas.
Su cabello rubio alborotado. Su fino y fuerte cuerpo rodeado del uniforme militar. Aquella remera negra de mangas cortas, sus pantalones anchos de camuflaje y sus gruesas botas negras, acompañado de la chaqueta militar atada a la fina y ancha cadera del rubio tapando la mitad de sus piernas por detrás.
Y esos ojos celestino...
Que solo lo mataban con la mirada mientras fruncía el seño y apretaba los labios.
Sintió sus mejillas sonrojarse al notar que el rubio lo fulmino con la mirada al notarlo a él comerlo con su mirada.
-Hola- Susurro inseguro.
-Siéntate- Ordeno el rubio.
El azabache no dudo en caminar rápido y sentarse frente al de ojos celestinos.
El par de esmeraldas chocaron con el par de zafiros. Ambos con la mirada fija en el contrario.
Ambos con una duda en la cabeza.
Una que definiría sus próximos movimientos...
Su celular sonó con insistencia.
Con la cara larga atendió. Al no escuchar nada del otro algo colgó sin más.
Con calma acomodo sus lentes blancos y volvió a corroborar de que su traje este bien colocado. Su cabellera negra ondeo por la brisa fresca que ingresaba por la ventana de su oficina.
Nuevamente su celular había comenzado a sonar.
-¡Diana!- Llamaron a la lejanía. La azabache sonrió ante el llamado, luego de tomar ambos archivos se dirigió hacia la compañera que la llamaba.
Junto a ella su charla fue fluida, comentando del clima, temas de política y una que otra tendencia nueva en moda.
-¿Y qué tal tu hijo?- Interrogo cortes la mujer
-Disfrutando su tiempo libre con nuevos compañeros- Contesto con seguridad.
-Que surtes tienes. Mi hijo se la pasa jugando a los videojuegos y casi ni toca el asfalto- Bufo triste la mujer- Al menos el tuyo ama estar afuera.
-Si- Contesto algo pensativa- A él le gusta mucho el trabajo de campo- Susurro mas para ella que para su compañera.
Nuevamente el celular sonó en su bolsillo.
Con cansancio atendió.
-Aquí Diana- Comenzó la llamada.
-Aquí te vienes antes de que vaya a traerte de los pelos- Contesto Donna desde la otra línea.
-M...mkg-Susurro con dificultad.
Su aire estaba siendo robado y él ahí como estúpido dejándose domar.
Los demandantes labios del azabache succionaban con desespero los carnosos del rubio mientras este se esmeraba en que la mesa entre ello no estorbase.
Aunque Demián lo que más quería era tirar esta a cualquier lado para abrazar a SU rubio...
Ambas muñecas del rubio estaban sujetas por una mano del azabache mientras que la otra sujetaba sus cabellos para profundizar el beso que ambos estaban llevando a cabo.
El Wayne menor mordisqueo el labio inferior del contrario a gusto, pero en un descuido mordió con mas fuera logrando sacarle un jadeo a su contrario.
Repentinamente un puerto dolor se presento en su mejilla brazo.
Las anteriormente prisioneras muñecas se habían logrado zafar en un rápido movimiento para darle una cachetada al azabache y realizarle una llave encima de la mesa.
El azabache no tardo en chilla de dolor ente la puntada al ser brutalmente estampado contra la mesa metálica. Su mejilla ardía y aun no conseguía regularizar su respiración agitada.
Al diablo, quería a ese rubio como pareja a la de ya...
-Eres un bruto- Susurro el de ojos esmeraldas. Kyo no tardo en presionar más la llave ante su enfado. Demián chillo en disgusto.
-Repítelo pajarito- Susurro enojado.
Como esposa... Dios que lo deseaba como esposa...
Demián rio suavemente ante lo dicho. Con la respiración ya regularizada pidió amablemente que le soltase. Al no ser escuchado movió levente su cabeza para poder enfocar al rubio en vez de la mulatica mesa.
El rubio que lo tenía aprisionado lo seguí amatando con la mirada, con sus labios rojos e hinchados y un bellísimo sonrojo en sus pómulos.
Demián suspiro encantado.
-¿Qué tanto miras?- Murmuro enojado el celestino.
-¿No te puedo mirar? Gatito- Murmuro burlesco.
