🐱XLII❤︎


Era el día siguiente y realmente Shoyo no tenía los ánimos para ir a la escuela, aún así debía hacerlo ya que no podía perder más clases  además de demostrarle a sus amigos que podía estar perfectamente bien solo. Durante la cena el pelinaranja habló sobre el tema con su padre y este no estaba de acuerdo del todo con su enojo pero prefirió no decir más al respecto ya que no quería que su hijo también estuviera enojado con él.

El camino a la preparatoria fue silencioso, solo se podía oír la radio, se sentía algo nervioso por ver a los chicos luego de aquella pelea. Por un lado quería arreglar las cosas y decirles que todo estaba bien pero por otra su enojo aún no había desaparecido, le dolía el hecho de que las personas más importantes para él lo vieran como un pequeño niño que necesitaba protección las 24 horas del día. Por esa razón merecían un pequeño castigo, los ignoraria unos días hasta que su enfado con ellos hubiera desaparecido por completo.

-Hijo...no debes estar así más tiempo, se equivocaron pero son buenos chicos. Se preocupan por ti tanto como yo lo hago.-

-Ese es el problema papá, no soy un niño, tu también debes dejar de tratarme así. Estoy bien no necesito vigilancia todo el tiempo.- con aquello dicho el Hinata menor se bajó del auto y se adentró a su preparatoria.

Al entrar no logró ver a sus amigos por lo que soltó un suspiro, no estaba preparado mentalmente todavía, esperaba no tener que verlos todo el tiempo pero para su mala suerte compartía clases con tres de ellos. Tres chicos que estaban enamorados de él.
Al entrar a su salón las miradas de Yamaguchi, Tsukishima y Kageyama no le habían pasado por desapercibido pero aún así los ignoró, prestando atención a su teléfono, a la ventana, cualquier cosa con tal de no verlos. Aquellos tres jóvenes se sentían mal por la indiferencia del pequeño cuervo, querían ir allí rápidamente y disculparse pero la idea era hacerlo todos juntos por esa razón resistieron con todas sus fuerzas.

La hora del almuerzo comenzó por lo que Shoyo se fue con gran apuro del salón, tenía el presentimiento de que si seguía allí un segundo más aquellas tres miradas serían más que eso. Al estar a tan solo dos pasos de la cafeteria todo el equipo de vóley se presentó frente a él, con miradas de arrepentimiento.

-Hinata ¿podemos hablar?- preguntó lo más suavemente posible Tanaka.

-No.- sentenció serio.

-Vamos Sho-chan queremos disculparnos contigo.-

-Déjenme solo por favor.- pidió con la mayor amabilidad que su sistema le permitía.

-Hinata deja de ser un niño pequeño y escuchanos!- dijo Ennoshita desesperado pero luego de unos segundos arrepintiendose al instante.
-Yo no quise...-

-Les ahorraré las molestias de hablar con un "niño pequeño"- contestó enojado marcando fuertemente las comillas. Shoyo se fue de allí sin almorzar, aquel comentario le había quitado el apetito en tan solo un segundo.

-Bien hecho Ennoshita.- le acusó enojado Noya.

-Lo siento...-

-No te preocupes, no creo que pueda resistirse a los entrenamientos.- dijo Suga, creando un poco de esperanzas para los demás.

Que equivocado estaba el vice capitán, Hinata tenía más que decidido no ir a los entrenamientos, no por ahora al menos. Más aún con su enojo a flor de piel, no podía creer que Ennoshita-senpai le haya dicho aquello. En verdad le había dolido mucho.
Estaba a punto de irse ya que las clases habían concluido, le había pedido a su padre que ese día no lo fuera a recoger ya que la caminata le venía bien para pensar y calmarse un poco, claro que el mayor en un comienzo estaba en contra pero luego de unos cuentos reclamos por parte de su hijo aceptó aún preocupado.

-Hinata ¿dónde vas?, el entrenamiento esta por comenzar.- sus tres compañeros se clase habían aparecido.

-A mi casa, no entrenare hoy.-

-¿Qué? pero si nunca faltas a un entrenamiento a menos que sea necesario.- dijo Tobio.

-No quiero estorbarlos, ya saben, soy un "niño pequeño" después de todo. No creo que necesiten uno en el equipo.-

-Por favor Sho-chan, Ennoshita-senpai se equivocó al decir eso, ninguno de nosotros piensa eso de ti.-

-No quiero hablar ahora Tadashi, déjenme por favor.-

-Debes escucharnos, no puedes estar enojado toda la vida.- le dijo Kei mientras tomaba su brazo para que no huyera.

