☯︎XVIII☯︎


—Residencia Hinata ¿quién habla?

El señor Hajime acababa de ingresar a su hogar cuendo el teléfono de línea comenzó a sonar, a pesar de ser sábado tenía trabajo que hacer en la oficina pero para su suerte había logrado terminar temprano por lo que esperaba pasar el resto de la tarde con sus amados hijos. Que equivocado estaba.

Que tal señor Hinata, hablo desde el hospital central, su hijo está aquí y necesito su presencia. —el policía hablaba de la forma más calmada posible, sabía que pesar de no ser nada grave el mayor estaria preocupado.

—¡¿Shoyo está en el hospital?!, ¿está bien?, ¿qué le sucedió? —sentía como su presión bajaba y comenzaba a sentirse mareado.

Señor conserve la calma, el asunto es delicado para hablarlo por teléfono por lo que necesito llegue lo más rápido posible. —cortó la llamada dejando al Hinata mayor peor que antes. Como sus piernas le permitieron, tomó de nueva cuenta las llaves del auto y llama a Natsu para ir juntos.

Tomaron rumbo rápidamente y al cabo de unos 45 minutos ya se encontraban en la entrada del hospital, cuando ingresaron Hajime se dirigió a la recepcionista preguntando por su hijo y esta le indicó donde estaba su habitación. Corriendo junto a su hija recorrieron los pasillos hasta divisar a un pequeño grupo de personas, al parecer compañeros de Shoyo.

—¿Cómo está Shoyo? —esa voz hizo que todos los presentes voltearan en su dirección, encontrándose con una versión mayor a su amigo y una pequeña pero femenina. Sin dudas eran familiares del pelinaranja.

—¿Es el padre de Hinata verdad? —preguntó Suga, con un semblante algo sobreprotector.

—Así es, ¿dónde está?

—Lo están revisando ahora, a simple vista no tiene nada grave pero no sabemos si su cabeza sufrió daños o algún órgano. —Daichi habló con el mayor por unos minutos, presentándose todos.

—Ennoshita aún no nos has dicho que ocurrió, ahora que el padre de Shoyo está aquí deberías decirlo. —Nishinoya mostraba un semblante serio, su fase divertida y alegre era totalmente opacada por la preocupación.

El joven soltó un largo suspiró, no tenía idea como sus amigos tomarían lo ocurrido ya que la situación era sumamente delicada y compleja. Más aún con una persona como Shoyo la cual todos protegían.

—Por lo que Hinata me dijo, ese tipo comenzó a perseguirlo luego de enterarse de su condición diciendo que nadie escucharía sus gritos. Estaba muy drogado y todos lo notamos, sigue sin ser una excusa para su comportamiento pero eso nos dio más tiempo a nosotros para poder llegar.

—¿No poder gritar?, ¿qué planeaba hacerle? —Yamaguchi no quería creer en lo que su mente estaba formulando, no podía ser esa opción.

—Es más que obvio. —Kageyama apretaba sus puños de la frustración, si hubieran llegado unos minutos antes no estarían en esa situación.

—Dices que planeaba...¿abusar de él? —todo el pasillo quedo en silencio, sus cabezas iban a mil por hora imaginando esa horrible posibilidad.

—Es lo más seguro. —Tanaka solo esperaba que su kohai no estuviera peor que antes, tal vez no tuviera heridas físicas pero las emocionales eran mucho más difíciles de sanar.

—¿Por qué ahora?, ¿por qué él? —Tsukishima estaba apoyado contra la pared sin saber que hacer, solo esperaba que esto no afectara a su persona especial.

—Todo iba tan bien...sus sesiones habían disminuido por fin. —Hajime se sentó de golpe dejando caer todo su peso, Natsu lo abrazo mientras pequeñas lagrimas recorrían su rostro.

—¿Familiares de Hinata Shoyo? —el doctor por fin hacia aparición, todos corrieron a su lado de golpe dejando algo confundido al señor. — ¿Quién es el familiar del chico? — levantando una ceja.

—Yo soy su padre doctor ¿cómo está mi hijo?

—Se encuentra bien, sufrió algunos cortes en sus manos y rodillas, y un golpe en su mejilla derecha. Sin embargo... —eso alarmó a todos.

