Tiempo después...

Miércoles 31 de Julio...

Ciudad Central...

14: 26 p.m.

—Joey, un robo armado en el centro comercial. —Anunció Cisco desde el córtex—. ¿Dónde estás?

—Cruzando la calle Cornelia, voy en camino. —Se escuchó desde el otro extremo de la línea.

—El vehículo es una Van de color negro, las placas son MLP-490-B. —Informó Caitlin monitoreando unas cámaras de seguridad—. Veo un conductor en su interior, así que debes moverte rápido o escaparán.

—Entendido Caitlin.

—Ve con cuidado Joey.

—Lo tendré Doc. No se preocupe.

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Centro comercial de Ciudad Central...

14: 30 p.m.

—Bueno, eso resultó ser muy sencillo. —Los ladrones se acercaron a su auto donde un hombre los esperaba. Estaban por entrar cuando el auto avanzó unos metros y los encapuchados miraron mal a su cómplice.

—Yo no fui, lo juro. —Dijo el conductor de la Van negra, se acercaron de nuevo a la puerta y el vehículo volvió a avanzar unos metros.

—¡Maldición Brick! ¡Deja de jugar! —Volvieron a acercarse a su auto de escape y oh sorpresa.

Ahora retrocedió.

En medio de su creciente furia, Leonard Snart sacó una pistola y apuntó furioso—. Te lo advierto imbécil, si vuelves a hacer eso voy a volarte la cabeza.

Entraron y justo al momento de irse la Van no encendía y eso desesperó a Snart. —Qué haces, ¡Enciéndela!

El conductor giró de nuevo la llave y lejos de encender, la camioneta parecía estar descargada. Segundos después ésta comenzó a encenderse por sí sola, los faros parpadeaban al igual que las direccionales y el claxon sonaba de forma escandalosa; toda la unidad daba signos de estar poseída o algo así.

Cuando todo parecía esta bien la radio comenzó a cambiar de canciones, empezó sonando Baby One More Time de Britney Spears y pasó a Lose Yourself de Eminem para seguir con Rock DJ de Robbie Williams y acabar con Hot Stuff de Donna Summer.

Y después la música se detuvo.

—¿Pero qué mierda? —Susurró Lenard confundido antes de sobresaltarse al sentir como un peso extra caía con suavidad sobre la Van, rápidamente salió de su interior con un arma en manos.

Cuando lo hizo vio una figura masculina de complexión delgada sentada sobre el auto, esta tenía un atuendo negro con líneas en azul y plateado, además de un casco con una mica de cristal oscuro.

—Eres alguien que no conozco. —Comenzó a hablar el chico cuya voz se encontraba distorsionada—. Pero estás gritando y atacando como si fueras el patrón.

Este saltó del techo de la Van para caer de pie y caminar a paso lento ignorando que le estaban apuntando con 3 armas diferentes.

—Oigan esperen, hablemos como personas civilizadas. —Al ver que ninguno de los asaltantes pensaba bajar sus armas dejó ir un suspiro—. Bien, si serán las cosas, que así sean.

Snart no perdió tiempo y disparó el gatillo junto a sus compañeros, antes de que las balas lograran impactar en su cuerpo un domo de color azul rodeó el esbelto cuerpo del héroe.

—Les dije que habláramos con calma, pero se negaron... —Chasqueó sus dedos y las armas dejaron de funcionar y sin vacilar se acercó listo para comenzar una pelea física con los 3 hombres.

Aparentemente él tendría desventaja por ser solo uno contra tres, pero lo cierto es que realmente no le estaba yendo del todo mal. En el tiempo que lleva siendo un héroe había aprendido no solo a usar de sus poderes; sino que también practicaba artes marciales mixtas para poder pelear, a palabras de su padre no quería que Joey dependiera siempre de sus habilidades meta-humanas.

A eso sumarle que ha practicado gimnasia desde los 11 años; no había necesidad de decir que el chico era realmente escurridizo y agil como una mamba negra.

Uno a uno los fue noqueando, pero no negaba que estaba algo cansado, dentro de aquel traje su cuerpo le dolía un poco por los golpes que había recibido y su respiración ya era algo agitada. Quizás tenía resistencia superior al promedio, pero eso no significa que no debía comer bien y ese era el detalle; Zimmermann no había comido nada en todo el día y eso le estaba cobrando factura en estos momentos.

