O79 ▬ i see our reflection in your eyes
🧬 RIDE OR DIE !
seventy—nine; veo nuestro reflejo en tus ojos
Uno de los muros cayó hace un par de horas, quisiera decir que las cosas han mejorado pero no. Muy apenas pudimos levantar el muro y la mayoría aún están famélicos, en ese estado no se puede apoyar mucho. La carne de los caballos nos ayudó por un par de días pero no los suficientes para que toda la comunidad se quedara satisfecha. Todo se está poniendo más tenso ahora de que mucha de nuestra gente murió por los caminantes que entraron del muro. Es un desastre... Desastre que tengo que arreglar y es muchísimo más difícil cuidando a siete niños. Judith, Hershel, R.J y Max son los mayores y logran ayudarme un poco cuidando de Glenny, Adam y Maddie, sin embargo, solo lo hacen cuando realmente estoy muy ocupada y no quiero dejarles esa carga. Son niños que están creciendo demasiado rápido. El mundo los obliga a madurar a temprana edad.
Aren también es un gran apoyo para mí y para la comunidad, ha comenzado a tomar las riendas de la reconstrucción del lugar, diseñando planos para ampliar Alexandria y fortalecer los muros. Desde pequeño se le notaba que se inclinaría hacia la arquitectura cuando tenía miles de legos armados en forma de puentes y edificios. Él y Noah se hubieran llevado genial.
En las últimas semanas he estado pensado mucho en el pasado, en la Alexandria cuando recién llegamos. Me es inevitable sentir nostálgia por el lugar y las personas que me vieron crecer y que me hicieron volver a tener fé en que podíamos tener otra oportunidad de vida, que podíamos tener algo mejor... Pensar que muchas de las personas que nos recibieron hace años ya no estaba presentes me eriza la piel pues eso significa que hemos empezado a tener nuevas generaciones. Y nunca me cansaré de decirlo, los niños son el futuro.
—Nydia... —giré al escuchar mi nombre a mis espaldas, sonreí levemente al ver a Jerry y Aren caminar hacia mí —Un grupo saldrá hacia Hilltop para buscar algunas herramientas, no sabemos si encontraremos algo pero haremos el intento. Necesitamos averiguar.
—Iré con ustedes. Pasaré rápido por mis cosas a mi casa y los veré en la salida —dije con firmeza, dispuesta a darme la vuelta y dirigirme hacia mi hogar, pero eso no fue posible cuando mi hermano sostuvo mi mano con fuerza —¿Ocurre algo? —pregunté con confusión al ver que ambos se compartían un par de miradas sospechosas.
Aren resopló, tomando mis manos con delicadeza. —Nyd, creémos que es mejor que te quedes aquí.
—¿Qué? —fue lo único que pude decir en el momento. Ambos me miraban apenados mientras trataba de encontrar las palabras y no sonar grosera —En las últimas expediciones yo he estado, no entiendo por qué ahora es diferente.
—La gente te necesita, todos están muy nerviosos después de que el muro cayó. Necesitan a alguien aquí para que estén más tranquilos y sepan que todo va a salir bien... —lo miré con reproche —... Para que crean que todo saldrá bien.
—Aren, por favor... —musité, mirándolo con súplica. La verdadera razón por la que quería ir a Hilltop era ver a papá y a Glenn, ellos estaban ahí. Hace tiempo que no he estado con ellos.
—Lo siento, Nyd... Me quedaré más tranquilo sabiendo que tú estás aquí —murmuró entre dientes, abrazándome con fuerza.
Lo abracé con la misma fuerza, rindiéndome ante mi terquedad de querer ir. De verdad hubiera insistido más pero no tengo ni las ganas de llevarle la contraria ni mucho menos quitarles el tiempo. Tiempo valioso para todos y no podía ser egoísta.
—Tengan cuidado —dije al separarme de mi hermano, Jerry asintió con una sonrisa y detrás de él pude ver a Aaron, Carol y Lydia... Sé que ella estará bien junto a Aren pero me es inevitable preocuparme de más por ella. Es una niña, y veo el reflejo de Henry en ella...
Mamá y yo nos encontrábamos en una de las plataformas de vigilancia para prevenir alguna situación tensa con los caminantes que se amontaban por todos los muros. Era agotador estar re-matando caminantes por horas, ellos no se cansan pero nuestra gente sí. Ambas nos manteníamos en silencio, últimamente ha sido así. La situación de Alexandria nos desgasta a todos, me desgasta demasiado pensar en Carl, en nuestra gente, en la comida. El estrés me ha hecho que me aleje poco a poco de las personas.
Y ese es mi mayor defecto, creo que puedo con todo yo sola, sin embargo no es así, sé que siempre necesitaré a alguien pero no quiero que alguien más sufra de la misma forma que lo hago yo.
