𝐄𝐥 𝐂𝐨𝐫𝐚𝐳𝐨𝐧 𝐝𝐞𝐥 𝐎𝐜𝐞𝐚𝐧𝐨 | 𝘛𝘰𝘮𝘑𝘢𝘬𝘦 🌊

Advertencia:

-TomJake
-AU: Biólogo Marino x Tritón

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El cielo estaba despejado, y el sol resplandecía sobre las aguas cristalinas del océano. Jake estaba inclinado sobre la barandilla del pequeño barco de investigación, ajustando su cámara submarina. Su rostro mostraba concentración absoluta mientras revisaba las imágenes de los arrecifes en su tablet. A unos pasos de él, Ashley, su mejor amiga y asistente de investigación, terminaba de organizar las muestras recolectadas.

-¿Y bien, genio? -preguntó Ashley, con una sonrisa divertida mientras se acercaba a Jake- ¿Qué has descubierto esta vez? ¿Un pez que canta ópera?

Jake soltó una pequeña risa, sin apartar la vista de su tablet.

-Nada tan extravagante, pero esto es interesante. Mira esto. -Le mostró una imagen ampliada de un coral que parecía más vibrante y saludable de lo normal, a pesar de las temperaturas del agua.

Ashley observó con curiosidad.

-¿No te parece extraño? Esta zona no debería ser tan fértil. Es casi como si algo estuviera protegiendo este ecosistema.

Jake asintió.

-Exacto. Y quiero averiguarlo. Tal vez hay algún tipo de microorganismo o interacción que aún no entendemos.

Ashley negó con la cabeza, divertida.

-Siempre tan obsesionado con resolver los misterios del océano. Bueno, voy a revisar el equipo de buceo. Si necesitas algo, grita.

Jake sonrió.

-Gracias, Ash.

Ashley se alejó hacia la parte trasera del barco, dejándolo solo con su investigación. Jake volvió a inclinarse sobre la barandilla, sumergiéndose en sus pensamientos. El océano era su pasión, su escape, pero también un lugar lleno de enigmas que nunca dejaban de fascinarlo.

De repente, algo captó su atención. A unos metros de distancia, el agua parecía moverse de manera extraña, como si algo grande estuviera justo debajo de la superficie. Frunció el ceño, dejando la tablet a un lado y agarrando sus binoculares.

-¿Qué demonios...? -murmuró mientras enfocaba la vista.

La superficie del agua parecía ondular, y por un breve instante, Jake creyó ver una forma oscura, como una sombra alargada que se deslizaba rápidamente. Su corazón comenzó a latir con fuerza.

Dejó los binoculares y se inclinó un poco más sobre la barandilla, tratando de distinguir mejor lo que había visto. Pero justo en ese momento, una ola más grande golpeó el barco, haciéndolo tambalear.

-¡Ah! -exclamó, perdiendo el equilibrio por un instante. Sujetó la barandilla con ambas manos, pero algo dentro de él lo impulsó a seguir mirando. Algo en el agua lo llamaba, una sensación indescriptible de curiosidad mezclada con temor.

Jake se quedó inmóvil, con los ojos fijos en el agua. Podía sentir una presencia, algo que lo hacía dudar si lo que había visto era real o solo un truco de la luz. Pero no podía ignorarlo.

-Ashley... -llamó, su voz apenas un murmullo mientras seguía observando.

-¿Qué pasa ahora? -respondió ella desde el otro lado del barco, asomándose con una toalla sobre el hombro.

-Creo que hay algo aquí... en el agua.

Ashley se acercó, frunciendo el ceño.

-Jake, si esto es otra vez un "intento de capturar al Kraken", ya te dije que no voy a caer...

-No es una broma, Ash. Lo digo en serio. Mira eso. -Señaló hacia el lugar donde había visto la sombra, pero el agua parecía completamente tranquila ahora.

Ashley suspiró, inclinándose junto a él.

