CAPÍTULO 9 - ¿Estrés?
Los ministros y los gobernantes se curan en el salón
–es... había una luz negra, de pronto apareció humo ¡y Sun desapareció!- habló casi temblando el ministro de la primavera
–con Menta paso lo mismo su alteza, solo que lo último que vi fue alguien subiéndose a un cuervo y salir volando de allí- explica la ministra del verano. Snowhot y Wintry se miraron mientras seguían tenidos de la mano por sus tutores
–Esto es muy raro ¿para que los querría?- dijo el ministro del otoño mirándolos. Milori y Clarión intercambian miradas
–Paso algo muy parecido en mi salón...- hablo Snowflake alzando la voz –pero vi un chico que lo salvo esparciendo el humo y haciendo que el hada responsable se valla...- dijo seria
-¿puedes describirlo?- pregunto enseguida Milori. La ministra suspiro y miro a su estudiante
–Era un hada cálida- explica la pequeña –era de pelo castaño...- miro a la reina -¡como usted!- exclamo para luego volver a poner su mano en su mentón y pensar –tenía los ojos verdes, sus alas eran normales... y estaba vestido de blanco... pero no era el único ¡había otro chico más! Este era igual pero más joven y sus ojos eran azul mar ¡también vestía de blanco! Cuando quise agradecerles desaparecieron como que si fantasmas...- dice lo último con algo de miedo mientras se aferraba más a la mano de la ministra
–Nosotros no tuvimos inconvenientes...- hablo el ministro del otoño
-¡no estamos solos!- exclama el niñito
-¿Quién los acompañaba?- pregunto. Snowhot y Redealf intercambiaron miradas
–Era un hombre desconocido- empezó a hablar el ministro –estaba tapado completamente por lo cual no lo pude reconocer, dijo que quería quedarse por unos minutos...- mira al niño
–yo le vi algo de raro, sus ojos eran grises pero al fijarme más me di cuenta que de alguna forma era casi transparente...- Snowhot quedo en silencio unos segundos antes de volver a hablar –decía saber mucho sobre un místico colgante... y ahí apareció el hombre de ojos rojos, pero el chico de ojos grises le tiro una especie de "onda" energética haciéndolo salir de ahí...- miro con algo de miedo a su tutor –luego de eso se volvió invisible totalmente- termina el ministro brindando apoyo al pequeño.
La reina y el señor del invierno se miraron ¿podría ser que los hermanos de Clarión los hallan protegidos? Sus miradas se dispersaron.
Todas las hadas hicieron una larga búsqueda que duro todo el día, al final el cansancio y el sueño los venció obligándolas a volver a sus hogares. Clarión y Milori estaban en una habitación
–esto no puede ser... no puede ser- decía el peliblanco mientras daba vueltas en la habitación, Clarión lo miraba algo seria y luego se sorprendió al notarlo ¿desde cuándo se molestaba porque él se preocupara? ¿Desde cuándo le molestaba que el diera vueltas en la habitación? Frunció levemente el ceño por su actitud algo... ¿cambiante?
–Ya para ¿Por qué no te sientas?- dijo con un tono algo enfadado pero amable. Milori la miro sorprendido para luego hacerle caso
-estas estresada?- pregunto mientras le acariciaba la mejilla, ella no pudo evitar una sonrisa bajando la mirada sonrojada... un momento ¿¡qué?! ¿¡Desde cuando cosas tan comunes la sonrojaban?! Frunció levemente el ceño y no pudo evitar reírse de la expresión de su pareja, para luego darse cuenta de lo que hacía y callar la risa
-¿te sientes bien?- pregunto preocupado, Clarión asintió también confundida ¿desde cuándo... había cambiado? Milori la miró para luego suspirar y recostarse sobre la cama y ella le copio el gesto
-¿Crees que él este atrás de esto?- murmuro preocupada, el peliblanco la miro y acaricio su rostro con cariño besándola con delicadeza. Ella le correspondió algo preocupada, sabía que eso era un indestructible "si"
–me gustaría decirte que no... pero creo lo contrario- dijo mientras tomaba su rostro con ambas manos y volvía a besarla. Luego de conversar un rato más ambos se quedaron dormidos.
