*Torneo de Boxeo Apokálypsis (1/3)
La luces se encendieron y el enorme cuadrilátero brillo con fuerza, en el centro, Heimdall alzó sus brazos, ganándose una ovación estruendosa por parte de los espectadores. El pequeño Dios sostuvo su cuerno y exclamó por todo lo alto:
- ¡Bienvenidos todos al torneo del siglo, la noche más esperada y aclamada por todos nuestros queridos televidentes y espectadores! ¡El Torneo Apokálypsis! - Y tras este grito, todas las gradas se encendieron en apoyo y alabanzas.- ¡Y está vez, tendremos a dos hermosas hembras luchando en el torneo!
En su respectivo Palco, Brunhilde cruzó sus brazos y mantuvo su semblante serio y estoico fijo en el campo de batalla; ya todo estaba completamente preparado para el combate, solamente necesitaba dar la confirmación cuando fuese el momento ideal para ello.
A su izquierda tenía a Diomedes, quién estaba sentado en una cómoda silla roja con sus ojos puestos también en el campo, completamente en silencio.
Al otro lado del estadio, Gëir acomodó sus lentes y lucho por controlar el temblor de sus manos, la hermana Brunhilde del otro universo si que era aterradora, como lo fué alguna vez la suya.
¿Universo...? ¿No quedó claro? Bueno, es exactamente lo que estás pensando, querido lector.~
A la derecha de Gëir estaba sentado Leónidas, con su cara sería y con sus brazos cruzados mientras fumaba sus puros apestosos, cosa que era desagradable para la Valkyria pero poco o nada podía hacer ante esto.
La menor suspiró y sacudió sus manos, no podía darse el lujo de verse débil ante su hermana o bueno...su supuesta hermana.
- ¿Por qué tarda tanto? Ya quiero acabar.- Musitó Gëir, a lo que Leónidas soltó una risita.
- Cálmate, ya fué avisada nuestra peleadora, no tienes porqué temer.- Exclamó el Espartano.
Gëir solamente infló las mejillas y tomó asiento nuevamente, después de todo, él tenía razón en sus palabras.
En un sitio privado, una enorme con múltiples brazos y un enorme cuerpo de dos metros estaba tirada en una silla de playa mientras comía sin parar y bebía igualmente.
Deví estaba enteramente desnuda y no le preocupaba estarlo, después de todo, ella pagó muy bien por un espacio aislado y privado dónde podría hacer todo lo que quisiera. Con sus mejillas rojas y llenas como una ardilla, tarareó una canción infantil mientras recibía aire fresco directamente de un abanico.
- ¡Me encanta este lugar! ¡Tengo una increíble vista y todo lo que pueda comer y desear! - Chilló ella, sintiendo el delicioso calor en su cuerpo desnudo.- Me encantaría que mi amada, Nut, estuviera aquí conmigo para poder disfrutar de un momento madre e hija en privado.
» ¡La comida está buenísima! ¡Quiero más por favor!
En el palco exclusivo y privado, un hombre rubio y una señorita castaña considerablemente más baja que él estaban reunidos con una amena conversación. Ella sostenía en su boca una paleta de caramelo, él se limitaba a beber su trago de licor Griego.
- Sigo sin creer que esto se haya realizado, definitivamente nadie puede detenerte cuando se te mete una idea entre ceja y ceja.- Dijo el rubio, mirando de reojo a la Diosa.
- Hoy es el torneo, mañana será el trono del Olimpo cuando papi este lo suficientemente senil como para seguir reinando.- Se burló la pequeña Atenea, a lo que el rubio sonrió
- Creo que eso ya ha sucedido, pero volviendo al tema; ¿Exactamente como lograste esto? - Inquirió, obviamente refiriéndose a qué todas las participantes hubieran aceptado.
Atenea sonrió y se acomodó en su sillón.- Yo controlo el cotarro de Diosas desde siempre, así que fué realmente sencillo; unas mentiritas piadosas y solucionado.
- ¿Todo es muy fácil para tí? -
- ¿Que puedo decirte?; soy una ternurita.- Y acto seguido, se picó las dos mejillas con una sonrisa infantil.