-No veo nada. ¿Seguro que no has estado demasiado tiempo bajo el sol?

-Estoy seguro. Había algo ahí... grande, y rápido.

Ashley lo miró con una mezcla de escepticismo y preocupación.

-Mira, Jake, no es la primera vez que algo del océano te obsesiona, pero no puedes perderte en cada sombra que veas. Descansa un poco, ¿sí?

Él asintió distraído mientras Ashley regresaba a sus tareas, pero su mente seguía atrapada en lo que había visto. Se quedó en silencio unos minutos más, mirando fijamente al agua, como si esperara que algo volviera a aparecer.

Y entonces, lo sintió.

Un movimiento repentino sacudió el agua cerca del barco, acompañado de una breve pero clara visión de una cola escamosa que desapareció rápidamente en las profundidades.

-¡Ahí está de nuevo! -Jake gritó, inclinándose más sobre la barandilla. Su impulso lo traicionó, y, antes de que pudiera reaccionar, una segunda ola más fuerte golpeó el barco, y Jake perdió el equilibrio por completo.

-¡Jake! -escuchó la voz de Ashley antes de que cayera al agua con un chapoteo.

El agua fría golpeó a Jake como un muro de hielo, robándole el aliento al instante. Se hundió rápidamente, y el mundo se convirtió en un caos de burbujas y sombras. Intentó orientarse, pero el golpe lo había desorientado por completo. La superficie se veía lejana, y sus brazos y piernas se movían torpemente, intentando impulsarlo hacia arriba sin mucho éxito.

El miedo lo invadió. Había estudiado el océano toda su vida, pero nunca había estado tan indefenso en él. Se sintió pequeño, insignificante, una presa fácil para cualquier criatura que habitara esas profundidades.

Mientras luchaba por mantener la calma, algo lo hizo detenerse. En la penumbra del agua, vio un destello. Era rápido, casi imperceptible, pero claramente algo grande se movía hacia él. Su corazón latió con fuerza mientras intentaba discernir qué era. ¿Un tiburón? ¿Una manta raya? Pero no... esto era diferente.

La figura se hizo más clara mientras se acercaba. Jake abrió los ojos lo más que pudo, y lo que vio lo dejó sin palabras.

Era un hombre. O al menos, parecía un hombre. Tenía un torso musculoso, marcado por cicatrices que cruzaban su piel de un tono bronceado. Su cabello oscuro flotaba alrededor de su rostro como una corona de sombras, y sus ojos, de un azul profundo, se clavaron en los suyos con una intensidad que lo dejó inmóvil. Pero lo más sorprendente era lo que había debajo de su cintura.

En lugar de piernas, tenía una cola poderosa y brillante, cubierta de escamas que reflejaban la luz que se filtraba desde la superficie. Era una obra de arte viviente, una mezcla perfecta de belleza y ferocidad. Las escamas iban de un azul intenso en la base a un verde en la punta, y cada movimiento que hacía era elegante y letal a la vez.

Antes de que Jake pudiera procesar lo que estaba viendo, el tritón se lanzó hacia él con una velocidad impresionante. En un instante, lo sostuvo con unos brazos fuertes, rodeándolo con una seguridad que contrastaba con la ferocidad de su apariencia.

Jake intentó hablar, pero el agua llenó su boca, y solo logró emitir un burbujeo incomprensible. Sin embargo, el tritón no necesitó palabras. Lo sostuvo con firmeza y comenzó a nadar hacia la superficie, moviéndose con una facilidad que parecía desafiar las leyes de la física.

El agua a su alrededor se arremolinaba con cada movimiento de la cola del tritón. Jake sintió el poder en esos impulsos, como si la criatura pudiera dominar el océano con solo un pensamiento. Mientras ascendían, el mundo se llenó de luz y colores que bailaban en el agua. Jake, a pesar de su situación, no pudo evitar sentirse hipnotizado por la belleza de todo.

