Club Parte 3 | Human Donnie

⭐ Donnie humano x Fem TN
⭐ Donnie edad: 21 años
⭐ 🔞 NSFW | Smut
Nota: para más contexto, leer parte uno y dos.

⚠️ Advertencia: Donnie sumiso, sexo rudo, humillación, insultos, degradación, menosprecio, lenguaje vulgar.

Te encontrabas puntual frente a la puerta del departamento donde vivía Donatello. Te sorprendió que ofreciera su hogar para su encuentro, las razones eran sencillas: no le apetecía salir y su padre no estaría en casa debido al trabajo.

Estabas nerviosa, era la primera vez que lo veías fuera de la universidad. Tomaste valor y diste unos golpecitos en la puerta, esta se abrió dejando ver a un inexpresivo Donatello.

Ah, llegó mi puta —se hizo a un lado dejándote pasar.

Mordiste tu labio, su actitud y comentarios seguían causándote sensaciones parecidas a las de tu primer encuentro con Donatello.

La decoración interior era bastante linda, la paleta de color se mantenía fría con paredes índigo y blanco, con muebles a juego que combinaban a la perfección, caminaste hacia la sala, dejando tu bolso en la mesita del centro.

¿Y cómo est...?

Te viste interrumpida por un jalón que te hizo pegarte a Donatello. Fue obvio que era su venganza por lo de ayer. Se agachó apresando tus labios e invadiendo tu boca en busca de tu lengua. Habías olvidado a qué venías y claramente no era para conversar.

Poco a poco te fue llevando hacia uno de los sillones, sentándose y colocándote a horcajadas sobre él... grave error.

Donatello manoseaba impetuosamente tus muslos por debajo de tu falda, sus grandes manos pasaron a aprisionar tus nalgas con fuerza.

Estabas inmersa en el fogoso beso, pero tu cuerpo reaccionaba por sí solo cada vez que Donatello pellizcaba y palmeaba tu piel, haciéndote soltar pequeños y entrecortados gemidos.

Comenzaste a frotarte sobre la áspera tela de sus jeans, endureciendo la verga de Donatello en el proceso. Su erección crecía debajo de tu intimidad, presionando contra la fina tela de tu ropa interior.

Rompiste el beso para bajar hasta su cuello y lamerlo, provocando nuevas sensaciones en Donatello. La cercanía te permitía apreciar los suspiros que escapaban de su boca. Sus manos recorrían con lujuria el contorno de tu cuerpo, deteniéndose en tu trasero, el cual nalgueó. Esta fue tu señal para pasar a la acción.

Dejé los condones en mi habitación —susurró.

Tengo en mi bolso.

Por suerte habías dejado tu bolso cerca así que no perdieron mucho tiempo. No era la marca que usaba con habitualidad, pero le bastaba.

Bajó sus pantalones y boxers, y ya con protección, bajaste tu ropa interior quitándotela por completo. Donatello te observaba de pies a cabeza analizando la que creía ser su presa.

Nuevamente te sentaste sobre él, ayudándote de Donatello para introducir su polla en ti. Esto era nuevo, no el follar, sino estar encima. Aun sin moverte, ya estabas disfrutando de la presión que ejercía en tu interior.

Un apretón en tus glúteos rompió tu burbuja de pensamiento, Donatello comenzó a moverte hacia atrás y adelante y en seguida entraste en ritmo. Sus manos nunca abandonaron tu cuerpo, no estaba obligado a acariciarte, pero no podía dejar de hacerlo; realmente lo habías enganchado y no estaba dispuesto a admitirlo.

Iniciaste moviendo tus caderas de manera circular, provocando que echara la cabeza hacia atrás recargándose en el respaldo del sillón. Intercalaste con el vaivén del inicio haciéndote gemir con cada roce en tu punto sensible. Mantenías la mirada sobre él, notaste un esfuerzo por mantener esa seriedad y rigidez en los gestos que lo caracterizaban, pero tus movimientos lo corrompían poco a poco.

¿Con cuántos te metiste para saber moverte así, eh? —te «elogió» a su modo.

Incluso debajo buscaba retomar el poder que tenía sobre ti desde hace semanas.

Seguramente soy el único chico decente que te ha cogido —continuó reclamando el mando.

Tus movimientos se tornaron lentos, te agachaste sobre Donatello quedando a unos pocos centímetros de su rostro, mirándolo fijamente como él siempre te ha mirado: con desprecio.

