【 𝙃𝙞𝙧𝙖𝙚𝙩𝙝 】

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SUCEDIÓ bastante rápido, así que es difícil de explicar el tipo de relación que tenía Shikei con Shinichiro. En vez de sólo decirlo, veamos a algunos otros de sus recuerdos sin revelar nada demasiado importante para que sea más fácil.

Y porque ellos de adolescentes en su noviazgo son muy lindos como para no compartirlo.

— Odio mi vida.

— Pero yo estoy en tu vida.

— Sí, Shinichiro, no te odio a ti; odio al resto de mi vida.

— ¿Y tu hermana?

— Tampoco odio a mi hermana, pero-

— ¿Y tu mamá?

— Entiendo tu punto. ¿Me vas a dejar desahogarme o no?

— Adelante, tienes suerte de que todo la gente en esta casa ya está dormida. — lo invitó a acercarse, y Shikei se recostó encima de él para abrazarlo estando sobre su cama. — ¿Cómo hiciste para entrar si estaba cerrado?

— Tengo tus llaves. — se las devolvió.

— Tendré que darte una copia para que dejes de hacer eso. — le acarició la cabeza para que se calmara un poco, ya que de verdad se veía de mal humor.

— Lo siento, tuve un mal día.

— ¿Qué le pasó a tu cara? — se fijó en el golpe que tenía en la mejilla. — ¿Te estuviste peleando con la gente otra vez?

— Culpable, me devolvieron el golpe.

— También tienes que dejar de hacer eso.

— Estoy bien. — insistió, pero eso no detuvo a Shinichiro de buscar rápidamente el algodón que tenía cerca al cual podía ponerle alcohol, pero él no se lo dejó tan fácil; lo escuchó gruñir y resistirse en cuanto le acercó el pedazo de algodón.

— Quédate quieto... — acariciarle la cabeza parecía funcionar para que fuera un poco más dócil, así que siguió haciendo eso. La segunda vez que acercó el algodón, apenas le gruñó un poquito; dejó de resistirse y pudo desinfectarle la herida.

Luego él siguió gruñendo.

— Eso arde.

— Quizás te dolería menos si estuvieras quieto como te lo pedí. — por fin terminó y pudo poner una gaza en la herida. — Ya está. ¿Ves que no era difícil?

— Ajá, lo que digas. — no iba a admitir que estaba agradecido siendo tan orgulloso, pero ahora sí podía relajarse completamente. Volvió a poner la mano de su novio en su cabeza para que siguiera acariciando y se tomó la libertad de ponerse cómodo.

— A veces eres como un gatito grande.

— No lo soy.

— Sí lo eres, viniste directamente a mí a que te consuele.

— No fue eso lo que pasó.

— ¿Tuviste un mal día, bolita de algodón?

— Ya te dije que no me llames así.

— También decías que no te dijera “Kei” y ahora te gusta.

— ¿Sabes qué? Ya me da igual; no tiene caso discutir contigo porque no sabes cuándo rendirte.

— Y eso es exactamente lo que te gusta de mí, ¿me equivoco?

—...No te equivocas.

— ¿Lo ves? Puedes ser adorable cuando quieres; — tomó su rostro entre sus manos. — eres tan tierno. ¿Cómo es posible tener ese nivel de lindura?

— Basta, no soy lindo; se supone que doy miedo.

— Da miedo lo lindo que eres; eres una bolita de algodón. ¿Quieres un besito?

— Deja de tratarme como a un niño.

— Entonces no quieres un besito.

—...Tampoco dije eso. — no le molestaba que Shinichiro fuera cariñoso; al contrario, lo hacía sentir bien. — Gracias, 'Chiro.

— Hoy andas muy expresivo, ¿no? Hasta me llamaste por un apodo. — mencionó. — Pero de nada, sea lo que sea que haya hecho.

Aunque sí era cierto lo que él decía. Shikei actuaba como si fuera rudo cuando en realidad siempre quiso ser especial para alguien; la cosa era que tenía problemas que le impedían ser sincero con sus sentimientos.

— Quisiera saber... — Shinichiro observó a Shikei cuando le habló. — ¿Estás seguro de que no aceptaste salir conmigo por lástima ni nada?

— Yo no haría eso; a mí no me hubiera gustado que me lo hicieran.

— Lo siento, fue una pregunta tonta. ¿Quién pregunta algo como eso después de como 7 años?

— No... no te tienes que disculpar, 'Kei, era una preocupación que tenías. Realmente pienso que eres muy bueno; por eso fue que me acerqué a ti en primer lugar, y después de convivir contigo me di cuenta de que tú eres mucho más que asustar a la gente y predecir su muerte; tienes una vida, tienes a una hermana por la que te preocupas, tienes tus propios problemas y preocupaciones, pasabas todo el tiempo sólo, perdiste a tus padres, pero no dejabas que nada te afecte y actuabas como si no importara nada. Eso te hace muy fuerte y valiente, pero no me refiero sólo a tu fuerza física; eres emocionalmente muy fuerte, y también tienes bastante amabilidad en tu interior. Que no sepas expresarlo bien por lo que sea que hayas pasado no es culpa mía, pero sí depende de mí tratar de entenderte y ayudarte a mejorar; supongo que eso es por lo que me gustas.

