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CAPÍTULO ONCE
WINNING HIS HEART
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LOS PLACERES VIOLENTOS son los más difíciles de satisfacer debido a sus finales igualmente violentos. En su batalla victoriosa se esconden los sacrificios llenos de sangre, sudor y lágrimas. En el triunfo mueren como el fuego y el polvo cuando se unen, simplemente se consumen.
No estaba feliz con el que le tocó cumplir a ella para que los de su raza pudieran salir a la luz, no literalmente, obvio.
Aún así no entendía que tenía ese torpe can que la hacía sentir distintas cosas al mismo tiempo más a su vez quería odiarlo, pero esa pequeña y delgada línea entre ambos se lo impedía. Mentiría si dijera que no tenía curiosidad por saber que era.
— Esto esta muy rebuscado. — exclamó con desesperación el pelinegro a su lado — ¿Por qué no vas y te lo ligas simplemente? — rodó los ojos por tanta complicación de su mejor amiga — Una sonrisa y ya tienes cita asegurada, pero insisto en que deberías mejorar tus gustos. — Terminó con una mueca haciendo bufar a Nicolette.
La respuesta era realmente sencilla y obvia pero de algo mucho más grande que el ex-capitán a su lado no comprendía y debería saber. Necesitaba que comiera de su mano, drogarlo de amor hasta que ni la más mínima sospecha cruce por su mente, debía tenerlo donde quería si buscaba que el plan funcionara.
— Es cosa de poder. — inventó — Debo tenerlo loco, que no quiera ver a nadie más que a mi. — frunció sus labios y se cruzó de brazos al ver a su objetivo charlar animadamente a lado de los lockers con la chica zombie.
Ni siquiera recordaba su nombre, se lo repitió al menos tres veces en el almuerzo pero no veía nada de interesante en memorizar algo inservible para ella.
— Mmmhh — Bucky asintió poco conforme con su propósito, no era fan de la idea que Colette de repente tuviera interés en el grupo extraño de su prima y sus raros amigos. — No se, creó que tu táctica de ganarte a los chicos para agradarle funciona más con chicas. — mencionó señalando al grupo de monstruos que se acercó al par.
— Cuando vas a hacer un buen trabajo buscas información en páginas confiables. — Los señaló dando a entender con la metáfora que si quería conocer más sobre Wyatt debería preguntarle a sus amigos haciendo rodar los ojos al pelinegro por décima vez en el día.
— De acuerdo tienes un punto. — Ella se encogió de hombros simple con arrogancia. — Entonces de ahora en adelante serás su amiga. — bramó sin emoción haciéndola fruncir el ceño.
— Claro que no. — sacó la lengua en una mueca de asco — Solo me acercare y seré... amable, supongo. — Bucky levantó una ceja en su dirección — Eso los hace mucho más fáciles de manipular mientras intentan desesperadamente comprender a una persona que en realidad no existe. — Sonrió y el chico la observó con satisfacción para que después ambos se encaminaran al grupo.
— Hola hola — saludo Bucky con una sonrisa forzada y un tono falso de amabilidad, quería a Addison pero de verdad no soportaba a ninguno de los otros, sobre todo a Zed.
Los amigos extrañados por el repentino acercamiento del extravagante par los miraron con confusión pero aún así saludaron algo incomodos.
— ¿Qué hay? — preguntó con una sonrisa la peli blanca, la cual, ya se le hizo costumbre alivianar los aires siempre que alguno de los dos pelinegros estaba cerca.
— No mucho realmente. — Exclamó la pelinegra con su tono déspota de siempre hasta que un codazo de Bucky la hizo carraspear y cambiar su voz a una más amable — Mas bien, de hecho, venia por... ella. — Señaló a la zombie.
— ¿Eliza? — completo Wyatt algo extrañado, su zombie amiga le dejó muy en claro que no soportaba a la pelinegra y Nicolette con el simple hecho de no recordar su nombre demostró que el sentimiento era mutuo, no encontraba una explicación del porqué estarían juntas.
