17°
Nunca espero verse de aquella manera. Se sentía tan frio, tan solo y de alguna forma tan lastimado.
Estaba solo...
Y aunque le era imposible, quería llorar hasta hacer un corto circuito o se descompusieran sus sistemas, pero solo logro realizar un pequeño ruido parecido a un sollozo, sus patas lo apresaron en un abrazo a sí mismo.
Tengo miedo...
Pensaba desesperado el metálico. Sus patas se tensaron y sus orejitas bajaron, sus ojos brillaban simulando lagrimas y su fino pelaje metálico parecía tan inexistente, tenia tanto frio, se sentía tan triste y solitario, quería llorar a cantaron hasta que su rubio lo abrasara hasta que su cuerpo obtuviese el calor que tanto amaba.
Pero su cabeza le empezó a jugar en contra de sus sentimientos empeorando su fino intento de no caer en un tipo de abismo.
Era una maquina. Porque a de desear el calor y llorar como una persona, porque ha de sentir tristeza y miedo siendo incapaz de sentir dolor. Porque a de llorar como un bebe sin su mamá a su lado.
Porque todo aquello había pasado. Su descuido le había separado de su rubia madre con carácter de mierda...
Su cuerpito tembló al sentir alguien en la cercanía. Desde su lugar podía escuchar como la peli rosa se la pasaba llorando y no dejando de llorar. Y con ella las voces de Dick y Raven tratando de hacerla sentir mejor.
Lex abraso su cola con las orejas bajas. Les tenía miedo, un miedo repentinamente inexplicable. El no podía entender desde cuando le temía a los titanes, pero sin Kyo a su lado solo podía sentir temor.
Sus garritas pasaron por el pequeño agujero que anteriormente habían hecho. Desde ahí podía ver a los titanes muy claramente. Desde aquella bolsita que lo sostenía de caer.
Ya que estaba colgando de un hilo, literalmente. Su cola se esponjo levemente al recordar su estupidez.
El había provocado que Kyo lo perdiera.
Lex recordó, como el rubio estaba listo para marcharse por los aires, pero un pequeño desacuerdo con Kyo había logrado que el de ojos celestes lo apagara, en aquel trayecto el rubio lo había guardado en una bolsita carmín desgastada la cual callo sin que el moreno se diera cuenta, solo porque Lex se reusaba en su pequeño siclo de apagado a que le obligaran a estar inconsciente.
Y ahora en consecuencia estaba colgando de un hilo de aquella bolsita, enganchado a la parte inferior de la esquina del barandal del balcón.
Parecía cómico al principio, pero las horas ya habían pasado. Kyo se había marchado a la madrugada, él había podido despertar mazo menos a eso del medio día, mientras que los titanes se habían empezado a preocupar en serio después de las dos de la tarde.
El metálico sabia que o tenía prohibido entablar una pequeña conversación con los titanes, pero sabía muy bien que el delatar su existencia terminaría en muchas preguntas y dudas, y él no quería eso, Lex solo quería estar con Kyo.
Sus patitas nuevamente cubrieron sus ojitos, bajando las orejas y su cola rodeándolo lo más que podía.
Un sollozo se escucho nuevamente de la peli rosa. El felino frunció el seño furioso.
Desde las una de la tarde estaba escuchando como la peli rosa se lamentaba por la ausencia del rubio, ella sabia tan bien como los otros que el moreno más joven se había espaciado, sabían bien que no lo podrían encontrar ya que no lo conocían tan bien a él como a la ciudad. Simplemente sabían que no lo iban a encontrar.
Pero StarFire solo podía lamentarse al pensar que sería lo que Diana le diría. Y eso enfurecía a Lex, le enfurecía saber que solo le importara la opinión de su heroína y no el bien estar del rubio.
Pero el felino sabía bien que no era el único que estaba pensando así, sabía bien que el de ojos verdes compartía su opinión, ya que las acciones y gestos de Demián que él podía ver le daban la razón.
Y por esta vez lo dejaría pasar. Solo porque su estado emocional no era el mejor de todos.
Sus ojos decayeron al recordar las pocas conversaciones que Kyo y él tenían sobre el azabache de ojos verdes. Las cuales la mayoría eran pequeños e indirectamente halagos hacia el de ojos esmeraldas.
Tendría que admitir que tenía un poco de celos, y decía poco, porque sabía que Kyo le daba diferente cariño a cada uno, no había porque estar celoso. Y por eso no lo estaba, o no al cien por ciento...