Dicen que el desayuno es la comida más importante del día y él se la había saltado.

Snart estaba tendido en el suelo sujetando su estómago por el dolor ocasionado por aquella patada que le fue propiciada. Cuando estuvo lo suficientemente recuperado se sacó una pistola que tenía escondida en su abrigo.

Despacio la apuntó hacia el aquel joven que momentos antes había frustrado su asalto y que pudo haber sido un éxito; estaba por apretar el gatillo cuando de repente.

—Leonard Snart, quedas detenido. —Habló un rubio con un arma en manos y ahora estaba apuntándole a quien en un futuro sería conocido como Capitán Cold.

Dentro de su traje, Joey le sonrió al detective Thawn que había llegado justo a tiempo para terminar el trabajo junto a otros miembros del Departamento de Policía, dentro de esos agentes se encontraba una castaña con un maletín colgando de su hombro izquierdo.

Jessica no perdió tiempo y a la distancia le sonrió a su hermano con orgullo y cariño.

—Buen trabajo hermano. —Susurró desde lo lejos mientras veía a su pequeño tormento despegar gracias a unos propulsores en su espalda bajo el número de personas que no tardaron muchos en sacar sus teléfonos celulares para comenzar a grabar esa silueta que volaba por el cielo—. Muy bien todos, por favor abran espacio y dejen de grabar, no me quiero ver obligada a usar gas pimienta.

—¿Por qué tendrías gas pimienta? —Le preguntó el mismo rubio que había detenido a Snart momentos antes.

—Eddie respondeme esto, ¿No tienes algo mejor que preguntar si llevo o no objetos contundentes conmigo? Por ejemplo mantener a escondidas tu relación con Iris, quien es hija de tu jefe.

—Yo solo decía.

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Laboratorios S.T.A.R.

15:06 p.m.

Las puertas del córtex se abrieron dándole paso a Joey quien al entrar fue recibido por su ahora jefe y compañeros.

—Eso fue increíble amiguito. —Cisco se acercó emocionado directo a chocar sus palmas con las de Joey—. ¿No es así Caitlin?

Snow levantó los hombros junto a una expresión neutra en las facciones de su rostro.

—Lo hizo bien.

Su sonrisa se bajó un poco, pero no se borró de su rostro.

—Veo que fuiste de compras. —Dijo Wells cuando se dio cuenta que las facciones del chico habían cambiado cuando la castaña habló.

—Compré unos juegos, también necesitamos desestresarnos, ¿No creen?

—Aquí trabajamos, no jugamos. —Dijo la doctora con un tono de seriedad en su voz.

Joey borró la sonrisa de su rostro y el lugar quedó en silencio por unos segundos, un pequeño calor se comenzó a formar en las mejillas y orejas del joven alemán quien se relamió sus labios que se estaban secando.

—¿Qué juegos compraste? —Preguntó Cisco para aligerar la tensión que se estaba creando en el lugar.

Joey sonrió, esperaba que alguien le preguntara sobre los juegos de mesa que el personalmente había comprado, sin perder tiempo se acercó a una mesa cercana donde comenzó por sacar una caja mediana con la imagen de un hombre en una camilla.

—Para Caitlin, traje un Operando, por sus dotes de bioingeniera deduje que un juego relacionado al cuerpo humano le resultaría divertido. —La doctora lo miro sin saber que decir—. Además de que ella es tan cuidadosa en lo que hace, no creo que le resulte del todo difícil este juego.

Desde que habían comenzado a ayudar al chico con su objetivo de ser un héroe, ella se mantenía al margen la mayor parte del tiempo curando únicamente sus golpes y arañazos cuando Joey salía lastimado por lo que recibir un regalo suyo le resultaba raro; aun así le dio las gracias, pudiera ser que no hablaran mucho, pero ella no era grosera.

—Gracias. —Dijo ella con el juego en sus manos.

—Para Cisco me decidí por algo que requiriera de movimiento y destreza, alguna vez me habías dicho que te gustaba mucho el ping pong ¿Cierto?

Ramón asintió y el castaño sonrió mostrando un par de raquetas y 2 pelotas.