— ¿Yo? — preguntó la señalada igual que el lobo a su lado haciendo a Nicolette bufar.
— Si, tú. — espeto con fastidio para luego volver a sonreír con falsedad. — Tenemos clase juntas.
Todos los presentes a excepción de Bucky y Nicolette se miraron entre ellos confusos. Mientras que la pelinegra pensaba en que era mejor tener a tus enemigos de cerca.
— ¿Clase? — cambió su peso a otra pierna — Pero ahora voy al club de robótica...
— Por eso. — recalcó obvia dejando boquiabiertos a los presentes — Podremos sentarnos juntas. — Acto siguiente tomó su mano con más fuerza de la necesaria y se la llevó arrastrando hacia el salón indicado bajo la expectante mirada de sus amigos.
— ¿Quién lo diría, no? — preguntó retóricamente en un tono burlón el pelinegro. — Dos nuevos cerebritos de laboratorio.
Los chicos no le pusieron atención pues seguían viendo como "el agua y el aceite" caminaban por el pasillo hacia el salón de robótica. Nunca creyeron que si fuera a inscribirse, Addison rápidamente noto que fue una táctica, más no pensó que de verdad fuera a cumplirla.
— La mecánica, por su finalidad, estudia los movimientos y las condiciones de equilibrio de los cuerpos. — relató el profesor entrando en el tema de ese día mientras que Nicolette miraba aburrida otra dirección, sabía de memoria el tema, diecisiete años por tres siglos te deja tanto.
Sabía que era una clase de trampa pero si solo así impresionaría a Wyatt igual que la chica zombie lo hizo, lo soportaría.
— Está parte de la física está interesada por los movimientos de los sólidos, líquidos y gases. — junto sus manos — En esta etapa del curso atentaremos especialmente a la Cinemática. ¿Alguien nos puede ayudar con el concepto de esta rama, por favor?
Nicolette suspiro aburrida cuando la chica a su lado levantó la mano ansiosa por participar.
— Es la que estudia el movimiento de los cuerpos sin preocuparse con las causas. — respondió perfectamente la de pelo verde y la pelinegra a su lado comenzó a arrepentirse de sentarse a su lado.
— Muy bien, Eliza, como siempre. — La felicito el profesor y la nombrada sonrió complacida.
— Ahora, las definiciones preliminares... — la chica dejó de escuchar al profesor para poner su atención a la zombie a lado suyo.
Gracias a Bucky en cubierto descubrió varias cosas sobre ella, como por ejemplo, a aparte de ser, por así decir, la inteligente del grupo también era una rebelde con causa, pues, era una protestante que buscaba pelear por lo correcto ante cualquier tema. Bufo al recordarlo.
Siempre le ha importado ella misma, nada más, aunque en ese radar entraran Dalia, Vlad, Vanessa y Bucky, pero hasta ahí. Sinceramente no le importaba mucho lo que ocurriera a su alrededor mientras no la afecte, los problemas de los demás no eran asunto suyo. Pero aquella chica parecía hacer obras de caridad a todo lo que se moviera y le gustase o no si debería ablandarse un poco.
De pronto una respuesta errónea de parte de su rival la saco de sus pensamientos.
— Entonces se relaciona con el sentido del movimiento de cuerpo.
La ex-condesa la observó incrédula y ceñuda.
— Error. — exclamó al aire llamando la atención del profesor.
— ¿Podrías explicarte mejor Nicolette, por favor?
— Me refiero a que en realidad la relación está con el sentido de la trayectoria y, evidentemente, con la posición que el cuerpo ocupa en la trayectoria. — miró de forma superior a la zombie a su lado la cual apretó los labios molesta, no terminaría ahí.
— Pero, el sentido puede cambiar con un desplazamiento. — se opuso — Ahí está la diferencia de espacios correlacionados con el tiempo y posición.
— Ajá — rodó los ojos la vampiresa — Olvidaste la diferencia entre desplazamiento y desplazamiento escalar. — Eliza la miró nerviosa y Nicolette extendió su sonrisa — El desplazamiento es la distancia entre la posición final e inicial, pero en línea recta. — dijo obvia — En el desplazamiento escalar, la distancia es medida sobre la trayectoria.