Kyo estampo su frente nuevamente con la mesa de metal antes de soltarlo por fin y tomar su antiguo asiento. Luego del golpe Demián miro a su contrario con el seño fruncido.
-¿¡Porque fue eso?!- Gruño entre dientes.
-Por salvaje- Contesto sin más el joven militar.
Wayne se sentó en su lugar. Miro a su contario. Y deseo volverse a tirar encima de él y comérselo a besos.
El rubio chasqueo los dedos enfrente de sus ojos. Al recibir nuevamente la atención del azabache dejo que su espalda se recostara en el respaldar.
Con fingida neutralidad espero que el azabache comenzara la charla. Antes de que él mismo lo echara a patadas.
-¿No me extrañaste?- Pregunto con dejes de burla.
-Me veo con ganas de extrañarte- Contesto arisco.
-Tu sonrojo me dice lo contario, Gatito- Sonrió el más alto. Con su codo sobre la mesa y su mejilla entre su palma se dedico a observar al rubio nuevamente.
-Que dulce de tu parte, Wayne- Soltó con agrietad.
Demián frunció suavemente el seño.
-¿Por qué tan arisco?
-¿Por qué tanta confianza pajarraco?- Respondió con otra pregunta. Sus ojos celestinos lo fulminaron con la mirada. Demián se sintió dolido ante esa mirada. Pero Kyo se sintió herido cuando un recuerdo surco su mente.
-¿Wayne?
-Sip, la marca lo dice. Directo de industrias Wayne- Respondió el rubio mayor.
¿Porque el maldito Jet tenia la marca del padre de Demián? ¿Porque el maldito aeromóvil había chocado justo cuando el menor de la familia se presentaba ante él?
¿Por qué Demián lo beso cuando se supone que debería estar enojado?
¿Por qué quería llorar ante la última pregunta?
-¿Por qué estás aquí?- Interrogo con la mirada baja. Sintió el nudo en su garganta dispuesto a dejarle sin aire y darle la única opción a que llorase como un bebe.
-¿Por qué te fuiste?- Decidió interrogar Demián.
-Yo pregunte primero- Bufo enojado.
-Pero mi pregunta ayudara a responder la tuya- Explico el mayor. Kyo dudo mucho en responder. Pero logro soltar algo antes de que su nudo no le dejara hablar.
-¿Por qué crees tú?
-Responde sin hacer más preguntas- Bufo fastidiado el azabache.
-No puedo- Respondió agresivo el menor de ambos.
-Claro que puedes, eres listo Kyo, así que deja de huir de la maldita respuesta- Exigió Demián.
-Quería ir a casa- Contesto a mala gana.
-Boston era tu casa- Respondió seguro Demián- Tal vez la isla también sea tu hogar, ¿Pero porque este lugar seria tu hogar?- Pregunto alterado el azabache. Ignorando el dato extra que debería de haber evitado.
-¿Por qué mencionaste la isla?
-¿Por qué aquí Kyo?- Ignoro Demián.
-Igual que tu yo elegí mi camino. Seguiré los pasos de mi padre- Respondió. Con frustración coloco ambos codos sobre la mesa y escondió su rostro entre sus manos- Y mi madre nunca lo entenderá, así como tú.
-Mi madre tampoco entendió mi decisión- Susurro Demián comprensivo- Pero no por ello escape.
-Yo no escape- Aseguro Kyo. Demián rio irónico, provocando a Kyo a fruncir el seño- ¿Crees que escape por la decisión de mi madre?
-¿Por qué más seria sino?- Le pregunto más calmo. Kyo lo observo seriamente, con rapidez bajo su mirada hacia la mesa. Demián frunció el seño ante la acción. Con tranquilidad acerco su mano hacia sus cabellos, pero ante el mínimo contacto el rubio se separo para chocar contra el respaldo alejándose del azabache.
Demián sintió como en su mente y corazón algo realizo un Click.
-Fue por lo que tuvimos- Aseguro el azabache dolido.
-¿Acaso tuvimos algo?- Dudo el rubio. Ambos se observaron seriamente, con sus ojos dolidos y con ambas espaldas chocando con el respaldo de sus asientos.
-Yo quiero que sigas en mi vida- Susurro Demián luego de un largo silencio. Kyo lo observo dudoso antes las palabras.
