XLI
Para lamento de Shoyo, Kenma tuvo que regresar al día siguiente a Tokyo ya que exámenes muy importantes se avecinaban y el rubio no podía descuidar sus exámenes, aún así le agradeció mucho el gesto de preocupación. No sabía cómo sentirse, era un sentimiento tan cálido que nunca había experimentado, uno que no quería soltar.
-Sho llegarás tarde!- gritó su padre desde la planta baja, era lunes por lo que debía asistir a clases.
Hinata bajo rápidamente y por fin pudieron salir rumbo a la preparatoria.
Esperaba ese día fuera tranquilo, todavía tenía algunos síntomas de la fiebre y su padre le tenía prohibido jugar vóley al menos por ese día, claro que en un principio se había opuesto a esa decisión pero discutir con el mayor era inútil, nunca cambiaba de parecer.
Ya en la preparatoria Karasuno padre e hijo se despidieron, el pequeño pelinaranja se dirigió campante a si casillero para encontrarse de repente con todo su equipo de vóley.
-Hinata!!, ¿estás bien?, ¿te sientes mejor?- el primero en interrogarlo fue Suga.
-Estoy bien Suga-san no te preocupes.- le sonrió.
-Debes cuidar más tu salud, tendrías que habernos dicho que estabas cansado.- le reprochó Daichi.
-Hoy no jugarás vóley.- sentenció Noya.
-Mi padre ya me lo prohibió.- debía admitir que no le estaba gustando la actitud de sus amigos, no era un niño pequeño para ser tan sobreprotegido.
-Ya vámonos a clases, tampoco querrás llegar tarde.- dijo Kageyama.
Con un poco de mal sabor en la boca Shoyo se dirigió a sus clases, debía mantener la calma y no malinterpretar la ayuda de sus amigos, solo estaban preocupados y eso era más que valido. ¿Verdad?.
La hora del almuerzo llegó y con ello todo el equipo de cuervos se dirigió al jardín ya que en la azotea había más viento y no querían perjudicar aún más la salud de Hinata.
La imagen era algo curioso para los que pasaban por allí, un gran grupo de chicos rodeaba a uno más bajito, con una tonelada de comida y algunas mantas. Era como ver un nido.
-Debes comer bien o no te mejorarás.- dijo Tanaka.
-Por esa razón hicimos esta comida para ti y te trajimos muchas mantas.- le siguió Yachi.
-No me siento mal...pueden dejar esto.- Shoyo se sentía algo incómodo.
-Nada de eso, deja que te cuidemos.- habló Ennoshita serio.
-Solo fue un desmayo, no estoy muriendo.- dijo un poco molesto ya.
-Sho-chan solo relájate, queremos cuidarte porque eres importante para nosotros.- resignado el pelinaranja se dejo ser, aún así estaba en desacuerdo por la actitud de sus amigos.
El entrenamiento se estaba llevando a cabo, Hinata solo veía desde la banca con gran entusiasmo en su interior, él también quería jugar con todas sus fuerzas. Para su lamento su padre había hablado con Takeda-sensei, además de la negativa de su equipo, por lo que ahora solo debía conformarse con mirar.
Al cabo de una hora, ya cansado de estar sentado, el ojichocolate se dirigió al pequeño cuarto donde guardaban las cosas del gimnasio y de allí sacó un balón para jugar un poco. Pequeños rebotes, algunos pases con la pared, algo tranquilo para pasar el aburrimiento pero al parecer a sus amigos no les parecía eso.
-Hinata!!- ese grito por parte de su vice capitán lo asustó.
-Te dijimos que no jugaras, debes cuidar tu salud.-
-Pero-
-Nada de peros Hinata, habíamos acordado que hoy no entrenarias.- dijo serio Ennoshita.
-No acordamos nada, ustedes decidieron por mi.- le contestó molesto ya.
-Estamos protegiéndote.-
-No soy de cristal!!!- sus señas era fuertes y marcadas, demostrando todo su enojo.
-Solo es preocupación Sho-chan...-
-Y se los agradezco pero esto que hacen va mucho más allá de eso. No soy una princesa que necesita caballeron las 24 horas del día, no soy un pedazo de porcelana que en cualquier momento se puede quebrar.-
-Claro que no lo eres pero con todo lo que has pasado...estamos asustados por ti.- dijo la única persona que lo había entendido a la perfección.
-Sigo aquí ¿no es verdad?, con malditas pastillas pero lo estoy! Ya estoy cansado que me cuiden de absolutamente todo, ¿acaso no les parezco alguien fuerte como para protegerme yo mismo?-
-Si lo eres Hinata!-
-Entonces déjenme en paz!!!, pareciera que no confian en mi fuerza, en lo que puedo dar y lo que puedo ser. Esperaba que ustedes si confiarán en mi...que tonto ¿cierto?- aquella mirada que les dirigió les había dolido como los mil demonios. Esa mirada que detonaba decepción y tristeza.
