➪🄲🄻🄰🅅🄴🄻🄴🅂✈︎
Shoyo llegaba tarde debido a que había sido un día muy ocupado en la florería, para su sorpresa muchos clientes comenzaron a llegar por lo que se le hizo tarde. Al entrar al gimnasio una sensación de nostalgia lo golpeó debido a que seguía muy parecido a como él lo recordaba, estando a tan sólo unos metros tomó aire y continuó su camino. Logró divisar a sus ex compañeros en las gradas del lado derecho del gimnasio por lo que él decidió ir a las gradas izquierdas, al parecer estaban en descanso y al ver los resultados una sonrisa se formó en sus labios.
—¡Papá! —gritó Víctor desde abajo al ver a Shoyo, este le saludó con una sonrisa.
—¿Papá? —dijo Yachi y al ver en aquella dirección sus ojos se abrieron de par en par— ¿Hinata...?
—¿Qué sucede amor? —preguntó Yamaguchi quedando con la misma expresión al ver al pelinaranja.
—No puede ser...¡es Shoyo! —habló emocionado Noya.
—¿Debemos acercarnos? —cuestionó Ennoshita.
—No lo sé... —le siguió Kageyama.
—No lo hagamos, no aún.
—¿Koushi tú lo sabías? —cuestionó su esposo.
—N-No sé de qué hablas...estoy igual de sorprendido que ustedes.
—Koushi.
—¡Bien si! pero le prometí a Hinata que no diría nada.
—Tal vez no quiere hablarnos. —razonó Kei, por más que aquello le doliera.
—Luego intentaremos hablar con él tranquilos. —como siempre Daichi era la voz de la razón.
Decir que Shoyo estaba en pánico era poco, a pesar de aparentar tranquilidad por fuera y tener una brillante sonrisa que dedicaba a sus hijos, por dentro era un total caos. ¡Por dios! sus amigos estaban en frente suyo después de 15 años sin verlos, una tormenta de sentimientos era lo que sentía, culpa, tristeza, alegría, en verdad quería ir hacía ellos y decirle lo mucho que los extrañaba pero entendía que no era así de fácil.
—Azami-senpai ¿es su papá? —preguntó Haruka.
—Si ¿por qué?
—Creo haberlo visto antes... —dijo pensativo.
—No creo que sea posible, estuvimos en Brasil hasta hace muy poco tiempo.
—Hmm~ tal vez sea sólo mi imaginación ¡no me haga caso! —sonrió.
El segundo set dio inicio, esta vez con Oikawa como colocador, mientras que Víctor seguía en su posición y Azami jugaba como punta receptor dándole un descanso a su senpai Azumane. Ukai tenía en claro que por separado los hermanos eran buenos pero juntos eran imparables, tal vez era conexión de gemelos, pero con sólo miradas parecían entender todo lo que debían hacer. Era una conexión que nadie más en el equipo lograba tener.
Víctor fue el encargado de dar el saque y, para sorpresa de muchos, se asemejaba mucho a como Atsumu Miya lo hacía, con la misma potencia y perspicacia. Gracias a él el primer punto fue de ellos, siguiendo por un segundo e incluso un tercero hasta que el líbero del equipo contrario logró interceptarlo.
—Es muy bueno... —murmuró Yū.
—Aquel chico —señaló Tobio a Azami— es un buen colocador.
—Puede hacerle competencia a Toshio. —rió Toru al pensar en lo enojado que estaría su hijo.
—Tú lo aguantaras.
—¡¿Qué?! pero- —el castaño terminó con un puchero ya que su comentario lo condenó.
Para lamento del Aoba Joshai el enfrentamiento acabó en dos sets ya que el Karasuno logró ganar con una gran diferencia. Había sido un buen día, más aún por el juego de los gemelos, sin ellos seguramente hubieran tenido más problemas.
Todos festejaron, por un momento los Hinata se sintieron como en Brasil cuando ganaban partidos con sus amigos, una brillante sonrisa se formó en ambos y fue allí que los adultos notaron que habían heredado la brillante y hermosa sonrisa de Shoyo.
La emoción del Hinata mayor fue tan grande que no pudo evitar bajar de las gradas e ir hacía sus hijos, olvidando totalmente a todos los pares de ojos que lo veían atentamente.
—¡Papá ¿nos viste, nos viste? estuvimos grandiosos! —dijo emocionado Víctor.
—Ya cálmate un poco. —le regañó su hermano.
—Sabía que podrían jugar así...estuvieron excelentes chicos. —les sonrió Shoyo.
—Gracias papá. —dijeron al unísono.
—Un gusto señor, soy el capitán Kenta Suzuki.
—El gusto es mío Suzuki-kun. —le sonrió amablemente.
—¡Quién diría que estos revoltosos nos harían ganar! —rió estrepitosamente Tanaka, el pelinaranja lo observó detenidamente.
—Ah papá el es Kenshin Tanaka, un compañero de clase. —lo presentó su hijo mayor.
—¿Tanaka...?, por casualidad ¿tu madre es Shimizu-san?
—Si ¿cómo lo sabe?
—Eres igual a ella...pero con la actitud de tu padre. —sonrió de lado.