Sus garras salieron de su cueva metálica, sus pequeñas garras brillaron por un pequeño destello de luz que entraba por el agujero que él mismo había hecho.
Pero ese brillo se desvaneció al desaparecer la luz.
El felino dirigió sus ojos hacia el agujero, el de ojos metálicos dio un salto en el lugar al apreciar unos ojos verdes casi amarillos. Su pelaje se erizo al ver al chico de tonalidades verdes convertido en perro y viéndolo por el diminuto orificio.
Con un fuerte sonido característico de los gatos al enojarse, utilizo sus garras para alejar al canino verde. Bestia no tardo en alejarse asustado por la pequeña manito que salió de la bolsa que colgaba del balcón.
Lex no tardo en escuchar como los titanes se acercaban a Bestia en busca de respuestas por el ruido.
Con su corazón acelerado y con sus pelos en punta volvió a sentir el temor que anteriormente lo carcomía.
No tardo en sentir como alguien sostenía la bolsa con él adentro entre sus manos. Lex por su parte reacciono como su sistema estaba descripto.
De repente el felino dejo de ver su alrededor, cayendo en un sueño, mejor llamado Modo de Defensa.
El peli verde sollozaba en una esquina del sofá aun en su apariencia perruna. Lo que sea que había dentro de esa pequeña bolsa, le había dado un susto horrible.
-Ya, ya- Dijo tratando de consolar a su compañero- Garfield, ya paso- Hablo Raven.
-Yo vi algo. No estoy loco- Lloriqueo el verdoso.
En las manos de Dick se encontraba una pequeña esfera metálica totalmente lisa y algo pesada. Esta tenia pequeños toces azules mesclados con el tono gris perla de la mayoría del material.
Parecía ser una esfera totalmente hecha de metal.
Y no había señales de las filosas garras que Garfield había visto, según él.
-Tal vez lo confundiste por el brillo del sol- Opino Víctor tomando la esfera- Es muy brillante, debiste de tener algo así como una alucinación.
-¿Me tratas de loco? Viejo yo sé lo que vi- Chillo ofendido el canino.
El moreno por su lado le devolvió la esfera a Dick. El mayor de los azabache observo nuevamente la esfera.
-No hay nada más en la bolsa, sola esa esfera- Comento Jaime. Ya revisaba por quinta vez aquella diminuta bolsa y no encontraba más nada. Pero Bestia parecía no querer entender.
-Fíjate bien- Susurro Bestia.
-¡QUE YA ME FIJE!- Grito cansado Jaime.
-¡OTRA VES!- Siguió Bestia.
-¡Garfield, este no es un truco de magia, nada se puede ocultar en esta diminuta porquería!- Gruño lanzando la bolsa hacia su compañero ya estando en su forma humana.
Bestia por su parte solo esquivo la bolsa.
Dick no tardo en entregarle la esfera a Damián. Ya podía ver como Garfield estaba listo para lanzarle cualquier cosa a Jaime por la cabeza y estaba más que seguro que Jaime no se quedaría atrás y le seguiría el desastre.
Demián por su parte solo observa la escena.
Tanto Garfield como Jaime ya habían empezado a lanzar cosas contra el contrario, y en un descuido lanzaron algo que termino pegándole a Raven, la cual o tardo en unirse al conflicto. Y Dick era el único que estaba tratando de detenerlos. Víctor ya había desaparecido por la cocina y StarFire de seguro se debería estar lamentando en su habitación.
El menor de los Wayne se retiro del lugar. Dirigiéndose hacia su cuarto jugo levemente con la pequeña esfera entre manos. Su cabeza divago en los acontecimientos...
Kyo se fugo. StarFire se gano su odio al preocuparse solo por lo que diría Diana en vez de la seguridad del Rubio. Su cabeza no dejaba de dar vueltas sobre lo que su corazón podía o lo que no podía sentir por cierto moreno. Y muchos más problemas que su mente debatía por que se le daba la gana.
Al estar ya en la habitación se dirigió a la cama, sentándose en la esquina de esta observo la esfera como Dick anteriormente. Extrañamente la pequeña porción metálica le hacía recordar al rubio, tal vez era por sus sentimientos heridos o solo por una pequeña depresión que de seguro se le desvanecería al encontrar al rubio.
Con fuerza apretó la esfera, una idea absurda se le había cruzado por la mente, tal vez era una pelotita anti estrés con forma metálica. Quién sabe.
Pero no, era maciza, pero no pesaba lo que tendría que pesar un metal puro. Su peso era como el de una pluma.