—¿Qué sucede...? —Hajime estaba a punto del colapso nervioso.

—Su hijo sufrió un golpe en la cabeza por lo que estará en observación hasta mañana pero lo que más me preocupa es su estado mental, desde que llegó no ha reaccionado a ningún estímulo. Es como si no estuviera aquí. —una expresión de compasión apareció en su rostro, odiaba dar malas noticias.

—¿Podemos pasar a verlo? —cuestionó Ennoshita.

—Claro pero no pueden hacerlo todos, vayan en grupos de cuatro personas y por favor no lo alteren. —con todo dicho el doctor se retiro para llenar unos papeles.

Los primeros en ingresar fueron Natsu, Daichi, el señor Hinata y Suga, al entrar todos tuvieron que contener sus lágrimas.

—¿Hijo...? —el primero en acercarse a la cama fue su padre, a paso lento y con algo de miedo se posó enfrente del menor— ¿Cómo estás Sho? —no hubo respuesta alguna, Hinata solo miraba por la ventana como las nubes pasaban, como el atardecer caía y como el viento soplaba las hojas.

—Hinata responde algo por favor... —Suga estaba muy preocupado por la condición de su amigo, tenía la leve sospecha de que sufría un shock emocional debido al trauma.

—¿Hermanito?

Al escuchar la voz de su hermana Shoyo reaccionó, lentamente levantó su brazo y con ello extendió su mano en dirección a Natsu, la niña rápidamente la tomó y pocos segundos después se lanzó a sus brazos. La simple idea de perder a su hermano le aterraba.
Hinata a pesar de los minutos que pasaron hablandole nunca contestó nada, solo se dedicaba a jugar con su hermana, al parecer eso lo calmaba un poco.

Los siguientes en pasar fueron Tanaka, Nishinoya, Asahi y Ennoshita, a este último era al único que Hinata hablaba. Ya consideraba a su senpai una persona muy importante y confiable en su vida, sin embargo los otros dos lograron sacarle pequeñas sonrisas que se iban rápidamente. Al cabo de 15 minutos las últimas tres personas ingresaron.

—Sho-chan hola, ¿cómo te sientes? —no hubo respuestas.

—Hinata...responde por favor. —que el Rey de la cancha pida algo amablemente significa que es grave, y lo era, porque nunca había visto tan tranquilo a su amigo.

—Oye Hinata-

Tsukishima tocó su hombro, el pelinaranjo tembló de golpe, dirigió su vista directo a los ojos del rubio. Miedo era lo que reflejaban. Miedo y pánico. De un momento a otro Hinara golpeó la mano de Kei para alejarla y comenzó a rasguñarse sus brazos y jalar su cabello, gritando de forma silenciosa pero que reflejaba puro dolor. Yamaguchi llamó com rapidez a una enfermera para así poder sedar a Shoyo, todos se alarmaron debido a los gritos de su compañero por lo que fueron a ver que sucedía, encontrándose con Kageyama y Tsukishima intentado controlar al menor. Su padre al ver la escena supo exactamente que hacer.

—¡Shoyo! mírame, mirame a mi, respira conmigo. Inhala y exhala, vamos.

Tomando sus manos y respirando con su hijo al cabo de unos minutos logró calmarlo un poco, igualmente le inyectaron un calmante para que así pueda descansar.

—Calmese señor, su hijo estará bien se lo aseguro, se ve que es un niño muy fuerte. —la enfermera todo sus manos en forma de apoyo, el señor Hinata sintió algo que hace muchos años no sentía, una gran calidez se instaló en su pecho.

—Gr-Gracias señorita —le extraño su tartamudez, la enfermera le sonrió y se retiró de la habitación para así dejarlos a solas—. Vas a estar bien Sho, te lo prometo.

La noche sería larga pero no se separaría de su hijo ni por un minuto, en esos momentos lo necesitaba más que nadie por lo que estaría ahí. También hablaría con los mejores amigos de Hinata y su psicólogo, necesitaría apoyo.

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Otro capítulo más, espero lo hayan disfrutado mucho ♡ nos leemos luego, bye bye~

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