Sentimientos a flote
Capitulo Tres
KakaHina
Historia corta | Mundo alterno
Ningun personaje me pertenece todos don propiedad de kishimoto yo solo los utilizo para darle vida a esta historia.
Ya había pasado un mes exacto desde que Tomaru-san se había ofrecido a organizarles su Boda y Hinata parecía realmente encantada con todo aquello.
La adaptación para la pequeña princesa había sido relativamente sencilla, lograba conectar con todo el mundo y el mundo con ella.
Kakashi se había quedado mudo cuando la vio trepada en una pequeña lancha pesquera sosteniendo una red, parecía que atrapar peces, destriparlos para después consumirlos ya no le significaba gran problema.
La chica aprendía rápido.
Tan rápido que a él ya no le quedaba más nada que enseñarle.
— Hatake-san, aun no puede. Antes debe agradecerle, el habernos entregado su vida para alimentarnos —
Escucharla hablar de esa manera tan espiritual le impresiono, pero tenía tanta hambre que no pudo evitar soltarle una gran mordida al conejo y por supuesto Hinata lo había reñido por más de media hora por aquel acto.
Hinata estaba cambiando, su princesa estaba aprendiendo a vivir por su cuenta.
Que hasta cierto punto, Kakashi se sintió un completo inútil.
Eso hasta que finalmente lo necesito.
Se había intoxicado gravemente con unas bayas que en apariencia suelen verse inofensivas.
Así que no pudo regañarla.
Pero vaya que sí pudo burlarse por un buen tiempo de su mala suerte.
Hasta que la diarrea casi la mata, siendo incapaz de retener siquiera un trago de agua.
La visita al médico le había costado un ojo de la cara. Pero Kakashi estaba plenamente seguro de que hubiera dado lo que fuera con tal de verla completamente saludable.
Debía de estar loco, pues incluso había comenzado a trabajar duro para costear los gastos de su Boda, del vestido y del banquete.
Era una suerte que ya contara con una casa.
Increíblemente cansado se dejó caer a mitad de lo que se suponía era su habitación.
— Hatake-san ¡Llegaste! — pego un brinquito emocionada, a Kakashi aquella acción comenzaba a gustarle.
— Me supongo — aunque no lo daría a notar.
— Prepare la cena —
La miro de reojo.
— ¿Tu, cena? —
— Si — se balanceo, mientras intentaba ocultar su evidente entusiasmo.
— No gracias, no deseo morir — es que realmente era muy mala, tan mala que ni los propios cerdos se atrevían a comérselo.
— Usted, malvado — la emoción se desvaneció y Hinata salió del cuadro.
Kakashi supo que debía pedir disculpas de inmediato, aunque no se sintiera culpable.
Con un suspiro bastante largo se puso de pie, desganado camino directo hacia la cocina donde ya una muy sentimental Hinata estaba hecha un desastre.
— Lo comeré — anuncio colocándose al frente.
Ella lo ignoro por completo.
— He dicho que lo comeré — repitió, esta vez un poco más fuerte.
— No —
— Debe pretender matarme de... — y de la olla aun burbujeante sobresalió la garra sucia del pollo, quiso vomitar.
— ¿Acaso lo disfruta? — lo ataco tan de repente — Hacerme sentir como a una inútil incluso Tomaru-san ha dicho que mis habilidades han mejorado ¿Por qué Usted es el único en no creerlo? —
Kakashi no supo que era peor si enfrentarse a una Hinata herida o a una molesta.
Así que tomo valor, sujeto fuertemente el cucharon y lo sumergió en la sopa o en aquello que Hinata había preparado y finalmente la sorbió hasta dejarla completamente limpia.
Hinata chillo emocionada.
— ¿Qué tal sabe? Coloque un poco de pimienta negra para aumentar el sabor ¿Pudo notarla? —
Pero Kakashi no pudo hacer más que sonreírle aun con los cachetes repletos.
— ¿Hatake-san? ¿Qué opina? —
La insistencia era mucha, así que simplemente elevo sus pulgares.
Hinata salió de la habitación saltarina, contenta por su triunfo y bueno Kakashi término huyendo rumbo al baño antes de que a Hinata se le ocurriera alimentarlo de nuevo.
Si, ya lo había comprobado estaba completamente loco, por una mujer.
[......]
Hinata observo la profundidad del mar, sintió la arena filtrarse entre los dedos de sus pies y tuvo la inmensa necesidad de probarla pero Kakashi no se lo permitió.
— Esta fría — admitió, sintiéndose atrapada por la arena que comenzaba apresar sus pies.
— Y que esperaba, es de noche — su protector entre cerro los ojos y se dispuso a dormir ahí en medio de la nada, como un animal callejero.