—No. —Cisco alargó la O mientras sonreía incrédulo mientras Joey no borraba su sonrisa—. Hombre, ¿Dónde esta esa mesa? —Pregunto entusiasmado Ramon.

La alarma sonó, revisaron las cámaras y en ellas se podía ver a un repartidor con una gran caja a su lado.

—Acaba de llegar, ¿Quieres hacerme los honores y recibirla?

—Pero por supuesto que si. Y cuando regrese con esa belleza quiero una reta contigo.

—Voy contigo. —Le dijo Caitlin dejando el Operando a un lado del computador principal y ambos salieron del Córtex dejando al más joven y al más mayor en el mismo espacio.

Joey se regresó a la mesa y sacó un tablero de madera a cuadros—. Y para usted, Doctor Wells, algo más tranquilo que requiere de mucho pensamiento y estrategia, un Ajedrez clásico.

—Joey, ven siéntate, tenemos que hablar. —El menor obedeció y se sentó en una silla giratoria—. Aprecio el que hayas comprado estos juegos para mejorar el ambiente aquí, en serio lo aprecio. Pero no creo que Caitlin y Cisco le dediquen el tiempo que probablemente tú esperas que le pongan.

Joey suspiró y bajo la mirada.

—Lo sé Doctor Wells, solo intento llevarme bien con ellos. Sobre todo Caitlin, ella siempre se porta fría y distante conmigo... la verdad no me gusta que nuestra relación sea así.

—La Doctora Snow perdió a su prometido durante el accidente del acelerador lo cual la dejó marcada de por vida.

—Lo sé, sé que Ronnie falleció y me siento mal por ella, pero no entiendo por que es tan cortante conmigo.

—No te sientas mal, te aseguro que a ella le da tanto gusto como a mi y a Cisco el que estés en los laboratorios.

Levanto sus pardos mirando a Wells.

—¿Usted cree que eso? —Zimmerman miro con algo de esperanza a su ídolo en la ciencia.

—Completamente. —Harrison le sonrió al castaño para relajarlo.

—Solo espero que si juega pueda sonreír aunque sea un poco.

Las puertas del Córtex se abrieron y por esta entraron Caitlin y Cisco en compañía de 1 musculoso descargador que ayudaba al pelilargo a cargar una gran caja.

—Volvimos, armemos esto para comenzar a jugar.

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Residencia Zimmermann...

20;12 p.m.

—¿Qué tal te fue hijo? —Preguntó Walter mirando a su retoño que no hace mucho, acababa de llegar a casa.

—Detuve un asalto hacia el centro comercial  —Respondió el menor sentándose en el sillón, segundos después su canino de ya 1 año saltó para saludarlo—. Hola Apolo, yo también te extrañé.

—¡Apolo baja del sillón! —Regañó Walter al Beaggle.

—Vamos amigo, abajo. —Pidió el castaño y su amigo en respuesa bajó al suelo— ¿Y Jess ya volvió?

Su hermana se había mudado con ellos durante un tiempo indefinido debido a un problema de termitas en su departamento, y la fumigación duraría un tiempo por lo que no había un lapso definido de tiempo respecto a su estadía.

—Salió con la hija del detective West. —Walter sonrió recordando el rostro de su hija—. Es bueno saber que tiene amigos y se divierte.

—Ya sé, en Lightville era muy gris e insípida. —Joey levantó su mano y con un movimiento de sus dedos encendió la pantalla de 32 pulgadas y entró a la plataforma Netflix para ver algo.

—¿Qué fue lo que dije de usar poderes en casa Joseph? —Joey puso sus ojos en blanco cuando escuchó aquella pregunta.

—Perdón papá. —Apagó el televisor, se acercó a la pantalla y tomó el control remoto para volverla a encender— ¿Mejor?

Walter sonrió.

—Mejor.

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En algún edificio de Ciudad Central...

20:34 p.m...

Caitlin Snow cerró la puerta de su departamento, se quitó sus tacones y comenzó a caminar con libertad por su casa; estar todo el día con esos tacos de aguja era algo realmente cansado y doloroso. Entre sus brazos cargaba el Operando que misteriosamente había aparecido dentro de su auto cuando se supone, lo había dejado en los laboratorios S.T.A.R.