De vuelta en el cuadrilátero, Heimdall sostuvo su cuerno y gritó con fuerza.- ¡Muy bien, ahora vamos a recibir a cada una de nuestras poderosas guerreras! - Y señaló hacía la izquierda, donde las luces de un largo pasillo se encendieron.
Una mujer de aproximadamente un metro con setenta centímetros, cubierta con una capucha roja y acompañada de cuatro personas.
A medida que se iba acercando, los grito, silbidos y virotes eran cada vez más y más fuertes.
- ¡Está novata inició hace poco tiempo y hasta ahora, lleva una perfecta racha invicta de victorias por Knockout! ¡Es bajita pero no se dejen llevar por su estatura y su cuerpo, es una fiera en combate!
La chica llegó hasta su esquina y entró en el ring con un poderoso salto, no dejaba de dar pequeños saltos y mover sus pies con energía y lanzar golpes al aire a modo de calentamiento.
Dejó caer la túnica y capucha y reveló su identidad; un esbelto cuerpo marcado y trabajado, con brazos fuertes y piernas tonificadas, unos lindos pechos medianos y una gran y ancha cadera con un trasero firme y grande también.
Estaba vestida con un pequeño corpiño rojo y una falda roja bastante corta con cinco dedos por debajo de las ingles y sus medias llegaban hasta sus rodillas.
- ¡Midiendo un metro con setenta centímetros y pensando alrededor de setenta kilogramos! ¡Fue una experta nadadora olímpica, pero abandonó el agua para acabar con sus rivales en tierra!
» ¡La mujer con puños de cañón! ¡La Tripulación de una sola mujer! ¡La única y poderosa; Mary Jane Read!
La mujer pelirroja alzó sus puños y saludó a las gradas, lanzando besos y guiños coquetos.
Edward Teach negó con la cabeza y la sujetó para devolverla a su esquina, ahora era el turno de su oponente.
- ¡Y en la otra esquina, la favorita de todos! ¡Incluso la favorita a ganar este torneo! - Anunció y esto hizo enloquecer a las gradas.
Una figura algo más baja que Read apareció, flanqueada por dos hombres más altos que ella, iba a paso realmente lento pero esto daba igual realmente.
- ¡No necesita presentación alguna! ¡Una completa máquina de destrucción imparable! ¡Con solo una derrota en su historial, esta mujer ha vencido a más de cien hombres!
» ¡Con un metro setenta y sesenta y cinco kilogramos! ¡La diosa más hermosa, el demonio del combate y la dueña de mis quincenas! ¡Lakshmiiiiii!
Dibujo hecho por Dnielmon
Créditos a mi senpai, como lo quiero a mi senpai UwU
Lakshmi entró en esquina y casi tropieza con las cuerdas del ring, estaba hecha una gelatina y su rostro mostraba una expresión extraña de miedo y seriedad.
« - Usualmente no me asusta tanto un combate pero...no quiero estar aquí, esta ropa es muy corta.- »
Estaba tan avergonzada por su uniforme, el cuál era el típico uniforme de boxeo tradicional solo que este no era de su talla exactamente, debido a su cuerpo dotado, este apretaba mucho en sus pechos y trasero.
Quería morir, se sentía avergonzada con Rudra y Vishnu en su esquina, no quería que la vieran así.
- ¡Lakshmi, eres hermosa! -
- ¡Te amo Lakshmi! -
- ¡Por favor casate conmigo!
- ¡Lakshmi preñame! - Gritó un Dios varón.
Lakshmi solamente los miró, una expresión indescriptible.- «E-Ellos realmente me quieren, creo...- »
Dibujito hecho por Dnielmon
Créditos a él, mi senpai como lo quiero a mi Senpai.
- ¡Oye, Diosa! - Exclamó Mary Read, captando la atención de la más bajita.- ¡Cambia esa cara, no podré consumirte correctamente si te ves tan asustada! - Y ante estás palabras sacadas de contexto, Lakshmi estaba más confundida.
- ¿C-Co-Consumirme...? -
Edward Teach sujetó a Mary Read y le dió una bofetada.- ¡Déjate de tonterías, zorra de agua! ¡Debemos ganar está pelea o de lo contrario nos meterán los barcos por el culo! -
Mary Read, le jaló de la barba y le dió un golpe amistoso con la mano.- El único culo donde cabe un buque entero es el tuyo, tomate una soda y déjame hacer mi trabajo.