-¿Qué ganas con esas palabras?- Le respondió acusadoramente.
-¿Y que gano olvidándote?- Le volvió a susurrar.
-Con migo ganaste heridas Demián- Le respondió con obviedad- Te dañe sentimentalmente y a tus amigos los denigre.
-No quiero cerrar estas heridas- Le dijo seguro. Con tranquilidad le tomo las manos al menor y con firmeza le volvió a asegurar- No quiero curarme del ayer- Susurro antes de besar las manos contrarias. Aquellas que antes eran tan suaves y ahora portaban un par de vendas gracias a quemaduras.
-Masoquista- Le susurro seguro el rubio. Su rostro tomo un suave tono rojizo ante las suaves caricias del azabache en sus ventajas.
-Prefiero llorarte un día de vida- Sonrió con ternura.
-¿Prefieres sufrir a que vivir tranquilo?
-Soy el mismo ciego- Rio ante sus palabras- Que conociste al comienzo- Demián rio tranquilamente al ver como los labios de su amado se curvaban en una linda y leve sonrisa.
-No merezco esto Demián- Le susurro dolido. Separando sus manos decidió no mostrar sus zafiros ante los esmeraldas de su contrario.
Demián disgustado por esa acción se levanto de su asiento para colocarse al lado del rubio. Evitando que este se levantase poso sus manos en los hombros del contrario. Con vergüenza se arrodillo frente al rubio y beso nuevamente sus manos.
-Te di mi amor y más- Le sonrió. Aprecio el bello sonrojo del rubio. Con sus labios beso una mejilla del menor- Y estoy dispuesto a darte más que todo eso- Susurro cariñoso en el oído más cercano a él.
Kyo suspiro encantado. Sus ojos se cerraron y dejo a la vista el sonrojo más furioso que alguna vez haya aparecido en su rostro. Demián sonrió ante la escena.
Con lentitud acerco sus labios a los contrarios.
Pero su mirada esmeralda dudo ante la imagen de Kyo con los ojos cerrados y llorando en silencio mientras mordía con fuerza su labio inferior.
Demián frunció el seño preocupado.
Pero antes de soltar una palabra sintió como su cuerpo era tacleado con furia.
-Bebe no llores- Susurro preocupado el de cabellos verdes.
Kyo estaba envuelto entre las sabanas de la habitación del peli verde. Esta vez lloraba a cantaros. Dejaba que cada perla bajara por sus ojos y se hundiera en la almohada de su amigo.
Era tan patético...
-Soy tan patético...- Susurro entre sollozos.
-No lo eres Kyo.
Lo eres...
-¡Si lo soy!- Grito entre su llanto.
-Kyo- Lanzer trato de forcejear con las abanas para poder ver a su amigo sin nada que le impidiera ayudarlo.
Tan insignificante...
-Estúpido...
Y cruel...
-Ciego...
Tan parecido a tu madre...
-S...Si...
TAN INSENSIBLE COMO ELLA...
Lanzer lanzo todo a su alrededor al escuchar como el rubio lanzaba un llanto desgarrador que sintió como las cuerdas bocales ajenas se desgarraban.
Kyo sintió el frio envolverlo a penas las sabanas se retiraron. Los zafiros del rubio se hipnotizaron al ver como su amigo de ojos negros dejaba ver los deslumbrantes ojos verdes que chispaban y rogaban que le dejara entrar.
Que le dejara ver que lo hacía sufrir.
Kyo sintió su cuerpo relajado al sentir su mente ser invadida por la presencia del chico de pelos verdes. Su cuerpo se relajo hasta tomar la forma de gelatina. Parecía vacio. Muerto. Pero las perlas acuáticas que sus ojos dejaban caer demostraba que aun seguía vivo y sufriendo por dentro...
Lanzer dejo de usar sus poderes para dejar descansar al rubio. Sus ojos verdes volvieron a los negros. Sin dificultad acomodo al rubio en su cama para luego arroparlo.
Su cuerpo peso con disgusto y dolor apenas el menor había dejado de luchar contra el cansancio y caí en los brazos de Morfeo.
Su corazón dolió al presenciar los recuerdos de su amigo en carne propia.
