1- La carta

~5to año~

Natalie Russo:

Los T.I.M.O.S., habían terminado para mí.

Era un alivio total, ya no sentía aquella sensación de ahogarme, ni la necesidad de leer un libro cada vez que veía a un profesor.
Aunque en las noches me levantaba por las constantes amanecidas.

Pero valió la pena, porque estoy segura de que he logrado un buen puntaje.

En parte se lo debo a Amos, quién nunca paró de gritarme y alentarme cada vez que me quedaba dormida.

Me despido de algunos compañeros para descansar en mi sala común, sin evitar reír por el nuevo desastre hecho por los "bromistas" de Hogwarts.

Sirius Black y James Potter eran catalogados como los "Hermanos de otra madre". Ninguno iba a un lado sin el otro, eran como una especie de unión... Cómo el Yin y el Yang, polos opuestos que se complementan.

Sí... Soy hija de muggles, por eso la referencia.

Detrás de ellos, como siempre, iban Peter Pettigrew y Remus Lupin.
El primero siempre quedaba embobado con cada broma, no había situación que se perdiera.
Mientras el segundo caminaba con un libro, ignorando todo y a todos.

Saludo a Peter, quien era el más distraído. Al verme sonrío, y pude notar que todos voltearon a verme.

Por cortesía los saludo y me dirijo al pasillo de las cocinas.

Desde afuera se puede oler las maravillas que cocinan los elfos, y una de las ventajas de pertenecer a Hufflepuff es que puedes entrar casi sin excusa.

—Señorita Russo —Un elfo hizo una enorme referencia al verme, gesto que los demás imitaron.

—¿Qué tal, Rufus?

—¿Desea lo de siempre?

—Si no es molestias...

No hubo necesidad de continuar, ya que solo bastó un chasquido para que mi pastel de chocolate apareciera en la mesa.

—Muchas gracias chicos.

—¿Quiere algo más? —Preguntaron, en unísono.

—No... Muchas gracias.

Asentí y me despedí de todos.

Continué el camino hasta llegar a los barriles, donde debía entonar la melodía.

A diferencia de las otras casas, los tejones no usamos contraseñas, sino un sistema de referencia, que consiste en golpear en el segundo barril de la parte inferior, en medio de la segunda fila, el ritmo de "Helga Hufflepuff", que hará que el barril abra la tapa, dejando al descubierto un pasadizo que lleva al sótano.

Sin embargo, si se toca la tapa de otro barril o el ritmo utilizado es incorrecto, el intruso será empapado en vinagre y se le prohibirá el acceso.

Si no me creen, pueden preguntarle a Sirius Black, quién hace dos noches intentó ingresar a nuestra sala común, pero terminó embarrado de vinagre.

—¡Natt!

Casi salto del susto cuando Amos llega a mi lado, casi corriendo para quitarme el pastel.

—Ah, no. Si quieres el tuyo, anda a buscarlo.

—Solo será un trozo...

—¡No! —Dije, levantando el postre por encima de mi cabeza, cosa que era inútil porque él me ganaba en estatura.

—Eres demasiado enana —Se burló.

—Cállate.

Nos sentamos juntos en el hermoso sofá de terciopelo amarillo, a medida que hacía aparecer dos platos.

—¿Qué ocurrió en las cocinas?

—Bueno... Dudo mucho que los elfos me quieran ver allí otra vez... —Se rascó la nuca.

—No pudiste haber hecho algo tan malo —Metí un trozo de pastel a mi boca—. ¿O sí?

—Será mejor que nunca lo sepas.

—¡Amos!

—De verdad —Tragó—, es mejor que te quedes con tu conciencia limpia.

—"Limpias" nuestras capas —Bufé—, mi último examen fue de Herbolaria... Ya te imaginarás como están mis zapatos.

—¿No se supone que el examen era dentro del gran comedor?

—Sí —Tragué—, pero a un mago mayor se le ocurrió la brillante idea de hacernos sacar Bubotubérculo...

—Con razón hueles a petróleo.

—Cállate —Golpeé su hombro—, y dime, ¿qué tal todo con Bertha Jorkins?

Sabía que le había dado en el punto exacto, pues sus mejillas se pusieron coloradas.

—Ah, Bertha... Ella es parte del pasado...

—Ajá —Levanté una ceja—, y Gildory es astuto.

—Pues...

—No me contradigas —Le apunté, con mi dedo índice señalando su pecho.

—Ya, ya... —Trató de excusarse.

Vi cómo su mirada cambió, y eso me preocupó.

—¿Qué ocurre?

—Bueno...

—Amos...

—Bueno, ya te digo —Suspiró, haciendo desaparecer nuestros platos vacíos—, pero no te enojes.

—No me asustes...

—Te llegó una carta.

—¿Y eso que tiene de malo? —Sonreí.

—Es de... Tus abuelos.

Oh, no.

