LoS dObLeS

Esa mañana nuestros protagonistas se encontraban en la escuela, Victoria aún no se sentía del todo tranquila, ya que en su mente todavía estaban las palabras de su padre respecto a Momiji y su familia. Sin embargo tuvo que dejar eso de lado cuando su maestra ingresó al salón porque, según ella tenía algo muy importante que anunciarles.

—Muy bien clase, tengo un comunicado especial por parte del director—comentó soltando un pequeño suspiro—en unos días se llevará a cabo un campamento en conjunto con los estudiantes de una escuela un tanto privilegiada como a la vez no, llamada arts note.
—Jejeje caramba, vaya nombre—comentó Jam, que da la casualidad de que en su salón estaban comentando lo mismo.
—Claro que todos debemos asistir, así como también asistir a la cena de celebración por los mejores de cada salón—indicó con una sonrisa—de nuestro salón mencionaré a los mejores cinco, quinto lugar Melvin, cuarto lugar Dulier, tercer lugar Victoria, segundo lugar Sticky, y claro que el primer lugar lo tiene nuestro querido Henry—de inmediato los demás comenzaron a aplaudirle al peli verde quien solo pudo cubrir su rostro con ambas manos, ya que eso era muy vergonzoso para él.—entonces niños los veo esta noche para la celebración.
—Esto no es bueno—dijo Victoria a su mellizo en voz baja—recuerda que debemos mantener vigilado a papá, pero si estamos muy cerca él no hará nada.
—No entiendo nada de lo que dices—respondió Toffee de igual forma.
—Momiji y sus padres están en peligro, recién me enteré de eso anoche. Lo peor de todo es que papá podría ser el responsable de que a ellos les pase algo.
—Creo que estas exagerando.
—Te digo la verdad, debemos hacer un plan para salvarles la vida y de paso saber si nuestro padre es un posible asesino.
—¿y qué hay de la banda? ¿Acaso pensaste que si eso fuera cierto Momiji y mi tía estuvieran con nosotros sin ningún problema?.
—¡Por eso te digo que debemos averiguar!.
—¡¡Jóvenes Sponge!!—les llamó la atención su maestra, claro que estaba enojada—¡Estoy en medio de la clase y ustedes no dejan de hablar! ¡Guarden silencio! ¡O tendré que castigarlos!.
—Lo sentimos—dijeron los dos al mismo tiempo.

Tras ese inconveniente pasaron unas horas, y finalmente había llegado la hora del almuerzo. Los cuatro amigos (recordemos qué Momiji no fue a la escuela por ayudar con el “problema de sus padres”) se reunieron en la misma mesa para hablar sobre ese tema tan delicado.

—Bueno llámenme raro pero creo que seguir a su padre no suena como una mala idea, al contrario les sería útil un poco más de ayuda—mencionó Henry con un vaso de agua en sus manos, moviéndolo levemente de un lado a otro—podrían utilizar la misma estrategia que usaron en la cena que organizó mi padrino.
—¡Oye es cierto!—exclamó Victoria—¡claro que podemos hacerlo otra vez!.
—Espera un segundo genio—intervino Sticky—¿Cómo vamos a vigilar a papá sin que él nos note?.
—Me gustaría ayudarlos chicos pero, no podré.—dijo Jam.
—Pues claro que no, recuerda que no te llevaste un lugar—comentó Victoria.
—Bueno eso, y porque sin querer hice trampa en un examen sorpresa y, digamos que ahora estoy castigado—aceptó con una sonrisa nerviosa.
—Entonces cuenten conmigo—dijo Henry—según estuve investigando a la hora de lectura sobre si Momiji asistirá o no,—indicó revisando rápidamente su celular con funda de pingüinos—si, según sé él iría a una cena especial con sus padres a otro sitio, pero ahora será con nosotros. Entonces ya tenemos la carnada para que tu papá asista.
—Debo admitir que a veces me da miedo cuando te comportas así—indicó Sticky sintiendo un leve escalofrío en su espalda.
—Ok no se diga más, llamemos a sus dobles y que comience la fiesta—finalizó para comenzar a contactar a todas las personas que iba a necesitar.