- Esto es serio, esos Hindúes no son moco de pavo y tú eres una estúpida; ten mucho cuidado, no recibas ningún golpe y recuerda que debes se veloz cuál gato y saltar color liebre.
En todo este tiempo, Lakshmi no dejaba de pensar y pensar.- «¿Acaso ella piensa que soy un refresco? ¿Debería decirle que no soy un refresco?» -
- ¡Hey cariño! - La voz de Rudra la sacó de su imaginación.- Ten cuidado, toma tu agua y descansa en sus momentos ¿Okey?
- Detendremos la pelea si se sale de todo de control y estaremos aquí para apoyarte siempre.- Añadió Vishnu.
Lakshmi sonrió con mucha emoción, ahora estaba más que animada. Sus mejillas se pusieron rojas y le brotaron dos orejas de elefante que se movian felices, Teach deseó que esto de las orejas hubiera sido solamente parte de su esquizofrenia y no que haya sucedido de verdad.
Mary Read se colocó su protector, Lakshmi dijo no necesitarlo y también se puso sus guantes, amarillos a diferencia de los rojos de Read.
- ¡El árbitro de la pelea es Dionisio, Dios de las fiestas! - Y con esto, Heimdall dió por finalizado su trabajo de manera temporal.
Ambas rivales se acercaron al centro del ring y se vieron fijamente, aunque Lakshmi alzó levemente la cabeza para ver a su sonriente rival quién no parecía inmutarse ante ella. Le recordaba a las expresiones de todos sus rivales anteriores, todos la veían hacía abajo
Ambas se veían muy diferentes, pues una era más delgada y la otra era más baja.
Dionisio entró al ring, saludando a todos y con una sonrisa en la cara.- Muy bien chiquitas, poned atención por qué no tomé mi licor y estoy muy sobrio; sin golpes a la rodilla o la ingle, sin patear, ni golpes a la nuca, tropezar o dar cabezazos.
- ¡Acepto! - Exclamó Read.
- ¡Ujumm! - Fué el ruido que hizo la Diosa.
Ambas aceptaron las reglas y Lakshmi extendió los puños los cuales Mary Read golpeó de buena manera. La fuerza ejercida por Read fué considerable, pero la dureza de los puños de la Diosa era increíble, como golpear una roca.
Lakshmi volvió a su esquina y Mary Read también, ambas esperando el sonido de la campana.
- ¿Que tal una apuesta, hermanote? - Propuso Atenea con una risa burlona.
- ¿Apuesta? ¿Que tienes en mente? - Respondió Apollo ladeando la cabeza viendo la sonrisa maliciosa de Atenea.
En la habitación privada de Deví, la Diosa fijó sus ojos en la Diosa de su panteón que había sido seleccionada.- Pff, yo soy cien veces más hermosa que ella.- Bufó con una molestia infantil.
- Guarda silencio, quiero ver el combate.- Murmuró otra voz, la voz de Mamacocha quién estaba metida en una piscina cercana a la silla de Deví, con el agua hasta su estómago, estaba tan desnuda como ella.
Gëir no dijo una palabra, solamente se limitó a apretar sus puños y quedarse callada exactamente igual que Brunhilde, quién comenzó a temblar igual que Gëir.
Estaba a nada de empezar.
La campana sonó, dando inicio al combate. Ambas rivales salieron al encuentro por igual, teniendo dos posturas muy diferentes a la contaria.
Lakshmi tenía sus puños en alto, a cada lado de su cara a diferencia de Mary Read quién tenía los suyos a la altura de su pecho.
« - ¡La última en pie! ¡Voy a ganar!- » Pensaron ambas al mismo tiempo.
El primer golpe fué lanzado, y quién lo recibió, también se dió cuenta de una muy ruda verdad que cambiaría las tornas de la batalla.
TBA.
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Todos los personajes pertenecientes a Shuumatsu no Valkyrie Last Ragnarök fueron autorizados para ser usados en este pequeño especial.
Créditos respectivos a Dnielmon
UwU
No pregunten, solo disfruten.
Publicado el 07/05/2024.
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