Finalmente, rompieron la superficie. Jake inhaló profundamente, tosiendo y recuperando el aliento mientras el tritón lo mantenía a flote con facilidad.

-¿Q-qué...? -Jake intentó hablar, pero el frío y la confusión lo hacían difícil.

El tritón lo miró fijamente, sus ojos brillando con algo que Jake no podía identificar. Había una mezcla de curiosidad, preocupación y algo más, algo que lo hacía sentir extrañamente protegido.

Sin decir una palabra, el tritón lo levantó con sorprendente facilidad, impulsándolo hacia el borde del barco. Jake sintió cómo sus manos tocaban la madera mientras era empujado hacia arriba, y un momento después, Ashley lo sujetó, tirando de él con fuerza.

-¡Jake! ¿Estás bien? -gritó ella, con el rostro pálido por el susto.

Jake, empapado y temblando, apenas pudo asentir. Se giró rápidamente para mirar hacia el agua, buscando al tritón.

-Había... alguien ahí. Me salvó.

Ashley lo miró confundida.

-¿Alguien? Jake, no había nadie. Solo tú en el agua.

-No. Lo vi. -Jake insistió, sus ojos escaneando el océano con desesperación- Era... era un hombre. Pero no era normal. Tenía una cola, como... como un pez.

Ashley abrió la boca para responder, pero antes de que pudiera decir algo, una sombra se movió bajo el agua, y ambos la vieron. Era rápido, apenas un destello, pero lo suficiente para que supieran que algo estaba allí.

-¿Viste eso? -Jake preguntó, su voz temblorosa pero llena de emoción.

Ashley frunció el ceño.

-Vi algo... pero no sé qué era. Jake, esto es una locura.

...

Jake, sin embargo, estaba seguro. Su corazón seguía latiendo con fuerza, no solo por el susto, sino por la emoción de lo que había presenciado. Sabía que lo que había visto no era un truco de su mente. Había algo en ese tritón, algo que lo llamaba, y no podía ignorarlo.

El cielo nocturno estaba despejado, y el mar reflejaba las estrellas como un espejo infinito. Jake se encontraba en la cubierta del barco, envuelto en una manta, mirando el océano con una mezcla de asombro y melancolía. El agua, iluminada por la luz de la luna, brillaba con un fulgor etéreo, como si el océano mismo estuviera vivo.

No podía dejar de pensar en lo que había sucedido durante el día. Cada vez que cerraba los ojos, veía esos profundos ojos azules y esa poderosa cola que se movía con gracia letal. Había algo en el tritón que lo intrigaba más allá de la simple fascinación científica.

De repente, algo llamó su atención. A lo lejos, en una roca que emergía del agua como una isla diminuta, vio una figura. Parpadeó, asegurándose de que no era un juego de luces o su imaginación. Pero no, ahí estaba.

Gracias a la luz plateada del agua, logró distinguir al mismo tritón que lo había salvado. Su torso musculoso y bronceado estaba parcialmente inclinado hacia adelante, como si estuviera en reposo, peгo algo estaba mal. Incluso a la distancia, Jake pudo notar que estaba herido.

El tritón tenía cortes profundos en el costado y uno de sus brazos parecía estar cubierto de sangre, oscura y viscosa bajo la luz de la luna. Su cola, que antes brillaba como un tesoro sumergido, parecía moverse con dificultad, como si estuviera agotado.

-¡Es él! -murmuró Jake para sí mismo, su corazón comenzando a latir con fuerza.

Sin pensarlo dos veces, tomó una linterna de la cubierta y enfocó hacia la roca. El haz de luz iluminó al tritón por completo, y Jake contuvo el aliento. A pesar de las heridas, seguía siendo impresionante. Su cabello mojado caía desordenadamente sobre su rostro, y sus ojos, aunque entrecerrados por el dolor, se encontraron con los de Jake.

El tritón se tensó al darse cuenta de que estaba siendo observado. Su mirada pasó rápidamente de la linterna a Jake, y algo en su expresión cambió. Era una mezcla de desconfianza y advertencia, pero también de reconocimiento.

