Recibimiento

Después de llegar a la tienda, Takao había optado por comprar un ramo de rosas rosas junto con unos claveles blancos. Siendo guiado por su compañero, finalmente el peli azul junto con sus amigos terminaron llegando a un complejo de apartamentos. Siendo este de seis pisos, dieron unos pasos pero por raro que fuese Takao no quiso seguir caminando.

—¿Qué ocurre?—preguntó Kenny.
—No es que yo sea un cobarde, para nada pero, no sé por qué siento que en esta situación no voy a hacer las cosas bien y volveré a meter la pata.—confesó Kinomiya observando fijamente el ramo.
—Entiendo que estés nervioso, pero recuerda aquí estamos nosotros tus amigos para apoyarte en todo lo que necesites, no estás solo—indicó Max colocando una mano en su hombro.
—Max tiene razón, para eso vinimos aquí. no tienes por qué preocuparte. De igual forma si sientes que vas a volver a equivocarte, nosotros te aconsejaremos—dijo Kenny colocándose a un costado del peli azul.
—Gracias chicos, de verdad no he sido cien por ciento honesto con ustedes sobre lo que ocurrió anoche. Pero debido a esto, creo que sí es mejor que lo sepan—comentó Takao un tanto nervioso.
—Antes de que nos cuentes nada, permíteme darte un consejo sencillo. Si le entregas las flores después de tu disculpa y ella no las quiere no insistas, eso solo la hará sentirse comprometida de querer estar a tu lado a pesar de no sentirse cómoda—dijo Max.
—¿Y tú cómo sabes eso?—dudó Saen.
—Jejeje bueno, eso es fácil. Después de todo el tratar con diversas chicas a lo largo de los años me dio experiencia—comentó Mizuhara rascando levemente su cabello.
—Tienes razón, no tengo por qué dudar en un momento así. yo mismo creé esta situación así que tengo que arreglarlo—indicó firmemente Kinomiya dando unos pasos al frente pero una pregunta de Kenny lo detuvo en seco.
—A propósito, ¿Qué le hiciste a Ayaka-san para que se enojara contigo?.
—Si les digo, probablemente no me crean. Pero fue que—su rostro se pone totalmente rojo—la besé.
—¡¿Qué?!—gritaron los otros dos totalmente sorprendidos.
.
.
.
.

Por otro lado luego de que Ayaka terminara su conversación con Mao. La chica se fue a la azotea del edificio, para una vez estar allí ponerse a pensar. Si bien era cierto de que estaba segura de lo que sentía, su torpe corazón le seguía insistiendo en ir corriendo con Takao. Abrazarlo y decirle lo que siente, pero su cabeza le gritaba que no, que eso era ridículo. Que solo se humillaría ella sola ya que Takao no la veía de ese modo…

—Que complicado—susurró la chica acercándose a la orilla de la azotea, observando que por abajo pasaban algunos autos además de algunas personas.
—Te notó un poco preocupada hermana, ¿Qué ocurre?, tú no eres así—indicó Makoto entrando por la puerta.
—No puedo decirte, lo más probable es que te burles de mi—respondió aún dándole la espalda.
—¿Por qué debería hacerlo?, después de todo tú siempre me has ayudado a mi. Puede que casi nunca te lo diga pero eres muy importante para mí—mencionó el castaño un tanto ruborizado.
—Agradezco tus palabras pero, esta situación es un tanto complicada de explicar. es más creo que si te lo digo te enojarías mucho, pero es una situación de amor—respondió colocando ambas manos sobre el barandal.
—Puede que no sea un experto en esas cosas, pero tal vez puedo ayudarte en algo, solo si confías en mí claro—refutó Makoto acercándose a ella.
—Lo sé, pero aún así…—fueron las últimas palabras de la chica, ya que de la nada el barandal donde ella estaba colapsó. Haciendo que por inercia la oji rojo se fuera hacia el frente, sin que haya manera de que pudiera sujetarse a algo.
—¡¡AYAKA!!—gritó Makoto asomándose por la orilla, pero de inmediato se fue corriendo escaleras abajo. Aun guardaba la esperanza de que su hermana haya caído en algún sitio a salvó.

