𝘾𝙖𝙥. 𝙄𝙑
Michikatsu se quedó mirando su teléfono, incapaz de acercarse de nuevo. Su mente estaba llena de pensamientos contradictorios, luchando con la confusión que lo invadía. No podía negar que algo en esos videos lo había atraído, pero al mismo tiempo, se sentía sucio y avergonzado por lo que acababa de ver.
Finalmente, se levantó de la cama, caminando de un lado a otro en su habitación. Su cuerpo aún sentía los efectos del toque de Muzan, y cada vez que su mente volvía a esos momentos, un escalofrío recorría su columna.
-No puedo dejar que esto me controle- pensó, aunque su corazón latía con fuerza cada vez que recordaba la sonrisa de su profesor, la manera en que sus dedos recorrieron su piel, y cómo sus palabras lo hacían sentir vulnerable y deseado al mismo tiempo.
Michikatsu sabía que debía mantener la calma, pero la idea de aprovecharse de la situación para su propio beneficio seguía tentándolo. Su mente trazaba un plan cada vez más detallado, imaginando cómo podría manipular a Muzan y obtener lo que quisiera de él.
De repente, sus pensamientos fueron interrumpidos por el sonido de su teléfono. Lo miró con nerviosismo antes de acercarse lentamente. El nombre que apareció en la pantalla hizo que su corazón se detuviera por un segundo: **Muzan Kibutsuji**.
Sus dedos temblaron mientras deslizaba para aceptar la llamada. -Hola, profesor...-dijo, tratando de sonar neutral, aunque su voz estaba llena de tensión.
"Michikatsu," la voz de Muzan era suave, casi reconfortante, lo que solo aumentó la ansiedad del joven. "Estuve pensando en nuestra conversación de hoy... Quiero asegurarme de que entiendes que no tienes que preocuparte por tu nota, siempre y cuando cumplas con lo que acordamos."
Michikatsu sintió un nudo en la garganta, pero forzó una sonrisa. -Sí, lo entiendo, profesor. Haré lo que sea necesario-
"Eso es lo que quería oír," respondió Muzan, con una nota de satisfacción en su tono. "Nos veremos mañana después de clases. No llegues tarde."
La llamada terminó antes de que Michikatsu pudiera responder, dejándolo solo con sus pensamientos. Se dejó caer en la cama, mirando al techo, intentando procesar lo que acababa de ocurrir.
-(¿En qué me estoy metiendo?)-se preguntó, su mente dividida entre el miedo y la curiosidad, entre el deseo de escapar y la tentación de seguir adelante.
Pero una cosa era segura: este juego peligroso con su profesor apenas comenzaba, y Michikatsu no tenía idea de cómo terminaría.
Michikatsu apenas durmió esa noche. Los pensamientos giraban en su mente, alimentando su ansiedad y haciendo que cada sombra en su habitación pareciera más amenazante de lo normal. No importaba cuánto intentara calmarse, el recuerdo de la voz de Muzan seguía repitiéndose en su cabeza, recordándole lo que estaba en juego.
Por la mañana, Michikatsu se sintió agotado, como si hubiera pasado la noche luchando contra un enemigo invisible. Se movió mecánicamente por la casa, preparando su desayuno, vistiéndose y revisando sus cosas antes de dirigirse a la escuela. En su interior, una mezcla de nerviosismo y anticipación lo mantenía en un estado de alerta constante.
Cuando llegó a la escuela, todo parecía seguir su curso habitual, pero Michikatsu se sentía diferente, como si estuviera viviendo en un mundo paralelo. Durante las clases, no podía concentrarse en nada de lo que decían los profesores. Las palabras llegaban a sus oídos como un murmullo distante, incapaz de atravesar la barrera de sus pensamientos.
Finalmente, la campana que anunciaba el final de las clases resonó en el aire, sacudiendo a Michikatsu de su trance. Sus manos estaban frías y sudorosas mientras recogía sus cosas, sintiendo que todos lo observaban, aunque sabía que no era así. Cada paso que daba hacia la oficina de Muzan se sentía como un viaje hacia lo desconocido.
