16°

18:30 pm... Sin señales de vida...

19:20 pm... Sin señales de vida...

21:19 pm... Sin vida...

23:56 pm... Aun sin vida...

02:50 am... Sin vida...

3:00 am... Maletas siendo lanzadas de aquí para allá...

Desde que StarFire no que había dejado tiempo para excusarse o mejor dicho de enfrentarla, Kyo se había resignado a simplemente seguir su ideal de mini vacaciones (Aun que no le agradase)

Pero algo no estaba yendo bien.

El pequeño aparato que había salvado muchas veces su vida de ser aburrida estaba desaparecido. Su celular había sido capturado o aun peor, tal vez lo secuestraron para torturarlo con agua u otros artilugios. Quién sabe.

El rubio estaba desde la tarde del anterior día rebuscando por sus cosas, el apartamento en el cual se hospedaba o hasta incluso le hizo múltiples interrogatorios a los Titanes.

Llamarle loco si quieren o incluso adicto a su celular, pero aquel insignificante aparato tenia literalmente toda su vida.

Y nuevamente empezó. Lanzando ropa, maletas hasta incluso adornos por toda su habitación.

A sus espaldas un ruido de queja resonó.

Lo malo de las "vacaciones"

Era tener compañeros de cuarto. Kyo había sido asignado a compartir habitación con Raven. Mucho problema no tenían ya que de alguna forma se llevaban bien.

-¿Quieres dormirte de una vez?- Gruño la azabache para luego tapar su cabeza con la almohada.

El rubio solo la ignoro y siguió con su búsqueda.

Con Raven en la habitación le era imposible siquiera poder sacar a Lex para recibir su ayuda.

La mayor estaba a punto de agarrar cualquier objeto para poder lanzárselo. Pero al ver como el rubio salía de la habitación directo a la sala la dejo en su lugar. Tal vez necesitaba tranquilizarse. Mientras ella solo se acomodo para seguir durmiendo.

Pero para él no lo necesitaba...

Sentado en el sofá de aquel hotel recalculo.

La "Habitación" que habían alquilado por ese corto periodo en Boston, solo poseía tres habitaciones (Raven y Él en la primera. Cyborg, StarFire y Dick en otra. Siendo la última Demián, Garfield y James) luego el baño, cocina y una sala la cual no era muy grande.

¿¡Donde mierda podría estar el condenado celular?!

Sus pies empezaron a dar constantes golpecitos en el suelo, los cuales molestaban a la mayoría de gente. Estaba ansioso y nervioso, tan nervioso que estaba a punto de comerse las uñas.

Con su ansiedad a mil se levanto repentinamente del sofá, acercándose a la ventana. Esta mostraba las calles de su querido Boston (En verdad que lo amaba) iluminadas y con muy pocos habitantes caminando por sus calles.

Con lentitud abrió el ventanal de la sala. Esta sin hacer mucho ruido cedió a su orden.

Parado en el pequeño balcón decidió, con tranquilidad cerro sus ojos y se imagino en blanco, con tranquilidad su cuerpo se desprendió del pequeño suelo, ya levitando traspaso el pequeño barandal.

Volaba, simplemente, estaba volando.

Luego de estabilizarse, y dejar la mente en blanco se permitió empezar con su recorrido. Yendo al punto más alto del Hotel observo mejor la ciudad.

Su cabello despeinado acompañado del viento y sus ojos achinados por el cansancio siendo seguidos por el pequeño temblor por el frío nocturno.

En pantalones deportivos y una simple remera de mangas cortas no era lo mejor para una noche fresca.

Pero que importaba...

Se dejo llevar y con ello siguió al viento. Literalmente. Hacia el sur y a veces hacia el este, de acá para allá volaba sin rumbo.

Luego de exactamente una hora. Paso por un lugar más que conocido. En las calles se escuchaba un barullo relajante y familiar. Una pizzería.

Aterrizando sin causar escándalo se dirigió a la salida del pequeño local, frente la puerta trasera dudo si tocar. Pero luego de un suspiro resignado se decidió a llamar, lástima que fue tarde para el rubio.