Paso de él, no era una mala persona pero la amabilidad no era una de sus cualidades.
Camino un poco, solo para liberarse. Su vestido lila comenzaba a ensuciarse, pero no le importo ya no era más una princesa, ya no tenía por qué lucir perfecta todo el tiempo.
— Neji — él sí que era perfecto.
Lo extrañaba, realmente lo hacía.
En sus noches más solas solía llamarlo.
En sus sueños solía observarlo.
Deseaba con el alma que estuviera a su lado.
Deseo haber tenido la oportunidad de despedirse.
Por última vez.
Deseo haber tenido siquiera la oportunidad de elegir su propio destino.
Y es que...
Sería una mala hermana, si su deseo seria reunirse con él.
Sería una mala hija, si tirara todos sus esfuerzos por mantenerla viva a la basura.
Sería una mala persona si su deseo, fuera dejar de luchar.
— Hinata-dono, ni un pasó más — la voz de Kakashi se volvió cercana — Sé que le dije que el mar era noble, pero aún no está preparada para esta profundidad, podría ahogarse —
¿Y qué? sí, deseaba ahogarse.
— Hinata-dono, regresemos —
¿Y qué? sí, deseaba dejar de luchar.
— Hinata-dono, Hinata-dono —
¿Y qué? sí, deseaba morir.
— Por favor, Hinata-dono... tome mi mano —
La tomo fuertemente del brazo, haciéndola reaccionar.
Y era Kakashi quien estaba justo a su lado observándola con el miedo instalado en sus ojos, como si estuviera por perder algo importante, como si fuese capaz de leer sus pensamientos.
— Hinata-dono, vamos a casa —
Al final asintió y se dejó guiar.
Después de todo, no parecía tan mala idea, seguir luchando al lado de alguien como Kakashi.
Seguro y Neji se lo agradecería.
[............]
— He venido por ella. Debes aprender a soltarla Kakashi, eres demasiado aprensivo —
Aquellas fueron las palabras utilizadas por Tomaru-san antes de entrar a su hogar, sin su permiso para robarse a su falsa esposa.
— Volveremos en un par de horas, diviértete —
¿Divertirse?
Y como diablos iba a lograrlo, después de que se llevara a su protegida sin su permiso.
Además que era eso de... Eres demasiado aprensivo, debería soltarla.
— Entrometida — Irritado soltó el hacha.
Él no era para nada aprensivo e iba a comprobárselos, luego de verificar que Hinata estuviera donde Tomaru-san.
Hiso uso de todas y cada una de sus habilidades de espionaje, se hizo uno con el viento y finalmente pudo escucharlas.
— ¿Un poco de vino Hinata-san? —
Kakashi apretó la mandíbula. Su princesa jamás había probado el vino, que pasaba si terminaba por gustarle y convertirse en una adicta.
¿Acaso estarían ellas ahí para ayudarla a superar su adicción?
— No gracias —
Suspiro agradecido, un problema menos con el cual lidiar.
— Bien, entonces comamos —
El almuerzo duro al menos unas dos horas más, mismas en la que Kakashi permaneció en el mismo sitio atento a todo y todas dentro de aquel lugar.
De vez en cuando Kakashi tuvo que morderse los labios para evitar reír, las ancianas del lugar sí que eran divertidas y directas.
En otras ocasiones tuvo que poner extrema atención pues comenzaba a soltar veneno en contra de sus maridos y siendo Hinata la próxima a casarse formalmente, la invadían de consejos que en su mayoría incluían un ¨Engáñalo, antes de que él te engañe a ti¨
Pero luego la conversación se tornó nocturna.
Logrando uno que otro sentimiento incomodo al enterarse que Howl el del poblado vecino era incluso más candente con la lencería apropiada.
Para ese punto a Kakashi le sorprendió menormente que su princesa aún se mantuviera cuerda después de escuchar todas las experiencias románticas de aquellas mujeres.
— ¿Y Kakashi-san, como se comporta en la cama? —
Al final repararon en ella y Kakashi deseo haber permanecido en su casa.
— Kakashi-kun... Bueno, él es... un Remolino —
Estaba claro que Hinata no había comprendido del todo la pregunta.
— Si, que lo esperábamos —
Extrañamente más de una sonrojo emocionada.
Sintiendo incomodo Kakashi salió de su escondite rumbo a su hogar.
Hinata estaría bien y estaba seguro que nada malo iba a pasarle.
[.........]
A Kakashi le picaba el trasero, la tela de su Kimono ceremonial era todo menos cómoda.
— ¡Demonios! — Se rascó con desespero.
Tomaru lo miro con evidente asco.
— Cualquiera podría llegar a pensar que tienes lombrices —
Todos se rieron y Kakashi retuvo el deseo de maldecirlos.
