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El la oscuridad de la habitación, en esa noche fría, tres chicos se encontraban a punto comenzar una conversación de la cual muchas lágrimas estaríamos presentes. Lo sabían. Lo presentían pero ya no había vuelta atrás.

—Sho tomate tu tiempo ¿si?, entendemos si no estás listo. —habló Izumi.

Estoy bien, puedo hacerlo... —dijo Hinata.

—Bien, dinos que paso ese día ¿por qué terminaste en el hospital? —Koji se sentía impaciente, por saber qué había sucedido, qué provocó el estado de su amigo.

El sábado fui al centro comercial porque necesitaba comprar unas cosas y una de ellas estaba algo alejada de allí por eso decidí tomar un camino más rápido para llegar. No había notado que por aquella calle no circulan muchas personas, cuando estaba caminando me choque con un chico por su actitud y aspecto no parecía estar en sus cincos sentidos, me disculpé con él pero al parecer el no disculparme con "palabras" lo enfureció. Me comenzó a gritar y terminó empujandome contra una pared que estaba cerca, para intentar calmarlo le mostré mi carnet de discapacitado pero solo se burló de mi... —esto hizo que los dos chicos pusieran una mueca de molestia, habían tratado con muchas personas como aquel tipo y simplemente les enfurecía su actitud—. Luego él...él dijo que...

Sus lágrimas comenzaron a salir, solo con recordar aquellas palabras su cuerpo temblaba.

—¿Que fue lo que te dijo Shoyo? —preguntó asustado Izumi por la respuesta.

Que podría hacerme cualquier cosa ya que no gritaría... —sus gestos eran temblorosos, lentos, detonaban todo el miedo y pánico que se encontraba en su interior.

—Maldito hijo de... —Koji estaba a punto de maldecir pero Izumi tomó su mano en señal de que no era momento de eso.

No sé cómo lo hice pero logré apartarlo y comenzar a correr lejos de él, no importaba donde solo lo quería lejos. Mientras lo hacía envié mi ubicación al primer contacto que encontré que al parecer fue el grupo de vóley, luego me escondí en un callejón. Juro que pensé haberlo perdido pero luego de unos minutos me encontró...su mirada era...era horrible, tenía tanto miedo... —ambos chicos acariciaban su espalda en un intento de lograr calmar a Hinata pero parecía inútil.

Me tomó por las muñecas y me arrastró en lo profundo del callejón, a pesar de ser de día no había mucha luz, el olor era espantoso. Ese chico comenzó acariciar mi rostro, luego mis brazos y por últimos mis piernas, en cada momento que me sostuvo repetía lo hermoso que era pero sus palabras sonaban tan asquerosas para mí...besó mi cuello y mis mejillas, cuando estaba a punto de desvestirme aparecieron los chicos. Sentí un gran alivio en ese momento....

—Que bueno que lograron aparecer a tiempo. —dijo Izumi.

—¡¿A tiempo?, logró tocarlo Izumi! —Koji se encontraba histérico, estaba seguro que si ellos se encontraban ahí hubieran llegado muchas más rápido.

—¡Pudo haber sido peor Koji, él esta bien, esta con nosotros así que cállate! —claro que lo sabía, lo sabía muy bien porque lo estaba viendo. Su amigo temblando y llorando a causa del miedo. Pero en ese momento Shoyo no debía alterarse.

Chicos no peleen por favor...

—Lo sentimos... —dijeron ambos al mismo tiempo.

Yo solo no sé...no sé que hacer, tengo miedo de salir a la calle...

—Shoyo escúchame, estamos aquí, estamos contigo para ayudarte a superar esto. Eres más fuerte de lo que crees y cuando menos te lo esperes esto será solo un mal recuerdo.

Izumi sabía como hablar, con ello logró calmar un poco al menor pero esto solo era el comienzo de un largo camino.

Gracias por haber venido chicos...me hacían mucha falta. —abrazó a ambos.

—Igual a nosotros Sho.

Los tres luego de conversar unos minutos más fueron a dormir, ese día fue muy estresante y cansador para todos, al día siguiente Shoyo tendría sesión con su psicólogo por lo que debían despertar temprano.

—Chicos estoy preocupado por Shoyo...

Nishinoya no desprendía esa energía alegre como siempre lo hacía, su mente solo podía pensar en su querido kohai y su estado.

—Sé que todos están tristes por Hinata-kun pero deben entrenar, seguro él estaría de acuerdo en eso. Lo que más ama es el vóley así que hagamos esto por él y mejoremos mucho para cuando vuelva. —Takeda-sensei como siempre animando a sus alumnos a mejorar.

—Take-chan tiene razón, también estoy preocupado por Hinata pero no haremos nada haciéndolo. Necesitamos estar bien para él. —para sorpresa de algunos Tanaka había dicho las palabras justas y necesarias por lo que todos volvieron a practicar con más ánimos que antes.

Mientras todo el equipo estaba practicando, tres de ellos pensaban el modo de animar a la pequeña mandarina y a sin volver a ver esa hermosa sonrisa en su rostro, sabían que sería difícil pero no planeaban rendirse.

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Hinata había despertado con los mismos ánimos que el día anterior, aún no tenía la fuerza suficiente ni el ánimo para sonreír o entablar una conversación donde sus únicas respuestas no sean "si" y "no". Los presentes entendían su comportamiento por lo que decidieron no insistir, la única que lograba sacar pequeñas sonrisas al pelinaranja era su hermana y eso fue un alivio para todos. No estaba todo perdido.

—Sho debemos irnos ya, termina tu desayuno rápido. —el señor Hajime había pedido ese día libre para poder estar con su hijo, estaba seguro que al salir del consultorio necesitaría todo el apoyo posible.

