XXVII


La clase de música estaba comenzando, tanto sus compañeros como su profesora estaban a la espectativa de escuchar nuevamente al pelinaranja tocar el piano. La energía de Shoyo era contagiosa y un aire fresco para todos allí por lo que la ausencia del menor había preocupado a todos, el cuervo menor se había ganado el cariño y respeto de sus conpañeros.

-Hinata-kun ¿te gustaría tocar el piano para todos nosotros?- preguntó amablemente, la nueva situación de su alumno se le había sido informada por lo que un trato delicado era lo mejor para no alterar al menor.
Hinata de forma entusiasta asintió y se dirigió al piano que se encontraba en medio del salón.

Se sentía entusiasmado, ya no tenía vergüenza en tocar enfrente de sus conpañeros y amigos, por lo que sin mayor espera comenzó a tocar.
Una canción que sentía lo identificaba mucho, su letra era magnífica y si pudiera cantarla lo haría a todo pulmón sin duda. Sin embargo todos allí sabían que Shoyo no necesitaba una voz para demostrar emoción y dejar a todos sin habla por lo grandioso que tocaba el piano, él podía demostrar todo con solo unas melodías que transmitían todo el sentimiento que esté cargaba.

La melodía los envolvía, era como estar en el mismísimo cielo, Hinata mantenía sus ojos cerrados de vez en cuando para sentir profundamente ese sentimiento tan cálido que estaba experimentando en su interior. Mientras tanto Kageyama apreciaba como su chico amado era una persona totalmente distinta al estar en ese instrumento, su gran calma, esa concentración, esa aura de paz y belleza que desprendía. Sin dudas amaba todas las facetas del pequeño cuervo, desde su actitud inocente, la gran fortaleza al jugar vóley, hasta esa calma al tocar el piano. Era simplemente perfecto.

Al acabar de tocar, al igual que veces anteriores, el salón estalló en aplausos y halagos dirigidos al pelinaranjo, esté avergonzado hizo una reverencia y rápidamente se dirigió a su puesto que se encontraba al lado de Tobio.

-Eso fue hermoso.- dijo el más alto.

-Gracias...necesitaba esto.-

-Al menos sabes que tienes algo a lo que dedicarte porque en el vóley...lo veo un poco difícil.- Kageyama sonreía de lado en forma de burla, era divertido ver al más bajo enojado.
Shoyo ofendido empujó a su compañero de puesto por el hombro haciendo reír a esté.

Su clase de música siguió unos cuantos minutos más, Tobio no dejaba de ver a Hinata pero esté poca atención le prestaba ya que se encontraba concentrado en la clase, sin embargo una persona no muy lejos de ellos observaba como el ojiazul miraba al pelinaranja y no le gustaba como lo hacía.

Shoyo se encontraba en su casillero, estaba a punto de irse ya que su padre estaba a pocos minutos de llegar por él, pero al abrir esté un sobre cayó al suelo. Era otra carta de esa persona anónima, no creyó que recibiría una tan pronto, aún así la abrió en ese mismo instante ya que su curiosidad era mucha.

"Sé que es muy pronto, y créeme que esta carta es simplemente un impulso, pero no puedo aguantar como todos reciben una sonrisa o una simple mirada tuya y yo soy la excepción. Mis celos me han ganado y he escrito esta carta, solo para recordarte que hay una persona que te piensa y te ama en secreto por lo que no dejes que nadie más te ame tanto como yo lo hago. Pronto serás mío no lo olvides. Anonyme."

Hinata ya no se sentía tan seguro, era como si esa persona si lo acosara, en esos momentos se sentía observado. A paso rápido y mirando en todas direcciones se dirigió a la entrada de la escuela a esperar a su padre, para su suerte a los pocos minutos esté llegó y el pelinaranja se pudo sentir más tranquilo.

-¿Sucede algo?- preguntó el Hinata mayor por la extraña actitud de su hijo.

-No...es decir si- soltó un suspiro- mejor te cuento en casa...-

-Bien, si así lo quieres.- en ese momento le restó importancia, tal vez no era nada grave y sólo se estaba preocupando por nada. Necesitaba ser menos sobreprotector con su pequeño.

