♫︎♪XVII♪♫︎


Algo que pocos sabían, concretamente solo Natsu y su padre sabían esto, es que Shoyo era muy bueno tocando el piano. Cuando se mudaron su psicólogo le recomendó hacer actividades extracurriculares para distraerse, y así lo hizo, por mera curiosidad probó el piano y le encantó nunca tocaba fuera de sus clases ya que la vergüenza lo invadía por esa razón solo su familia estaba enterada de su talento; ni siquiera sus mejores amigos tenían idea de esto. Sin embargo hoy no era el caso, para lamento de Hinata y suerte de los demás, ese día en clases de música sería su perdición.

—Hinata pasa al piano por favor, yo te guiaré y así será más fácil.

Su profesora de música, una mujer muy amable y tranquila, le había pedido amablemente que tocara el piano frente a toda su clase. No podía negarse aunque quisiera.
El chico solo asintió y se dirigió al piano que se encontraba en la sala.

—Bien hoy tocaremos la pieza de Fly Me To The Moon de Frank Sinatra —comunicó a toda la clase—. Hinata comienza por favor, yo te dir- —no pudo continuar ya que el pelinaranja solo se dejó llevar y comenzó a tocar, solo eran el y el piano. Nadie más.

La melodía embriagaba a todos los presentes, incluso algunos alumnos de otros salones salían para averiguar de dónde salía esa grandiosa melodía. Entre ellos todos el equipo de vóley, algunos orgullosos, otros impresionados y otros más encantados que antes, muchas reacciones en tan poco tiempo que el menor no podía notar al estar sumido en las melodías.
Al acabar el show unos ruidosos aplausos se hicieron presentes, Shoyo al no saber como reaccionar solo atinó a esconderse por la vergüenza, la primera en acercarse fue su profesora.

—¡Hinata eso estuvo grandioso!, ¿por qué nunca me dijiste que podías tocar así? —sus ojos irradiaban alegría a más no poder, uno de sus alumnos era un genio y no lo sabía.

—Sho-chan esto fue hermoso. —Yamaguchi fue el siguiente en aparecer, empujando un poco a Kageyama en el camino.

Gracias Tadashi...esto es muy vergonzoso por dios... —su sonrojo, sus señas que reflejaban pena, todo era hermoso para la vista.

—Lo tenías bien escondido eh Shoyo ~ —Nishinoya lo atacó por la espalda sacudiendo con fuerza sus cabellos, el menor solo pudo reír con pena.

—Es hora del almuerzo, ¿qué tal si vamos todos juntos? —Daichi como buen capitán, o tal vez padre, invitó bebidas para todos en el almuerzo hablando del nuevo talento de su compañero y alabandolo a más no poder.

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"¡Kenma lo siento mucho!, hoy olvide avisarte que no podría darte clases. Pasaron muchas cosas..."

No sabía cómo disculparse, al llegar a casa se encerró en su habitación para así poder llamar a su amigo, había olvidado completamente sus clases con el cabeza de pudín.

—No te preocupes Shoyo pero ¿qué sucedió para que lo olvidaras? —por lo poco que conocía al menor sabía que no era una persona de olvidar cosas importantes.

"Hoy en la clase de música...la profesora me pidió tocar el piano. No podía negarme ella me trata tan bien que no podia hacerlo y..."

—¿Y...?

"Todo el mundo me aplaudió por lo bien que toqué, yo solo me deje llevar. Hace años toco el piano pero nadie lo sabía, ahora todos lo saben y me muero de la vergüenza" —cubrió su rostro para que Kenma no pueda ver su gran sonrojo.

—Oh ¿así que sabes tocar piano?, ahora sé algo nuevo de ti.

"Si quieres podemos continuar ahora, solo falta esta clase para que estés al corriente con los demás".

—Claro, tengo tiempo ahora.

Así comenzaron su clase por dos horas seguidas entre bromas y risas, Kenma no podía creer lo tierno y atento que llegaba a ser Hinata. Era perfecto.

—¡Sho a cenar! —su padre gritó desde la cocina.

—"Lo siento Kenma debo irme, nos vemos mañana." —escribió en su libreta para luego cortar la llamada.

Ese día era viernes por lo que mañana podría salir al centro comercial que estaba a unos cuantos minutos de allí, necesitaba aire fresco de vez en cuando.

Se encontraba en el centro comercial, necesitaba comprar algo de ropa nueva y había visto unos calsados deportivos que le encantaron. Estaba escuchando música, específicamente una canción que su maestro de piano le había enviado, hasta que chocó con alguien. Un chico alto y aparentemente molesto se giró de golpe en su dirección, olía raro y no se mantenía muy bien de pie.

—¿Acaso no ves por dónde vas enano? —sus palabras eran algo atropelladas.

Hinata se inclinó para disculparse pero al parecer ese chico estaba excesivamente drogado por lo que su temperamento se disparó en puro enojo.

—¿Qué no piensas disculparte apropiadamente?, di algo mosoco no solo te quedes ahí parado —lo empujó haciendo que caiga al suelo— ¡Vamos habla!, ¿te comió la lengua el gato?

Gritaba mientras lo acorralaba contra una pared, justamente en aquella calle donde nadie pasaba.