-¿Estás... herido? -Jake susurró, aunque sabía que era poco probable que lo escuchara.

Sin embargo, el tritón pareció entender su preocupación. Intentó moverse, pero un gesto de dolor lo detuvo. Su cuerpo se inclinó ligeramente hacia un lado, y Jake notó cómo apretaba los dientes, claramente luchando por mantenerse alerta.

Jake miró a su alrededor, como si buscara una respuesta en el océano. No podía quedarse ahí sin hacer nada. Ese ser le había salvado la vida, y ahora él estaba en peligro. Sin pensarlo mucho, tomó una cuerda y aseguró el extremo al barco. Luego, busco un equipo de buseo rápido.

-Esto es una locura... -murmuró, pero ya estaba bajando al agua.

El frío lo envolvió de inmediato, pero esta vez no lo detuvo. Nadó con firmeza hacia la roca, su linterna flotando a su lado, iluminando el camino. El tritón lo observaba todo con atención, sus ojos fijos en él como si intentara decidir si permitirle acercarse.

Cuando Jake llegó a la roca, se agarró a su borde resbaladizo y jadeó por el esfuerzo. Levantó la mirada y encontró al tritón mirándolo desde lo alto, sus ojos todavía llenos de esa mezcla de desconfianza y curiosidad.

-No quiero hacerte daño -dijo Jake, levantando las manos en un gesto de paz - Solo quiero ayudarte.

El tritón lo observó en silencio, como si estuviera evaluando sus palabras. Finalmente, movió la cabeza ligeramente, como dándole permiso para acercarse.

Jake subió con cuidado a la roca y se sentó a su lado. Desde esa distancia, pudo ver de cerca las heridas. Eran profundas, especialmente en el costado, como si algo afilado lo hubiera alcanzado.

-Esto... se ve mal -dijo Jake, intentando mantener la calma.

El tritón no respondió, pero sus ojos no se apartaron de los de Jake. Había algo en su mirada que lo desarmaba, una mezcla de fortaleza y vulnerabilidad que lo hacía parecer aún más humano, a pesar de lo evidente que era que no lo era.

-Voy a... a tratar de detener el sangrado. ¿Está bien? -preguntó Jake, levantando un pequeño trozo de tela que había atado a su cinturón.

El tritón asintió ligeramente, aunque sus músculos seguían tensos, como si estuviera listo para defenderse si era necesario.

Jake trabajó con cuidado, limpiando la sangre y presionando contra la herida. El tritón apretó los dientes, pero no se movió ni se quejó. A medida que Jake continuaba, no pudo evitar hablar.

-No sé si puedes entenderme, pero... gracias por salvarme hoy. - Se detuvo un momento, mirando al tritón - No sé qué habría pasado si no hubieras estado ahí.

El tritón lo miró en silencio, y luego, para sorpresa de Jake, inclinó ligeramente la cabeza, como si estuviera reconociendo sus palabras.

Jake sintió un calor inesperado en el pecho. A pesar del peligro, a pesar de todo, había algo especial en ese momento. Era como si hubiera una conexión entre ellos que iba más allá de las palabras, algo que no podía explicar pero que lo llenaba de una extraña mezcla de tranquilidad y emoción.

...

Jake estaba recostado en la roca, admirando el cielo estrellado mientras trataba de entender lo que había sucedido. Pero antes de que pudiera perderse completamente en sus pensamientos, un movimiento en el agua lo distrajo. Tom, el tritón, había dejado su posición inicial y ahora lo observaba desde el borde de la roca, con una intensidad que lo hizo contener el aliento.

Sin previo aviso, Tom extendió una mano hacia él, sus dedos largos y fuertes destellando bajo la luz de la luna. Jake dudó por un segundo, pero la confianza en sus ojos azules lo convenció. Sin pensarlo demasiado, tomó la mano que se le ofrecía.