Saliendo de la escuela los Sponge se fueron directamente hacia su casa. Luego de arreglarse los cuatro se dirigieron con rumbo a la academia “le plume”. Donde fueron guiados hacia el enorme salón de eventos que poseía en la parte trasera, decorado con luces blancas, muchas flores y meseros atendiendo por todos lados, era como daba inicio esa nueva aventura. Sticky sacando su celular comenzó a revisar si Henry no había enviado algún mensaje.

💚: ya tengo a Charlotte y Víctor conmigo, solo falta que den su punto exacto para comenzar con la operación.
⭐: entendido, gracias.
💚: jejeje descuida no es nada 😊.

Victoria quien estaba a la par de Sticky y tras leer el mensaje se llevó a sus padres a una de las pequeñas mesas, donde de inmediato llamaron la atención del resto de invitados, cosa que no hizo más que elevar el ya gran ego de Isabel. Carlos por su lado no podía quitarle la mirada de encima hacia donde estaban Mizu y su familia, se veían tan felices, sin problemas, como si su amor fuera auténtico y no por interés… de golpe frenó sus pensamientos para acomodar su corbata y escuchar lo que Rudy le decía.

Tras correr unos pasillos se encontraron con Henry acompañado de una niña de cabello rubio (en dos trenzas) y ojos celeste y un niño de cabello y ojos negros quien utiliza un extraño conjunto celeste similar al de un policía.

—Bien chicos, ya saben lo que tienen que hacer. Les deseo suerte—dijo Victoria recogiendo su cabello en una cola de caballo alta.
—Espero que ustedes también tengan suerte en su misión—respondió la rubia.
—¡Tomen esto!, podría servirles en cualquier momento—indicó Víctor lanzando una micrófono pequeño junto con unos audífonos—sirve para escuchar a distancias de más de cinco metros.
—Genial—comentó Sticky.
—¿Por qué ese aparato me sonó familiar?—pensó Henry colocando una mano en su mentón.
—Muy bien, no tenemos tiempo que perder. Sticky hagamos humo—dijo entrecerrando los ojos para tirar de su ropa, y de un segundo a otro llevar puesto “ropa de espía” en color negro con rojo.
—¿Cómo demonios hiciste eso?—preguntó su mellizo con un tono molesto.
—No importa, ya que tú también puedes hacer lo mismo—le respondió feliz dándole un tirón a su ropa haciéndole aparecer la misma ropa que ella, solo que en tonos azules.
—Raro—dijeron Charlotte y Víctor a la vez.
Sin más tiempo que perder todos fueron corriendo hacia donde les correspondía, por arriba de unos conductos los mellizos observaban atentos a cualquier movimiento por parte de su padre. Pasaron casi 20 minutos donde nada raro ocurrió, hasta por un segundo creyeron de que estaban exagerando las cosas, sin embargo eso cambió cuando Carlos recibió una llamada, con disimulo se levantó de la mesa para dirigirse hacia la salida trasera de la academia.
—Es nuestro turno—susurró Sticky comenzando a gatear para salir de ahí.
—¡Alto!, recuerda de que debemos mantener también vigilados a mis tíos y Momiji—recordó la rubia sacando su celular para enviar un mensaje.

❤: Tenemos actividad sospechosa, iremos a investigar, te pido de que mantengas vigilados a los demás.
💚: Por eso no te preocupes, ustedes vayan a lo suyo.

Con eso listo los Sponge pasaron por el ducto, bajando unas escaleras llegaron hacia una puerta la cual resultaba ser un cuarto de limpieza, que dadas las casualidades poseía una pequeña ventana donde podrían pasar el micrófono y escuchar todo. De repente se escuchó como si un vehículo se hubiera estacionado, unos pasos y luego un sujeto que no veían comenzó a hablar.