-¡Quédate quieto!- Gritoneo Eliana desde la mesa de enfermería. Con su cuerpo trataba de tapar al individuo de su compañero de equipo que parecía una fiera suelta dispuesta a acabar con la vida del azabache de ojos esmeraldas.
-¡No viste lo que yo!- Gruño furioso.
-¡Y por ello no te puede dejar hacer lo que se te dé la gana!
-¡¿No confías en mi palabra?!- Dijo ofendido Conor- ¡Soy tu amigo Eli!
-Y por ello no dejare que te echen- Sentencio segura- Si le llegas a hacer algo a este chico y resulta que nada malo estaba pasando en la sala de visitas, son capas de rebajarte de puesto y en los peores casos podrían echarte.
Conor dejo de forcejear dejando que su amiga lo arrastrasen unos metros más atrás alejándolo del azabache inconsciente.
-Pero déjame decirte- Llamo su atención la peli roja- Que si se deja saber que ese chico le hizo algo a Kyo, no solo tú lo moleras a golpes- Aseguro su amiga.
-¡Soldados!- Intervino repentinamente un superior.
Ambos jóvenes se colocaron firmes en menos de un instante. Mostraron respeto ante su superior. El cual solo reprimió al rubio por actuar sin estar seguro. Pero por el momento no le podían echar toda la culpa. Debían investigar lo que en verdad había sucedido con el Cabo Prince.
A pasos firmes pero lentos se dirigió hacia la enfermería. Directamente lo dejaron pasar hacia la oficina que tenía su amiga.
Dentro de esta pudo observar rápidamente como su novio rubio saltaba de su asiento para interrogarlo sobre el estado de menor de su grupo de cuatro.
Con dificultad logro calmarlo con un par de besos. Luego se dirigió hacia la peliroja que salía de la sala de tratado junto a una enfermera de mayor edad.
-¿Y Kyo?- Interrogo ella.
-Dormido- Susurro- Tuve que dormirlo con la telepatía. Lloraba demasiado y no quería que solo el supiera el dolor que estaba pasando.
-Y de paso viste lo que pasó en la sala- Aseguro la chica. El chico solo asintió, no negaría lo que la contraria ya sabía- Dime que paso- Le rogo.
Ambos desviaron sus miradas hacia el azabache que anteriormente estaba acostado en la camilla. Ahora miraba hacia su dirección. Pero sus ojos esmeraldas solo fulminaban al rubio de ojos avellanas que desde atrás de ellos igualmente mataba al azabache con su mirada.
-Mi nombre es Lanzer Black- Se presento el peli verde. Al no recibir respuesta frunció el seño y golpeo con brusquedad la mesa metálica del comedor.
Los cinco de los siete héroes saltaron en su lugar ante tal agresión. El peli verde clavo sus ojos ante los cinco sujetos que si le prestaban a atención. Dejaría de lado que Conor no dejara de fulminar con la mirada al azabache de ojos esmeralda que igualmente lo mataba con la mirada. Y no le importaba mucho que la chica de cabellos azabaches observara a Eliana arreglar a Lex.
El pequeño felino había sufrido una, auto desactivación de su sistema al chocar con la barrera de la milicia.
Según Eli solo fue el apagón de su sistema al estar conectado al piloto automático del Jet al colapsar.
Con un par de destornilladores y una pequeña computadora ya lo estaba arreglando y en menos de lo que todos esperaban volvería el minino enojón.
-¿No contestaran?- Interrogo Lanzer casado de no recibir respuesta.
-Jaime- Se presento el segundo azabache más alto- Jaime Reyes
-¿Escarabajo azul?- Interrogo Eli divertida sin dejar la reparación del felino. El azabache la observo algo nervioso. El insecto tras de el brillo de una forma que no logro comprender. Eli poso sus orbes esmeraldas sobre el chico que se sintió pequeño ante ella. Solo asintió sin preguntar como sabía de su identidad heroica.
-Víctor Stone o Cyborg mejor- Se presento el moreno.
-Garfield- Se presento bestia mientras apuntaba con su pulgar a su persona- O chico bestia mejor- Dijo sonriente.
-StarFire- Se presento sin muchas ganas.
-Yo soy Dick...
-Grayson- Interrumpió la peliroja- Ya los conozco- Apunto sutilmente al azabache mayor y al Wayne.
