𝚇𝚅𝙸𝙸𝙸
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PASADO apenas un día desde entonces, Mika ahora había sido arrastrada a pasar algo de tiempo con Mikey. No es que él no le agradara, en realidad le gustaba pasar tiempo con él, pero podía ser bastante... intenso.
Lo raro era que ese día había traído con él a alguien que, para su sorpresa, no era Draken. Raro porque siempre estaba con el poste de luz humano y ahora estaba con alguien que tenía cara de chica por su cabello largo. O al menos podría decirlo si le pudiera ver la cara, porque también se la tapaba.
— ¿Quién es él? — se negaba a preguntarle su nombre, así que mejor se lo preguntó a Mikey.
— Es Sanzu, lo traje porque hoy Kenchin no podía acompañarme hoy... y también porque le hace falta convivir más con la gente. Creo que a ti también, Mika.
— Ya suenas como mi hermano. — el contrario se rió.
— Pensé que ustedes se podían llevar bien.
Y sin decir más, Mika acompañó a Mikey en sus actividades diarias. No había hablado mucho con Sanzu porque al parecer los dos eran personas de pocas palabras, o que hablaban sólo cuando era necesario. Pensó en que en realidad le daba un poco igual, pero eventualmente Mikey la dejó sola con él para poder hacer una cosa que necesitaba en privado (probablemente ir al baño o alguna trivialidad así).
En fin, Mika no sabía de qué hablarle a Sanzu.
Sanzu también estaba un poco confundido con respecto a cómo debería tratarla. Era una persona importante para Mikey, así que evidentemente debía tratarla con respeto, pero había algo en ella que no cuadraba... algo que le era difícil explicar. Es decir, teniéndola junto a él y viendo su rostro mientras ella esperaba, con esa expresión de tranquilidad infinita y la suavidad en su mirada... era raro. Estaba completamente seguro de que no la había visto nunca antes, y al mismo tiempo, al encontrar sus ojos con los de ella sintió que la conocía de toda una vida.
Era una conexión extraña que sentía en lo profundo de su alma y que estaba seguro de que ella también sentía.
La sensación lo ponía un poco nervioso, así que evitaba hablar con Mika porque con sólo que ella lo mire ya se le aceleraba el corazón al sentir esa conexión. Empezó a preguntarse seriamente de dónde venía si, en serio, nunca se había encontrado con ella... al menos dentro de lo que recuerda; igual y sí o...
— Sanzu, — sus pensamientos se vieron interrumpidos cuando ella lo llamó. — ¿en qué piensas?
Preguntaba por curiosidad; le llamaba la atención la forma en que él se quedaba viendo a un punto fijo sin decir ni una palabra.
Además, no podía negar que también sentía algo raro cuando lo veía. Podía notar que él se sentía raro, y eso quizás estaba influyendo, pero también sentía la necesidad de hablarle sobre algo sólo porque sí. Tenía esa sensación extraña en su pecho y le estaba molestando no saber a qué se debía, así que decidió hacer algo al respecto y preguntarle para descubrir por qué él sentía eso en primer lugar y por qué ella lo sentía también.
—...Nada en especial. — Sanzu le contestó, tratando de no hacer mucho contacto visual.
— ¿Seguro?
— Sí. — deseó que no le hiciera más preguntas porque no sabría cómo responder.
Pero ella no se rendía así nada más. Necesitaba experimentar para saber que era esa sensación.
Un paso a la vez, se acercó con cuidado a Sanzu hasta quedar frente a frente con él; luego decidió ir un poco más lejos al no ver resultados y acercó su rostro al suyo. Podía saber que él estaba pensando lo mismo que ella al ver que se sonrojaba un poco; su lenguaje corporal delataba que no había estado pensando en “nada en especial”, sino que él también se había dado cuenta de esa conexión.
— ¿Sientes algo cuando estamos así de cerca? — le preguntó, no realmente esperando una respuesta, sino más bien planteándose las posibles explicaciones a eso que sentían.
— Eso... — pero no le salían más palabras. No sabía qué decir porque sentía demasiadas cosas. Más bien, sentía esa rara conexión junto a una extraña sensación de déjà vu. — Estás muy cerca. — rompió el contacto visual y se alejó de ella, dándose unos segundos para respirar otra vez. Ya había tenido suficiente de confusiones por un sólo día.
— Bien. — Mika decidió que no valía la pena seguir con eso y volvió a su posición inicial, a esperar a que Mikey volviera pronto.