El tacto de Tom era cálido y firme, lo contrario a lo que Jake había esperado de alguien que vivía en las profundidades heladas del océano. Antes de darse cuenta, Tom lo estaba guiando hacia el agua.

-¿Qué haces? -preguntó Jake, aunque no se resistió.

Tom no respondió, simplemente lo miró con una expresión que era difícil de descifrar, un cruce entre desafío y algo más profundo. Jake entendió que no tenía por qué temerle, y permitió que el tritón lo ayudara a sumergirse.

Cuando ambos estuvieron bajo el agua, Tom tomó el brazo de Jake y lo rodeó con fuerza por la cintura, asegurándose de que no se separara. Luego, con un poderoso movimiento de su cola, comenzó a nadar. Jake, con su equipo de buceo improvisado todavía en su rostro, apenas podía procesar lo que estaba sucediendo.

El mundo submarino se abrió ante ellos como un reino de ensueño. Las profundidades oscuras y opresivas del océano dieron paso a un lugar que parecía sacado de un cuento de hadas. Una caverna se extendía ante ellos, llena de corales brillantes que irradiaban colores vivos: azules, verdes, amarillos, y púrpuras. Criaturas bioluminiscentes nadaban alrededor, dejando estelas de luz tras de sí, mientras columnas de roca cubiertas de algas brillaban con una tonalidad dorada bajo la luz tenue que emanaban.

Jake estaba atónito. Miraba a su alrededor, sin poder creer lo que sus ojos veían. Nunca en todos sus años de estudio había imaginado que algo tan hermoso pudiera existir en las profundidades del océano.

Tom lo soltó con suavidad, permitiéndole flotar por sí mismo mientras observaba la reacción de Jake con una ligera sonrisa en el rostro. Sus cicatrices, que antes parecían severas y brutales, ahora se mezclaban con la luz, dándole un aire noble y melancólico.

Jake, sin saber qué decir, simplemente giró para mirarlo.

-Es... increíble. No tengo palabras. -Su voz sonó amortiguada a través del agua, pero Tom parecía entenderlo perfectamente.

El tritón nadó hacia él con movimientos elegantes, deteniéndose justo frente a Jake. Por un momento, ambos se miraron fijamente, el silencio entre ellos lleno de algo que no necesitaba explicarse.

Tom alzó una mano y la llevó al rostro de Jake, sus dedos rozando suavemente su mejilla. El toque hizo que Jake sintiera un calor inexplicable a pesar del agua fría que los rodeaba. La mirada de Tom era intensa, cargada de algo más profundo que la simple curiosidad. Era agradecimiento, era conexión... era algo que Jake no había experimentado antes.

Sin pensarlo demasiado, Jake se inclinó hacia él. Sus labios se encontraron bajo el agua en un beso que fue a la vez tierno e intenso. Era como si el océano mismo los envolviera, protegiéndolos de todo lo demás.

El beso duró un momento eterno, y cuando finalmente se separaron, Jake abrió los ojos para encontrar a Tom mirándolo con una pequeña sonrisa en los labios.

-Gracias... -susurró Jake, aunque no estaba seguro de si Tom podía escucharlo.

El tritón no respondió, pero su expresión lo decía todo. Sin necesidad de palabras, Tom tomó la mano de Jake una vez más y lo guió por el lugar, mostrando cada rincón de aquel mundo maravilloso que parecía hecho para ellos. En ese momento, Jake supo que había encontrado algo más que un misterio científico. Había encontrado a alguien que cambiaría su vida para siempre.

...

Un año después.

El sol empezaba a esconderse en el horizonte, pintando el cielo de tonos cálidos mientras Jake corría por su casa, buscando su mochila. Agitado y emocionado, revisó por última vez que llevaba todo lo necesario: su equipo de buceo, su cuaderno de notas y un pequeño paquete que había preparado especialmente.

-"Voy al puerto del Oeste. Volveré en unos días." -dijo apresuradamente, asomándose a la sala donde su abuela, Miriam, tejía tranquilamente, y su hermano mayor, Shawn, leía un libro.