Lo dudo, alguien decente no se cogería a una «puta» como yo, ¿o sí?

Donatello abrió los ojos más de lo normal, acompañado de un sonrojo de furia o vergüenza, no lo tenías claro y no te importaba. «Así que esto era lo que Donatello sentía...» No lo juzgabas, era tan embriagante y adictivo tener el control de alguien.

Comenzaste a moverte de arriba a abajo, dejándote caer sobre su verga. Tu dulce boca gemía por el placer que te provocabas en cada sentón. Donatello no pronunciaba ni una sola palabra, pero sus ojos decían mucho; pisoteaste su ego utilizando sus palabras y actitud en su contra, controlando su cuerpo y las reacciones de este, demostrando que podías jugar igual o mejor que él.

No te creas la gran cosa —chasqueó la lengua.

Cállate un rato, ¿sí? —levantaste un poco tu suéter, corriendo tu sostén hacia arriba liberando tus senos—. Anda, que esa boquita sea de utilidad.

Mordió internamente su lengua, lo rebajabas a un simple objeto sexual... como hacía contigo.

Se vió renuente ante tu orden. Te acercaste restregando uno de tus pechos por su cara, colocando tu pezón directamente en su boca. Su húmeda lengua se movía con rapidez estimulándote y haciéndote jadear. Tomaste su rostro y lo elevaste para besarlo con coraje, dejando una marca en su labio inferior. En consecuencia, Donatello te nalgueó con fuerza, sin embargo, eso solo te motivó a seguir torturándolo.

Retomaste los movimientos de atrás hacia adelante obteniendo un grave gemido de Donatello. Escucharlo te calentó demasiado, genuinamente lo estaba disfrutando.

¿Te gusta esto? —jadeaste cerca de sus labios?—. ¿Cierto... Donnie?

Era la primera vez que lo llamabas por su apodo. El semblante de Donatello cambió en un instante, lograste bajar sus defensas y ahora estaba vulnerable bajo tu dominio.

Te apoyaste en sus hombros y subiste el ritmo con el que movías tus caderas, sus pieles resonaban con cada rebote así como sus gemidos. Donatello sabía cogerte, pero tú lo hacías mejor.

Te queda más el papel de zorra sumisa —dijiste entre jadeos.

A este punto era difícil para Donatello mantener su reputación de chico dominante e intimidante, sus jadeos y gestos delataban lo indefenso y excitado que estaba a causa de tu humillación. No negabas que sentías deseo por destrozar su cordura como había hecho contigo, pero a su vez, querías colmarlo de besos y caricias... ahora comprendías la ambivalencia por la que pasaba tu chico, porque ahora lo reclamabas como «tuyo».

Donatello te impulsaba levantando y bajando tu trasero. Con tu pulgar trazaste con gentileza el contorno de sus labios. Por voluntad propia, Donatello lamió tu dedo, cediendo ante ti.

Después de un rato, tus saltitos eran erráticos e irregulares en velocidad, no te quedaba mucho para alcanzar el orgasmo, pero no querías correrte ya que significaba perder el poder que recién habías conseguido.

Donnie... —gemiste excitada casi en tu límite.

Donatello te atrajo hacia él recostándote sobre su pecho, elevó tu trasero y comenzó a bombear dentro de ti llevándote al clímax en cuestión de segundos. Levantaste el rostro buscando consuelo y este no dudó en besarte. Siguió embistiendo profundamente hasta estallar dentro de ti.

Ambos tenían la mente nublada y trataban de organizar sus sentimientos. El silencio volvió a invadirlos mientras recuperaban el aliento, habían terminado hace unos minutos pero no podías levantarte ya que Donatello te abrazaba acurrucándote en su pecho.

Quédate otro rato —murmuró.

Sonreíste y cerraste los ojos descansando, no entendías su cambio de actitud ni cómo habían terminado así. Tampoco pretendías encontrar una respuesta lógica, pero seguirías ahí por tu adicción hacia él, y aunque lo desearas, Donatello no permitiría que te alejaras de su lado.

ʕ⁠´⁠•⁠ᴥ⁠•⁠'⁠ʔ Hola, soy la escritora, Mafer. Pues fue un gusto chicos, aquí la parte final de la historia de Donnie tóxico 💋

Yo después de leer sus comentarios:

nos vemos en el siguiente oneshot, baai tqm





Bạn đang đọc truyện trên: AzTruyen.Top