- ¡¡No quiero comida en el piso!!- Se escuchó gritar antes de que la puerta trasera fuera a chocar con el cuerpo del moreno.

El de cabellera clara se sintió cohibido ante la mujer de gran masa muscular, la cual lo miro fijamente antes de reaccionar arrepentida y enojada.

- ¡¡Pequeño!!

- Hola Lucy- Saludo Kyo con cariño.

...

....

...

- ¡Pero qué te pasa! ¿Cómo vas a estar así con este frio?- La gran mujer regañaba a un rubio envuelto en una cobija haciéndolo ver mucho más pequeño.

- Solo pasaba- Decía el menor con tranquilidad. El aroma y el ambiente cálido lo hacía relajarse de sobre manera.

La mujer bufo exagerada, no tardo en traerle otra manta para echársela encima, el menor no se izo de rogar y solo se dejaba hacer. La mayor no tarde en empezar a hacerle cariñitos como una abuela.

- ¿Qué estuviste haciendo estos días?- Pregunto ya más calmada.

- Sobrevivir a mi manera- Susurró el rubio entre las mantas.

Ambos se encontraban en el sector de ingredientes, siendo este más cercano a la puerta trasera. Mientras que mas delante se encontraba la cocina y algunos clientes de ya viejitos pero divertidos.

La mujer le observó. Con calma acaricio su cabello para luego darle un leve beso en sus hebras doradas.

- Te traeré algo de comer.

Y sin más se fue...

El rubio abrió sus ojos, aquel lugar siempre le hacía sentirse bebé. La pizzería "The Mom" había sido capaz de conocerlo desde bebé, en aquella época era atendido por el antiguo esposo de la gran mujer Lucy, pero ahora la señora estaba por su cuenta luego de la muerte de su querido esposo.

La pizzería, le hacía recordar sus primeras veces. Su primer caminar había sido en qué lugar, y pensar que solo había sucedido por querer que el queso no callera al piso.

Diana siempre le recordaba lo tierno que había sido de bebé, (Aun que ella nunca le dejaría de ver así) luego estaba Lucy, la mujer no era tan anciana pero siempre le había dado la pinta de abuela. Una de esas que parecía fisiculturista, de cabellos castaños y de ojos azules con pequeñas pecas sobre sus mejillas. Rostro duro pero era un ser amable, la cual lo amaba con todo su corazón.

- ¡Aquí estoy!- Dijo feliz la gran mujer.

Con ella venia una pizza de mozarela, tomate, sardina, salchicha, aceitunas y condimento picantes y suaves. Dios como la amaba.

Agarrando la primer porción de decidió a comer tal gato, lento y tranquilo.

La castaña lo miraba con cariño, el chico poséis características gatunas, comía con los ojos achinados y llenaba mucho sus mejillas con comida o bebidas.

Todo un bebé...

- ¿Dónde está tu mamá?

- Trabajando.

- Dudo que te allá dejado solo.

- No lo hizo, me dejo con amigos suyos. Nos hemos venido un par de días a Boston, y como yo soy yo, me vine a pasear por mí cuanta un rato.

La mujer rodo los ojos. Ella sabía muy bien que él nunca cambiaria.

- Al menos tráete abrigo la próxima, y procura no darles un infarto a tus cuidadores.

- Solo diles niñeros, se que les quieres decir así.

La mujer sonrió cariñosa. El menor ya iba por la sexta rebanada de pizza la cual había sido tragada por el Rubio. Chau delicadeza.

- Lucy, Los clientes te mandan saludos, ya se retiran...

El rubio levanto su mirada. Un hombre de baja estatura (Casi como Jaime) cabellos castaños y piel muy blanca.

- Un duende- Susurro con pizza en su boca. Lucy no tardo en darle un manotazo en su cabeza.

La gran mujer se levanto del viejo sillón para acercarse a la puerta y saludar a los últimos clientes, luego volvió su mirada hacia Kyo y al pequeño hombre

- Kyo deja de escanearlo- Regaño al menor. El rubio comía lentamente sin dejar de ver al hombre de baja estatura- Te presento, el es Bobby, cariño el es Kyo.