— Mika, ¿por qué siempre tardas tanto en venir a visitarme? — la mencionada ignoró ese comentario y entró al lugar.
— Izana, cariño, no quiero ofenderte, pero no seas un bebé; no necesitas que esté aquí todo el tiempo.
— Pero sí quiero que lo estés.
— Izana. — lo miró manteniendo los brazos cruzados, pero relajó su postura un segundo después. — Hay muchas sucediendo justo ahora; por eso no he venido a visitarte.
— Tardas demasiado, necesito compañía aquí de vez en cuando.
— Bueno, no sólo estoy yo. ¿Por qué no pasas tiempo con Kakucho?
— Ustedes están en niveles diferentes; no lo puedes comparar.
— ¿Por siquiera tienes niveles para la gente que pasa tiempo contigo?
—...A veces es como si no me conocieras en lo absoluto. ¿Qué es lo que te tiene tan ocupada que no vienes a verme? Se supone que tienes que venir a verme.
— Sabes, tengo algo llamado “trabajo”, que es lo que hago para ganar dinero, que es lo que uso para venir aquí y comprarte regalos. — sacó una cajita de su bolsillo y él inmediatamente se lanzó a tratar de tomarla al saber que era un regalo, pero ella lo detuvo alejando el objeto de su alcance. — Tranquilo, no te apresures.
— ¿Qué me compraste?
— Lo sabrás, pero primero tienes que haber aprendido la lección. No puedo venir cada vez que quieras; tengo cosas que hacer y conozco muchas otras personas a las que también debo ver. En especial últimamente, que se presentó un... inconveniente en mi trabajo.
— Eso no es nada es justo; dame mi regalo. — lo trató de alcanzar otra vez.
— Izana Kurokawa, no seas malcriado. ¿Entiendes o no entiendes que tengo otras cosas que hacer? — lo escuchó hablar entre dientes. — Izana.
—...Sí, lo que sea, pero no me digas malcriado.
— ¿Y...?
— Y ya sé que tienes trabajo; lo haces desde los ocho años y siempre te tiene demasiado ocupada para mí, pero supongo que gracias a eso me compraste el regalo que aún no me quieres dar. ¿Me lo das ya?
— Está bien, lo dejaré pasar esta vez porque-
— ¿Porque me amas?
— Yo iba a decir “porque no tengo todo el día”, pero eso también funciona. — puso la caja en la mano de Izana, quien la abrió inmediatamente. — No es la gran cosa; en realidad es algo muy barato, pero sabía que no te quejarías tanto si aparecía con un regalo.
— Es una púa. — sacó el pedazo de plástico y lo examinó con cuidado. Era verdad, no era la gran cosa; lo único especial era que tenía sus iniciales, una en cada lado. —...Es porque tengo una guitarra acústica.
— Sí, ya lo sé, en realidad no es nada; sólo pensé que te gustaría. La vi en una tienda, tienes una guitarra, la gente que toca guitarra tiene al menos una púa, las púas son baratas; no lo pensé tanto.
— Pero... dijiste que lo viste en una tienda. Lo viste y pensaste en mí.
— Yo... supongo que es otra forma de verlo, pero sí.
— Me gusta.
— Es bueno saberlo. — hubo un pequeño silencio. — Y cuando alguien hace algo lindo por ti, ¿tú dices...?
— Hazme un favor.
— No.
— Quédate un rato; ese es el favor.
— ¿Se te olvida algo más, Izana?
— Hmmm... no, no lo creo.
— Te dejaré pensar. — hubo otro silencio. — ¿Nada?
— Dame una pista. — ella lo miró mal. — Sólo estoy jugando contigo. Gracias.
— De nada. — le dio una sonrisa sincera. Puede que a veces sea difícil de tratar, pero seguía teniéndole mucho aprecio a Izana.
— ¿Entonces te quedas?
— No lo sé, se supone que tenía que quedar con... alguien hoy, y se va a enojar si lo dejo plantado; planeaba pasar sólo a saludar y darte tu regalo.
— Mika, me tienes abandonado. — la tomó del brazo para poder aferrarse a ella, comenzando a hacer un drama. — Pasas tiempo con todo el mundo menos conmigo; yo también quiero atención. Quédate, Mika, quédate... — arrastró la voz en cada oración que salía de su boca.
— Está bien, está bien, pero sólo un rato; no hagas una escena.
— Perfecto. — le sonrió, volviendo a su humor habitual.
🌙 Hola. Han pasado... cosas, la verdad me siento muy poco inspirada últimamente.
Besitos en las manos, cuídense y tomen mucha agua.
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