Hinata salió del lugar entre lágrimas, lágrimas de frustración.
-¿Dónde va Hinata?!- preguntó Kageyama.
-No creo que quiera vernos.- dijo el castaño.
-¿Qué fue lo que te dijo?- cuestionó Kei.
-Piensa que no creemos en él, se siente asfixiado por nuestra sobreprotección. Y lo peor de todo es que tiene razón...-
-Pero no era nuestra inten-
-Aún así lo hicimos sentir mal, cree que no valoramos su fuerza y esfuerzo...que idiotas somos.- dijo frustrado Ennoshita.
-Ahora que lo dices...tal vez si exageramos mucho.- admitió Suga.
Todo el equipo Karasuno se quedó allí pensando en cómo disculparse con su amigo, él tenía razón, no debieron tratarlo como un niño pequeño. Por su culpa ahora el pelinaranja pensaba que no creían en él, esperaban poder disculparse lo antes posible.
Shoyo llegó a su casa a pie, no quería molestar a su padre en esos momentos y mucho menos hablar con él. Por esa razón se dirigió rápidamente a su cuerpo y llamó a la única persona que deseaba ver en ese momento, esperaba pudiera contestar.
Al cabo de un minuto el chico en cuestión atendió su llamada algo extrañado ya que rara vez Hinata lo llamaba a esa hora.
-¿Shoyo qué sucede?...¿por qué estás llorando?- preguntó alarmado al ver las lágrimas en los hermosos ojos de su amado.
-Kenma...¿soy tan débil?-
-¿Débil?, ¿a que te refieres?- Kenma no se lo había dicho a Shoyo pero estaba tomando clases de lenguaje de señas por lo que entendía bastante bien lo que el pelinaranja decía.
-Todo mi equipo me cree débil por esa razón me protegen tanto...no soy un niño pequeño! Odio que me cuiden cuando no lo necesito, no solo por ser mudo y tener un pasado horrible todo en mi es delicado.-
-Primero cálmate Shoyo, no ganarás nada estando así de alterado.- juntos comenzaron un ejercicio de respiración y luego de dos minutos por fin Hinata estaba mejor.
-Ahora respecto a lo que dijiste, no creo que seas débil, eres la persona más fuerte que conozco Shoyo. En verdad no hay nadie como tú, a pesar de todo lo que te ha ocurrido sigues de pie con tu bella sonrisa y ayudando a todo aquel que lo necesite, tu equipo se equivocó pero dudo que sea con malas intención.-
-Quiero verte Kenma...- dijo de manera suplicante, aún así no lo estaba diciendo en serio sabía que el rubio estaba ocupado.
-Pronto lo haremos, por ahora tómate tu tiempo con tus amigos, si no quieres hablar con ellos es más que valido.-
-Gracias por todo...-
-No debes agradecer nada, me encanta poder ayudarte.- le sonrió de manera dulce.
-Espera...¿me entendiste?- preguntó entre emocionado y sorprendido.
-¿Acabas de notarlo tonto?- rió un poco- Quería que fuera sorpresa pero al parecer ya no se podrá, hace unas cuantas semanas estoy tomando clases así que puedo entenderte muy bien.- dijo orgulloso.
-¿Has hecho todo esto por mi...?-
-Haría lo que fuera por ti.- Shoyo se sonrojó violentamente al escuchar eso, no se lo esperaba para nada.
-Ya debo irme lo siento, te hablo luego Shoyo.-
-Claro...buena suerte en tus exámenes.- y así cortador su llamada.
El día había sido caótico y no tan lindo para Hinata pero el solo hablar con Kenma lo había tranquilizado y reconfortado de alguna manera. Le agradecía mucho el apoyo, más aún el hecho de que se estaba tomando el tiempo para entenderlo, definitivamente aquel setter rubio era el mejor chico del mundo. Uno que comenzaba a amar con gran intensidad.
☀︎ ☾︎ ☀︎︎ ☾︎ ☀︎︎ ☾︎ ☀︎︎ ☾︎ ☀︎︎ ☾︎ ☀︎︎ ☾︎ ☀︎︎ ☾︎ ☀︎︎ ☾︎
Espero hayan disfrutado de este capítulo, no quedan muchos por delante así que esperen el final muy pronto.
Sin más que decir, nos leemos pronto bye bye ♡
Bạn đang đọc truyện trên: AzTruyen.Top