O23 ▬ JSS
🧬 RIDE OR DIE !
twenty—three; JSS
—Tío Negan —corrí a los brazos del hombre y al llegar a ellos, me cargó.
El tío Negan y la tía Lucille habían venido por mi cumpleaños.
—Felicidades, pequeñina —tía Lucy se nos acercó y dejó un beso en mi mejilla.
Sonreí como agradecimiento y Negan me bajó de sus brazos. —Cierra los ojos y extiende tus manos —murmuró y obedecí, y en cuestión de segundos ya sentí el peso de una caja entre mis manos —. Ábrelos —abrí los ojos y me encontré con una enorme caja forrada de un bonito papel de conejitos.
—¿Qué esperas? ¡Ábrelo! —exclamó con alegría mi tía.
Mamá llegó a la sala y negó. —Los regalos después de la comida.
—Eva, por favor, no todos los días se cumplen siete años —mamá suspiró rendida ante el comentario de mi tío.
Desenvolví la caja de inmediato y adentro había un bate de beisbol con un guante y una pelota del mismo deporte. Fruncí el ceño confundida. Yo ni siquiera hacía deporte.
—Pero tío... yo no juego beisbol.
Él sonrió y me volvió a cargar. —Es para que te enseñe, o ¿no quieres jugar con el tío Negan?
Asentí entusiasmada y lo abracé por el cuello. —Te quiero, tío.
Estábamos sentados enfrente del lago. Los cuatro nos manteníamos en silencio con la mirada en las pequeñas olas que se formaban en el agua.
—Ron, tienes que relajarte amigo —Vikram acarició la espalda de Ron al ver que estaba respirando demasiado agitado.
Anderson se había salido de su casa bastante molesto y nos llamó pero ni siquiera nos ha dicho nada ni nos ha dirigido la mirada.
—¿Qué ocurrió?
—Rick mató a mi papá para quedarse con mi mamá.
Los tres nos miramos entre sí. —Oye, eso no es verdad. Pete era peligroso y lo sabes.
Vik asintió. —Tú no estuviste esa noche, Ron... Tu padre llegó ebrio y con la katana de Michonne. Reg trató de calmarlo y todo pasó tan rápido que lo único que recuero de esa noche es sangre, el grito de Deanna y el sonido del disparo. Estuvo de locos.
—Vik, no ayudas.
—Lo siento —murmuró cabizbajo.
Abracé al rubio por los hombros. —¿No crees que tu mamá merece ser feliz? —él asintió levemente —Rick la hará feliz. De eso estoy segura.
—Piénsalo. Será genial tener a Carl de hermano, ¿no crees? —soltamos una risita ante el tonto comentario de Enid.
—¿A quién no le gusta tu mamá? No culpo a Rick, pero Jessie es realmente hermosa y merece algo mejor que Pete.
—Eso no sonó muy hetero de tu parte.
Enid y yo miramos con seriedad a Vikram y él sólo alzó sus manos en modo de disculpa.
—Ya no pienses en eso, Ronny —murmuré y lo atraje a mis brazos, rodeándolo en un cariñoso y cálido abrazo.
Ron apoyó su mentón en mi hombro y yo acariciaba su cabello con mi mano.
Alcé la mirada, encontrándome con Carl que nos veía con los labios levemente fruncidos pero el ojiazul de inmediato bajó la mirada y siguió paseando con Judith en su carriola.
Anderson y yo nos separamos.
—En fin, ¿saben la buena noticia? —los tres negamos —Daryl al fin aceptó que le dijera papá. Ahora soy Vikram Dixon, ¿cool? ¿no? Fue algo raro pero... —de inmediato se calló al darse cuenta que estaba hablando de su papá cuando uno de nosotros acaba de perder al suyo.
—¡Vikram! —Enid y yo lo reprendimos.
—Lo siento.
Salí de mi casa cuando los gritos se comenzaron a oír. Me quedé confundida cuando las personas comenzaron a correr. Detrás de ellos venían unas personas con armas en sus manos, estas estaban llenas de sangre.
