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Ver a ese niño sentado en las escaleras, dándole la espalda a Mikey y siendo el líder de la tercera división fue algo que nunca espero.
La chica quería ir hasta él y jalar su oreja para pedir explicaciones. No podía creer que el pequeño niño que la seguía de pequeña estuviera involucrado con pandillas, ¿como paso de competir con ella en ajedrez a estar ahí sentado?
Si que era un gran cambio.
No sólo era eso, Baji a su lado estaba molesto y con el ceño fruncido.
Todos estaban inconformes con la desicion y no tardaron a expresarlo a gritos y reclamos. Draken alzó la voz callando a la multitud, dejando en claro que Mikey fue quien lo aceptó y nadie podía oponerse.
Pero las cosas se pusieron más interesantes cuando un rubio golpeo a Kisaki repentinamente.
No resistió a soltar una risita, ese golpe se lo merecía.
Se preocupó por el teñido y jalo de la ropa a Baji para que fueran ha ayudarlo, no podía dejarlo solo luego de haber ayudado a Draken, le tenía cierto aprecio y su amiga se preocuparía por él si muriera.
Los líderes de los escuadrones se acercaron amenazantes a Takemichi, listos para golpearlo por haberse metido contra uno de los suyos.
No se los permitiría.
—¿Qué es todo esto?—pregunto Keisuke interrumpiendo por ella, mostrando una sonrisa—¡Parece que se está poniendo interesante!
Pensaban igual.
Oyuki desabrochó los botones de su abrigo en caso de que tuviera que pelear, no dudaría en proteger al peli negro y al pobre de Takemichi.
—Baji, Udai... —susurro Mitsuya al verlos entrar.
—Pensé que los habían expulsado—menciono Mucho mirandolos con seriedad.
Ser expulsados fue una mierda sin sentido.
—Te va a doler, Takemichi—le aviso al chico que no logró hablar por el puñetazo de Baji.
Eso sería mucho mejor que ser asesinado por todos los líderes de las divisiones. Algo convinciente que dejara de lado a los demás a querer golpearlo igualmente.
—Detente Baji—lo detuvo Mitsuya.
Mientras ellos hablaban Oyuki le indicó a Takemichi mantenerse callado, colocando su dedo indice en su boca para que guardara silencio.
—¿Qué están tratando de hacer?—les pregunto Mitsuya a los dos.
—Ustedes iban a hacerlo de todos modos—respondió la albina callando al chico.
—¡Mikey!—grito Baji, dejando desconcertada a su amiga.
No tan lejos se encontraba el mencionado observando todo con atención.
—¿Por qué viniste Baji? Se te prohibió venir a las reuniones.... Lo mismo para ti Oyuki.
Como le molestaba eso. Le decía algo pero luego parece que era falso, se contradecia él sólo; la faceta cuando estaban ellos dos solos era muy diferente a la que estaban otros.
—Todavía sigo golpeando mocosos estúpidos—exclamo. Se refería a los de Moebius y otros qué le contó a Oyuki—He arruinado tu importante reunión. ¿Qué vas a hacerme esta vez, expulsarme?
Estaba siendo muy repentino todl. La única mujer presente andaba pérdida, no entendía que estaba haciendo, pero algo no cuadraba.
Se esta utilizando sólo a él como el responsable del problema.
—Kei—murmuro tomando su brazo pero fue retirado con bruscalidad, alertando a Mikey qué volteo por completo al verlo reaccionar así.
—Yo voy a unirme a Valhalla—anuncio en alto—No necesitas a ningún mocoso malcriado verdad, ¿Mikey?—se apartó de la chica dejandola sola.
—¡Baji!—le grito el rubio llamándolo.
—Renuncio—declaró—El líder del primer escuadrón Baji Keisuke, ¡¡Apartir de este día es enemigo de la Touman!!—exclamo claro, dándole una última mirada la albina para voltearse e irse.
Soy una tonta—pensó la Udai apretando los puños.
La información que le había dado, el escondite de la pandilla de Valhalla, los líderes.... Todo lo había tomado y guardado para él, la utilizo para conseguir lo que quería y ella como una idiota se lo dio en bandeja de oro. Se sentía traicionada por la única persona que siempre estuvo para ella desde toda su vida, y al final fue él quien la aparto de un santiamén.
No espero más estando ahí parada para irse igualmente, pero se fue al patio trasero del santuario.
—Uky-chan—le habló Mikey cuando paso a un lado de el, pero no le contesto y él no la siguió respetando su espacio.
Estando lejos de la vista de todos se sento debajo de un árbol. Sus ojos humedecidos por las amenazantes lágrimas que no caían, las retenía intentando desesperadamente no gritar o arrancar su cabello con desesperación.
Las uñas de sus manos se encajaban en la piel de sus brazos como una forma de hacerla reaccionar de que no era un sueño y en verdad había pasado.
Quería llamarlo buscando respuestas, pero le asustaba tanto que no podía si quiera moverse.
Le prometió a su madre ayudarlo en todo y mantenerlo en el buen camino, creía que la mayor nuna la culparia por no cumplir, pero ella misma se culpaba.
Ni siquiera quería recordar los besos y el amor con la que la miraba, como si le estuviera confesando todo lo que no podía decir con palabras. Ya no sabía si eso era también parte de su plan o eran sinceros esos sentimientos que expresaba.
A ella... Si le había gustado.
Estubo ahí por un largo tiempo hasta que alguien se le acercó intentando hablar.
Debía ir a casa, seguramente su padre y su hermano estarían muy preocupado por su paradero.
—Te llevaré a casa—aclaró el chico pasando su brazo por debajo de las axilas de Oyuki para ayudarla a levantarse—Ya es tarde.