—Lamento el interrumpir tu reunión pero finalmente lo tengo en mis manos. Debes darme crédito, no fue nada fácil dar con esta cosa.
—Más te vale que sea cierto, ahora dámelo—pidió Carlos con un tono claramente irritado.
—Ok, ok mira, todo está organizado y limpio para que el notario pueda darle lectura el día que tú lo solicites.
—Carajo, había olvidado por completo lo largo que era esta cosa—mencionó con desgano—solo dime ¿dónde está lo que me importa?.
—Página dos, párrafo cinco, sección veintiséis—respondió aquel sujeto de forma casi robótica.
—Excelente—dijo Carlos con un tono más animado que hace rato—no puedo creer que después de tantos años esta cosa aún sea visible.
—Tuve que hacerle algunas modificaciones para darle visibilidad, pero todo está listo y dispuesto para que toda la herencia de los difuntos señores Sponge pase solo a tus manos.
—¡Si!, aun faltan meses para que Mizu cumpla los años que pide el testamento para entregarle su dinero, lo cual es una lástima ya que ella no sabe de la existencia de este.
—Que causalidad que tus padres lo escribieron cuando ella se fue a estudiar a Japón.
—Por eso mismo es que ella no merece ni un solo centavo de mi familia. Ella no es más que un dolor de cabeza que siempre causaba problemas a mis padres, y como si eso fuera poco tuvo el descaro de casarse con un japonés. Todos sus actos ruines y comportamientos son sumamente inaceptables, no quiero que mis hijos sean como ella, por eso trato todos los días de que siempre sean sus opuestos y que no se les acerqué.
—Eso explica porque ella se pone tan feliz en los ensayos, porque papá no deja que nos vea—susurró Victoria dolida por saber sobre eso.
—Aun así, no me has dicho como planeas colocar en la ruina al tal Umi.
—Oh eso es sencillo, puedo usar a mi hija para ello. Primero lo acusaremos de acoso hacia las estudiantes, con algunas prueba fabricadas podremos fácilmente meterlo a prisión. Mizu quedará desconsolada y no tendrá más opción que venir conmigo, y una vez la tenga en mis manos, me aseguraré de que ella y ese bastardo que tiene, nunca vuelvan a tener un solo día de paz.

Al escuchar esto los Mellizos quedaron en shock, jamás nunca habían escuchado a su padre referirse de esa manera a uno de sus familiares, porque lo quiera o no, Momiji también es su sobrino, ya tenía todo fríamente calculado. Hasta que extremos había llegado solamente porque su hermana, el único familiar que le queda y que tanto desprecia, era lo contrario a él, y que su xenofobia también ya había llegado demasiado lejos.
—Ay no, que feo caso—dijo una voz detrás de ellos, causando que los niños dieran un salto por el susto.—¡Holis!.
—¡¿Presidente Barrie?!—dijeron ambos al mismo tiempo—¿Qué hace aquí?.
—Bueno me enteré de que mi ahijado está entre los mejores y quise venir felicitarlo personalmente—mencionó como si nada.
—Creo que entiendo eso, ¡pero esto es un armario de suministros!—refutó Sticky claramente molesto.
—Bueno, es que soy pésimo para seguir caminos y, digamos que termine aquí, y porque también reconocí ese micrófono que están usando porque yo lo fabrique—respondió feliz.
—Me gustaría quedarme a platicar con usted pero, sino le importa estamos en medio de algo muy importante—dijo Victoria ajustando el micrófono pero lo único que escuchó fue como el vehículo arrancaba, acompañado de unos pasos y una puerta abriéndose—¡Se acaba de ir! ¡Debemos tomar nuestro lugar antes de que nos descubra!—gritó Dasani jalando del brazo a su hermano para salir corriendo de allí.
—Caray, que niños tan enérgicos—soltó Barrie saliendo también de ahí solo que a pasos más lentos.

Con toda la velocidad que le permiten sus piernas, los dos niños corrieron hacia los baños donde llamarían a sus dobles para cambiar de puesto. Sin embargo un grito proveniente de su padre les hizo darse cuenta de que esta vez su plan no había funcionado del todo.