Uno de ellos me vio y corrió hacia mí. Reaccioné a tiempo y entré a la casa, subí las escaleras corriendo y me encerré en el armario, manteniendo mi cuchillo en alto.
—Escuches lo que escuches. No salgas.
Mi respiración se estaba acelerando y sentía que me estaba sofocando. Mi cuerpo comenzó a temblar al escuchar los pasos de aquel hombre que había entrado a mi casa para seguramente matarme.
Mordí mi labio para evitar que algún ruido salga de mi boca.
—No me dejes, mamá.
Realmente odiaba los armarios. Odiaba esa noche y odiaba a los locos de las máscaras.
La puerta de la habitación donde estaba escondida se abrió y por la rejilla vi a aquel hombre sucio, grande e imponente con una daga en su mano y una W en su frente marcada con sangre.
—Te amo, Nydia.
La manija del armario dio la vuelta y la puerta se abrió. De inmediato me abalancé al hombre y enterré el cuchillo en su cuello como Rosita, mi mamá, me había enseñado. Olvidé el miedo y el terror que me recorría y me dejé llevar por la adrenalina. Supongo que es así. Sobrevivir.
Todo mi rostro se manchó de rojo y el sabor metálico de la sangre llegó a mi boca. El hombre soltó la daga y trató de cubrir su cuello con sus manos para evitar que se desangrara pero era en vano porque el cuchillo había atravesado su yugular.
Dejé caer el arma al piso y cubrí mi boca horrorizada por lo que había hecho. Había asesinado a alguien a sangre fría. Yo lo hice.
El hombre extendió su brazo ensangrentado hacia mí, pidiendo ayuda por última vez, pero a los pocos segundos él murió.
Apoyé mis manos en mis rodillas y sollocé.
Era la primera persona que asesinaba. Sabía que en algún punto debía hacerlo ya que papá y mamá me lo repetían cada vez que me enseñaban sobre armas, pero tenía la esperanza de nunca hacerlo. De nunca acabar con la vida de alguien.
Miré mis manos con temor. Estaban llenas de sangre, de su sangre.
Desearía que en estos momentos papá estuviera aquí pero se fue con Sasha y Daryl a dirigir la horda. Y mamá estaba haciendo guardia.
Rezaba para que nada les pasara.
Necesitaba abrazar a alguien. Sentir el calor de alguien y que me dijeran que todo iba a estar bien aunque sea una maldita mentira.
Carl. Él fue la primera persona en la que pensé.
Ni siquiera agarré el cuchillo. Sólo bajé las escaleras corriendo y salí por la puerta trasera.
Estaba temblando y sentía que en algún momento me iba a desmayar.
Todo era caos.
Gritos, sangre, muerte.
Todo el maldito mundo era un caos. Ya era un caos antes de todo esto, sólo que ahora ya lo pueden hacer con libertad...
Con mi mano temblorosa, abrí la puerta trasera de la casa de Carl.
Él ojiazul me apuntó con su arma pero la bajó al ver que era yo. Me vio con preocupación y se acercó a paso rápido. —¿Estás bien? —tomó mis mejillas entre sus manos y con su mirada recorrió todo mi cuerpo en busca de heridas.
Lo abracé y sollocé en su hombro.
Él me rodeó y siseó en mi oído. Me abrazó sin importarle que su estúpida camisa de cuadros se manchara de sangre.
—Dime que todo está bien —murmuré, aferrándome a su camisa.
Grimes titubeó.
—Dilo aunque sea mentira. Por favor.
—Todo está bien —llevó su mano a mi cabello y lo acarició —. Estoy aquí. Tranquila.
Me quedé ahí. Abrazada hacia el niño que supuestamente me "desagradaba". Me reconfortaba de una forma que no podía explicar y me tranquilizaba con tan solo acariciar mi cabello o oír su voz. En sus brazos pareciera que todo estaba bien cuando en realidad, todo se estaba yendo al carajo.