Pero otra idea paso por su cabeza, con firmeza la sostuvo. Copiando lo más que pudo las poses de los beisbolistas, lanzo lo más fuerte que podía la pequeña esfera hacia la pared.
Esperando ver como esta se rompía o si crearía una pequeña grieta en la pared su curiosidad lo recorrió. Pero nada pasó, la esfera se había detenido milímetros de la pared, y en vez de chocar con la superficie recta, volvió con la misma fuerza hacia el azabache que anteriormente lo había lanzado.
Demián termino con un dolor en su frente junto a un sentimiento de asombro y algo de enojo.
Mientras él se sobaba la zona golpeada.
La esfera empezó a dejar de ser una superficie lisa, en su lugar empezó a formar pinchos similares a las agujas de un erizo. Luego de tener apariencia de una esfera peluda, las extremidades empezaron a desprenderse del cuerpo circular. Con las patas y su cola ya presentables Lex movió sus orejas y observo al chico frente suyo, el cual lo miraba aun sobándose la zona.
Sus ojos metálicos mostraron el mismo enojo que el azabache sentía en aquel momento. Ambos se observaron con enojo y retándose con la mirada.
Pero Demián fue el primero en quedarse callado al escuchar al felino frente suyo.
-¿Qué vio Kyo en ti?- Se pregunto al mismo, miro de pies a cabeza a Demián con dejes de superioridad. Y sonrió con arrogancia el ver el seño fruncido del contrario pero con obvios dejes de dolor en su mirada al decir aquel nombre.
Lex por su parte siseo al chico de ojos esmeralda. Sus pelos se erizaron como los gatos acostumbran. Ganándose solo el odio a primera vista de Demián.
Sus ojos lo incomodaban...
Aquellos ojos que habían logrado encantar a su dueño, a él solo lo ponían nervioso e incomodo.
Demián no lo dejaba de ver desde que había tomado su verdadera forma. Desde la punta de su cola hasta la cúspide de sus orejas. Simplemente todo su ser estaba siendo escaneado por alguien a quien consideraba un rival en el cariño de SU dueño.
-¿Cuándo dejaras de verme así?- Pregunto y arto de su mirada.
-Cuando vea la lógica en tu función- Contesto Demián sin dejar de verle fijamente.
El felino bajo sus orejas cansado, sus ojos nuevamente aterrizaron en los verdes de su contrario, para luego evitarlos y nuevamente verlos.
-Olvida tus lógicas y ya deja de verme.
-¿Cómo es que vuelas?- Ignoro lo antes dicho. Demián lo veía detalladamente, buscando tal vez hilos que lo hicieran levitar, un mot9or a plena vista o un indicio de su funcionamiento o base central.
-No se- Respondió.
-¿Cómo naciste?
-No soy humanos.
-Entonces ¿Cómo te armaron?
-¿Con herramientas?- Respondió con ironía- Oye, no soy google para que le andes preguntando cosas y que te las venga a preguntar. Solo soy una especie de... ¿Gato?
Lex movió su cola con ansiedad. El azabache no produjo ni una respuesta o pregunta, sus ojos divagaron en la habitación y por nerviosismo saco y oculto sus garras de manera nerviosa.
Con cautela se acerco hacia la ventana. El sol marcaba el medio día.
-¿Sabes quién soy?- Indago Demián.
-Demián Wayne, heredero de la mayor empresa e hijo del más grande millonario de gótica- Respondió como su base de datos principal le dictaba- Pero en su tiempo libre es un pájaro loco que no sabe bolar y anda de loca por la ciudad colgándose como una araña- Susurro con burla.
Demián frunció el seño ante lo dicho. Con ello pudo sacarse la duda más importante: esa cosa le pertenecía a Kyo.
El felino volteo a verlo al escucharlo caminar hacia su posición.
Mientras él levitaba, Demián se coloco a su lado en la ventana. El azabache lo observo a través del reflejo dejando que un suspiro pesado se le escapara.
-¿Por qué se fue?- Pregunto con pesar. Lex solo observo a otro lado, ya que en su interior sabía que su boca debería permanecer cerrada.
-Nu se- Respondió fingiendo desinterés. Demián dudo si verle de frente, con duda lo observo, Lex levitaba boca arriba en la habitación. Parecía relajado, pero en sus ojos destellaba la duda e intranquilidad.
-¿Te abandono?- Interrogo el azabache.
-No.
-¿Te escapaste?
-Nunca lo aria.
-¿Te hirió?