Miriam levantó la vista con una sonrisa socarrona -"¿Otra vez con ese joven misterioso?"

Jake rodó los ojos, pero no pudo evitar sonreír -"Se llama Tom. Tiene nombre, lo sabes."

-"Oh, claro que lo sé. Pero, ¿algún día nos lo presentarás, o seguirá siendo un secreto?"

-"Tal vez algún día." -respondió Jake, riendo. Luego se acercó para darle un beso en la mejilla -"Le mandaré muchos saludos de ustedes. Hasta luego."

Antes de que Miriam o Shawn pudieran decir algo más, Jake salió corriendo por la puerta, con la mochila a la espalda y una emoción que apenas podía contener.

El puerto del Oeste estaba tranquilo, apenas perturbado por el suave sonido de las olas rompiendo contra los muelles. Jake avanzó por el camino de madera hasta el final, donde una figura conocida lo esperaba.

Tom estaba sentado en el borde del muelle, mirando el agua. Su reflejo danzaba en la superficie, iluminado por los últimos rayos del sol. Su cabello oscuro caía desordenadamente sobre su rostro, y su expresión, aunque tranquila, tenía un aire pensativo.

-"¿Siempre tienes que llegar antes que yo?" -preguntó Jake mientras se acercaba, dejando caer su mochila en el suelo.

Tom giró la cabeza hacia él con una leve sonrisa.

-"Eres lento."

Jake rió entre dientes y comenzó a colocarse el equipo de buceo. Mientras ajustaba las correas, notó cómo Tom lo observaba con esa mirada que siempre lo desarmaba, una mezcla de curiosidad y afecto.

-"¿Qué pasa? ¿Tengo algo en la cara?" -preguntó Jake, bromeando.

-"No" -respondió Tom, y su sonrisa se hizo un poco más amplia- "Es solo que me alegra verte."

Jake sintió que su corazón se aceleraba, pero no dijo nada. En su lugar, terminó de ajustarse las aletas y extendió una mano hacia Tom.

-"¿Listo?"

Tom asintió, y ambos se sumergieron juntos en el agua.

El mundo submarino los envolvió en su serenidad, con peces de colores nadando a su alrededor y la luz del atardecer filtrándose a través de la superficie. Jake seguía a Tom mientras este lo guiaba por las profundidades, como tantas veces antes. Aunque el tiempo habia pasado desde aquel primer encuentro, la sensación de asombro seguía siendo la misma cada vez que estaban juntos bajo el agua.

Después de un rato, Tom lo llevó a un rincón especial, una cueva que habían descubierto juntos tiempo atrás. Allí, rodeados de corales brillantes y bioluminiscencia natural, se detuvieron. Jake dejó escapar una burbuja de aire mientras sonreía a través de su máscara, y Tom, con su habitual elegancia, se giró hacia él.

Sin palabras, porque no las necesitaban, se miraron. Jake extendió una mano y rozó la mejilla de Tom, como si aún no pudiera creer que era real. Y Tom, como siempre hacía, inclinó ligeramente la cabeza, aceptando el toque con una suavidad que contradecía su apariencia fuerte y salvaje.

Jake sabía que tendría que volver a la superficie pronto, pero en ese momento, bajo el agua y con Tom frente a él, no podía imaginar un lugar en el que prefiriera estar.

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Feliz año nuevo vvs, tan solo mañana es 31, k miedo 😭

Próximos:

-Grett x Gabby
-Lover Gabellie
-AU universitario TessAlly
-So American Gabellie

-Lamento la demora y tmb espero que no te haya molestado que haya cambiado algo el final.

-Ahora, trataré de ponerme al día con los One-Shots. Si quieren más detalles sobre los suyos, pueden hacerme saber ahora. Ya que estoy pendiente en fanfics y futuros proyectos y así.

Nos estamos viendo. Mati, fuera!

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