🦊XXXVII💐


Era un viernes por la tarde, una tarde normal de entrenamiento, solo que no sería tan tranquila como el equipo de los cuervos pensaba. Se encontraban entrenando cuando unos golpes en la puerta los hizo detenerse por un momento, algo extrañada Yachi se acercó para ver de quién se podría tratar encontrándose allí a dos chicos de gran altura e idénticos.

-Em~ entrenador Ukai...- llamó la rubia.

-¿Qué sucede Hitoka-chan? Estás pálida ¿acaso viste a un fantasma?-

-En realidad...a dos zorros gigantes.-

-¿Zorros?- preguntó Suga mientras ladeaba la cabeza, al no obtener respuesta se dispuso él a ver quien era. Bastó solo dos segundo para que cerrara la puerta de golpe y dirigiera la mirada a su pequeño kohai pelinaranja.
-Hinata...te buscan.- dijo algo nervioso.

-¿A Sho-chan?, ¿quién es?- por alguna razón aquellos tres chicos de primero eran mucho más sobreprotectores con su amor.

-Puedes ir Hinata, solo no tardes mucho.- Ukai le dio el permiso y con ello el pequeño cuervo se dirigió a la puerta, con la atenta mirada de los demás en su espalda.

-Shoyo-chan!!/Hinata-kun!- aquellos gritos asustaron un poco al pelinaranjo pero más aún alertaron a los demás de sus invitados, a toda prisa el equipo entero se fue hacía la entrada y allí pudieron observar como un par de gemelos apresaba a su rematador.

-¿Los Miya?, ¿qué hacen aquí?- preguntó algo a la defensiva Tanaka.

-Vinimos a visitar a Hinata-kun.- dijo con su semblante serio Osamu.

-Además que debemos tener una cita.- sonrió de oreja a oreja Atsumu.

Shoyo hizo unas señas en dirección a Ennoshita que rápidamente se adentró al gimnasio y en menos de 10 segundos ya estaba allí con la libreta del menor.

-"Me alegra verlos pero...podrían haberme avisado antes."- hizo un puchero que flechó a ese par de hermanos.

-Lo sentimos fue todo de último momento pero ya estamos aquí, no soportabamos más tiempo sin verte.- comentó el rubio, mientras tanto Tobio hacía algunos gestos de desagrado por las palabras del mayor, le daba náuseas lo cursi que podía llevar a ser.

-Hinata-kun ¿podríamos quedarnos contigo...?, claro que sí es una molestia podemos buscar otro lugar donde dormir.-
mientras que los hermanos estaban esperanzados para que la petición fuera aceptada, tres chicos del Karasuno rezaban a todos los dioses existentes para que su pequeña mandarina les dijera que no. Para su mala suerte este más que feliz asintió con la cabeza, además de estar sonriendo.

-Que bien!!! podre conocer a mis suegros!- dijo feliz Atsumu, sacándole unas cuentas venas a todo el equipo y sonrojando de sobremanera a Hinata.

-Voy a matar a ese estúpido zorro...- murmuró enojado Tsukishima, solo que antes de que pudiera saltar sobre el setter Daichi lo detuvo.

-"¿Quieren pasar?, aún tengo que seguir con mi entrenamiento..."-

-Claro, me encantaría verte jugar otra vez.- le sonrió coqueto Atsumu, Shoyo le miró algo avergonzado y entró al gimnasio siendo seguido por todos los demás.

El entrenamiento siguió su curso normal, solo que los gemelos eran algo entusiastas y no perdían el momento para halagar de sobremanera al pelinaranja logrando molestar un poco a los demás por lo ruidosos que llegaban a ser. Aún así Kiyoko y Yachi se la pasaban de lo mejor ya que cada comentario por parte de ese par lograba sonrojar a su pequeño amigo, además que les encantaba el drama romántico ¿y qué mejor que uno en vivo y en directo?, no pasaban por alto las auras asesinas que emanaban de Yamaguchi, Kei y Kageyama. Era divertido.
Al cabo de una hora y media más tarde, el equipo de los cuervos se dirigió a su cuarto del club para así cambiarse, mientras que los Miya esperaban a fuera por su chico.