Shoyo con las manos temblorosas por el miedo saco un carnet de su bolsillo donde mostraba su condición, odiaba llevarlo pero era necesario cuando salía lejos de casa. El hombre al leerlo, con mucha dificultad, solo comenzó a reír a carcajadas.

—¿Eres mudo?, ¿en serio?...que asco. —esa palabra otra vez, esa maldita palabra.

Esa mujer siempre se la decía, cada vez que se acercaba para poder estar con ella se la decía, con esa mirada desde arriba. Con sus ojos que reflejaban repulsión. Con su voz que detonaba asco. Con sus empujones para sacarlo de en medio.
Sintió un golpe junto a su cabeza, al levantar la mirada se encontró con esos ojos que lo veían con burla. Tenía miedo.

—¿Qué puedo hacer contigo?, no puedes gritar. —su voz sonaba lasciva, ahora no solo era miedo lo que sentía sino pánico y asco.

Shoyo como pudo con sus fuerzas lo empujó para así correr, sin embargo el chico lo comenzó a perseguir, sacó su teléfono y solo mando su ubicación al primer contacto que encontró. En realidad era el grupo que habían formado todos los del equipo. Sin texto ni nada más, solo una ubicación. Siguió corriendo hasta que se adentró a un callejón, ahí se escondió esperando a que no lo encontrara.

Cada uno en sus respectivas casas hacían sus cosas, un día tranquilo y normal como todos los demás, hasta que el sonido de una notificación sonó en sus teléfonos. Todos en línea, todos presentes en el grupo, miraron con curiosidad y cierto mal presentimiento ese mensaje de su compañero. Una ubicación.

»Hinata ¿qué ocurre? »escribió Daichi. Ni una respuesta.

»Sho-chan ¿estás bien? »Yamaguchi preocupado. Nada por parte del pelinaranja.

»Shoyo responde. »esta vez fue Nishinoya.

»¡Chicos no responde algo pasa!  »Tanaka al estar algo paranoico propuso lo que todos ya estaban pensando.
» ¡Vamos a la ubicación ya!, los que puedan vengan.

Luego de largos minutos todos se encontraban en la estación donde quedaba el centro comercial, al parecer la ubicación de Hinata no era muy lejos de allí pero la calle donde los dirigía era sabido por todos que no era muy concurrida y eso hizo que su mal presentimiento solo aumentara.
Al comienzo solo caminaban, luego aceleraron el paso, trotaron hasta que la desesperación los venció y comenzaron a correr. Miedo corría por sus venas, ¿y si algo le había ocurrido?. No querían pensar en nada grave.

Llegaron hasta la ubicación pero no encontraron a nadie, temblaban del pánico. Comenzaron a recorrer la calle en busca del menor hasta que Tsukishima divisó a lo lejos un callejón, se dirigió corriendo a el para luego adentrarse. Todos lo siguieron e imitaron su acción.
Corrían mirando todo a su alrededor, solo veían basura y cosas tiradas en el suelo, casi llegando al final lograron verlo pero no de la manera que lo esperaban.

—¡Hinata/Shoyo! —gritaron todos, el chico volteó la cabeza para mirarlos y una mirada de esperanza se reflejó en sus ojos.

Corrieron hasta él quitando de encima al tipo que lo estaba sujetando de las muñecas, algunos se acercaron mientras que otros se encargaban de dejar inmóvil al tipo.

—¡¿Estás bien?, ¿te hizo algo?! —Suga no paraba de toquetearlo para verificar si había una posible herida grave. Para su alivio solo tenía un golpe el la mejillas y algunos cortes en sus manos y rodillas.

—¡Hinata ¿qué hacías solo por aquí?, es muy peligroso! —Ennoshita trataba de mantener la calma para así no alterar más a Shoyo ni a los demás.

Solo vine a comprar unas cosas, este camino es el más corto a una tienda a la que quería ir por eso pasaba por aquí. Me choque con ese chico y luego...luego —lagrimas comenzaron a caer, sus labios temblaban al igual que todo su cuerpo. Una mezcla de paz y miedo se formaban en su pecho—. Comenzó a burlarse de mi por ser mudo, me persiguió para poder hacerme cosas diciendo que no podría gritar...me escondí pero me encontró, traté de defenderme esperando a que alguien viniera. Gracias por venir a tiempo...gracias, gracias. —Ennoshita solo lo abrazo para consolarlo, no sabía que decir.

—¡¿Qué te dijo?! —Yamaguchi se sentía cada vez peor por no saber cómo manejar la situación.

—Luego les explicaré a todos, lo importante ahora es llevar a ese tipo a la policía y a Hinata a un hospital.

De mala gana todos aceptaron. Kageyama, Tsukishima y Daichi llevaban a rastras al chico mientras que los demás estaban como guardaespaldas de Shoyo.
Al llegar a la policía Ennoshita les explicó todo lo que Hinata le había dicho, los oficiales hicieron todo el papeleo y los escoltaron al hospital para luego llamar al señor Hajime.

Ese día fue horrible para Shoyo y lo peor es que no terminaría ahí.

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Otro capítulo con drama! Yeeey ahr jajajajaja.
Espero les haya gustado mucho ♡ nos leemos pronto, bye bye~

PD: La melodía de piano de Fly Me To The Moon esta arriba y es hermosa, soy muy fan de esa canción y si pudiera cantar bien en inglés la cantaría cada rato jajajja espero ustedes también la disfruten.

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