Capítulo 1 🎄

𝐒𝐔𝐍𝐌𝐈 𝐂𝐎𝐑𝐑Í𝐀 𝐋𝐎 𝐌Á𝐒 𝐑Á𝐏𝐈𝐃𝐎 que sus piernas le permitían. En la ciudad donde vivía, había una tracción increíble que se llamaba La Isla y pertenecía al Señor Bang. Se trataba de un espacio cerrado que simulaba ser un pueblo mágico que funcionaba durante todo el año, era un lugar metamorfo, pues cambiaba según la fecha en la que encontrara. En diciembre, La Isla brillaba con guirnaldas de colores, esferas y nieve artificial. Era un espacio mágico que simulaba un pueblo navideño. Sunmi no tenía tiempo para apreciar el paisaje; corría lo más rápido que podía, llegando tarde otra vez.

Sunmi trabaja ahí, como una parte de los espectáculos que se presentaban. Su trabajo era sencillo: posar junto a Papá Noel y cualquier niño que se encontrara en sus piernas mientras vestía como una preciosa elfa navideña. Cuando tenía suerte, le permitían cantar alguna canción mientras la gente deambulaba, comía y compraba decoraciones, juguetes u ornamentos navideños. Lastimosamente, se tenía que reducir a cantar villancicos o, cómo no, canciones de Christopher Bang, el hijo del dueño de La Isla. 

Justo en aquel momento, iba extremadamente tarde a su turno como elfa navideña. Había tenido problemas, pues su madrastra le había prohibido subirse al auto cubierta en batidos y le había tocado caminar y luego había batallado con su cabello para poder sacar la pegajosidad de las bebidas de allí. Llevaba su abrigo en las manos y los cabellos blancos de la peluca que llevaba, caían sobre sus hombros hasta casi su cadera. 

—¡Sunmi! —la chica se detuvo en su lugar, girando lentamente para toparse con su jefe, el señor Park Jin-Young. A su lado, otra elfa pelirroja la miraba conteniendo la risa, su mejor amiga Chaewon.

—Lo siento muchísimo, Señor Park. Sé que llegué tarde...

—Dos reglas tenemos, Jin Sunmi. Solo dos —espetó el señor Park. El tono de su voz hizo que Sunmi quisiera hundirse en la nieve. Él se giró a Chaewon y la miró con la ceja arriba—. ¿Cuáles son? 

—No llegar tarde... y no hacerle enfadar antes de su café matutino —respondió Chaewon con una sonrisa traviesa, ignorando la mirada de advertencia de Sunmi.

El señor Park frunció el ceño, pero Chaewon simplemente añadió:

—Es una sugerencia, jefe. Mejora el ambiente laboral, ¿no cree?

Sunmi tosió para disimular una risa nerviosa.

—¿Y la otra? —esta vez se giró a Sunmi, claramente ignorando el comentario de Chaewon. 

La mencionada se apuró a ponerse rígida antes de responder para evitar un nuevo regaño. —Respetar la primera regla a toda costa. 

—Bien. Ahora, necesito dar un show y para dar un show necesito a mis estrellas. Así que ¡no vuelvan a llegar tarde!

 El señor Park se alejó, acomodando su traje verte con detalles rojos y blanco, mientras miraba su reloj y muraba algo sobre las nuevas generaciones. Sunmi y Chaewon se miraron unos segundos para luego suspirar y soltar un par de risas. Ambas caminaron hacia los vestidores, al entrar, Sunmi cambió su ropa de invierno por un cálido vestido rojo pomposos y corto, cuyos bordes estaban decorados con felpa blanca que simulaba nieve y tenía una caperuza corta, también con los bordes blancos. 

Chaewon se encontraba ayudándole a ponerse sus orejas puntiagudas falsas, mientras ella se ponía el maquillaje. Tenía que asegurarse de tener las mejillas y la nariz rosada y muchas decoraciones con delineador blanco por todo su rostro, con tal de verse como si fuese mágica. 

Una verdadera elfa navideña. 

De repente, mientras Sunmi se delineaba y se ponía piedritas blancas que simulaban copos de nieves sintió un golpecito en el hombro. Ella se alertó y miró a Chaewon. La chica tenía un vestido igual al suyo, pero de color verde y su peluca era roja. Su delineado dorado resplandecía. Con la cabeza, señaló al otro lado del espejo del tocador. Sunmi frunció el ceño y giró la cabeza hacia al frente. 

Al otro lado del espejo se hallaba un muchacho quizás de su edad. Era relativamente alto, traía una peluca de cabello corto y blanco, su rostro estaba cubierto por una gruesa barba risada de cabello blanco sintético. Una gran chaqueta de tela afelpada y de color rojo le colgaba de los hombros y el chico luchaba por mantener la almohada dentro del traje mientras lo abotonaba al frente, fallando estrepitosamente. Sunmi soltó una risita entre dientes cuando la almohada se le cayó del traje y el soltó una maldición. 

—Hey —llamó Chaewon—. ¿Eres el nuevo Papá Noel? —preguntó mientras se cruzaba de brazos y ladeaba la cabeza. 

El muchacho se giró a mirarlas con el ceño fruncido. 

—¿Yo? —preguntó, mientras se señalaba. 

—¿Vez a otro chico vestido de Papá Noel? —Sunmi puso su delineador sobre el tocador y volvió a mirarlo a través del espejo, sonriendo levemente. El muchacho la miró con vergüenza y se rió un poco. 