Al llegar a la puerta, vaciló por un momento, su corazón latiendo con fuerza. No estaba seguro de si era miedo, emoción, o una combinación de ambos, pero algo lo impulsó a levantar la mano y golpear suavemente.
-Adelante,-la voz de Muzan se escuchó desde el interior, firme y segura.
Michikatsu abrió la puerta con cuidado y entró, sintiendo que el aire era más pesado en la oficina. Muzan estaba sentado en su escritorio, con una expresión que irradiaba autoridad. El profesor lo miró con ojos calculadores, evaluando cada uno de sus movimientos.
-Cierra la puerta, Michikatsu,-ordenó Muzan, su tono tan suave como una caricia, pero con la fuerza de una orden inquebrantable.
Michikatsu obedeció, sintiendo cómo el sonido de la puerta al cerrarse resonaba en su mente como un eco distante. Una vez más, estaba atrapado en la presencia de Muzan, y no había forma de escapar.
-Acércate,- dijo Muzan, inclinándose ligeramente hacia adelante, sus ojos fijos en Michikatsu.
El joven se acercó lentamente, sintiendo cómo la distancia entre ellos se acortaba, hasta que estaba de pie justo frente al escritorio de Muzan. El profesor se levantó, rodeando el escritorio para acercarse aún más, hasta que apenas unos centímetros separaban sus cuerpos.
-Recuerda, Michikatsu,-susurró Muzan, su voz apenas audible, pero cargada de intención, -este es un juego en el que debes aprender a jugar bien tus cartas. Solo así conseguirás lo que deseas.
Michikatsu sintió un escalofrío recorrer su espalda. Sabía que estaba entrando en territorio peligroso, pero no podía apartarse ahora. Sus manos temblaban ligeramente mientras asentía, luchando por mantener la compostura.
Muzan sonrió, una sonrisa que era más una mueca de control que de auténtica alegría. Extendió la mano y acarició suavemente la mejilla de Michikatsu, haciendo que el joven contuviera la respiración.
-Bien,- murmuró Muzan, -entonces, demuéstrame que lo entiendes. Muéstrame que estás dispuesto a hacer lo necesario.
Michikatsu cerró los ojos por un momento, intentando calmarse. Luego, con una determinación nacida del miedo y el deseo, levantó la mirada y se acercó a Muzan, sus labios rozando los del profesor con una mezcla de incertidumbre y sumisión.
Muzan lo dejó hacer, observando cada uno de sus movimientos, analizando cada reacción. Cuando Michikatsu se apartó, esperando alguna señal de aprobación o desaprobación, Muzan simplemente lo miró fijamente, como si estuviera decidiendo cuál sería su próximo movimiento.
Finalmente, el profesor asintió, como si hubiera llegado a una conclusión. -Veo que tienes potencial~-dijo, su tono medido y controlado. -Pero esto es solo el principio. Asegúrate de seguir jugando bien tus cartas, Michikatsu. O podrías encontrarte en una situación mucho más complicada de lo que imaginabas.
Michikatsu asintió en silencio, sintiendo cómo el peso de las palabras de Muzan se asentaba sobre sus hombros. Sabía que había cruzado un límite del que no había retorno, y que ahora estaba más atado a Muzan que nunca.
-Puedes irte,- dijo Muzan, volviendo a su lugar detrás del escritorio, como si la conversación hubiera terminado.
Michikatsu se dio la vuelta, caminando hacia la puerta con pasos pesados, sintiendo cómo la presión se acumulaba en su pecho. Mientras salía de la oficina, una sola pregunta resonaba en su mente: "¿Hasta dónde estoy dispuesto a llegar?"
Cerró la puerta tras de sí, sabiendo que ya no era el mismo. Este era solo el comienzo, y lo que vendría después lo cambiaría para siempre.
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Hola amikos actulize xq si, pero ahora me voy a chambear con la historia de "Un infierno contigo" nomás por k mi esposo quiere que la actualize alaberja y pues a mi me toca hacerlo ya que yo lo amo alaberja, amo más cuando me pega y me dice k no sirvo para nada, por que para mi sus golpes son besos alaberja. Como amo a mi esposo alaberja, y ya me voy a actualizar para que no me pegue. 💗
Ayuda vivo el ultraviolence 🗣️🗣️‼️‼️🔥
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