— Y el espacio queda como referente cuando su posición es variable, si el cuerpo varia puede hacer una curva en el espacio, la trayectoria. — Se defendió dando para largo el tema y comenzando una guerra.
— Y aún así necesitas elegir un punto de origen para orientar la trayectoria. Así medimos la distancia. — Miró molesta a la chica y el profesor quiso intentar meterse para felicitarlas más ninguna lo dejo.
— También podemos por el peso y tiempo que tardo en llegar al punto final. — musitó con voz dura la de pelo verde.
— Más fácil simplemente medir la distancia del punto A al punto B. — Nicolette apretó la butaca molesta hasta que la voz del profesor interrumpió a ambas en su guerra de miradas.
— Muy bien. — las regresó a la realidad — Me encanta como se complementan sus ideas. — dijo orgulloso — El trabajo en equipo es importante. — expresó sin saber que más que apoyarse trataban de ver quien era mejor que quien.
Varios en el salón seguían anonadados, pues cuando Nicolette ingreso la solicitud para entrar muchos se opusieron pues no querían que fuera un "estorbo" creyendo que una reina de concursos de belleza no tendría idea sobre física, aún así la aceptaron, eran nerds sin vida social y lo más cerca que habían estado de una chica fue cuando los parió su madre. Ella era hermosa, un posible distractor para la clase pero también una oportunidad de conquista, según ellos. Más con esto les cerró la boca y pronto el rumor de que Nicolette Simone era más que una cara bonita se expandiría por Seabrooke High.
Observó a los lejos a la gran pareja feliz discutiendo.
Zed parecía querer acercarse a Addison pero esta retrocedía cada vez más. Últimamente noto que estaban peleando mucho, con el nuevo objetivo de su plan no sabía si alegrarse por ello y preparar un funeral con lágrimas de cocodrilo.
Cuando la cosa no podía estar peor fue cuando Nicolette decidió aproximarse a interrumpir. Le gustaba incomodar a las personas en el peor momento.
— Pero si son Finn Hudson y Rachel Berry. — Saludó irónicamente al par mientras ponía sus brazos alrededor del cuello de ambos.
Addison se removió incómoda y después de un pequeño y casi inaudible saludo salió huyendo del lugar. Si que parecía molesta con el peliverde.
Su nuevo acompañante en cambio la siguió con la mirada algo triste y exasperado.
— Es demasiado adorable su fachada de pareja perfecta. — comenzó haciendo que la atención de Zed se centre en ella — Pero, yo no me la creo.
— ¿Fachada? — preguntó el más alto consternado — Lo nuestro es real.
— Ajá... — dijo irónica para después suspirar — Bueno, a lo que vine. — junto sus manos — Necesito tu ayuda.
— Que directa y... amable. — hablo con sarcasmo.
— Escucha, lerdo. Quiero hacer algo lindo por Wyatt, un detalle por lo mal que me porte con él los últimos días. — confesó algo avergonzada por la vulnerabilidad que demostró.
Tenía fama de ser alguien fría y egocéntrica, sentía como su reputación era tragada por el Kraken.
Zed sonrió con ternura, estaba seguro que muy dentro de ella, demasiado en el fondo, tenía bonitos sentimientos.
— Eres muy linda, ¿lo sabias?
Nicolette sintió como si la abofetearan, se sintió helada (más de lo normal) quedando pasmada por un segundo. No escuchaba aquello muy seguido, bueno, no recordaba cuando fue la ultima vez que lo hizo. Muchas personas se lo repetían referente a su físico pero... nunca más allá.
Sonrió minúsculamente sin poder evitarlo.
— Gracias, Zed.
El nombrado carraspeo regresando a ser consciente por la repentina falta de aire y noción que tuvo al perderse en los ojos de la chica frente a él.
— Entonces ¿te gusta Wyatt? — preguntó ligeramente incomodo sin razón.