— Yo... no sé qué responder a eso.

— No tienes que hacerlo ahora, pero algún día creo que podrás decirme cómo te sientes con completa sinceridad.

Se sintió bien que dijera eso, pero también lo hacía sentir culpable por tener tantos problemas con los que lidiar; preocupaciones que no lo dejaban dormir en la noche.

El saber cómo iba morir la gente era una de ellas.

No sabía por qué, pero sí tenía esa habilidad para saber la fecha y hora exactas de la muerte de las personas con las que se juntaba. Shinichiro no era la excepción, y eso lo ponía nervioso, pero tampoco podía contarle de su preocupación. Bueno, se supone que no puedes evitar la muerte de alguien, que no debes decirle a alguien sobre su muerte porque puede ser contraproducente.

Entonces, cuando lo conoció, pensó que no tenía sentido acercarse a él si ya sabía cuándo y cómo iba a morir; no tenía lógica ser su pareja y pasar por todo eso para luego verlo morir sin poder hacer nada. Él sólo desearía poder evitar eso; si tan sólo pudiera cambiar su destino y hacer que estuvieran juntos un poquito más de tiempo.

— Creo que se está haciendo tarde... deberías irte a tu casa, 'Kei.

— Me puedo quedar un poco más.

— Tu hermana se va preocupar si no llegas pronto; mejor ve y yo me quedo aquí a terminar de ver lo del regalo de cumpleaños de mi hermano. Prácticamente ya voy a cerrar la tienda, y además tengo que salir a... hacer una cosa.

— Voy a replantear lo que dije; me voy a quedar. Donde sea que tengas que ir, puedo acompañarte

— ¿Por qué tanto empeño en quedarte?

— Es que... quiero pasar más tiempo contigo; todo el que sea posible.

— Eso es dulce, pero te conozco y sé que no es la verdad.

— Es que tú... ¿y si te pasa algo cuando regreses de donde tienes que ir?

— ¿Qué es lo peor que me puede pasar aquí? Estoy completamente seguro.

— No es cierto, ¿y si alguien se mete a tratar de robarte?

— Eso no va a pasar.

— ¿Y si pasa?

— 'Kei, aprecio que te preocupes, pero si pude lidiar contigo cuando nos conocimos, creo que puedo lidiar con un ladrón.

— Prefiero prevenir; me voy a quedar.

— Shikei, voy a estar bien; no quiero que se te haga tarde yendo a tu casa.

— Shinichiro, insisto, me voy a quedar.

— ¿En serio?

— Escucha, no me gusta pelear contigo; eso es lo que menos quiero justo ahora. Hagamos algo... me voy a quedar... — miró un reloj en la pared e hizo los cálculos. — Una hora 49 minutos; te acompaño a donde tienes que ir y luego me iré.

— Bueno, — suspiró. — si eso te hace sentir más tranquilo, está bien.

— No te enojes conmigo.

— No estoy enojado; sólo me frustré, pero en serio está bien. — se quedaron en silencio por un momento hasta que Shikei volvió a hablar.

— Te amo.

— Um... — verlo con la cara roja lo hizo ponerse igual. — Si me escuchaste cuando dije que no estaba enojado, ¿verdad?

— Sí.

— Hoy estás actuando algo extraño. — le dio un beso en la mejilla. — Pero yo también te amo. ¿A qué se debe que me lo digas ahora?

— No quería... seguir perdiendo el tiempo; quería que lo escucharas aunque sea una vez, y quería escucharte a ti también aunque sea una vez.

— Lo dices como si no nos fuéramos a ver nunca más.

— No es eso, todavía te queda mucha vida por delante. — sintió un nudo un la garganta mientras lo dijo. — ¿Te puedo abrazar?

— Supongo que es uno de esos días cuando estás muy expresivo. — accedió a su petición y se dejó ser abrazado.

— Cuando cierres la tienda, por favor asegúrate de que estén bien cerradas las puertas y ventanas.

— Lo haré, quédate tranquilo. Siento que esto se está volviendo más serio de lo que me gustaría.

— Es que... no quiero que te pase nada malo.

— ¿Estás a punto de llorar?

— Por supuesto que no; creo que algo me está dando alergia.

— Está bien, está bien, puedes llorar si quieres, aunque no sé exactamente qué está pasando; estoy aquí contigo.

Eso era lo que le preocupaba.

— ¿Y si me acompañas a mí casa? Sé que está como a dos horas a pie, pero...

— ¿Cambiaste de opinión tan rápido? Bueno, aún tengo un par de cosas que hacer, pero si te das cuenta de que tengo una motocicleta, ¿no? Te puedo llevar como en 15 minutos y regresaré para seguir haciendo lo mío.

— Prefiero quedarme.

— Está bien, quédate un rato más.

— Cuídate mucho.

— Lo haré.

🌙 Este fic se está volviendo más de ellos que otra cosa, pero es que ajskskdkd su relación también es importante para la trama, lo juro. Además me gusta escribir sobre ellos.

El siguiente capítulo lo hago sobre Mika, lo juro.

Besitos en las manos, cuídense y tomen mucha agua.

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