Unos gritos llamaron mi atención, busqué con la mirada hasta que visualicé a un grupo de niños, eran dos años más grandes que Judith y la mayoría de ellos son huérfanos que son cuidados por Bárbara, estos niños estaban molestando a los caminantes que se asomaban por un agujero que aún no se cubría del muro. Bajé de inmediato del puesto de vigilancia y corrí hasta ellos, sin embargo, me detuve a un par de metros cuando vi a Judith, Max y Gracie acercarse con enojo hacia ellos. Me escondí detrás del árbol, esperando la reacción que mis niñas tomaban ante la situación, quería ver su compartamiento y ahí estaba yo por si las cosas salían mal.
La expresión de Jud era mucho más tranquila que la de Max, mi pelirroja tenía el ceño fruncido y se notaba a kilómetros lo furiosa que se encontraba. Los gestos que ella hace son los mismos que hacía Rick cuando se molestaba.
—¡Oigan! No hagan eso —habló Judy con fuerza, acercándose a ellos para que dejen de jugar con los caminantes pues acercaban su mano para que la "mordieran" pero las quitaban cuando el caminante lanzaba la mordida.
—Aléjense de ahí.
—Tranquilas. Solo nos divertimos —murmuró el más grande de los tres.
Rodé los ojos al escucharlo. Son niños que no saben nada, a su edad, Carl y yo ya podíamos sobrevivir solos por nuestra propia cuenta... Tal vez no es un motivo de orgullo pero ya no éramos tan dependientes de nuestros padres, tuvimos que crecer de golpe. El mundo te obliga.
El semblante de Max aún mostraba lo furiosa que estaba. —Es peligroso.
—Si no se detienen, se lo diré a Nydia —amenazó Judy, y como respuesta recibió un empujón de aquel niño que hizo que cayera de espaldas al suelo.
—Hablas demasiado. Con razón tu mamá te abandonó —esas palabras hicieron que el semblante de Judy se volviera a uno de dolor. Que Michonne se fuera fue un duro impacto para ella como para R.J. —Eres una bebé. Se habrá cansado de sus lloriqueos.
Iba a salir de donde me encontraba pero me quedé helada cuando Max agarró la katana de Judith y la alzó, apuntando justo al cuello del muchacho. Su mirada frívola me sorprendió, jamás había visto esa mirada en ella, ni mucho menos la había visto reaccionar de esa forma. Max inclinó levemente la cabeza, frunciendo aún más sus cejas, si eso realmente era posible. Él tembló al sentir el filo de la katana en su cuello, el terror en sus ojos era notorio.
—¿Qué dijiste? —preguntó Max, aferrando más su mano a la empuñadura del arma —Te desafío. Dilo de nuevo.
Max no tenía intenciones de bajar la katana, así que salí de mi "escondite" y me apresuré a llegar hacia ellos. Una vez estando junto a los niños, tomé la mano de mi hija con delicadeza, quitando el arma de sus manos.
El muchacho pudo respirar de nuevo con tranquilidad para después darle una mala mirada a mi hija. —Aléjate de mí, psicópata.
Él iba a darse la vuelta pero agarré su hombro, obligándolo a mirarme. —No vuelvas a llamarla de esa manera, ¿entendido? —musité, sin despegar la mirada de sus ojos. —Y los tres tendrán consecuencias por sus actos. Los caminantes no son un juego, mucha gente ha muerto por ellos. Ustedes tienen suerte de no vivir allá afuera con ellos... Limpiarán los establos durante un mes entero —los tres reprocharon de inmediato —¿Quieren que sean tres meses? —ellos ya no dijeron nada y solamente asintieron con rendición —Eso creí.
La situación con los niños se había complicado, al parecer los tres chicos son unos rencorosos que hicieron algo que ha afectado a Judy emocionalmente... Rompieron las tablas donde Rick, Carl y ella habían dejado las huellas de sus manos con pintura azul, ese pedazo de madera tenía un valor sentimental demasiado grande para ella y para Carl, fue lo último que tienen de su padre.
Al acercarme hacia donde estaba Judy podía escuchar sus sollozos, sentí una presión horrible en el pecho cuando pude verla, tenía el rostro empapado de lágrimas y sus manos temblaban levemente con el pedazo de madera entre ellas.
—Recuerdo cuando las hicieron. Eras muy pequeña —sonreí con nostalgia, mi Judith ha crecido demasiado —. Carl quería que los tres tuvieran un recuerdo juntos.
—Ahora está roto. Y papá ya no está... Ya no está nadie —sollozó con fuerza, sorbiendo su nariz.
—También los extraño a todos —admití, soltando un suspiro con pesadez.
Ella se quedó un par de segundos en silencio. —¿Se hace más fácil?
Su pregunta me tomó por sorpresa. Me quedé callada por unos segundos para tratar de encontrar las palabras adecuadas. —Mentiría si dijera que sí...
—Me preocupa empezar a olvidarme de él... Pero lo estoy haciendo. Y me da miedo —las lágrimas seguían cayendo de sus ojitos.