-"Mi papá vendrá por nosotros, voy a presentarlos y así podremos irnos a mi casa"- les sonrió tiernamente.

-Me parece bien.- respondió Osamu.

-A mi igual.- le sonrió feliz Atsumu.

-Hinata ¿no quieres que esperemos contigo?- le preguntó el capitán, no se sentía tranquilo dejando a su kohai con ese par de chicos.

-Estoy bien capitán, pueden irse si quieren.-

-¿Seguro Hinata...?, no nos importa esperar unos minutos más.- insistió Suga.

-Ya dejémoslo!, andando todos.- gritó Ennoshita.- Adiós Hinata, nos vemos el lunes y ustedes dos cuidenlo bien sino- su sonrisa se transformó en una más siniestra haciendo que un escalofrío recorriera la espalda de los Miya- se las verán con una bandada de cuervos.- con todo dicho el equipo entero se fue, con algunas quejas de por medio claro esta.

Al cabo de unos 10 minutos un auto se estacionó con algo de prisa frente al pequeño grupo de chicos, apresurado el señor Hinata se bajó de su auto sin percatarse de ese par de jóvenes altos a cada lado de su hijo.

-Lo siento hijo, en el trabajo se complicaron algunas cosas pero ya esta todo bien así que podemos...irnos- por fin se había percatado de los gemelos- ¿quiénes son y acaso estoy viendo doble por el cansancio?- se restrego los ojos por unos segundos.

-No papá ellos son Atsumu y Osamu, los conocí en el campamento de hace unas semanas.-

-Oh claro...me habías comentado de ellos.- afiló su mirada y con ello el par de zorros salió de su transe para así presentarse como era debido.

-Un placer señor Hinata, soy Osamu Miya.-

-Un gusto señor Hinata, soy el futuro novio de su hijo Atsumu Miya.- ese comentario descolocó un poco al mayor que se vio en la obligación de forzar una sonrisa.

-Que simpáticos chicos jaja...bien ya debemos irnos Natsu nos espera en casa.-

-Papá ¿pueden quedarse en casa?, me sentiría mal dejandolos en cualquier otro lugar.- Hinata utilizó su manera infalible de conversar a su padre, esos ojos de cachorrito y su pequeño puchero eran algo con lo que el mayor no se podía negar.

-Bien...pero dormirás con Natsu en su cuarto, presiento que no son tan calmados como Kenma-kun-

-¿Kenma-kun?, ¿quién es ese?- al parecer Atsumu no recordaba el nombre del setter del Nekoma.

-Idiota es el setter del Nekoma, lo conocimos en el campamento. El chico con cabello de pudín.- le informó su hermano.

-Ya basta de tanta charla y entren al auto.- los tres se subieron al auto, Shoyo en el asiento de copiloto y los otros dos en la parte trasera.
El viaje fue silencioso y tranquilo, para los pelinaranjas no fue incómodo pero para los gemelos lo fue un poco, por alguna razón le tenían algo de miedo al padre del pequeño cuervo.

-Bien ya llegamos, chicos pueden dejar sus cosas en la habitación de Sho.- Hinata los guió hacía su habitación y pudieron dejar su pequeño equipaje.
Al bajar pudieron escuchar como pequeños pasos se acercaban a gran velocidad y sin previo aviso una melena naranja se avalanzaba sobre Shoyo tumbandolo en el suelo.

-Nii-chan!!!-

-Hola Natsu, ¿cómo estás pequeña?- le saludó alegre su hermano mayor.

-Muy bien!! Mamá se quedará a dormir hoy!- dijo más que feliz.

-¿No es algo normal que su madre duerma en su casa...?- dijo sin malas intenciones el rubio, solo que para los hermanos pelinaranjas era algo nuevo y por esa razón su emoción.

-¿Quienes son ellos nii-chan?-

-Atsumu y Osamu Miya, amigos míos.-

-Son iguales!!! que gracioso.- se rió la pequeña.

