CAPÍTULO 10 - ¿Lo odias?
Milori entro a la habitación, todo estaba en silencio. Entre abrió la puerta y dio pasos sigilosos hasta llegar a la cama, la miro unos segundos. Estaba dormida con su vestido de siempre... pero eso no era lo que le preocupaba. En su rostro una pequeña lágrima se encontró, entre sus manos una carta. Sintió su respiración detenerse al ver el violonchelo de la corona occidental en ella ¡era imposible! Todas las cartas le llegaron a Viola y de ella a él ¿Cómo había pasado? Realmente no quería que la asustaran ahora con esas amenazas que por ahora solo él podía soportar. Camino silencioso hasta quedar cerca de la cama, se inclinó y con absoluta delicadeza tomo entre sus manos la carta que ella poseía, estaba abierta y parecía... ¿antigua?El papel era amarillento y tenia rastros de tierra. El peliblanco saco el papel dejando caer el sobre.
Esta la habían mandado hace milenios, cuando ella aún era princesa y cuando Dante se fue. Frunció levemente el ceño al leerla, en ese momento era la princesa Bias y le había escrito con la intención de dañarla. Se mordió el labio inferior ¿Qué acaso esa mujer siempre trato de hacerle la vida imposible a Clarión? Tan solo la idea le molestó y se le hizo hasta maniático que esa mujer lo hizo. Respiro profundo y negó con la cabeza, partió la antigua carta en dos y luego en muchos pedazos, no tenían por qué guardarla ni porque volver a leerla. Tiro el sobre a la basura mientras suspiraba.Esa mujer siempre había sido muy buena escribiendo para dañar a la gente, pero ahora estaba él y no le iba permitir tal descaro. Se dio vuelta a mirarla, su expresion preocupada y triste,
Se sentó en la cama acariciando su cabello para luego darle un beso en la frente, ella abrió los ojos algo adormilada
-¿Milori?- murmuro mientras se sentaba y frotaba los ojos, para luego buscar con la mirada lo que había leído antes de caer rendida al sueño
-¿Por qué? Sabes que no es nada bueno- dijo cariñosamente mientras acariciaba su mejilla. Ella suspiro y bajo la mirada
–aun siento que tienen razón- murmuro dolida. Milori beso con cariño su mejilla
–no le hagas caso, solo camina adelante- dijo apretando levemente las manos entrelazadas con las de ella. Clarion lo miro por unos segundos
–la encontré por casualidad y la leí... no pude evitarlo- dijo tristemente
–La próxima no lo hagas cariño- dijo abrazándola para luego mirarla con una cara de cachorrito –además ni a mí ni al bebe nos gusta verte triste- dijo con tono infantil mientras acariciaba su rostro. Ella no pudo evitar una sonrisa
–Lo sé- hablo besándolo. Él la abrazo atrayéndola hacia él, luego de un rato se separaron por falta de aire
-¿estas nerviosa? Mañana a la noche es la fiesta- dijo sonriéndole el señor del invierno
–un poco- declara la castaña avergonzada
–Mañana terminan los detalles del vestido y todo eso, el día será muy agitado- agrego dando una media sonrisa. Pero aun así se le hiso raro que no haya llegado ninguna carta de las tierras del norte o las del oeste, las ultimas supuso que ya debieron haber entrado. Ella lo miro unos segundos
-¿te ha llegado alguna carta de los pueblos del norte o los del oeste?- pregunto mientras se pasaba una mano por su suelta cabellera. Milori la miro unos segundos a los ojos, quería contestar que no pero no podía mentirle, en sus ojos se notaba que lo hacia
–si... pero es mejor no leerlas, prefiero que el día pase perfecto Clarión- dijo sonriéndole mientras la atraía más hacia él
–Supongo que así es mejor- murmuro ella mientras se volvían a besar.
El día llego rápido, las hadas habían vuelto a trabajar. Clarión estaba esperando a unas hadas en el salón cuando Jackson entro. La castaña lo miro desconfiada pero luego desvió la mirada hacia el cielo
-¿Qué quieres?- pregunto fríamente
-enserio se van a casar?- dijo levantando una ceja como que si eso fuera un mal chiste
–Si- dijo altiva. El chico dejo salir una carcajada
-¿Cree que así lo tiene asegurado? Cuando le llegue el momento él se va a ir de su lado, solo quiero que no sufra- dijo en un tono la verdad odioso
–Déjeme en paz, parece ser primo de la reina del oeste, siempre tan manipuladora- dijo frunciendo el ceño. El volvio a reir
–no soy nada de ella, pero si soy el indicado para usted- dijo con ego
–Vaya humildad- dijo ella enojada
-¡Él solo se ira! Te lo apuesto- volvió a reír el chico. La castaña lo volvio a mirar
–Vete- dijo decidida. Jackson la miro como diciendo ¿de veras? Para luego acercársele de manera amenazante
–Usted no sabe lo que va a sufrir al lado de ese estupi...- no pudo terminar la frase porque un puñetazo de la reina lo hiso caer al suelo. Resultado: un ojo morado
-¡ni yo ni él bebe deja que hables así de él!- dijo furiosa sin poder controlarse. Él retrocedió asustado parándose apoyándose en una pared
–bueno... yo- trato de hablar sonando seguro, pero se le hacía imposible. La castaña lo miraba con los ojos llenos de enojo, su postura dispuesta a atacar en cualquier momento y su mirada gélida le ponían los pelos de punta –ok, me voy- hablo nerviosamente antes de salir. Clarion ladeo la cabeza unos segundos antes de darse cuenta lo que habian hecho
–sí que odias a Jackson amor- dijo con una sonrisita mientras acariciaba su abdomen.