—¡Ustedes no son mis hijos! ¡Son unos impostores!—alegó Carlos.
—¡Ay no, sabía que esto no iba a funcionar!—sollozo Charlotte tratando de huir pero era imposible.
—Es increíble que en una prestigiosa escuela como esta, permitan esta clase de comportamiento—dijo Isabel colocándose de pie para sujetar a los dos niños.
—¡¡Alto!!—grito un niño de cabello blanco y ojos azules, haciendo que los demás invitados pusieran su atención hacia ellos, incluyendo a los Shigen.
—¿Qué está pasando ahí?—susurró Mizu más que confundida.
—No te metas niño, esto no es asunto tuyo—le respondió Carlos.
—¡Claro que me meto! ¡Ellos son mis amigos!—contesto con valentía—y mi nombre es Cofal.
—¡¡Niños!! ¡Por la Santísima Trinidad del racismo! ¡Que bueno que los encuentro!—exclamó un sujeto de cabello y ojos verdes quien (literalmente) se había puesto azul del susto.
—¿Son sus hijos?—preguntó Isabel con desagrado.
—Ah, bueno, pues sobre eso—intentó explicar pero otra vez fue interrumpido.
—Pues sean lo que sean, estos niños se hicieron pasar por mis hijos y eso no me parece gracioso—mencionó Carlos.
—¡Un momento!, ellos no tienen la culpa. Fuimos nosotros—intervino Victoria—pero, fue porque, queríamos, solo queríamos…
—¡Hacerles una broma!—dijo Sticky rápidamente logrando que Victoria le diera una mirada confundida—si ya saben, la broma que los primeros lugares deben hacerle a sus padres el día de la cena.

Notando el nerviosismo del castaño y sabiendo que esa mentira no se la creería ni un niño de 3 años. Henry decidió actuar tomando un poco de pastel, y aplastarlo contra el rostro de su padre. Carlos observó esto y suspiro:

—Pues, vaya broma ¿eh?. Debo admitir que si me sorprendieron, supongo que, les debo una disculpa, no sabía nada de esto.
—Descuida, después de todo ese es el objetivo de las bromas—dijo Victoria.
—Muy bien ya fueron suficientes chistes por hoy, mejor volvamos a donde estábamos—indicó Isabel.
—Henry ¿por qué hiciste eso?—le preguntó Rudy limpiándose la cara.
—Lo siento, pero era para ayudar a mi amigo—respondió el oji azul con un pequeño rubor en sus mejillas.
—Bueno, pues por ahí hubieras empezado—recalcó.
—Déjalo, después de todo, por amor se pueden hacer siempre muchas cosas tontas—indicó Naomi con una sonrisa.
—¡Mamá! ¡No digas eso!—alegó el peli verde molesto.

Luego de esa caótica escena, todo lo demás se había realizado sin problemas. Cada quien regresó a casa, y entonces buscando entre los folletos que se les había dado para el campamento, los mellizos se encontraron con algo bastante inusual.

—Mira es el tipo que nos ayudó, se llama Frank Holly. Ex maestro de la primaria arts note y actualmente nuevo director—mencionó Victoria con un deje de emoción en su voz.
—¡Se nota que ese sujeto es alguien importante!—dijo Jam a través del celular donde junto con Momiji y Henry formaban una vídeo llamada.
—Mira los antecedentes de ese sitio, su ex directora casi los mata en una excursión en la nieve, y actualmente aún sigue en prisión—leyó Sticky un tanto asustado.
—¡Ahora yo, yeah!—indicó Jam con un panfleto en sus manos—los puestos de los alumnos no se miden a base de sus calificaciones, sino por la buena relación que tengan con los demás y si no hacen que la cabeza de Holly explote.
—También se menciona una gran cantidad de alumnos antropomorfos los cuales conviven con otros niños como si nada en el mismo salón—indicó Momiji leyendo otro folleto.
—Pues por lo que hemos leído, no me cabe la menor duda de que esa escuela es increíble—dijo Henry.
—Un segundo, ¿Qué no son ellos con los que debemos ir de campamento?—preguntó Sticky en un golpe de razonamiento.
—Bien, entonces creo que tenemos una nueva aventura que empezar—mencionó Dasani entrecerrando los ojos—junto a unos nuevos amigos, un poco inusuales.

Un soñador es aquel que solo puede encontrar su camino a la luz de la luna, y su castigo es que ve el amanecer antes que el resto del mundo.

Continuará.

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