Nicolette sonrió entrando en su papel.
— Podría decir que si. — sonrió ladina — ¿Alguna recomendación?
Zed sacudió levemente la cabeza olvidando los coqueteos anteriores de Nicolette hacia su persona. Era algo distraído pero no lo suficiente como para no notar que la pelinegra era algo... provocadora. Solo se hacia el loco con ello frente a Bree y Addison por obvias razones y a pesar de ello nunca hizo algo por detenerla o recalcar su relación, por eso mismo la noticia de que en realidad le gustaba su... "amigo" lobuno le cayó de sorpresa.
Entonces puso a maquinar su mente a paso veloz. Era mitad lobo, una criatura de la noche y parte del bosque, siempre recalcaba lo mucho que amaba la naturaleza y el aire libre. Nicolette tenía pinta de todo lo contrario, desechó la idea de un idea de campo y sin querer volvió a pensar de lo loco que sonaba su atracción por Wyatt.
— Flores. — dijo simple — Puedes regalarle flores. — sonrió cortamente.
— ¿Flores? — repitió insegura a lo cual él asintió.
— A los chicos también nos gusta recibir flores, es un sueño frustrado. — se encogió de hombros divertido dejando pensante a Nicolette.
Ese no era realmente su problema, lo que la dejó intranquila es él como podría entregárselas sin que estas se marchitaran en su sola presencia.
— Bien... — sonrió nerviosa — Es una buena idea... — Zed asintió luego ella carraspeo hasta mirarlo con el ceño levemente fruncido — ¿Y? — El chico levantó una ceja invitándola a continuar — ¿Me contarás? — preguntó con una sonrisa maliciosa.
— ¿Qué? — espero frenético a la defensiva.
— Tu pelea con Addison. — aclaró rápidamente.
— Oh... — suspiro más tranquilo — Fue una tontería. — Ahora fue ella la que lo invitó a continuar con la mirada — ... Como es la capitana de porristas ella debe crear rutinas y eso... — explicó brevemente — Y el nuevo baile es algo... vulgar. — achinó los ojos recordando el momento en que la peli blanca le mostró el video con la nueva rutina, lo odio.
— ¿Sexy? — corrigió.
— Eso suena mejor. — respiró poco más aliviado, no había encontrado la palabra correcta en su discusión con Addison, el principal porque de su enojo contra él.
— ¿Y? — preguntó como si nada y el le dedicó una mirada de reproche.
— Como presidente estudiantil no me parece correcto ese tipo de baile es la institución. — Lanzó su pequeño discurso haciendo soltar una carcajada a la pelinegra.
— Falso, — atacó — no quieres que Addison baile sexy y que los demás la vean.
Zed abrió la boca indignado y la señaló.
— ¡Eso es...! — se detuvo ante la mirada acusadora de la chica — Un poco cierto, pero no le digas a nadie por favor. — susurro derrotado.
— ¿Es un chiste? — preguntó sin humor — Déjala ser, hombre. Es porrista, es normal usar mini faldas y hacer bailes sexys con volteretas de por medio.
— Realmente no me dejas tranquilo. — Hizo una línea recta con sus labios.
— No era el plan, — se encogió de hombros — pero a ella si déjala tranquila.
Addison no era de sus personas favoritas, a veces le resultaba agobiante su felicidad pero había que admitir que los celos estúpidos de Zed podrían ser un problema a la larga y tampoco quería que ella sufriera por ello.
Podrá estar criada a la muy antigua pero reconocía los grandes cambios en la sociedad y agradecía eternamente los nuevos derechos y libertades para las mujeres. Ahora no eran nadie para querer imponerse ante ellas.
Wyatt Wølf era muy diferente a los chicos que normalmente le atraen. Pues a ella le gustan lanzados y que no teman al hablarle, que la traten como una persona igual pero Wyatt sabrá que tenía que siempre estaba como en shock en su presencia. Por eso grande fue su disgusto cuando fue a verlo a las pruebas para el equipo de Americano y solo le dio una mirada luego de un corto saludó con la mano.