Me senté junto a ella, abrazándola suavemente por los hombros. Ambas nos quedamos en silencio, sé el dolor por el que ella está pasando. —¿Sabes? Yo... Yo ya olvidé a mis padres. Ellos murieron cuando yo tenía tu edad. Aún los extraño, todo el tiempo... Y lo único que ahora tengo de ellos son recuerdos borrosos, casi todos son sobre las peleas que ellos tenían, pero también aún tengo buenos... Sus rostros ni sus voces logro recordar. Durante mucho tiempo estuve enojada conmigo misma por olvidarme de ellos, son cosas que no puedes evitar cuando no tienes personas que te cuenten sobre ellos... Aren también los olvidó... Pero nosotros tratamos de que no olvides quiénes fueron, Rick te amaba demasiado, y por eso te contamos todo sobre él. Eres una Grimes, cariño, puedes superar los momentos difíciles, además, está bien tener los trozos de madera, pero no los necesitas para recordar cuánto te amaba.
Judy miró las huellas, haciendo un leve puchero.
—Soy muy buena para reparar cosas —mencioné para tratar de animarla, cosa que pareció resultar cuando ella sonrió.
—Te quiero, Nydia.
—Te quiero más, Judy.
Ella se lanzó a abrazarme y sonreí, abrazándola con más fuerza. Judith se acurrucó en mi pecho y así estuvimos durante unos minutos hasta que nos separamos.
—Vamos, tengo un pegamento en casa —dije, poniéndome de pie y tendiéndole la mano para que pueda ponerse de pie, le ayudé a cargar las tablas.
Ambas caminamos un poco hasta llegar a casa donde entramos al garage pues el pegamento lo tenía dentro de la caja de herramientas. Al encontrarlo se lo enseñé a Judy quién me sonrió mostrando sus hoyuelos. Muy apenas iba a colocar el pegamento sobre la tabla cuando la radio se prendió.
—Alexandria, habla Eugene. Respondan.
De inmediato presioné el botón para comenzar a hablar. —Eugene, ¿estás bien?
—Nydia, me alegra oír tu voz.
—Y la tuya. Judith está aquí.
—Hola, ¿todos están bien? —preguntó mi pequeña, tratando de disimular su preocupación.
—Hola, Judith. Sí, estamos a salvo. Estamos bien. ¿Qué tal todo por allí?
Judy y yo nos miramos entre sí, teníamos muchas cosas que contarle pero hay que resumir lo mayor posible. —La guerra terminó. Alpha y Beta murieron. Pero Alexandria está destruida, y casi no tenemos comida.
—¿Dijiste que casi no tienen comida?
—Sí. Eugene, ¿sigues ahí? —la frecuencia se había ido —Eugene, ¿dónde estás?
—¿Se ha ido? —preguntó Judy con preocupación.
Asentí, suspirando con cansancio. —Volverá a llamar, estoy segura.
Toqué la puerta de la habitación de Max al ver que estaba cerrada. Escuché un "pase" por parte de ella así que abrí la puerta y lo primero que vi fue a mi pequeña ya en pijama y dentro de las cobijas con su peluche y uno de sus cuentos en sus manos.
—¿Por qué no me llamaste para que te arropara, cariño? —pregunté confundida, sentándome a un lado de ella.
—Te vi con Maddie, estabas arrullándola y te noté cansada. No quise molestar —susurró, cerrando el cuento y dejándolo a un lado.
Mi mano viajó hacia su cabello donde comencé a dejar suaves caricias en sus hebras rojizas. —Cielo, jamás me vas a molestar. Tú y tus hermanos tienen todo mi tiempo y mi atención, lamento si has sentido que estoy más ausente, no es excusa pero la situación en Alexandria no mejora y es difícil mantener mi cabeza en todos lados... Pero, estoy segurisíma que todo mejorará muy pronto, tú no te preocupes por eso —sonreí levemente para transmitirle un poco de confianza.
Realmente no tengo idea de cómo va a mejorar, pero lo hará. Siempre hemos podido sacar a Alexandria adelante.
—Mamá... ¿Soy una mala persona? —la pregunta de Max hizo que frunciera el ceño y la viera con preocupación.
Negué de inmediato, acariciando su mejilla. —¿Por qué preguntas eso?
—Por lo que pasó en la tarde... Ellos me han molestado con eso, y también rompieron las tablas de Judy... Papá se pondrá triste cuando vea eso —un pequeño puchero apareció en sus labios —Soy mala porque por mi culpa lastimaron a Judith.
—No eres una mala persona, ¿de acuerdo? Solo protegiste a Judy, y les diste su merecido a esos tontos.
Se aferró más a su peluche, abrazándolo con fuerza. —Sí, pero... Mamá, si no hubieras llegado si lo hubiera lastimado... Estaba dispuesta a hacerlo —sus palabras me sorprendieron —. Me asusta eso.
Por un momento pude ver en su mirada el mismo miedo que Carl y yo tuvimos al matar por primera vez.
Nuestro reflejo estaba en sus ojos.
────── (🪐) AUTOR'S NOTE
resucité 😜
golpéenme por tardar en actualizar 😞
diivolved ♡
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