"Haz el intento Cait, él realmemte quiere llevarse bien con nosotros". —Las palabras de Cisco seguían resonando en su cabeza.

Abrió la caja para comenzar a sacar el tablero, una bolsa que contenía piezas pequeñas y cartas. Leyó el instructivo, le puso unas baterías al juego y se sentó en su mesa para comenzar a jugar.

Pasaron casi 15 minutos en los que no había sacado ninguna de las 13 enfermedades del paciente, y comenzaba a frustrarse.

Solo debía sacar el corazón roto, pero al momento de tomarlo y levantarlo el sonido de un timbre sonaba indicando que las tenazas tocaban los bordes de aquel pequeño órgano con una grieta.

Cansada, soltó un largo resoplido y cerró sus ojos para intentar una nueva técnica. Con mucho cuidado tomó el corazón y con un rápido movimiento levantó la tenaza, y para su sorpresa, la alarma no sonó.

—¿Lo hice? ¡O por Dios! ¡Lo hice! ¡Por fin pude! —Comenzó a saltar con una sonrisa en sus labios como una pequeña niña.

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Con Iris y Jess...

20:40 p.m.

—¿En serio le dijiste a Eddie que cargabas gas pimienta? —Preguntó la morena mirando a la castaña.

Jessica por su parte intentó contener sus ganas de reir y de golpear al rubio, ese Eddie era todo un chismoso.

Ya se las pagaría.

—Claro que no, se lo dije a la gente que quería meterse en la escena de los hechos.

—Lo que quisiera saber es qué hacías tú en la escena de los hechos si hasta donde sé, no murió nadie y tú eres solo una forense.

La chica alemana se quedó en silencio unos segundos por la pregunta que Iris le había lanzado, ¿Qué diablos se suponía que respondiera? ¿Que había ido de chismosa solo para ver a su hermano en acción? ¡Claro que no! Tendría que estar completamente loca o lo suficientemente borracha para hacer eso.

Estaba en aprietos y debía salir rápido.

Solo hizo lo primero que se le ocurrió.

—Bueno, la verdad es que yo... estoy en preparación para ser detective y oye, ¿Has visto Titanic?

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Al día siguiente...

Jueves 01 de agosto...

07: 45 p.m.

Joey trotaba con dirección hacia los laboratorios S.T.A.R., ya había hecho costumbre hacer eso, Avril Lavinge sonaba en sus auriculares cuando pasó por una escuela y presenció una escena.

Unos mocosos tenían rodeado a un niño contra una pared.

—Espero que hayas hecho mi tarea de matemáticas.

—Yo... no la hice. —El pequeño infante bajó la vista esperando el golpe que de seguro le darían.

Golpe que nunca llegó.

—¿Por qué no te metes con alguien de tu tamaño? O en tu caso, de TU peso —Cuestionó Joey a un niño con sobrepeso de unos 10 años.

—¡Lárgate imbécil! —Le gritó uno de sus cómplices.

El grupo de bravucones iba a irsele encima al castaño cuando este sonrió con maldad, usó sus poderes y en menos de 5 minutos aquellos bullys salieron corriendo mientras lloraban aterrados.

—¿Estás bien pequeño? —Joey se puso a la altura de aquel niño de unos 7 años.

—Sí... gracias.

—Me alegra escuchar eso. —Le sonrió al pequeño—. Nunca dejes que la gente te pisotee, jamás... ¿Me lo prometes?

El menor asintió y el castaño lo tomó de la mano para llevarlo a su escuela. Cuando lo dejó en la entrada se despidió y regresó a su andar pero detuvo sus pasos al escuchar una pregunta.

—Oye espera, ¿Quién eres?

Joey se giró y miró con atención al pequeño, había hablado con Cisco y su hermana sobre el nombre de su doble identidad pero aún no estaba seguro si les gustaban las ideas.

Solo 1 nombre le había gustado, y lo vio en un blog. Era un juego de palabras que significaban "corriente de tecnología" y si bien era un nombre un tanto dificil, a él le gustaba. Con mucha seguridad le sonrió al infante, ya sabía como llamarse.

—Yo soy Technostream.

FIN DEL ACTO UNO