-¿Esa pregunta es para mí o para ti?- Interrogo Lex. Demián observo al felino, este suspiro dolido.
-¿Por qué se fue?- Volvió a preguntar.
Lex observo la ventana hasta que su pequeño interior lo oprimiera- ¿Por qué se quedaría?- Respondió con otra pregunta.
Demián mordió su labio evitando que un sollozo se le escapara.
La brisa chocaba con fuerza en su rostro. Sus ojos solo podían estar fijados en aquella esfera de gas lejana que le proporcionaba calor en las mañana. Aquella que le daba un saludo al día y se despedía para dejar a la luna tomar su lugar.
Sus mejillas se sonrojaron al escuchar como una dulce risa le inundaba los oídos y abrasaba su pequeño cuerpo con amor.
-¿Qué haces afuera a esta hora? Se supone que deberías estar durmiendo- Beso su cabello con dulzura.
Sus ojos la observaron con admiración. Aquella cabellera negra que le encantaba peinar y aquellos ojos tan idénticos a los suyos pero con un destello único. Su piel suave y blanquecina...
Simplemente una diosa... Su madre era una hermosísima diosa que lastimablemente lo había tenia a él como hijo.
-¿Estás bien bebe?- Pregunto su madre.
-Si- Respondió con simpleza- Solo pensaba.
Diana rio con dulzura para luego cargarlo entre sus brazos y darle un beso en sus mejillas. El rubio poso su cabeza entre el cuello y hombro de su progenitora. Sus ojos se clavaron nuevamente en el poco sol que aun se podía apreciar.
-Kyo- Susurro la mayor- Sabes que puedes decirme lo que gustes, cuando gustes.
-Claro, mamá...
Lo desearía...
Sus ojos pasaron por todo su contorno. Por todos sus detalles, para solo terminar en sus ojos y soltar una lagrima de frustración.
Sus mejillas dolían por los cortes y raspones que en ellas se encontraban, con frustración se dio cachetadas a si mismo opacando el dolor de las cortadas por el pequeño picor por los golpes.
Sus ojos nuevamente lo observaron a través del espejo. Este solo le mostraba su imagen con raspones en sus rodillas, brazos y cara. Su seño se frunció al recordar al causante.
Sus cabellos fueron tironeados por sus propias manos, con enojo bufo ante el espejo y giro en su propio eje.
Sus pasos salieron firmes del baño escolar. Su seño fruncido permaneció intacto hasta que el rubio se encontró frente la puerta que correspondía a su salón. Su seño no tardo en transformarse en uno serio para luego abrir con brusquedad aquella puerta.
En su interior la maestra lo observaba preocupada por su apariencia, pero su mirada solo estaba clavada en el castaño que lo miraba con burla y algo de odio.
Pero aquella mirada cambio a una de dolor al sentir como su cabeza fue estambrada contra el pupitre frente suyo.
Kyo gruño furioso al sentir como el niño trataba de alejarlo de sí mismo. Pero su mano no sedería tan fácilmente, con enojo apretó su cabeza contra la mesa hasta que su maestra lo separo con brusquedad del chico de cabellos castaño.
Sus labios seguían y seguían formulando palabras que él no escuchaba.
Sus quejas no le eran importantes, sus regaños para el solo eran simples palabras que entraban por una oreja y salían por la otra.
Pero la mirada que la anciana de la directora le daba solo le calaba los huesos al recordar que ese dinosaurio era su vecina.
-¡Espero que me este escuchando joven!- Exclamo la anciana.
Sus ojos la examinaron, pero solo asintió con la cabeza.
Luego de una par de palabras la vieja señora le permitió salir de su oficina.
Ya fuera de esta observo como todos los pasillos de la primaria estaban desiertos. Con pasos lentos se dirigió a su salón para recoger su mochila. Sus pasos resonaban en los pasillos de aquel pequeño jardín. Sus ojos admiraron el paisaje que por las ventanas se mostraba, admirando cada hoja que por ella se veía.
Pero como siempre, sus ojos viajaban hacia el otro extremo del pasillo. Al fondo de este se encontraba el trió de niños que en el anterior recreo le habían dado una golpiza. En su cabecita algo resonó, como si una idea le hubiera dado en el clavo.
Silenciosamente sujeto una de las sillas de su salón, y con rapidez se dirigió hacia los niños que lo habían estado molestando desde el primero día del trimestre...
https://youtu.be/3UA25X2-8js
Sus caderas empezaron a moverse lentamente al compas de la música mientras que esta iba subiendo la intensidad del sonido.