El viaje fue rápido, ninguno entabló conversación ya que estaban sumergidos en sus pensamientos. En el caso de Shoyo, esté no podía dejar de pensar en esa persona anónima, no creía ese cambio de actitud tan radical. En un momento era dulce y amable, mientras que en el otro demandante y posesivo. No tenía sentido.
Hajime por otra parte pensaba en su ex esposa, odiaba tener que estar atento a toda hora ya que la mujer podría aparecer cuando menos se lo espere y causar un alboroto. Aún más ahora que tenía un nuevo amor, temía por el bienestar de Hiroko. Agradecía que sus padres pudieran buscar a Natsu a su escuela ya que sino estaría el doble de preocupado.
Sería difícil pero por sus hijos haría lo que fuera, no importaba el cansancio que eso costara.

Ya en la casa el pequeño ojimarron se dirigió a su amitacion para cambiarse de ropa, luego de eso hablaría con su padre sobre las cosas que le preocupaban. Tanto de Kenma como de esa persona anónima.

-Entonces Sho, ¿qué querías decirme?- padre e hijo se encontraban en la sala, el mayor de ellos con una tasa de café mientras que el menor con un simple té.

-Papá...¿alguna vez te has enamorado?- esa pregunta tomó tan desprevenido a Hajime que escupió un poco de su café. Estaba más que sorprendido, su hijo, su pequeño, la luz de su vida, estaba preguntándole sobre el amor.

-E-Eh...si, si me he enamorado pero ¿a qué viene esa pregunta hijo?-

-Es que...se me han confesado y no sé como corresponder esos sentimientos. Nunca nadie se interesó por mi nunca y esto es algo nuevo para mi...- estaba tan nervioso y avergonzado que sus señas eran algo atropelladas, además de que sus manos temblaban un poco.

-Sé que eres una persona muy amable hijo pero si no sientes nada hacía esa persona es mejor decirlo pronto ya que solo la ilusionaras y ambos saldrán lastimados.-

-Lo sé...-

-¿Se puede saber quién es esa persona?- estaba más que curioso, ¿quién podría ser esa jovencita que profesó su amor hacía su hijo?.

-Es alguien que conoces...- dijo nervioso.

-¿Qué conozco?, hasta donde sé no tienes ninguna amiga Sho.- ahora se sentía confundido, más que al principio.

-No es una chica papá...- el gran sonrojo en las mejillas del pequeño le dio un indicativo de quien podría ser.

-Oh...es un chico...- Shoyo asintió lentamente con su cabeza- y supongo esa persona es Kenma-kun ¿verdad?. Pude notar la extraña atmósfera que había entre ustedes antes de que él se vaya de regreso a Tokyo.- ahora todo tenía sentido.

-Si llegara a amar a Kenma...¿te opondrías?- sentía los nervios a flor de piel ¿qué si su padre no aceptaba su forma de amar?. Estaba aterrado.

-Shoyo lo único que me interesa es tu felicidad y si eso esta junto a un chico esta bien por mi. Además Kenma-kun es un buen chico, estoy seguro que te hará feliz.- sonrió feliz, el pequeño Hinata se abalanzó hacía su padre para abrazarlo. Ahora sabía que contaba con el apoyo de su ser más querido.
Shoyo más tranquilo volvio a su cuarto, aún había cosas que necesitaba aclarar en su cabeza y para ello era mejor estar a solas.

-Ay hijo...presiento que esta charla la tendremos más seguido de lo que esperas. ¿Quién diría que mi pequeño podría robar tantos corazones?- sonrió de lado, su hijo estaba creciendo a pasos agigantados y su gran temor cada vez crecía más. Un desamor es un gran dolor, él lo sabía bien, por lo que deseaba su hijo no pasara por lo mismo.
Lo protegería de todo y de todos, más aún se encargaría de cualquiera que osara a lastimar a Shoyo.

♫︎✩♫︎✩♫︎✩♫︎✩♫︎✩♫︎✩♫︎✩♫︎✩♫︎✩♫︎

Otro capítulo!!! Espero lo hayan disfrutado y sigan apoyando esta historia.
Disfruten la hermosa melodía de Take Me To Church y si buscan la letra mucho mejor ya que entenderán más el concepto.

Gracias por todo, nos leemos pronto. Bye bye~

Bạn đang đọc truyện trên: AzTruyen.Top