Un par de minutos antes de la caída…

—¡¿Por qué la besaste?! ¡¿Acaso se te zafó un tornillo?!—le reclamó Kenny.
—Ya te dije que no fue intencional, simplemente que, cuando me di cuenta ya tenía mis labios con los de ella—trató de excusarse el peli azul quien estaba a unos pasos de la entrada.
—¡Oh my god!, ¡Amigo si que eres valiente!, mira que hacer algo así con la chica que te gusta, ¡y a la primera!—exclamó el rubio emocionado.
—¡Deja de felicitarlo!, ahora entiendo el porque ella no quiere ni verte. ¡Te aprovechaste de su confianza!—refutó Saen.
—Vamos jefe, me señalas como si la hubiera golpeado.—indicó Takao alzando un poco los brazos hacia el frente—solo fue un besito y ya.
—Pero aún así, Ayaka-san fue la persona que te salvó de una muerte segura. No tenias porque hacerle eso—dijo un tanto serio.
—Aliviánate jefe, después de todo ya deberías estar acostumbrado a las locuras de Takao—mencionó Max con su siempre tono feliz—Porque vamos, si no aprovecha con esta chica no va a tener oportunidad con ninguna otra. tenemos que apoyarlo no desanimarlo.
—¿Eso fue un halago?—susurró Kinomiya con una gota bajando de su cabeza.
—Lo que quiero decir amigo, es que no te preocupes por nada. Ahora que ya tengo claro la situación, con mayor razón quiero apoyarte—dijo colocando ambas manos sobre sus mejillas.
—¡Takao! ¡Alza los brazos ahora!—exclamó Dragoon, el chico no tuvo tiempo para refutar cuando de la nada Hiruta cayó en sus brazos totalmente asustada. Con el impacto las flores salieron disparadas, haciendo que les cayeran a ambos, siendo cubiertos por sus pétalos.
—A-Ayaka-san—dijo Kenny nervioso—¡¿de dónde salió?! ¡¿Se encuentra bien?!.—explotó acercándose a ella.
—¿Estás bien?—le preguntó Kinomiya con un tono de voz tranquilo.
—S-si, y-yo, yo—quiso hablar pero de inmediato sus ojos se llenaron de lágrimas, por lo que abrazándose al oji azul comenzó a llorar más fuerte.
—Desahógate, ya estás bien. Lo malo ya paso—susurró Kinomiya cerrando sus ojos. De repente en la entrada apareció Makoto quien, al ver que su hermana seguía con vida pudo respirar tranquilo.
—Takao, ¿tú la salvaste?—le preguntó atónito.
—No, puede que tal vez no me creas, pero no fui yo. todo fue gracias a Dragoon, él fue el que me advirtió de que ella parecería justo a tiempo—explicó bajando con cuidado a la Hiruta mayor.
—Muchas gracias por salvarme—susurró Ayaka levemente ruborizada.
—Oh vamos no es nada, después de todo tómalo como un favor, ya que tú me salvaste a mí la vida primero—indicó Takao—también quería hablar contigo y te traía unas flores, pero éstas se destruyeron con el accidente.
—Ya veo, y qué coincidencia porque yo también quería hablar contigo.—voltea a ver a los demás—Espero que no les moleste pero queremos hablar a solas un rato.
—¿Qué tanto se están secreteando ustedes dos?—dudó Makoto—Ayaka, ¿entonces fue por él que estabas así?.
—Creo que lo mejor será ver si ya puso la marrana—indicó Max empujando al castaño—¡Vámonos, vámonos!.