Con aquella mujer en constante alerta para molestarlo, constantemente debía recordarse el por qué había vuelto, después de tantos años, después de haberlo perdido todo.
— La novia está aquí, Hinata-san luce preciosa —
Y entonces lo recordaba había sido por ella, por su bienestar, por mantenerla a salvo.
Se puso de pie, intentando de algún modo atravesar aquella muralla humana que le impedía observar a su princesa.
— Debes quedarte quieto— lo sujetaron con fuerza — La novia es quien debe venir hacia ti, no al revés —
Pero él, ya no podía esperar.
Habían caminado juntos desde hace un largo tiempo, uno siempre al lado del otro y ninguna tradición absurda le diría como hacer las cosas.
Se soltó como pudo, se abrió paso entre la multitud y finalmente pudo observarla.
Su vestido no era la gran cosa, como princesa estaba completamente seguro que su ropa interior era incluso más fino.
Pero, brillaba como nunca antes.
Apenas y fue un parpadeó pero pudo observar sus mejillas tenuemente coloreadas y sus labios delicados de color carmín.
Lucia como una mujer, su Mujer.
— Hatake-s... —
Estaba nerviosa, pudo notarlo de inmediato.
— ¿Pero qué pretendes? — Tomaru lo tomo del cuello — Debes esperar, justo adelante —
— Permanecerá aquí, justo al lado de mi Esposa — la tomo de la mano y tiro de ella, Hinata apenas y pudo sostenerse.
Kakashi la miro de reojo, sus orejas coloreadas le indicaron que realmente estaba avergonzada por su acercamiento, sonrió divertido, verla fundirse en vergüenza era algo que le encantaba, pero luego ocurrió algo inesperado.
Hinata lo tomo del antebrazo y se pegó aún más.
— Hatake-san, gracias por todo este tiempo, gracias por ser mi fortaleza, gracias por decidir permanecer a mi lado pese a todo... —
Fue su turno.
Se sintió desarmarse y justo en ese momento fue capaz de sincerarse.
Amaba a Hinata.
La amaba como nunca antes se permitió amar, la amaba incluso sobre sí mismo y la amaba tanto que estaría dispuesto a protegerla con su propia vida.
Tal y como lo había prometido...
[..................]
Fueron enviados a su alcoba en contra de su voluntad.
— Sí que es mandona — refunfuño, cerrando correctamente cada uno de sus ventanales.
Hinata no pudo apartar la mirada de su ahora esposo.
— Hatake-san ¿Es necesario? —
Y es que a Hinata la obscuridad absoluta no le agradaba para nada.
— Sin duda, habrá más de un pervertido, intentando observar a través de ellas, Deben estar ansiosos por presenciar el espectáculo ¡esos imbéciles! —
— ¿Y por qué deberían estar ansiosos? —
Kakashi fingió no haberla escuchado.
— Soy su esposa ahora — afirmo, aunque Kakashi no estaba seguro de cuanta validez tendría aquello tomando en cuenta que nadie en el puerto fungía de sacerdote — Así que sus preocupaciones pasan a ser mías —
— ¿Y desde cuando es tan entrometida? —
— Desde el momento en que le coloque el anillo — señalo mientras mecía sus pies, luciendo un tanto infantil.
— Pues aún así es demasiado joven como para entenderlo — se rasco la pierna vagamente.
— Se todo lo necesario, Tomaru-san me ha instruido — parecía orgullosa como quien cuenta con un talento inigualable.
— ¿En verdad? — Kakashi la miro intrigado.
— Por supuesto —
— Adelante, explíquemelo —
— Bueno... sé que los primerizos suelen durar muy poco, que los hombres son asquerosos después del acto y que debo recordar cada uno de sus errores para que en algún punto en el futuro pueda usarlos en su contra — recito confiada.
Tomaru-san, sí que era una mala influencia.
— ¿Va a tocarme? —
Su pregunta le provocó tos.
— ¿Cómo ha dicho? —
— He dicho, va a to-car-me —
Aun diciendo tal cosa, su rostro lucia inocente como pocas veces.
— No lo creo necesario — fijo su vista al techo, en aquella teja había un agujero de tamaño considerable. Debia arreglarlo cuanto antes o de lo contrario las arañas pasarían libremente.
— ¿Y por qué no? —
— Hinata-dono ¿Qué pretende con este extraño cuestionamiento? —
— Si no va haberlo, entonces no debería preocuparse tanto — señalo hacia los ventanales — Lo sabe ¿No es así? Detesto la obscuridad —
— Por poco lo olvido — Kakashi se limpió el sudor de su frente — Iré por un poco de vino, volveré enseguida — como un cobarde, salió por la puerta trasera.
Esa chica sí que lo ponía en aprietos cuando se lo proponía.
[...............]