-Un placer- Contesto Dick con cortesía.
-Quisiera decir lo mismo- Murmuro Conor con fastidio.
-Yo soy Raven- Comenzó la chica- Nunca me imagine que alguien como tu pudiera ser la creadora de él.
Eli miro fijamente a la azabache. Con Lex ya reparado solo le faltaba que se recargue. Coloco al pequeño individuo en su pequeño estuche para que cuando recargase ya estuviera con ella o con Kyo.
-¿Alguien como yo?- Pregunto sin ofenderse. Más bien estaba intrigada.
-Médica, me refería a que nunca espere que una enfermera hubiera armado a tan compleja computadora.
-No es un robot- Frunció el seño ante la confusión- Tu amigo es un Cyborg, un hombre mitad maquina. Mientras que una computadora es un Robot. Pero Lex es un Androide, a pesar de que estos son definidos así por ser "autómata de figura de hombre" un androide es aquel que aparenta tener forma, carne y piel humana. En este caso, Lex aparenta tener piel de un felino, pero cuando le coloque el chip de defensa este dejo su forma tierna y dejo más a vista los hilachos metálicos que serian sus cabellos- La peliroja suspiro algo abatida- Fue mi primer intento con esto, al comienzo se fue por buen camino, pero por los chips que elegí termino pareciéndose a un robot al cien por ciento.
-A mi me parece increíble- Dijo repentinamente Jaime.
Sus compañeros lo observaron por unos instantes. El chico desvió la mirada ante tanta presión sobre él.
-Gracias por tu cumplido, caballero- Contesto cortes Eli. Sus ojos cayeron nuevamente en Raven- Que sea enfermera no significa que no sepa de robótica.
-Igual que ustedes tenían una imagen de Kyo- Interrumpió Lanzer- El hijo de una heroína termina en una base militar dispuesto a matar por su país. Divertido ¿Verdad?- Rio con ironía.
-Soy Eliana Blood- Dijo cortes la peli roja al presentarse- Enfermera de nuestro escuadrón.
-Como ya dije antes, soy Lanzer Black, entrenador.
Ambos jóvenes observaron al rubio. Conor no dejaba de observar al azabache. En su interior aun había una furia exorbitante.
-Él es Conor Constantine, entrenador junto a mi- Contesto Lanzer en su lugar.
Dick sintió su mandíbula caer ante el apellido nombrado.
-Y no es un placer conocerlos Titanes- Contestaron el trió de amigos al unisonó.
-Déjame ver otra vez tu brazo- Pidió la peliroja acompañada de la enfermera mayor que la supervisaba.
Nuevamente estaban en la enfermería. Tanto Demián como Eliana no cruzaban más palabras de lo necesario.
-Parece que solo fue una fuerte caída- Respondió Eli.
-Que suerte- Suspiro feliz su acompañante- Y yo que pensaba que el primer oficial Constantine le había fracturado el brazo.
La mayor sonrió con autentico alivio. Eliana solo ignoro la escena y se dispuso a ordenar sus utensilios.
-Puedes retirarte- Comunico Eliana.
Demián asintió y se reincorporo.
Lastimablemente para la fémina debía acompañar al azabache hasta que se encontrase con sus amigos. Ya que debía darle la autorización a Lanzer para levantar de alta a uno de los cadetes.
A paso ligero llegaron al patio de entrenamiento.
Aquel que antes solo era ocupado por cadetes novatos ahora estaba ocupado por varios rangos de la milicia.
En un costado estaban los seis héroes encubiertos esperando a su compañero. Lanzer no muy lejos de ellos esperaba a Eli junto a otro soldado.
La peliroja corrió para entregarle el reporte al chico y que este empezara inmediatamente con su debido entrenamiento teniendo en cuanta su erada cicatrizada.
Demián se dirigió con sus amigos.
-¿Qué hay del Jet?- Pregunto Garfield. Ya le parecía raro que ninguno de los altos mandos se quejara por el choco del aeromóvil del azabache.
-Les dije que en una prueba piloto el Jet se descarrilo y termino chocado aquí. Dije que yo tomaría la responsabilidad y les entregue lo que hacía falta para reconstruir lo que el Jet haya destruido.
El equipo asintió ante la salvada.
-Me imagino que se retiraran en poco- Interrumpió un superior.