El rubio asintió en saludo mientras el pequeño hombre lo saludaba con una gran sonrisa.

Raro...

Una antigua fisiculturista gigante, junto a un hombrecito bajo y sonriente.

Las mujeres podían tener un gusto muy raro. Tal vez el amor era extremista y le gustaba jugar con las apariencias.

El simplemente no lo entendía.

...

....

...

- Lleváis más de un mes sin venia a comer por acá, ¿Acaso ya no les gusta mi comida?- Pregunto la gigante con fingida tristeza.

El rubio sonrió. La mayor era tan cómica, y verla hacer caras raras con aquel rostro fuerte era mucho más gracioso que cualquier comedia.

- No es eso. Mamá anda en trabajos y yo con niñeros- Bufo el menor- Me dejo a cargo de un par de amigos suyos- El menor jugó con sus dedos antes de mirar nuevamente a la mayor- Me fui de Boston y esta semana solo vine de "Vacaciones" junto a mis "niñeras"

El hombre castaño rio.

- Eres un niño muy divertido- Halago el pequeño adulto- Y por lo visto, te molesta no ser tratado como grande.

- Ya soy maduro como para que me sigan tratando como un bebé- Se sincero el moreno.

- Tal vez si- Apoyo el adulto- Pero la apariencia de uno y el pequeño tamaño que nos acompaña no nos ayuda a despreocupar a nuestras madres. Mírame a mi- Rio Bobby- Son mucho más pequeño que los demás adultos, pero un poco más alto que tú, tengo casi treinta y ocho pero mi madre me sigue viendo como un niño desprotegido al cual le siguen asiendo desprecios- Sonrió melancólicamente- Pero ahora- Sostuvo la mano de Lucy- Me acompaña una hermosa mujer la cual me ama con defectos y todos, alguien que le brinda mucha seguridad a mi madre a pesar de ya no ser un niño.

El rubio observo a la pareja, si bien Bobby no estaba completamente en confianza con Kyo, el mayor no dudo en sincerarse frente al niño.

- Tal ves tú madre sepa que eres bastante maduro- Continuo Lucy- Pero en su interior no importa cuánto madures, siempre serás su bebé indefenso.

Kyo solo asintió, la pareja desproporcionada le regalo un abrazo y una muy cálida sonrisa.

El teléfono...

...

....

...

4:30 am... Aun sin vida...

Kyo estaba devastado... Estaba en el techo del Hotel hace más de media hora... Sin ganas de dormir ni siquiera de volar a algún lugar de Boston.

Su teléfono. Como siempre en vibrador y obviamente lejos de su alcance. Sin él no tenía como siquiera comunicarse con el cartero. Ni siquiera con Diana.

Debía admitir que se estaba preocupando y su interior era un manojo de ansiedad y pena.

¿Estaba mal necesitar un beso de Diana? ¿Estaba mal siquiera extrañar a su mamá?

Si... Lo estaba... No debía estar siquiera pensando en ello, debería estar al tanto de que algo cambiaba y con ello principalmente estaba su cabeza.

No debía llorar, y menos si estaba con héroes, amigos de su madre o lo que fuera que sean los titanes.

El solo debía... Solo debía bloquearse...

...

....

...

6:50 am...

El rubio caminaba con tranquilidad por los pasillos del hotel. La sala principal llena de sofás y mesitas ratonas con cientos de revistas para entretener.

Por su mente paso los recuerdos antes de entrar al hotel.

Luego de despedir a Lucy y Bobby, se encontró con un par de vecinos viejos y uno que otro cartero que le saludaba.

Sin ganas de volar, ya solo arrastraba sus pies. Su cuerpo pesaba y su mente explotaba, dilema tras otro en su cabeza pasaban.

Tal vez la mejor forma de desahogarse e estos momentos seria hablar con alguien, pero él a ver hablado solo con Lucy no era muy positiva.

No quería molestar a Lex...
No iba a llenar a Lucy con sus problemas...
No había mucha confianza entre él y los titanes...
Y Dick parecía ser el menos correcto para escucharlo...