Sinceramente quería mandar todo a la mierda, era tan difícil llamar su atención nuevamente, nunca había sido tan complicado, la prueba viviente de ello era Brad, bueno, no tan viviente. A ella le gustaban los hombres como Vlad, no exactamente él, solo los chicos como él. Sabían lo que querían y lo tenían, metas fijas, sin rodeos ni pelos en la lengua, directos y sencillos, no pedía más.
Wyatt en cambio era como un nudo de emociones en el estómago. Pero no le daría el gusto a Morrigan de regresar derrotada, ni expuesta al sol. Además esa pequeña fuerza que la seguía acercando y que ella se aferraba a ignorar seguía ahí, el descubrir que era y él porque puede volver a ser poco más humana a su lado hacia las cosas más interesantes sin agobiarse del todo.
A su lado estaba Addison, la cual para ser ella estaba demasiado seria, supuso que era por el pleito con Zed y prefirió no interferir. Bree — sorpresivamente— estaba de su lado izquierdo evitando todo contacto con ella mientras que Willa estaba asientos más adelante dándole ánimos a su hermano el cual completaba las pruebas sin esfuerzo pues su fuerza y agilidad sobrenatural lo hacían capaz de eso y más, pero odiaba estar ahí.
Nicolette en cambio miraba levemente ceñuda la práctica pero sus grandes lentes oscuros protegían sus muecas y aunque quiera pasar desapercibida su vestimenta oscura y paraguas lo hacían imposible estando rodeada de dos pastelitos rosas y uno púrpura.
Sin que ella lo notara la peli blanca a su lado le hizo varias señas a Bree indicándole a Nicolette. Todo el día hablaron sobre el repentino interés en su grupo (y en Wyatt también) de parte de la pelinegra y de cómo se integraba a ellos poco a poco, cosa que si bien no agradó a la mayoría y aunque Wyatt dijera que tampoco estaba cómodo con ello sus acciones y rostro decían lo contrario y no querían arruinarlo. Entonces Addison hablo seriamente con la morena de lentes pidiéndole casi de rodillas que evitara sus conflictos con Nicolette y que pudiera hacer un esfuerzo por llevarse mejor, obviamente esta se opuso varias veces pero notar los ligeros cambios de actitud en la pelinegra a su lado la hicieron dudar. Si ella estaba haciendo el esfuerzo de cambiar un poco por Wyatt — o eso esperaba — ¿por qué ella no?
Suspiro pesadamente.
— Hey Nikki — la nombrada giró en su dirección confusa — Se te ve hermosa esa blusa. — Hizo un intento de sonrisa lo cual Colette noto haciendo una mueca de desagrado.
— Si, claro. — Rodó los ojos bajo sus grandes lentes hasta que se dio cuenta de lo que hizo y seguido carraspeó incómoda — Quiero decir... — rió nerviosa — Gracias, linda. — soltó con pesar — A mi también me gustan tus... ¿lentes?
Bree sonrió forzosamente y de forma corta igual que Nicolette para que después ambas chicas volvieran a lo suyo incómodas. Les llevaría un largo tiempo acostumbrarse a la presencia de la otra.
Largos minutos después el entrenamiento y prueba finalmente terminó. El lobo se acercó a los chicos del equipo y comenzaron a platicar mientras que Willa, Addison y Bree se enfrascaron en su propia charla de la cual Nicolette no quiso ser parte. En cambio agudizó su oído y presentó atención a lo que decían los chicos muchos metros adelante.
— Lo hiciste bien. — Zed palmeo la espalda del hombre lobo — Estoy satisfecho ¿ustedes chicos? — preguntó al resto del equipo más ninguno contestó.
En cambio miraban al chico Wølf con miedo y desagrado. Los rumores sobre los asesinatos eran más fuertes que nada, el toque de queda se volvió noticia nacional, no podían seguir fingiendo que todos eran amigos, era lo ultimo que querían.