-Sueltame.-

-No lo haré hasta que nos escuches.-

-¿Te están molestando Shoyo?- aquella voz sorprendió a todos, mucho más al pelinaranja que rápidamente se soltó del agarre del rubio y saltó a los brazos del cabeza de pudín.

-¿Qué haces aquí?- preguntó algo enojado Yamaguchi.

-Vine por Shoyo, ayer parecía estar muy mal así que aquí estoy.- respondió con tranquilidad.

-Pero tus exámenes...- dijo Shoyo ya separados.

-No me interesan unos tontos exámenes si tu estas mal, solo me importas tu...-

-Gracias...- y volvió a abrazarlo.

-Hinata tenemos una conversación pendiente.- intervino molesto Kageyama.

-Al parecer no quiere hablar con ustedes así que...nos vamos.- el setter del Nekoma tomó la mano de Shoyo y salieron de allí juntos, dejando a ese trío algo confundido por la situación.

-Iré por él.- dijo Tobio decidido.

-Ya déjalo, es más que obvio a quien eligió.- soltó con una sonrisa desilusionada el rubio.

-¿A qué te refieres?- Tadashi no quería creer lo que estaba pensando.

-Vamos Yamaguchi tú también viste como lo veía, se lanzó a sus brazos sin dudarlo, le sonrió de una manera que no lo hace con nosotros. Perdimos.- Kei se fue en dirección al gimnasio, aceptando que su primer amor le pertenecía a otra persona.
Yamaguchi y Kageyama aún estaban a la idea de que eso no era cierto, tal vez una parte de ellos le daba la razón a su amigo pero la otra aún tenía esperanzas.

-Lamento haber llegado sin avisar, no lo pensé demasiado y vine aquí.-

-No te preocupes, agradezco el que estés conmigo ahora. Te necesitaba mucho...- soltó como si nada, al ver la sonrisa de su acompañante fue que se dio cuento de lo que había dicho.
-Mi-Mi papá estará feliz de verte.- cambió de tema rápidamente.

-¿Estas seguro?, a penas si me fui el sábado...-

-Le agrada mucho así que no hay problema.- le sonrió.

Ambos ingresaron a la vivienda siendo recibidos por una muy alegre Natsu, en verdad quería mucho a Kenma y deseaba de todo corazón que su hermano mayor estuviera con él. A pesar de su corta edad entendía que había algo entre ellos.

-Oh así que Kenma-kun está aquí.- dijo Hajime mientras ordenaba algunas cosas.

-Lamento la intromisión.- hizo una reverencia.

-No te disculpes, Sho está muy feliz cuando vienes.- dijo divertido.

-Papá!!- el pelinaranja se había sonrojado hasta las orejas.
-Vamos a mi cuarto para que dejes tus cosas...-

Ya en la habitación el ambiente era algo tenso, no de mala manera, sino que el beso de la vez anterior aún rondaba en sus mentes y no tenían idea de cómo abarcar el tema.

-¿Cuánto tiempo te quedaras?- preguntó Shoyo para aminorar la tensión.

-Toda esta semana si me lo permites, quiero pasar tiempo contigo.-

-Por mi no hay problema pero...¿no te aburriras?, debo ir a la escuela aunque no quiera.- sonrió apenado.

-Te acompañaré e iré por ti, además tu padre y hermana no están en casa así que puedo estar tranquilo aquí. No te preocupes por eso.- el rubio se había acercado lentamente hasta estar muy cerca.

-Me encantaría eso...- estando a tan solo centímetros de besarse nuevamente la puerta fue tocada violentamente y, sin permiso alguno, Natsu entró como un torbellino.

-La cena ya está lista!!- gritó feliz.

-Natsu no debes entrar de repente y sin permiso!!- le reprochó el pelinaranja sonrojado.

-Lo siento!!!- y salió corriendo de nueva cuenta.

-Vamos a cenar entonces.- dijo resignado Kenma.

La cena fue amena y cálida como todos los días, el rubio amaba estar en aquella casa ya que el sentimiento de tranquilidad y paz siempre estaba presente. Eran una familia muy unida y podía enter porque Shoyo era de esa manera, un ser de luz.

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Espero hayan disfrutado este capítulo, el próximo es algo...intenso...así que esperenlo con ansias jajajajjaaj

Me despido por hoy, bye bye♡

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