-Tu debes ser la hermanita de Hinata-kun, soy Osamu y ese tonto de allí es Atsumu.-

-Yo soy Natsu! y para que sepan Kenma nii-san va ganando.-

-¿Ganando...?- dijo algo confundido el rubio.

-Significa que deberan esforzarse para que los acepte como pretendientes de mi lindo hermano mayor!-

-Somos mejores que ese bobo gato!- sonrió con aires de grandeza Atsumu.

-La cena está lista!!!- gritó una mujer desde el comedor, todos se dirigieron allí y por fin los gemelos pudieron conocer a la madre de Hinata.

-Usted debe ser la madre de Hinata-kun, es un gusto conocerla.- saludó cortésmente Osamu.

-Oh que chicos tan educados, soy Hiroko un gusto poder conocerlos.-

-Y díganme chicos ¿cómo les va con el vóleibol?- preguntó Hajime.

-Bien, de hecho estamos muy entusiasmados por jugar en las Nacionales, no puedo esperar para enfrentarme al Karasuno.- dijo feliz el rubio.

-¿Y cuánto tiempo piensan quedarse aquí?, sería muy lindo que conozcan lo lindo de Miyagi- les habló amablemente la mujer.

-Pensabamos quedarnos todo el fin de semana pero si es una molestia para ustedes podríamos irnos antes.- dijo el peligris.

-Claro que no es una molestia ¿verdad cariño?- la fémina golpeó con su codo las costillas de su novio, sabía que él no aceptaría la petición pero con un poco de su influencia no sería difícil que los chicos se quedaran un poco más de tiempo.

-No es problema...son bienvenidos cuando quieran.- se forzó a decir.

-Genial!! mañana tendremos nuestra cita entonces.- dijo entusiasmado el rubio.

La cena prosiguió con más charlas y risas, el señor Hajime de a poco fue soltando esa actitud fría y su verdadera personalidad salió a la luz, fue allí donde los gemelos comprendieron de dónde su crush había sacado esa dulzura y amabilidad, no solo lo físico.
La hora de dormir había llegado solo que los Miya aún tenían esa curiosidad por el comentario de la pequeña Natsu, ¿acaso los padres de Hinata dormían en casas separadas?, eso era extraño hasta para ellos ya que se veían muy felices juntos.

-Oye Shoyo-chan ¿podemos preguntarte algo?- los tres se encontraban en el cuarto del menor arreglando las cosas para así poder irse a dormir ya.
Hinata asintió en aceptación y así el contrario siguió con su duda.
-¿Acaso tus padres viven por separado?-

-Oye no debes preguntar cosas que no te incumben.- le regañó su hermano.

-"Esta bien...no importa"- sonrió apenado.- "Ella no es nuestra madre biológica, hace pocas semanas ella y mi padre formalizaron su relación por lo que algunos días se queda a dormir aquí"-

-Oh~ ahora todo tiene sentido. ¿Y tu madre biológica dónde está?- siguió preguntando.

-Ya basta Tsumu.-

-"Mañana les contaré mejor, es hora de dormir"- se podía notar que su semblante había decaído un poco por lo que Atsumu dejó de insistir.
-"Buenas noches chicos"- y con ello se fue.

-Idiota ve como lo pusiste, no debes preguntar cosas tan personales.-

-Lo siento...mañana me disculpare con él.- con la lección aprendida el rubio se fue a dormir, aún con esa curiosidad por la reacción del menor al mencionar a su madre.

Shoyo por otro lado intentaba tranquilizar sus nervios, sentía que en cualquier momento colapsaría, para su suerte la hora de su medicina había llegado por lo que eso lo calmaría el resto de la noche. Tal vez era hora de decir todo, de soltar ese peso que lo atormentaba en su interior, a pesar de no conocer del todo a los gemelos sabía que podía confiar en ellos. Quería desahogarse y lo haría con ese par de hermanos revoltosos.

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Después de unos cuantos día vengo a actualizar, estuve desaparecida porque fue mi cumpleaños y me tomé algunos días de descanso jajajajajajja

Espero hayan disfrutado este capítulo, nos leemos pronto bye bye~

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