Nos separamos al escuchar la puerta abrirse. Carl me colocó detrás de él y apuntó a la puerta, mientras yo me aferraba a su camisa.
Enid apareció en la puerta. —Hola —nos saludó con rareza y su mirada se dirigió hacia mí.
—¿Por qué no tocaste? —preguntó con molestia Carl y cerró la puerta con cerrojo.
Enid me miró con preocupación. —Estoy bien. Es de ellos... —titubeé al referirme a la sangre.
—Tengo estas —ella le entregó unas llaves al ojiazul —. No quería dejárselas a ellos. Y quería despedirme.
La miré con confusión. —Fui a tu casa pero había un caminante —mordí mi labio, sosteniendo las lágrimas —. Supuse que estabas aquí.
—Vigila la puerta de atrás —ordenó Carl —. Dime si los ves.
—No me quedaré.
—Enid, no irás a ningún lado. No quiero perderte —supliqué, tomando su mano.
—¡Hey! Ahora, siéntense y ayúdenme a proteger a Judith.
Carl se me acercó y me tendió un revolver. —¿Puedes hacerlo? —tomó mi mejilla, acariciándola levemente.
Suspiré y asentí.
—No entrarán en esta casa.
Los tres nos sentamos en el suelo. Carl mirando a la puerta principal, Enid a la puerta trasera y yo a las escaleras. —¿Los viste?
—Son personas, nada más. No podemos proteger este sitio, es muy grande. Tiene demasiados puntos ciegos. Así fue como Nydia y yo logramos...
Carl la interrumpió. —Se metieron por la muralla, pero van a morir. Todos.
Mi labio comenzó a temblar. —No te despidas de mí. No lo hagas, Enid.
Ella suspiró con pesadez. —Está bien. No lo haré.
No podía perderla. A Enid no.
La bocina de un auto o un camión comenzó a sonar por toda la comunidad.
Carl se puso de pie y miró por la ventana. —Es Ron —avisó y de inmediato me puse de pie.
Grimes abrió la puerta y Ron corría con uno de ellos detrás de él. Con la mano temblorosa... Disparé.
El hombre se retorcía en el césped, gritando de dolor y agarrando su pierna en la zona donde la bala había impactado. Carl se acercó al hombre con la intención de acabar con su vida pero se detuvo cuando aquel hombre comenzó a suplicar con su vida y en un descuido, él agarró la pierna de Carl y forcejeó para intentar quitarle el arma.
Apunté y sin pensarlo disparé.
En un sólo día había matado a dos personas.
Maté a alguien sólo por Carl. Maté por Carl.
—Entra —habló Carl —. Puedo protegerte.
Ron me miró y miró a Enid y negó para salir corriendo. —¡Ron!
El ojiazul me sacó de mi trance cuando colocó su mano en mi hombro. Ambos volvimos a entrar a la casa pero Enid ya no estaba allí.
—¡Enid! —la llamé con la esperanza de que bajara las escaleras o saliera de alguna habitación —¡Enid! —sollocé cuando no recibí respuesta de ella.
—Nydia —Carl me tendió una nota.
Sobrevivan como sea.
—¡Nydia! ¡Nydia! —me separé de los brazos de Carl al escuchar a mi mamá entrar a la casa, gritando mi nombre.
—¡Mamá! —corrí hacia ella y me abrazó con fuerza —¡Dios! ¿Estás bien? Estás llena de sangre, Nydia...
—Tuve qué... Algún día tenía que hacerlo —nos separamos del abrazo.
—Cariño... —volvió a abrazarme.
—¿Maggie? ¿Dónde está ella?
Agarró mis manos. —Está bien. Ella está con Deanna.
Suspiré aliviada.
—Estoy orgullosa de ti, Nydia. Fuiste valiente —mamá me sonrió para volverme a abrazar.
No. No fui valiente ni estaba orgullosa de lo que había hecho.
────── (🪐) AUTOR'S NOTE
Nydia en los primeros dos actos:
¿Spoiler?
Vikram sacando del closet a medio mundo JAJAJ
diivolved ♡
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