Al otro día Clarión despertó sin Milori al lado, se levantó rápidamente y se puso el vestido de siempre. Abrió las cortinas casi con desesperación dejando entrar la luz de sol... de repente ese ataque de nervios se fue dejando a la castaña algo confundida ¿Qué le estaba pasando? Miro por un momento la mesita donde había una nota de su pareja, de pronto se sintió algo frustrada y decepcionada.
Clarión se pasó la mano por el cabello analizando este ataque de "personalidad cambiada" pero creyó que era por el estrés y se quedó más tranquila. Aún no había desayunado, bajo hacia la cocina... en un lado estaba su desayuno de siempre, pero por alguna extraña razón al verlo no le dio ni ganas de tocarlo... camino por la cocina buscando algo específico aunque inconscientemente. Hasta que encontré un chocolate, normalmente lo hubiera dejado ¡pero era lo único que quería comer! ¡Lo único! Así que sin ninguna molestia se lo comió.
Salió de la cocina bastante confundida con un gran signo de pregunta en su imaginación, no solía comer dulces... esto había sido muy inusual. Enseguida se le dio la gana otro chocolate pero esta vez se detuvo a pensar y con mucho esfuerzo solo comió una rebanada de pan...
Las hadas seguían desaparecidas, pero ella tenía que ocuparse de otras cosas, sabía bien que Milori podía solo con eso mientras ella se ocupaba del árbol del polvillo. Mary entro a la sala donde la reina estaba hablando con una hada sanadora
–No es para preocuparse su alteza-escucho que dijo la hada
–Es que...- la reina se pasó una mano por el cabello –no puedo tomarme el día libre, las hadas desaparecieron, debo ocuparme de asuntos reales- dijo bastante paciente, la joven hada suspiro
–yo le aconsejo descansar su señoría, vera que con este día libre su estrés se ira y volverá a ser la misma de antes- Clarión suspiro y asintió con la cabeza antes de mirar para afuera. La hada artesana vio irse a la sanadora y entro
-¿paso algo malo?- pregunto
–No... solo que la hada sanadora cree que estoy muy estresada...- frunció levemente el ceño mientras miraba el cielo azul
–deberías tomarte el día, yo apoyo esa decisión... desde la mañana te veo algo estresada y nerviosa, cambias de personalidad abruptamente y pareces hiperactiva... debes descansar- dijo poniéndole una mano en el hombro. La castaña suspiro y asintió con pesar, realmente tenía ganas de pegar un grito diciendo "¡no me pasa nada! ¿¡No ves que estoy perfecta?!" pero sabia que eso estaba mal, y que debia controlarse. Miro de vuelta algunas nubes que surcaban los cielos y frunció levemente el ceño
-¿y Milori?- pregunto cayendo en la cuenta que era el mediodía y aun no lo había visto
–Ocupado...- dijo la artesana
-¡Viola!- llama con una voz bastante autoritaria para ser ella
– ¿Pasa algo mi reina?- pregunto el hada con su respectivo respeto
–Quiero que llames a Milori...- dijo bastante segura. Viola se fue sin nada que decir pero a Mary esto le pareció raro
–Debe estar trabajando- dijo mientras la miraba, pero la ojiceleste estaba mirando devuelta el cielo
-¿y no puede venir?- dijo con un tono enfadado, la hada artesana no se percató de ese tono
-pero podría...
-¡quiero que venga AHORA!- dijo casi gritando y enfrentándose a hada Mary. Ella la miro sorprendida y Clarión dio unos pasos para atrás también sorprendida por esa actitud -lo lamento- dijo con un tono bastante sincero, la hada artesana sonrió y le puso una mano en el hombro
-¿ves? Necesitas descansar- dijo con ternura. Clarión asintió ahora un poco más convencida.