Ya habían pasado algunas horas, ella estaba parada mientras le hacían los últimos toques al vestido de novia. Era un hermoso vestido blanco estilo princesa, estaba decorado con lazos y moños también de este color, además de algunas bellísimas perlas
–Y casi terminamos- hablaba la modista mientras cosía los últimos toques al vestido. La reina sonrió mirándose al espejo, estaba bellísima
-¿de qué flores quiere el ramo?- pregunto Roseta, solo era eso lo que faltaba –No loss ¿No pueden elegir ustedes?- pregunto la reina insegura, la hada sonrió con ternura
-¡seguro!- dijo emocionada mientras lo anotaba. La castaña sonreía con dulzura mientras miraba a su alrededor
-¿se aprendió los votos mi señora? ¿Quién tendrá los anillos?- dijo una dama que acababa de entrar
–Claro que si Renata, los anillos los llevara Snow, ya que es la hermana de Milori- hablo segura mientras la otra asentía y lo anotaba. Una chica entro apresurada
-¿Cuándo creen que llegarán los reyes de las islas sureñas?- pregunto mientras la miraba
–Una hora antes de la fiesta- contesto, la chica asintió
-¿quince pisos en el pastel está bien?- dijo otro mientras la miraba preocupaba
–Claro- dijo mientras la modista decía un "¡listo! Esta terminado"
En el palacio de invierno Dewey leía la página una y otra vez, Milori lo vio divertido desde su asiento, el sastre ya había terminado su labor
–por favor, si no lo debes aprender de memoria- dijo enviar una palmadita amistosa en la espalda, el anciano sonrió y levanto una ceja
-¿aprendiste tus votos?- pregunto cruzándose de brazos
–Ya me lo sé de memoria- dijo orgullosamente el peliblanco, el anciano resoplo antes de volver a leer, para luego volver a mirar al señor del invierno
-¿quieres que omita "él hable ahora o calle para siempre"? esos reyes lunáticos son capases de hacer entrar una de esas pequeñas aves con una carta que diga "yo me opongo"- evitar. Milori sonrió y asintió con la cabeza
–Creo que tienes razón, omite esa parte- dijo sentándose a su lado. Dewey sonrió y tacho esa parte en el gran libro.
A las afueras de árbol del polvillo unas habían estado ensayando la música
–Traten de mantener el do- hablaba nerviosamente el ministro de la primavera, que como siempre se preocupaba por todo
–Esto será muy bello- habló la ministra invernal con la del verano
–Sin duda alguna ¡nunca había visto una boda!- dijo emocionada su interlocutora.
El ministro otoñal se fijó que todos los atuendos de sus cuatro herederos estén bien
–ojala no hagan escándalo- dijo cruzando los brazos
-¿Estas bromeando? ¡Nos portaremos bien! ¡Jamás habíamos visto una boda!- dijeron sinceramente los cuatro ganándose un suspiro de alivio por el mayor.
Clarión sonreía a la modista que se acababa de ir
–Será una hermosa fiesta- esa voz masculina hiso que sus ojos se llenaran de lágrimas y que volteara
–Dante... Denis- susurro emocionada mientras abrazaba a ambos hermanos. Ellos le correspondieron con cariño
–Venimos a cumplir un pequeño regalo- sonrió el ojiverde
-¿Cuál?- murmuro mientras hacía esfuerzo por que sus lágrimas no salieran
–yo te escoltare a altar y ahí te entregare a tu novio ¿quieres?- le ofreció el mayor. Ella lo miro unos segundos y asintió abrazándolo
-¿y tú?- murmuro viendo ahora a Denis
-¿yo? ¡Estaré mirándolos desde la gente! Cuando pases me veras a mí y de paso a Ángelo- dijo abrazándola –serás una hermosa novia- sonrieron ambos haciendo una leve reverencia. Ella rio levemente mirando a sus dos hermanos fallecidos que le sonreían con ternura. Sin duda este seria el mejor regalo de bodas.
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