Pero, si solo tuviera su celular. Se conectaría con Hana y su interior no lo estaría matando.

Y podía ser capas hasta de llamar a Diana, justo cuando su orgullo le estaba permitiendo llamar, su celular no aparecía.

Simplemente era un karma. Un karma el cual amaba matar cada una de sus fuerzas, que sin ellas, se echaría a llorar sin consuelo.

Odiaba no entender el porqué...

Diana se fue, no sabía por que...

No recibe llamadas de Hana...

Ni de Diana...

Sólo... solo sabia las ganas de llorar que tenia.

Kyo observo la puerta de la habitación... Con frustración dejo caer su cabeza contra la puerta.

La maldita habitación de hotel se habría con una maldita tarjeta, la cual, se había olvidado.

Ya con frustración ocupando a la tristeza se dejo caer en el suelo mirando fijamente la puerta de madera.

Su seño fruncido, sus ojos cansados y sin olvidas aquellas lagrimas que de sus ojos escaparon sin permiso.

- Diana...

Susurro sin ganas...

- Cuídate- Bufo con furia- Y se supone que eres madre...

Con su mano hecha puño golpeó suavemente el piso con desgano. Estaba cansado de solo seguir sus palabras.
Solo eran un camino incierto que solo lo hundía en la desesperación.

"¿Como fue papá?"
Alguien muy bueno.

"¿Por qué heroína y no alguien normal?"
Por que soy quien soy.

"¿Por qué obligarme a ser héroe?"
¿Por qué negarte a lo que eres?

"¿Por que no solo ser quien quiero ser?"
Por que ya hay algo en donde debes estar.

Siempre con sus respuestas vagas, y sin afirmación alguna. No importaba lo que Kyo preguntara Diana nunca se dignaba a dar la cara como debía.
Se supone que era su hijo, pero ella nunca busco explicarle o siquiera demostrarle algo bueno de esto de ser héroe.

El no se conformaría con salvar sin razón alguna. Tal vez suene egoísta o hasta materialista. Pero Kyo deseaba cosas a cambio.

Si el salvará a alguien, el mismo quisiera que era persona se dignara a hacer algo bueno...

Por eso de actitud. Yo no doy nada sin revivir algo...

Diana nunca le daba respuestas, él no le daba cariño de hijo.

Ella no habla de SU padre, él no hablaba de sus cosas.

Y así sin más. Un núcleo infinito de acciones y acciones una contra otra.

El no era malo, solo daba lo mismo que los demás me daban a él.

El "cariño" de los Titanes. Él no se fumaria esa bobería. Mesclar el querer con simple obligación o deber era simplemente ser cara dura.

Sus ojos dejaron de lagrimear luego de recapacitar.

Estaba siendo estúpido por llorar por alguien que ni la pena daba.

Sus pies le impulsaron y con decisión marcho. Con rapidez y vuelo logro entrar por la ventana.

Sabia ser cauteloso, y gracias a Hana daba. Sin hacer ruido empaco sus cosas. Lex había decidido apagarse por estos días y gracias a eso lo envolvió para luego meterlo a la mochila. Con sus cosas ya listas decidió rápido.

A pesar de que las palabras de Lucy se escucharan en su cabeza " Trata de no infartarlos"

Que importaba eso, ya estaba cansado, si Diana no aparecía y ni siquiera estaba, a él no le importaba. Solo era ojo por ojo.

Solo eso...

Con la ventana de la sala abierta, solo se digno a mirar hacia el cielo.

Sin arrepentimiento, corazón en blanco y cerebro al frente. Sin lastima ni tristeza, el rubio desapareció del hotel.

Fácil había sido ser paciente, espero. Espero como un mes y nunca se digno a volver. Si quería jugar así, el as de jugar también.

Diana no era su problema...
Los titanes no lo eran...

P... Pero... Su corazón en blanco no estaba... Su cabeza gritaba y su labio inferior sufría por la precio de sus dientes.

Es de cobardes resignarse por solo un 1%...

Demián solo era el 1%...

Solo... Un uno...

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