Eliana observaba a los demás soldados realizar las actividades, pero al escuchar a su superior dirigirse a los héroes encubiertos presto atención a lo que su oído llegase a escuchar.
-Claro, no buscamos hacerle perder más tiempo- contesto con cortesía Star.
El adulto asintió. El militar no se le paso de largo el interés que mostraba el menor de los Wayne al ver a los militares realizar sus pasajes de obstáculos y las practicas de fuego.
-Le interesa joven Wayne- Interrogo curioso. Tanto los héroes como la enfermera sintieron sus bellos erizarse.
-Algo por el estilo-Contestó sincero.
El menor suspiro al recordar cómo se había llevado a cabo una vieja charla.
Luego de presentarse todos en la cafetería de la base militar las puertas habían sido abiertas por los demás cadetes que venían en busca de su almuerzo. Haciendo que ellos retrocedieran y se fueran a otro lugar en el cual los héroes no fueran desenmascarados.
Al pasar por la enfermería se habían cruzado con el rubio de ojos celestino.
A diferencia de su actitud sumisa en la sala de visitas, ahora se mostro nuevamente con su actitud agresiva y evasiva. Ordenando que los héroes se vayan, que dejaran la base; que él se las arreglaría para evadir el discurso que su madre se armaría al enterarse de su huida y todo lo demás.
Cyborg, Dick, Jaime y Star habían negado ya que l fin de cuentas la culpa caería en ellos, ya que desde un principio ellos debieron prevenir esto. Aunque todos sabían que Star estaba más obligada por la promesa que le hizo a maravilla de cuidarlo que dé en verdad quererlo de vuelta en Jump City.
Luego Raven y Garfield en verdad no lo quería dejar. Quería que les diera una oportunidad para ser al menos uno conocidos, o tal vez amigos.
Pero Demián no pudo objetar nada. Un sentimiento ardiente de celos le ataco cuando presencio como el otro rubio sujetaba a Kyo desde la cintura para evitar que alguno de los dos se acercase. Luego d ello el rubio no había cruzado palabras con ellos. Solo se dedicaba a cumplir las órdenes de sus superiores y seguirles el paso a sus demás iguales.
-Me llama la atención probar un poco de su disciplina- Dijo seguro.
Los héroes sintieron sus ojos fuera de sus cuencas. Ya todos estaban seguros de que Demián había enloquecido con ello.
-¿Nuestra disciplina?-Pensó el militar- Nunca hago esto joven, pero me gusta la idea de que personas tan importantes como ustedes prueben nuestros trabajo físicos. Y ustedes también podrían unirse- Hablo hacia los demás héroes. Ninguno pudo objetar ya que Demián acepto en sus nombres. Estaban fritos.
Eliana por otra parte se enfureció ante la idea. Gracias a su telepatía pudo saber el plan del Wayne a la perfección. El deseaba convencer al rubio de estar con él. Lo quería a su lado. Pero él ni nadie obligarían a Kyo para dejar lo que más le ha ayudado a conectar con su padre. Ella y sus amigos lo evitarían, y Kyo no se quedaría atrás. Sin moverse puso conectar con sus amigos, explicando rápidamente la situación que escucho. Si los titanes querían meterse en SU terreno. Ellos le darían una buena cucharada de su medicina.
_°-°_
Hola mis lectores. Ya se, Ya sé, alta desvergonzada soy, tarde muchísimo, simplemente no les daré una escusa, ando de vacaciones pero mis viejos me piden recado a cada rato y es insoportable (ya que escribo en computadora y necesito la mesa del comedor)
Por otro lado, dato curiosísimo, por primera vez en mi corta vista tango un gato y es idéntico a como describir a Lex, no les miento, es hermoso <3
Por otro lado (otra aves) el dialogo que Demián dice en letras negritas y rayadas, adivinen cual es la canción, quiero ver si alguien la reconoce. Si le atinan el próximo capítulo se lo dedico.
¡RAPIDO! Ya todos saben que Conor es hijo de John Constantine. Ahora adivinen de quienes son Hijo Eliana Blood y Lanzer Black. Vamos amigos. Quiero saber sus respuestas :3
Atte: Mizuky Blaze
Bạn đang đọc truyện trên: AzTruyen.Top