Amos sabía la relación que tenía con ellos.

Cuando era pequeña solía llevarme muy bien con ellos.
Inclusive, cuando recibí mi carta todo fue maravilloso.
Pero todo empeoró con la muerte de mis padres.
Ambos fueron asesinados en un robo bancario, por lo que fuimos criados por nuestros abuelos.

Sí, digo "fuimos" porque tengo una hermana mayor.

Ella logró cumplir su meta de trabajar como veterinaria en el mundo muggle, aún con las dificultades de la época.
Pero yo... Yo era la decepción de la familia.

O eso es lo que repetía mi abuela todas las noches.

No paraba de echarme la culpa por la muerte de su hijo.
Aunque en parte si la tengo... Después de todo, si ambos no hubieran ido a retirar ese dinero para mudarnos más cerca del mundo mágico... Tal vez seguirían vivos.

—Natt, ¿Estás bien?

La voz de Stella me toma por sorpresa.

—¿Por qué no lo estaría? —Fingí una sonrisa al voltear mi cuerpo.

—Es que... Estás pálida...

—Creo que fue por el examen —Me excusé—, pero no te preocupes, estoy bien... Amos está conmigo.

—Todo el tiempo —Sonrió mi amigo—, somos como uña y mugre.

—¿Uña y mugre? —Preguntó, con mucha duda.

—Es que cuando tienes una mugre en la uña... Es difícil de quitar y...

—Ya entendí —Ella se rstaba riendo—, cualquier cosa me avisas.

Vi como ella se alejaba y tomé de la mano a Amos para llevarlo a la torre de astronomía.

Tal vez no era de noche aún, pero a esta hora siempre estaba solitario.
Perfecto para ponerme melancólica.

—Oye, camina más lento.

Amos no dejaba de quejarse.
Jamás se me dio bien los deportes, pero hoy parecía tener ventaja.

Ignoramos el hecho de que todos nos veían extrañados y subimos a la torre.

—Dame la carta.

—No creo...

—¿La leíste?

Se quedó en silencio.

—Sabes que no me molesta que lo hagas... Pero...

—Dudo mucho en que quieras saber su contenido...

—Amos... Por favor... —Levanté mi mano, en señal de juramento—. Juro que... Te daré una ración mayor de pastel de chocolate.

—Hecho.

Sonreí victoriosa y él tendió la carta.

La hoja mantenía un sello, el cual era una "reliquia" de nuestros antepasados.
Pasé las yemas de mis dedos sobre éste y sentí un choque eléctrico...
Casi con lentitud, abrí el sobre, mientras tomaba asiento junto a mi mejor amigo.

—¿Puedo?

—Claro.

Recosté mi cabeza sobre sus hombros, y empecé a leer.

—¿Y? —Preguntó cuando me quedé mirando el anochecer.

—Se nota que mi abuela me ama —Dije, con mucho sarcasmo en mi voz.

—Mi casa siempre estará abierta para ti... Lo sabes.

—Gracias, Amos —Suspiré—, pero no quiero ser una carga para tu familia...

—No eres una carga —Se separó de mí, para tomarme de los hombros y mirarme fijamente a los ojos—, a mamá le encanta que vayas a visitarnos...

—Sospecho que tiene un nuevo favorito.

—Nah, como crees —Se acomodó sus lentes, y se quedó pensativo por un breve segundo—. ¿No estarás hablando en serio?

Sonreí, victoriosa.

—¿Recuerdas el paquete que me llegó la semana pasada?

Él asintió.

—Pues eran unos riquísimo waffles...

—¡Eso es traición!

—Y el sirope de chocolate que traían encima...

—¡Mientes!

—Y las cerezas bañadas en...

—Ya, ya entendí —Bufó.

Sin embargo, yo sonreí.

—Es mentira, Amos...

—¡Lo sabía!

Levanté una ceja.

—Es que... —Sus mejillas se sonrojaron—... No puedo creer que...

—¡En serio crees que te ocultaría algo así! —Golpee su hombro—, entiende, de vez en cuando necesito a alguien que ame comer... Así como yo lo hago.

Entre risas pasamos unos minutos conversando, mientras Amos me hacía olvidar aquella carta con sus relatos.

Después de todo... Solo volvería para recoger mis cosas.

Amos Diggory sabía interpretar muy bien los mensajes.
Pero mi abuela ya lo había visto, y sabía que él leía mis cartas.

Así que no solo le bastó con mandarme un mensaje encriptado, diciendo lo mucho que me aborrecía...
Sino que me pidió que jamás volviera.

N/A: Bueno mis queridos lectores, espero les guste este fanfic ❤️
Lo hago con todo el amor del mundo❤️

La intervención de los merodeadores ocurrirá a partir del tercer capítulo, por eso, los primeros dos capítulos están destinados a hablar sobre la vida de Natalie❤️

Los quiero ❤️ ❤️

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