Capitulo 1: "El día en el que comenzó todo"

~Narra Millicent~

Hola, mi nombre es Millicent y estoy por cumplir 16 años.

Nací en Los Ángeles, pero mi familia y yo nos mudamos a Nueva York para comenzar una nueva vida.

Mañana es mi primer día en mi nueva escuela.

Nuevas caras, nuevos profesores, nuevo ambiente...

Ya ha pasado una semana desde que comenzaron las clases aquí, pero por temas de la mudanza y el tiempo no pude asistir.

Estoy aterrada para ser sincera, no conozco a nadie en la escuela, y tampoco a mis nuevos vecinos, a los cuáles ni siquiera conozco porque mi familia y yo nos estamos hospedando en un hotel.

Será mejor que me vaya a dormir, tengo que levantarme temprano.

~Narro yo~

Al día siguiente, Millicent realizó su rutina matutina cómo siempre.

Luego de desayunar, se despidió de sus padres y se fue a la escuela.

Felizmente, el edificio quedaba a unas cuadras de la casa de la mencionada.

Al llegar a la escuela...

~Narra Millicent~

Estaba realmente sorprendida por el gran tamaño de la escuela, jamás vi algo así en mi vieja ciudad.

Suspiré, para luego entrar.

Cuando por fin entré, una mujer de cabello corto, no sabría decir si era rubia o pelirroja, delgada y de un elegante vestido beige se acercó a mí.

- Buenos días, supongo que tú debes de ser Milicentt - Dijo la mujer.

- Si, soy yo - Dije en un tono respetuoso.

- Bienvenida querida, yo soy la vicedirectora Miller y te daré un pequeño tour de las instalaciones - Dijo amablemente.

- Algo de eso me contaron - Dije recordando.

- Ven querida, vayamos por aquí -
Dijo la vicedirectora.

Recorrimos los salones, la cafetería, el gimnasio, el vestidor, entre otros lugares característicos de una escuela.

- Bueno querida, tengo que dejarte por unos temas por resolver, lo que te puedo decir antes de irme, es que en esta escuela te encontrarás a distintos tipos de personas - Dijo la directora, cómo si estuviera preocupada - En fin, cuídate -

- Hasta luego - Dije antes de que la vicedirectora se fuera.

Me quedé pensando.

¿Cuáles serían esos tipos de personas que tanto preocuparon a la vicedirectora?

En fin, aproveché para guardar mi mochila en mi casillero.

De pronto, oí unos gritos muy extraños.

- ¡No! ¡Por favor! ¡Ayuda! - Eran los gritos que podía escuchar.

Me acerqué al lugar, y vi a un chico siendo golpeado por unos bravucones.

Pero yo no me iba dejar intimidar por ellos, yo tenía que hacer justicia.

- ¿Ven que les dije? Este tipo es un idiota - Dijo uno de los bravucones.

- ¿Que quieren de mí? Ya les he dado mi almuerzo - Dijo el chico con una voz llorosa, el cuál tenía un ojo morado y tenía varias heridas sangrando.

- Solo queremos divertirnos - Dijo el que parecía ser el líder del grupo.

El líder fue y le pisó el talón al chico, quién gritó de dolor y todos se rieron.

- ¡Hey tú! - Grité con una fuerza que jamás supe que mi voz podía tener.

Los chicos voltearon a verme con cara de rudos.

- ¿Por qué molestan a ese chico? - Dije molesta y en voz alta.

- Porque es divertido - Dijo uno de los bravucones, que no era ninguno de los que había hablado antes.

- ¿Hacerle daño a una persona? ¿Eso es divertido para ti? la diversión puede ser un viaje, un paseo, el deleite con un buen libro, pero no el dolor ajeno - Le dije cruzada de brazos y en el mismo tono de antes.