El menor solo asintió con su cabeza y comenzó a comer, el silencio en el ambiente no era incómodo pero tampoco agradable, una leve sensación de tristeza y melancolía se podía apreciar en el.

Izumi y Koji se ofrecieron para llevar a Natsu a la escuela mientras los Hinatas mayores se dirigían al consultorio del psicólogo, el señor Hajime se los agradeció y se retiró con su hijo.
Ambos subieron al auto pero antes de tomar rumbo el mayor le hizo una pregunta a Shoyo.

—Shoyo ¿quieres ir? —era estúpido preguntar lo sabía pero el hecho de que su hijo ya era libre de las sesiones le hacía plantearse que tal vez no quería asistir más a ellas.

Papá quiera o no lo necesito, si no voy no podré seguir adelante. No estando así. Tengo pánico de salir papá, en estos momentos no sé si podré ver por la ventana sin temblar del miedo.
Si es necesario tomaré pastillas, solo quiero...quiero estar bien.

—Hijo lo siento tanto...

Por fin el hombre lloraba frente a su hijo, en todo este tiempo había tratado de mantenerse fuerte por él pero ya había llegado a su límite. Otra vez estaban en esta situación, otra vez su hijo debía pagar por algo que no era su culpa. Lo abrazó con tanta fuerza que por un momento llegó a pensar que lo rompería, pero necesitaba abrazarlo, necesitaba sentir que su pequeño estaba allí con él.

Partieron hacía el consultorio, el camino fue silencioso, ni siquiera la radio fue puesta, tenían miedo de lo que pasaría. A pesar de haber dicho que no le importaría tomar pastillas su mayor temor era depender de un fármaco para mantener su estado emocional, esos 5 años había sobrevivido sin necesitarlo y ahora de un día para otro ya estaba considerandolo. No podía creer que una simple salida hubiera terminado tan mal.

—Buenos días Shoyo ¿cómo has estado?

Creo que sabe la respuesta. —Hinata no quería estar a la defensiva pero se sentía como la primera vez, aquella cuando tenía 10 años y su problema era esa mujer que se hacía llamar "madre".

—Shoyo sé que es una situación difícil y no querías volver aquí pero estoy para ayudarte por lo que necesito que cooperes conmigo.

¡Estoy mal Doctor! ¿cómo quiere que esté?, casi fui violado por un drogadicto. —su mirada era de furia y dolor, furia por nunca poder estar bien, porque al parecer el destino o la vida lo odiaban.

—Por favor cálmate, alterarte no servirá de nada. Hablemos al respecto, dime que ocurrió e iremos poco a poco.

Hinata un poco más calmado comenzó su relato, cada detalle, cada palabra, cada acción fue dicha. Dejo salir todo otra vez, sabía que era un ambiente seguro y nada saldría de allí, confiaba en su psicólogo pero el resultado de todo era lo que le daba temor.

—Por lo que me has contado, tu estado emocional es inestable y necesitamos más sesiones semanales hasta que haya un progreso, también te derivaré a una psiquiatra amiga mía. Es muy buena así que tranquilo. —mientras hablaba estaba anotando cosas en una libreta.

¿Psiquiatra?, ¿acaso no es suficiente mis sesiones con usted?

El hombre levantó su viste y se acomodó en su asiento, soltó un suspiro y habló.

—Shoyo tus ataques de pánico han empeorado, son más fuertes que antes y temo que te lastimes más de lo que ya lo haz hecho. Si la psiquiatra determina tu estado lo más seguro es que debas tomar antidepresivos. —ahí estaba su peor miedo, los malditos medicamentos.

—¡No, no quiero depender de una maldita pastilla!

—Es necesario, por favor entiende que no estás bien y cualquier cosa que logre alterarte podría arriesgar tu salud tanto mental como física. No sabemos cuánto tiempo debas tomar las pastillas por lo que no saques conclusiones apresuradas.

Estos años he estado bien sin ellas...¿por qué ahora son necesarias?jaló un poco sus cabellos en forma de desesperación, ¿ahora además de de no poder comunicarse como los demás era alguien que necesitaba fármacos para sobrevivir?.

—Sé que es difícil para ti pero es por tu bien, sin ellos temo por tu vida y no soy el único que está preocupado. Piensa en tu familia y amigos. Piensa en ti.

Hinata recordó que ya no lo hacía solo por él, había personas que lo apreciaban y velaban por él. Si era necesario lo haría.

Bien...

—Me alegra que entraras en razón, llamaré a tu padre y le informaré todo. Es seguro que en esta semana tengas que visitar a la psiquiatra.

Con ello el menor saludó al hombre y se retiró para esperar en el auto hasta que su padre terminara la charla con su doctor.
Ese miedo seguía pero menor que antes, se había propuesto superar esto sea como sea. Por amor a su familia y amigos. Por sus sueños del futuro. Por él mismo.

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Quiero hacer una aclaración: no soy experta con respecto a lo que la depresión se refiere, solo puedo decir que Shoyo desde antes la sufría pero no un grado tan grave como para depender de pastillas sin embargo con lo recién ocurrido sus síntomas empeoraron tanto que llego a lastimarse. Por esa razón ya son necesarias las pastillas.


Sin más espero les haya gustado el capítulo, ya vendrán cosas bonitas solo quiero desarrollar bien el proceso de altibajos de Hinata.
Nos leemos pronto, bye bye~

Espacio de Spam jejeje

Esta es mi nueva historia, si les gusta la temática de Dioses y el anime Diamond no Ace espero pasen a darle una oportunidad.
Además he subido mi primer One-shot de Boku no Hero que me gustaría lean si gustan.
Sin más me despido ♡♡♡

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