— Zed... — un grandote del equipo se acercó al susodicho, era la voz de los demás — Los chicos y yo hablamos y llegamos al acuerdo de que no queremos lobos en el equipo. — dijo serio haciendo que ambos chicos abrieran los ojos sorprendidos y después se miraran sin saber que hacer.
— No es personal. — aclaró tembloroso al ver los colmillos y garras de Wyatt las cuales crecieron por el enojo — Solo tomamos precauciones. — trago duro.
— Agh, pero que mierda. — exclamó furiosa sin querer oír más mientras que se levantaba de las gradas yendo en dirección al campo llamando la atención de las chicas la cuales solo pudieron verla confundidas.
Llegó hacia el grupo justo en el momento que Wyatt estaba por replicar al otro jugador cuando Nicolette de la nada lo empujó molesta con una gran fuerza y encaró al grandote.
— ¿Qué te pasa presumido? — preguntó de forma violenta mientras que Zed ayudaba a Wyatt a levantarse del piso, ambos confundidos sin quitarle la mirada de encima a la vampiresa.
— El puede entender que- — intento explicar con calma comenzando a sudar, Nicolette podía helarle la sangre a cualquiera con una sola mirada.
— Ah ¿de verdad? — pregunto sarcástica — Con toda esta problemática mi... mi... — dudo un segundo mientras señalaba a Wyatt — Mi ¡esta cosa! — el susodicho no supo cómo reaccionar ante ello por lo que prefirió seguir en silencio a lado de Zed — ¿Te distrae de arrojar un balón para que otro idiota lo atrape? — se acercó a él intimidante haciendo que por fin el par de monstruos reaccionara.
— Nicolette, tranquila. — la tomó del brazo el pelo verde.
— Si, no vale la pena. — dijo tranquilo el lobo pero a su vez le lanzó una mirada molesta al otro chico.
Mientras que Nicolette no dejaba de ver asesinamente al jugador.
— Largo antes de que piense hacer algo al respecto. — hablo con voz dura y el jugador sin ganas de pelear levantó las manos en rendición y se dio la vuelta junto a los demás del equipo marchándose.
Zed soltó el brazo de Nicolette y en ese momento ella en un movimiento rápido le arrebató el balón de Americano de las manos y lo lanzó con fuerza hacia la nuca del grandote haciéndolo caer de cara.
El nombrado se levantó hecho furia y se acercó peligrosamente a Nicolette con intenciones desconocidas por lo que varios chicos del equipo actuaron rápido y lo sostuvieron mientras que Wyatt y Zed al notar lo mismo con Nicolette también la sostuvieron asombrándose de la increíble fuerza que esta poseía.
— ¿Te sientes fuerte y ruda? — amenazo haciéndola enojar aún más.
— ¡Pedazo de mierda! — Escupió y ambos siguieron forcejeando pero al ver que ninguno lograría zafarse relajaron sus movimientos y con ello pudieron alejar unos cuantos pasos al jugador de Nicolette comenzando a salir del campo — ¡Jódete! — gritó a lo lejos siendo alzada por Wyatt al no encontrar otra forma de retenerla.
— ¡Gracias, que alago! — respondió el otro.
— ¡Cuéntale tus chistes a tu abuela!
— ¡Está muerta!
— ¡A ver si la revives de la risa, payaso!
Y con ese último grito por parte de la pelinegra por fin se dio por terminada la discusión.
— Y tú ya bájame. — golpeó levemente la espalda del hombre lobo — Voy a-
— A ninguna parte. — La cortó el zombie sosteniéndola mientras el moreno la bajaba.
Los observó molesta varios segundos hasta terminar rodando los ojos y tomó una gran bocanada tranquilizándose.
— Okey... ya pasó... — El par la observó extrañados. — ¿Entrará si o no? — preguntó en dirección a Zed.
— Mmm la invitación esta en pie, es tu decisión. — El lobo suspiro.
Con lo que acababa de pasar lo más prudente era no estar en el equipo pero tampoco quería verse mal agradecido con la pelinegra.
— Lo pensaré...