Su rostro se sonrojo al notar una hermosa sonrisa que lo alentaba a seguir con los movimientos.
Arriba de una gran roca la mirada de una pequeña de unos siete años, aquel cabello castaño que volaba por la brisa.
-Bailas muy bonito- Opino con sinceridad la más pequeña.
El rubio sonrió con vergüenza, que su pequeña prima le alagara así solo lograba avergonzarlo y llenarlo de un sentimiento demasiado cálido.
La menor no tardo en correr hasta su lado y bailar junto a su primo mayor, el chico de cabellos rubios de ojos cielo siempre había sido su admiración y encanto. Verlo bailar le fascinaba hasta lograba sacarle toda su vergüenza y hacerla tan libre como el rubio lo era.
Y a su edad de siete años, ver a su primo de diez, verlo tan encantador solo le daba la imaginación para verlo como un príncipe.
La menor movía sus caderas tratando de copiar los movimientos de su mayor, el cual al notarla solo la alzo y abrazo con fuerza y cariño.
-Kyo, me aplastas- Rio dulcemente.
-También te quiero Hana- Rio cariñosamente elrubio.
Su rostro choco con las finas luces del sol que pasaban por el pequeño agujero que la puerta tenía. Con cansancio hizo que su cuerpo se sentara en la cama, la luz no pasaba por la ventana, pero si por la pequeña abertura debajo de la puerta. Con algo de frustración tiro la pequeña alfombra de su cuarto hacia la pequeña abertura tapando la única luz.
Con los ojos pesados observo el lugar.
Su cuarto le parecía más grande de lo normal. Tal vez había sido por pasar tanto tiempo fuera de casa. Pero le reconfortaba estar en su cama, ver su habitación al despertar y escuchar los típicos sonidos que su barrio tenia.
Sonrió con pesar.
Estirado sus brazos se dirigió hacia el baño. Aseándose lo más que podía, aun con sueño decidió levantarse temprano y hacerse el desayuno.
Con pasos lentos se dirigió a la cocina, dejando uno que otro bostezo por el camino.
Sus labios fueron a chocar con un vaso de agua el cual le refresco la mañana, mientras la cocina se llenaba de los aromas del desayuno su mente divagaba hasta que se le ocurrió prender la televisión. En ella solo se encontraban noticiarios, música, programas de chismento y una que otra telenovela o comercial.
De tanto cambiar decidió dejarlo en el canal de música. Así que "Princesses don't cry" había empezado a escucharse.
https://youtu.be/K66lClJeOEY
Levemente sus caderas dieron un suave vaivén al compas de la música, terminando de servir el desayuno para sí mismo, movía su cabeza mientras colocaba el plato en la mesa. Pero como siempre, sus ojos divagaron.
Y terminaron cayendo en los retratos que su casa tenia.
En algunos él estaba con Diana. En otras era ella con Papá o con la familia. Pero lo que más amaba era los de él con Hana, aquella castaña que en una foto era la hermosísima niña de siete años que siempre le animo en sus peores momentos, hasta en la que ella ya tenía sus diecisiete años.
Peros sus ojos lagrimearon al verse a sí mismo en las fotos.
Se odiaba. Odiaba verse al espejo o en las fotos, odia ver a aquel rubio de ojos celestes que nunca dejo de tener trece...
Simplemente se odiaba...
Me siento horrible, en verdad, les deje sin un nuevo capítulo por varios meses, y me odio por ello.
Pero explicare rápidamente lo que paso. Fue un bloqueo o mejor dicho múltiples idea para esta parte de la historia y para la que vendrá. Esto me afecto mucho porque yo ya tenía la historia hecha, pero como tuve nuevas ideas tuve que mover muchas cosas y termine cambiando muchas cosas que vendrán. Y por ello fue que tarde, me estuve decidiendo si debería ser una o la otra(Y espero que la elección que pronto se vendrá sea de su agrado)
Pero por otro lado se me dio por hacer otras historias y me he vuelta loca y casi obsesionada con ellas y me hice minis resúmenes para próximas ideas (¿Les gustaría saber cuáles son?)
Por otro lado, agradezcan a diosito que pude escribir esto, ya que me doy tiempo libre al haber aprobado este trimestre (Dejando de lado que tengo muchas tareas que terminar para el próximo)
Por otro lado (Otra vez) que tal la nueva portada, el separador, la nueva introducción y el titulo. No se ustedes, pero a mí me encanto.
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