—¿Conoce a nuestros padres? —preguntó el chico.
—Tal vez...tú eres la combinación perfecta de Yamaguchi y Yachi-chan.
—Son mis padres...
—Estoy seguro que todos son hijos de mis antiguos compañeros.
—¿Cuál es su nombre? —cuestionó el vice capitán.
—Hinata Shoyo.
—¡Usted es Shoyo-san! —gritaron todos.
—S-Si...
—Hinata. —la voz de Suga le hizo voltear, quedando frente a los miedos que había cargado por 15 años.
—Shoyo nosotros- —intentó hablar Yū.
—¡Esperen! hablemos en otro lugar y sin nuestros hijos presentes...por favor.
—Vamos a la cafetería que está aquí cerca. —habló Kei.
—¿Papá está todo bien? —preguntó Azami preocupado.
—Si amor está todo bien, los veré en la noche ¿sí?
—Está bien, cuídate.
—Ustedes igual, eu amo vocês filhos. —les sonrió con dulzura.
—E nós amamos você pai. —respondieron igual.
—Podrían dejar de verme así...
—¡Es que no podemos creerlo, después de 15 años apareces como si nada! —dijo Tanaka.
—Lamento haberme ido de repente y por tanto tiempo...tuve mis razones para hacerlo.
—¿Qué razones? _preguntó Tobio.
—Eso ya no importa... —Koushi lo vio con pena.
—¿Te irás otra vez? —cuestionó Yū.
—No lo creo, no tengo donde volver...
—¿Y Brasil? —preguntó Tsukishima.
—Mi ex esposo debe estar feliz con su secretaria así que dudo mucho quiera verme. —sonrió de lado.
—¿Cómo se llaman tus hijos Hinata-kun? —habló con dulzura Yachi intentando calmar el mbiente, algo que el pelinaranja agradeció.
—El enérgico es Víctor, Azami es mucho más serio. —rió al pensar lo diferente que eran sus hijos.
—¿Tú les enseñaste vóley? —le preguntó Daichi.
—Sí cuando me veían jugar se emocionaban por lo que les enseñé lo que sabía, luego de eso ellos siguieron por su cuenta.
—Son muy rápidos, incluso me recuerdan a los Miya. —dijo Ennoshita.
—Tienen un lazo especial, no necesitan palabras para saber lo que el otro hará. Además su agilidad y buena resistencia es ebido a que ellos se especializan en vóley de playa.
—¡Eso es grandioso! —gritó emocionado Tanaka.
—Veo que a ustedes también les fue bien, sus hijos son muy buenos.
—¿Los conociste? —preguntó Tsukishima.
—No formalmente, sólo a los hijos de Tanaka-san y Yamaguchi aunque puedo darme una idea de quién es cada uno. —rió con suavidad.
—¿Qué tal si hacemos una reunión? podrás conocerlos mejor y nosotros a tus hijos, demás nos debes 15 años. s—ugirió el peliblanco.
—Claro, me gustaría eso.
—Mañana en nuestra casa, a las 14:00 ¿te parece bien? —preguntó Koushi.
—Por supuesto, envieme la dirección luego.
—Claro. —le sonrió.
—Ya debo irme, fue grandioso poder verlos.
—Nos vemos Hinata. —saludó Daichi.
Shoyo salió del lugar con una mezcla de calma y nervios, era como si su cuerpo no se decidiera a que sentir. Estaba camino al estacionamiento cuando una mano lo tomó del brazo, se llevó una gran sorpresa al ver a sukishima.
—De mi no te salvas enano, sé que pasa algo más.
—Tsukishima somos adultos como para que me llames así. —hizo un puchero Shoyo.
—¿Me dirás que ocurre en realidad?
—No es necesario que lo sepas.
—Lo descubrire por mi cuenta entonces.
—No sé como tú hijo te aguanta. —soltó un bufido.
—Por suerte no tengo uno.
—¿Qué? pero el chico rubio con lentes y de mirada de odiar al mundo...
—Es mi sobrino.
—Oh por dios... —Shoyo soltó una carcajada para luego reír más fuerte dejando confundido al rubio—. Así que tu horrible personalidad es contagiosa.
—Oye no te pases de listo.
—Lo siento, lo siento... —soltó un suspiro intentando calmar su respiración—. No has cambiado nada Tsukishima, eso me tranquiliza. —sonrió alegre.
—¿Por qué? —preguntó, intentando calmar el fuerte latido de su orazón.
—Me hace sentir que el tiempo no ha pasado.
—Tú sigues igual de raro.
—¡Ey!
Sin darse cuenta el rubio acabó acompañando a Hinata hasta el estacionamiento, hablando de nada importante y pasando los minutos como si nunca hubieran estado tantos años separados. Ambos seguían siendo los mismos, con algunos años encima tanto físicamente como a nivel maduro, pero con una misma relación extraña que cuando eran compañeros. Aún así uno de ellos deseaba romper esa barrera y lograr ser algo más íntimo, algo más que simples ex compañeros de equipo.
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¿Qué les está pareciendo? espero lo estén disfrutando y que este capítulo también les haya gustado ♡
Nos leemos pronto bye~
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