— ¡Hey! — llamó alguien en las gradas haciendo al trío girar encontrándose con la mirada extrañada de las tres chicas — ¿Qué pasó?
Zed les dedicó una mirada a la pareja.
— Será mejor que vaya a explicarles antes de que se exalten. — Y así fue como con un leve pesar se alejó de ellos camino hacia las gradas.
Cuando Nicolette quitó la vista del zombie y regresó su mirada hacia el hombre lobo lo descubrió viéndola embobado casi con la boca abierta
Wyatt solamente podía pensar con admiración:
« Que mujer »
La pelinegra por una pequeña fracción de segundo se sintió pequeña ante él por lo que se encogió algo tímida. Todo fue parte de un show, mostrar interés por él defendiéndolo del grandote pero lo demás no supo de donde salió, era una dama completa y se puso a gritar como una callejera, estaba avergonzada no sabía de donde salió todo eso.
— Yo... — exclamó nerviosa bajando la mirada cuando de repente recordó su segundo acercamiento — Tengo algo para ti. — musitó rápido buscando algo en su bolso.
— ¿Para mi? — preguntó confuso y ella asintió aún sin verlo hasta terminar por sacar una rosa marchita de su bolso extendiéndosela.
Al notar la extrañeza por parte de su acompañante carraspeo ansiosa.
— Yo... soy alérgica a las flores, — mintió sin despegarse tanto a la realidad — por eso salí huyendo el otro día... — soltó una ligera risa haciendo que el chico sintiera un zoológico en el estómago y que sus mejillas se pusieran rojas — Estas no sueltan polen. — explicó — Y últimamente estuve pensando ¿a quien no le gusta que le regalen flores?... Y te traje esto. — Volvió a extendérsela y él mirándola encantado por el detalle la tomó con delicadeza pues por su estado temía que algo le pasara. — Se que no es la gran cosa pero-
— No, no, no... — la interrumpió — Me encanta. — sonrió sincero hacia ella después de mucho tiempo volviendo a sentir ese desenfrenado palpitar en su pecho por ella.
— ¿En serio? — preguntó esperanzada pues aunque siguió el consejo de Zed no creyó que realmente le fuera a gustar.
— Te lo juro. — prometió — Es muy bella.
Ambos se miraron con sonrisas creciendo por sus rostros sintiendo miles de cosas. Wyatt estaba confundido, ahora podría saber que así como Nicolette tenía un lado malo también tenía uno bueno y que quería disfrutarlo además de explorarlo, le echaba la culpa a la imprimación por volver a emocionarse como niño en dulcería.
Nicolette en cambio sintió una fuerte satisfacción en su pecho, como si finalmente hubiera hecho algo bien después de cientos de años, era... diferente, pero agradable.
Dibujo pequeños círculos imaginarios sobre el pecho de su amante entretenida mientras que el la observaba poco más arriba con un lío mental en su cabeza.
No sabía que sentir por ella. Desde que la conoció ese día en la corte escocesa fingiendo ser su propio bisnieto quedó sin aliento más en ese entonces se veía muy enamorada de su esposo y no intentó nada. Después volvió a encontrarla y se deslumbró con su belleza y coraje en el círculo de sangre, claro que quería tenerla entre sus brazos desde ese momento y luego la conoció bien. Descubrió su otra cara y comenzó a sentir un cariño real, no solo deseo. Su amistad comenzó y él se desechó de sus anteriores ideas proponiéndose a verla como una simple amiga, casi hermana. Pero todo fallo en su despertar más reciente.
No supo que creer desde que la olfateó impregnada en el aroma a licántropo hasta que mostró valentía frente a Morrigan, todo rápidamente se aclaró y pronto el plan para destruir a Johan Wølf apareció.
Ahora estaba apantallado.
— ¿Sabes? — inició acariciando su cabello — Pocos conocen mi verdadera historia...
Nicolette giró la cabeza recostándose nuevamente en él mirándolo con una sonrisa divertida.
— Lo sé, me la haz contado antes.