— Se está enfriando — miro con pena la sopa de cangrejo, le había tomado toda la mañana prepararla y pronto se volvería un desperdicio, pues no era una sopa que pudiera recalentarse, esta debía comerse recién salida del fuego.
— ¡Abran! — Llamaron a la puerta bruscamente — ¡Abran o derribaremos la puerta! —
Siguiendo la petición Hinata se acercó lentamente hacia la puerta,
— ¡Gaara-sama! — La impresión de verlo fue tanta que apenas y pudo reaccionar.
— Su Majestad, la creía muerta — bajo del caballo, los hombres a su lado permanecieron alertas— Yo también quise creerlo, pero habían tantos cabos sueltos que al final me resulto imposible ignorarlos —
Se abrió paso, observando los simples detalles.
— Ha tenido una buena vida... —
Su voz y movimientos eran calmos, pero había algo en esos ojos que lograban inquietarla, en acto reflejo retrocedió.
— Ya poseen el trono, no hay nada más que yo pueda ofrecerles, Gaara-sama por piedad solo desvié su vista, solo por esta vez — suplico — Si, Usted lo hace me asegurare de no resultarle un problema en el futuro —
— Por la buena amistad que compartí con su hermano, me seria sencillo acceder a su petición —
Hinata se sintió aliviada, por un instante quiso agradecerle su generosidad ofreciéndole un poco de comida, pero de nuevo esa mirada fría e inquietante la obligo a tomar distancia.
— Gaara-sama —
— Pero, no lo hare. Estoy seguro que Neji-sama, no tuvo piedad en destruir a mi hermana y arrastrarla a su muerte —
— Se equivoca, Neji-niisan jamás... —
— Cállate, cállate maldita sea —
— Neji-niisan, él nunca, él la ama... —
Gaara negó muchas veces con la cabeza, antes de pegarle un buen golpe.
El sabor metálico proveniente de su boca le indico la gravedad del asunto.
— No se atreva a mentirme, su hermano fue incapaz de corresponder adecuadamente. La decepción, el dolor y los constantes malos tratos hacia su persona llevaron a mi hermana a cometer tal locura... Neji-sama mato a mi hermana con su indiferencia —
— Aun cuando no desea escucharme, Temari- san era feliz, yo misma pude comprobarlo — la recordó sonriente mientras intentaba hacer un pan al vapor decente para la merienda de su hermano.
— Mentiras, todos los suyos son unos malditos mentirosos — se dio la vuelta solo para desvainar su espada.
— Gaara-sama debe escucharme — como pudo Hinata continuo arrastrándose aun en el suelo.
— Al final no soy tan diferente a Neji-sama, los dos terminaremos ardiendo en el infierno por la eternidad —
Intento ponerse de pie, quería huir pero Gaara la tomo del cabello y la levanto.
— Garra-sama se lo suplico —
— No necesito su perdón —
Sintiéndose desprotegida cerró fuertemente los ojos y agradeció que al menos Kakashi estuviera a salvo, agradeció que Gaara dirigiera todo su odio hacia ella y pasara de él.
— Dígale a Temari-chan, que intentare recompensarla en mi otra vida, por no cuidar de ella adecuadamente —
Para Gaara todo aquello también estaba siendo difícil, no era un mounstro que disfrutara de asesinar a sangre fría, simplemente quería deshacerse de ese horrible dolor que lo aquejaba desde el momento en que le anunciaron la muerte de Temari.
Quería matar a la hermana del villano, quería hacerlos pagar con creces.
— No, Gaara-sama deténgase su Padre ha ordenado que de encontrarla, debemos mantenerla con vida —
— Al diablo con mi Padre, yo... —
Una flecha atravesó su pecho Gaara cayó al suelo inerte, Hinata apenas y pudo zafarse de su agarre.
Luego como si no hubiese pasado nada caminaron hacia ella,
— Hinata-dono se le ha declaro culpable de conspirar en contra de su Majestad —
¿En qué momento? Pensó de inmediato, si se había pasado todo ese tiempo intentando huir, intentando salvar su patética vida.
— Una vez lleguemos ante su Majestad, este decidirá su castigo —
Y la muerte, era lo único que le esperaba.
Suspiro, ya no lucharía, solo agradeció que de alguna forma Kakashi no estuviera con ella, no deseaba involucrarlo, ya no más.
— Bien, es hora de irnos — pasaron por encima del cadáver de Gaara, Hinata sintió pena por aquel hombre aunque no tenía el derecho, sus malas decisiones lo habían condenado.
La ataron bruscamente, aunque en ningún momento intento oponerse, de algún modo se aseguraron de demostrarle que no habría consideraciones ni con ella, ni con nadie.
Y el cadáver de Gaara lo confirmaba.
[.........]
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