—Mikey... Él... —murmuro entre cortada, refiriéndose a Baji—¿Crees que me amé?
—Lo hace, pero... Yo no debería decirte eso—dijo con tristeza. Egoístamente la quería sólo para él, pero no lo sería—Debes preguntarle. Tienes que protegerlo de sus locuras.
Déjà vu.
Justo como menciono, la dejó en la entrada en su casa despidiéndose breves con un gesto de manos.
Con pasos pesados entró a su cuarto sin checar si su familia estaba en casa, cerro la puerta con el pie y con cansancio retiro su abrigo, acomodandolo en la silla.
Necesitaba escuchar por la propia voz de Keisuke que es lo que estaba planeando, y sino lo haría ella, interrumpiria en su hogar y tumbaria su puerta hasta hacerlo hablar.
Se acostó en la cama y giro intentando conciliar el sueño, a pesar de eso, se levantó por los toques en su puerta.
—¡Déjenme dormir!—grito esperando a que la dejaran pero no se detuvo, los ignoro apretando la almohada contra su cara y oídos.
—¿Si te bañaste?—cuestionó Baji detrás de la puerta—Estoy seguro que sólo te acostaste y tampoco te lavaste los dientes. Cochina.
La puerta se abrió y recibió una patada en su espinilla por parte de la de menor estatura que expresó su ira al momento de escucharlo hablar.
—¡Mierda!—gruño con dolor, agachandose para tocar la zona afectada.
—No te quejes que me estoy controlando para no arrancar te el cabello hasta que te quedes calvo y no te vuelva a crecer. ¡Me engañaste!—lo jalo de la ropa para traerlo a ella y quedar con sus caras a centímetros de distancia—Espero que tengas una buena razón o voy a cometer homicidio sin dejar ningún rastro de tu existencia.
—Calmate cariño, dejame explicarte.
Otro golpe fue a parar en su rostro. Y otro, y otro más en su mejilla.
Hasta eso no eran tan fuertes, sus manos temblaban sabiendo quien era al que recibía esos puñetazos.
Que le haya llamado cariño fue más doloroso para su corazón que se sentía confundido, sin saber si era real o no.
Y él podía verlo, por eso no se defendió y dejó que lo golpeara lo que quisiera
No llegó a tan lejos y se detuvo, soltando su agarre se aparto sentándose en el piso para mirar al peli negro que buscaba su mirada.
—Tienes cinco minutos para decir lo que tengas que decir y luego veré que hacer contigo—comento cruzando los brazos—Se breve y directo que en unas horas tengo que ir a clases.
El momento indicado había llegado.
—Primero quiero disculparme, no te conte todo y eso fue un error, segundo, necesito de tu ayuda para conseguir algo—enumeró acariciando la zona donde fue golpeado—Tercero, quiero ayudar a Kazutora; él no está bien.
—Kazutora... ¿Esta libre y no me contaste?—pregunto algo dolida. Talvez no era muy unido a él, pero lo quería desde el primer día que Baji se lo presento orgulloso de tener otro amigo.
Ella podía ver más haya de las sudaderas y las sonrisas para no preocupar a sus amigos. Solo era alguien que no sabía que decir o hacer para ayudarlo, sin embargo, lo aceptaron y pasaron sus días como una amistad normal.
—Sus condiciones no son muy estables por ahora, quiere matar a Mikey y creo que sabe que tu estuviste en una relación con él—explicó tronando los huesos de sus manos como distracción—Me ayudará a entrara a Valhalla, gracias a ti conozco su guarida y pude hablar con Hanma hoy.
—Oyuki Udai, necesito tu ayuda, y te contaré todo lo que vamos a hacer.
No abría vuelta atras.
Tendrían que avanzar sin miedo.
—¿Cuál es el plan?—cuestionó haciendo que Keisuke sonriera.
—Antes quiero darte un regalo como disculpa. Dame tu mano—habló jalando el brazo de la albina.
Del bolsillo de su pantalón saco un fino anillo plateado con pequeñas piedras en el medio de todo el aro.
Con mucho cuidado le colocó el anillo en su dedo.
—¿Y esto?
—Puedes verlo como disculpa y símbolo de... ¿Nuestra amistad?—alegó mostrando también su mano donde tenía otro anillo parecido pero más ancho—Mi mamá me los dio; eran de nuestras madres cuando juraron ser amigas para siempre. Quería tener algo parecido contigo y pues aquí estoy.
—Siempre creí que nuestra amistad inicio cuando me dejó de dar asco tus mocos.
—Olvida eso por favor.
Las risas no faltaron, esa noche tendrían que planear todo.
«𝘔𝘪𝘳𝘢 𝘭𝘰 𝘩𝘦𝘳𝘮𝘰𝘴𝘰 𝘲𝘶𝘦 𝘦𝘳𝘢 𝘯𝘶𝘦𝘴𝘵𝘳𝘢𝘴 𝘷𝘪𝘥𝘢𝘴 𝘫𝘶𝘯𝘵𝘰𝘴 𝘥𝘦 𝘢𝘥𝘰𝘭𝘦𝘴𝘤𝘦𝘯𝘵𝘦𝘴.... 𝘓𝘢 𝘮𝘢𝘭𝘥𝘪𝘤𝘪ó𝘯 𝘴𝘦 𝘳𝘦𝘱𝘦𝘵í𝘢 𝘶𝘯𝘢 𝘺 𝘰𝘵𝘳𝘢 𝘷𝘦𝘻»
Alguien me pregunto si tenía una playlist del fanfic, y pues no.
¿Quieren una? Si es así pongan canciones que les gustaría escuchar con esta historia.
No me dejen así 🤡
@𝙰𝚢𝚊𝚖𝚎_𝚑𝚊𝚝𝚊𝚔𝚎🔥
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