- Y tú, ¿Eres su novia o algo por el estilo? - Dijo el líder en un tono burlón para luego comenzar a reírse junto con sus amigos - Si yo fuera tú no saldría con alguien tan miserable cómo él -

- No soy su novia, soy sólo una persona amante de la justicia
- Aclaré - Y por cierto, el verdadero miserable eres tú, que ni un sándwich puedes comprar -

- Mira niña - Dijo el líder molesto - Te recomiendo que no te metas en asuntos que no son de tu incumbencia, no me obligues a dañarte -

- Tú no me das miedo - Dije con la más pura sinceridad
- Tampoco quiero que me obligues a sacar mi lado oscuro -

Luego de decir eso, fui a ver al chico herido, quién estaba en el suelo.

- No te preocupes, te llevaré a la enfermería, estarás bien - Le dije al chico.

- Esto es ridículo - Dijo el líder burlándose.

Luego, los bravucones se fueron.

Levanté al chico del suelo, coloqué su brazo alrededor de mi nuca y lo tomé de la cintura, por motivo de que era bastante delgado.

Después de un rato, llegamos a la enfermería.

La enfermera, quién era una señora de baja estatura y de alta edad, curó y vendó las heridas del chico.

- Ay, pobre Oliver - Dijo la enfermera penosa, pasando un paño con alcohol en el brazo del chico - Por cierto jovencita, ¿Cuál es tu nombre? Nunca te he visto por aquí -

- Me llamo Millicent - Dije - Encontré a este chico siendo golpeado por otros chicos más altos que él -

- Jonathan y su pandilla - Dijo la mujer sin sorprenderse, sabiendo de quiénes hablaba - Esos muchachos son muy peligrosos, muchos jóvenes han venido aquí por su culpa... y tú, ¿te encuentras bien? -

- Estoy bien, no se preocupe - Le respondí.

- Hiciste bien en traerlo - Dijo la enfermera para luego suspirar - Me gustaría que Oliver aprendiera a defenderse -

- Hice lo que tenía que hacer, señora enfermera - Dije.

- G-gracias - Agradeció Oliver con una voz dolorida.

- No hay de qué - Le dije yo para luego sonreírle.

- Bueno Oliver, ya acabé contigo ¿Cómo te sientes?- Preguntó la enfermera.

- Me duele aún, pero estoy mucho mejor que antes - Contestó Oliver.

- Que alivio - Dijo la enfermera - Hasta luego muchachos, corran porque ya va a comenzar el horario de clases -

- ¡Oh, las clases! - Dije recordando - Nos vemos, señora enfermera -

- Adiós, y gracias - Dijo Oliver.

- ¿Que esperan? ¡Corran! - Dijo la enfermera sonriendo.

Saliendo de la enfermería, Oliver y fuimos lo más rápido posible, debido a que él no podía correr con mucha velocidad, y no quería dejarlo atrás.

Al llegar al salón, Oliver se sentó en la primera fila a la derecha, pegado a la pared.

Los bravucones, quiénes ya estaban allí, sentados al fondo, se comenzaron a reír, eso hizo entristecer a Oliver.

Para que no se sintiera sólo, me senté al lado de él, y miré con mala cara a los bravucones, en especial a ese tal Jonathan.

- No los escuches Oliver - Le dije yo, tratando de consolarlo - Cómo bien dijo ese tipo de ahí, no vale la pena -

- Gracias otra vez, Millicent - Agradeció nuevamente.

- No tienes por qué agradecerme - Le dije.

Luego llegaron los estudiantes que faltaban.

Afortunadamente ya no había algún otro estudiante que fuera del estilo de los bravucones.

Luego, llegó la profesora.

- Buenos días alumnos
- Saludó la profesora.

- Buenos días - Dijimos todos.

Ese fue el comienzo de una clase de demasiadas cosas que ya sabía.

La tarea fue muy sencilla, al menos para Oliver y para mí, ya que los bravucones leían la tarea cómo si estuviese en coreano.

Luego, la campana sonó.



Bueno Valentasticos, hasta acá el primer capítulo de esta serie.

Nunca escribí en el narrador protagonista (o sea, la historia relatada por el personaje protagónico de la misma) espero que me haya quedado bien.

Cómo siempre les digo, DIOS los bendiga 🙏🏻❤️

Nos vemos en un próximo capítulo!

I love them ❤️

Saludos! (◕ᴗ◕✿)

💗💗💗

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