—Uh, sí... hoy es mi primer día —el chico pasó sus ojos de Chaewon a Sunmi y de Sunmi a Chaewon y luego se apresuró a seguir hablando—. Soy Chri... ¡Chan! Me llamo Chan. 

—Chan... cute —murmuró Sunmi mientras regresaba a mirarse al espejo y se acomodaba las pestañas postizas blancas. 

Chan la miró de reojo y sonrió levemente. El se agachó y recogió la almohada del suelo, volviendo a pelear con ella para tratar de acomodarla lo mejor que podía. 

—Parece que tienes problemas con eso. ¿Necesitas ayuda? —preguntó Chaewon. 

Pero Chan simplemente la miró completamente serio. —En realidad, tengo una pregunta muy importante: ¿Este traje me hace lucir gordo? —preguntó mostrando la almohada atrapada dentro de la chaqueta. 

Las dos chicas soltaron una risita entre dientes, acompañadas de Chan. De repente, a las risas se sumó una externa, los tres giraron la cabeza para toparse con el señor Park en la puerta del camerino, riéndose con ellos. 

—Veo que ya conocieron al nuevo Papá Noel. ¡Que lindo verlos tan felices cómo un grupito de amigos! —su sonrisa cambió a una expresión seria—. ¿Quieren que los reporte ante el señor Bang? ¿No? ¡Entonces, salgan y hagan su show! Santa, la almohada póntela bien, no olvides el sombre. Vamos, chicos, pónganse festivos. 

Chaewon suspiró y rodó los ojos con hastío. 

—A veces me dan ganas de arrancarme las orejas para dejar de oírlo —la chica con peluca roja palmeó a Sunmi en los hombros—. Ayuda a nuestro querido Papá Noel con esa almohada y yo empezaré nuestro show. ¿Cuál era? 

—Los peces en el río —respondió Sunmi. 

—¿Los que se emborrachan? —bromeó Chan. 

Chaewon chasqueó la lengua. —Esos mismos. 

La chica se apresuró a salir del camerino mientras le pedía al señor Park que respirara porque estaba a punto de estallarle la vena en la frente. Sunmi sonrió mientras veía la escena y se ponía de pie, lista para ayudar a Chan. El chico se acercó con el sombrero en una mano y con la almohada en la otra, claramente incómodo. 

—Lo siento por hacerte perder el tiempo. Es obvio que no sé nada de esto —trató de aligerar el ambiente. 

Sunmi aireó las manos. 

—No pasa nada, para eso estoy yo —con las manos mostró las orejas puntiagudas, apartando los cabellos blancos sintéticos—. ¿No se supone que los elfos somos tus ayudantes? 

—En este caso, creo que serías la maestra. 

Sunmi se rio y sacudió la cabeza levemente. Ella apartó las manos de Chan, tomando la chaqueta y abotonando los botones, después, empujó la almohada asegurándose de que estuviera bien posicionada y la agarró con el cinturón del traje de Papá Noel. El chico la observaba trabajar de forma atenta, los ojos viajando de sus manos a su rostro. 

—Y así se hace —ella puso las manos en su cintura y lo vio sonriendo suavemente—. Oh, cierto. Soy Sunmi —le tendió la mano—. O Sunnie, es mi apodo mientras estoy en La Isla. 

Chan tomó su mano, sacudiéndola levemente. Sunmi elevó la mirada, sus ojos castaños se toparon con los cálidos de Chan y sintió una sacudida en su interior. Una corriente eléctrica la sacudió desde las yemas de sus dedos hasta su espina dorsal, obligándola a soltar la mano del chico y apartar la vista de forma nerviosa. ¿Qué le estaba pasando? 

—Esto va a sonar muy raro pero... ¿nos conocemos? Es que siento que te he visto en algún lado —Chan bajó la mano con la que sostenía la de Sunmi de forma lenta, su mirada fija en ella. Había algo en su tono que no sonaba como una simple coincidencia.

—Es difícil poder decirlo —murmuró ella—. Ya sabes, por la barba y el disfraz... 

—Claro, claro. 

Chan asintió como si entendiera todo, así que llevó las manos a la barba, listo para quitarla. Sunmi alzó las cejas un poco sorprendida de que de verdad fuese a quitarse el disfraz solo para probar un punto, sin embargo, antes de que pudiera retirar la barba, la puerta del camerino volvió a abrirse. 

—¡No les pago para que se sienten a tomar el te! —el señor Park golpeó su bastón blanco con rayas rojas haciéndoles saltar—. ¡Sunmi, tienes una canción que cantar! ¡Y tu, novato, un montón de niños que atender! 

La chica resopló. 

—Sí, Señor Park —murmuró con fastidio, tomó a Chan del brazo, obligándole a caminar—. Otro día me muestras tu cara sin barba, Papá Noel, ahorita tenemos trabajo. 





















eeeeeee primer capítulooooo 

amo a chaewon y ya amo el sunchan. we ustedes no lo saben porque la mayoría de historias está en borradores, pero el sunchan es de mis parejas favoritas, los verdaderos aguanta tormentas, pasa lo que sea pero esos dos no se separan ni de chiste, esperemos que algún día lo puedan ver kjdksksdj

bueno, espero que les haya gustado mucho este capítulo y que lo hayan disfrutado tanto como yo, nos vemos en la próxima, les quiero un montón.

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