— ¿Estás segura? — preguntó en el mismo tono haciendo que ella tornara su cara a una seria.
— ¿Entonces mentiste?
— No, — aclaró — solo te oculte... muchas cosas. Los demás saben lo que quiero que sepan, simplemente el contexto: Quise defender a mi pueblo de los Turcos, hice tratos con quien no debía y termine como un monstruo. — miró el techo pensativo recordando su antigua vida, hace ya muchos siglos.
— Estás en los libros de historia, querido empalador. — Hablo obvia.
— No toda la verdad está en ellos, Iris. — La miró severo poniendo un brazo detrás de su nuca.
Nicolette comenzaba a intranquilizarse. Vlad lo era todo, menos serio, su personalidad coqueta y juguetona siempre fluía en cualquier momento por más trágico que fuera.
— Lo se, la mayoría emite que te convertiste en un demonio chupa sangre que le teme al sol — bufo — Vlad... ¿a qué quieres llegar?
— Quiero confesarte mi mayor secreto. — siguió mirando al techo — Me ayudarás a derrocar a mi mayor enemigo en mi vida inmortal. Podría hacerte mi sucesora y luego darte una estaca. — Aunque no la mirara ella cambió su expresión a una incrédula para después volver a una atenta, quería oír más.
— Te escucho...
— Yo... tenía un hijo. — soltó finalmente sintiéndose más liberado mientras que ella lo vio sorprendida — Ni siquiera Morrigan sabe de esto. — se cubrió el rostro — El... es la causa de todo esto. — Ahora lo miró curiosa y se acomoda sobre la cama poniendo atención — Un soldado lo mato y después quisieron llevar la guerra a mis tierras... — Explicó con pesar y dolor haciendo que Nicolette sienta lástima mientras miraba los ojos del gran Drácula ponerse llorosos.
Pasó su mano por su pelo acariciándolo levemente con ternura.
— ¿Y luego...? — preguntó cuidadosa.
— Pagaron por ello. — musitó de forma seria — Hice polvo todo su asqueroso ejército. Protegí a mi país a cambio de mi vida. — La primer gota de sangre rodó por su mejilla. — Pero eso no fue lo peor — su voz comenzó a quebrarse y Nicolette entro en pánico y se acercó a él reconfortante — La mate. — soltó con dificultad y dolor — La maldición duraría solamente tres días si lograba contener la sed de sangre. — cerró los ojos soltando un sollozo y la pelinegra rápidamente lo abrazó — No lo soporte y la mate, mate a mi esposa — sollozo más fuerte — Alana fue todo para mi y la mate a sangre fría, como un vil animal.
Sin soportarlo más soltó en llanto aferrándose a la chica frente a él. Llevaba tantos años con aquel recuerdo guardado que ya no podía más con eso en su conciencia, necesitaba decírselo a alguien. No quería que fuera con Nicolette, no deseaba que lo viera como el monstruo que realmente era pero no pudo hacerlo con otra persona.
Siguieron unidos en un abrazo hasta que él se calmó y musitó lo siguiente:
— Me recuerdas a ella. — Nicolette se tenso ante ello, no podía ser cierto — No físicamente, ella era rubia. — soltó una leve risa — Era impresionante... solitaria y me fue muy difícil que me aceptara, la primera vez que le pedí matrimonio se negó, de hecho. — recordó tristemente — Me atrapo con su indiferencia, aunque suene loco. — La abrazo más fuerte mientras que Colette no sabía como reaccionar, solo era una aventura — Me enseño cosas nuevas, era muy inteligente, llevo mi reino a una nueva época, amaba la pasión con que le se enfocaba en las cosas, cuando buscaba algo se lo proponía y sabía jugar sus cartas, me ganó tantas veces, no en lucha, mentalmente. — El pelinegro se hizo espacio en su cuello y lo olfateó con cariño — Por lo que más quieras, Iris... — suspiro pesadamente — Nunca cambies. — Concluyo con un beso en su frente para después levantarse de la cama e irse dejándola con miles de preguntas en su cabeza.
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