Una vez que los otros tres estuvieron lejos, ambos estuvieron en silencio por un rato. Hasta que fue Takao quien tuvo el valor de hablar:

—Sobre lo que ocurrió anoche, déjame decirte que lo lamento. no debí hacerlo, apuesto de que ahora tienes que estar enojada conmigo y no te culpo por eso, yo fui un desconsiderado que te besó sin siquiera preguntarte si tú querías.
—No puedo negar que ese beso me tomó por sorpresa, pero al mismo tiempo—desvía la vista ya que sus mejillas se estaban poniendo rojas.—Tampoco puedo negar que me gustó. ¡¡maldición eres muy bueno en eso!!—exclamó nerviosa.
—Vaya jejeje, no sabía que tenías ese concepto de mí—respondió tratando de ocultar lo nervioso que estaba.—entonces ¿todo bien entre nosotros?.
—Por supuesto que si, es más yo quiero, quiero decirte que—mencionó Ayaka tratando de que su voz no le traicionara.—¡Me gustas!, a pesar de que vamos en salones distintos, a pesar de que no te conocía correctamente. con tus hazañas, tus errores y también tus virtudes lo que estoy conociendo de ti este fin de semana, me hizo darme cuenta de muchas cosas que tenían a mi corazón totalmente confundido. sé que no soy alguien que dice lo que siente a la primera, pero fuiste tú hace mucho tiempo el que demostró que tenía que ser fuerte para cualquier situación—lo sujeta de las manos—Takao, estoy enamorada de ti.
—Ayaka-san, Yo también no te conocía del todo. pero por un tiempo siempre me pareciste una chica bastante misteriosa, pero inconscientemente era eso lo que más me gustaba de ti, hubieron algunos compañeros de salón que me decían que era una pérdida de tiempo el tratar de llamar tu atención. Eres muy difícil de conquistar ¿lo sabías? pero eso es lo que me gusta los retos fáciles no son lo que busco—se acerca a su oído para decir—Ayaka-san, yo también estoy locamente enamorado de ti, mira todo lo que hice solamente para hablarte otra vez. No me siento capaz de seguir adelante sí sé que tú me odias.
—Takao-kun—susurró para soltar sus manos, y agarrarlo del rostro. Siendo de ese modo que volvieron a besarse, Kinomiya de inmediato le correspondió y está vez no tenía que huir… ahora todo por fin había quedado claro.
.
.
.
.
.

Era la típica celebración de Año Nuevo, todos habían optado por reunirse en la casa del peli azul para darle la bienvenida al próximo año, en este caso se encontraban Kai, Max, Charlotte, Rei, Mao, Kenny, Daichi y Ayaka.

—Quiero ver los juegos artificiales, son tan románticos—dijo Mao emocionada jalando del brazo a Rei para ir juntos al patio.
—Tranquila, todavía faltan cinco minutos para eso—respondió Kon.
—¡Es que estoy ansiosa!—exclamó feliz parándose de puntillas para así, poder darle un beso en la mejilla.
—Caray, el espíritu del amor anda por aquí—mencionó Max con algo de burla mientras que sostenía a su hermana en brazos.
—¡¡Ya comienza el conteo!!—gritó Daichi saliendo al patio para tener mejor vista.

Así los demás lo hicieron, Takao utilizando uno de sus brazos rodeó los hombros de Hiruta quien le sonrió.

—Justamente hoy cumplimos cuatro meses de ser novios.
—¿Lo recuerdas?.
—Por supuesto, no podría olvidarme de un evento tan especial—susurró el peli azul dándole un pequeño beso en la sien.
—No cabe la menor duda de lo especial que eres—respondió ella tomando una de sus manos.

De repente en el cielo los juegos artificiales comenzaron a brillar. Pero dentro de todos esos se manifestó uno con forma de dragón, esto sin querer llamó la atención de la pareja quienes dijeron a los demás.

—¡¿Vieron eso?!.
—¿Qué cosa?—dudó Hiwatari.
—Vamos chicos, son juegos artificiales. No tienen nada de nuevo—respondió Kenny con cierta obviedad.
—No estoy loco, sé lo que vi—susurró Kinomiya haciendo un puchero.
—Descuida, yo si te creo—le respondió Hiruta colocando su cabeza en el hombro de su pareja.
—Gracias, Ayaka—contestó cerrando sus ojos dejándose atrapar por la brisa fría de la noche.

Formándose en las estrellas, Dragoon junto con Dranzer, Draciel y Driger. Los cuatro se fueron volando lejos, dejando esparcido por todo el lugar, una especie de polvo de estrellas…

Fin.

Bạn đang đọc truyện trên: AzTruyen.Top