Milori se sintió bastante extraño que lo llamara sin ninguna razón, en el camino le preguntó a Viola si había pasado algo, la hada le respondió que nada estaba fuera de lugar, a excepción del estrés de su pareja y lo irritable que estaba. Prefirió ir a verla, si estaba irritable mejor no llevarle la contra, porque tal vez en un ataque de nervios termina con él y eso era algo que no estaba dispuesto a permitir.
Llego al palacio unos minutos después, ella estaba en la habitación muy confundida... antes de llegar a su habitación le habían dado mareos y náuseas, no quiso llamar otra vez a la hada sanadora que se acababa de ir porque supuso que esto también era por el estrés. Miraba el cielo como buscando alguna respuesta ahí, sus ojos celestes estaban perdidos entre el cielo azul.
-¿Clarión?- pregunto, ella pego un salto y le encajo tremenda cachetada por puro reflejo. Al verlo suspiro
-¿Qué te pasa? ¿No había pedido que viniera?- sobándose la apariencia que seguía dijo adolorida. Clarión asintió y lo miro, bajo la mirada bastante apenada mientras sentía que sus ojos se llenaban de lágrimas. Al darse cuenta de esto las contuvo ¡¿Por qué iba a llorar?! Milori suspiro y abrazo con cariño a su pareja
-¿Qué te pasa?- pregunto dulcemente mientras le subía la mirada
–No lo sé...- dijo mientras tapaba su rostro con sus manos con frustración -he estado rara todo el día, creo que estoy demasiado estresada- dijo cerrando momentáneamente los ojos
-¿y porque no descansas?- le sonríe él mientras quitaba sus manos para poder verle la cara
–Trato... o eso es lo que creo- dijo dando una media sonrisa
–debes dejar de preocuparte... todo se resolverá- dijo mientras la atraía más hacia él y la besaba. Al separarse ella lo miro unos segundos
–Milori...
-¿mmm?- ella se quedó en silencio unos minutos antes de volverlo a mirar
-tú crees que haya posibilidad que...- de repente el sonido de la puerta la interrumpió
–reina Clarión, lord Milori los ministros quieren hacer una reunión ahora mismo ¿les doy permiso?- dijo preocupada Viola, la castaña le sonrió y asintió. Cuando ella se fue Milori volvio a mirarla
-¿posibilidad de que?- pregunto antes de que ella saliera
–Ya no importa- dijo sonriéndole y transmitiendo un beso en los labios. Aunque en si estaba muy preocupada ¿y si sus sospechas eran ciertas? No quería comunicarla nada antes de estar totalmente seguro... si era verdad ¿no sería más un problema? ¡Rayos! Sentía una preocupación sin siquiera estar seguro de nada.
Llegaron a la sala donde los ministros estaban reunidos
– ¿Alguna novedad?- dice la reina mientras los miraban. De repente aparece una pantalla mostrando al de ojos rojos
–Hola... ojala que me recuerden- saludo con voz macabra, los ministros se miraron ¿Quién era ese? –yo tengo a sus queridas hadas...- apareció el reflejo de las cuatro hadas desaparecidas , estaban atadas y un pañuelo no les permitía hablar –quiero hacer un trato...- todos se miraron –quiero que vengan a mi fortaleza- aparece el reflejo del gran castillo negro –nos veremos en la sala...- aparece el reflejo de esta –pero quiero que vengan todos ustedes seis... tendrán que pasar algunos trucos, trampas, pero no serán mortales... al llegar a la sala les diré lo que quiero, cuando me lo den o yo se los quite liberare a las cuatro hadas ya ustedes también, excepto una...- sonrió de forma retorcida y el reflejo desapareció. Ellos se miraron entre si –a... otra cosa, no podrán entrar si no traen el colgante y los espero hoy a la nochecer.
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