𝗢𝟱-𝗦𝗼𝗹𝗼 𝗮𝗺𝗶𝗴𝗼𝘀
Domingo 02 de junio.
Campo de pruebas.
10:24 a.m.
Joey miraba la pila de envoltorios y contenedores de Big Belly Burguer, aún no podía creer que Barry tuviera que comer cantidades tan abismales de comida, no era las porciones las que le preocupaban; sino más bien todo el papel, plástico y cartón que se llevaban en el proceso. Le resultaba inquietante el hecho de que día a día el mundo se viera más contaminado, pero no era el asunto en ese momento.
Después de haber recibido 2 golpizas en una misma semana, el velocista estaba decidido a atrapar al hombre del traje amarillo, quien, además de ser todavía más rápido que él, era el asesino de su madre y quien sabe de cuantos más.
—Muy impresionante señor Allen. —Comenzó diciendo el Doctor Wells—. Tu reacción al estimulo a hiper velocidad continúa mejorando.
—Aún no es suficiente.
—Lo será. Sigue trabajando y concentrándote y estarás listo para la siguiente vez que el hombre del traje amarillo vuelva.
—Creo que habla, del Flash Reverso. —Dijo Cisco en un tono de misterio.
—¿Flash Reverso? —Se atrevió a preguntar el más joven del grupo.
—¿Qué? Él lo dijo. Yo no. —Se defendió—. Y tiene razón. Traje amarillo, luz roja y malo. Lo opuesto de Barry.
—Meh. —Dijeron Caitlin y Joey al mismo tiempo.
—Me gusta de hecho. —Confesó Harrison.
—Bueno estoy listo para otro round. —Anunció Barry caminando de regreso a la pista—. ¿Cuántos drones más tenemos?
—2. —Respondió Cisco caminando en dirección donde yacían el par de dispositivos—. Y tienen láser.
Barry asintió antes volver por completo a la pista.
Joey por su parte miró los drones antes de dejar ir un suspiro de nostalgia.
Esos drones no eran solo para entrenamientos, la realidad es que aquellos dispositivos fueron creados por tanto por él como por Cisco en el pasado con el fin de respaldarlo cuando comenzó como héroe y apenas estaba aprendiendo sobre sus poderes, finalmente cuando aprendió a dominarlos decidieron que se quedaran como reserva en caso de que las cosas se pusieran complicadas.
—Tal vez debería hacerle algunos cambios al dron y agregarle cosas como... —
—No. —La doctora y su jefe cortaron lo que Cisco estaba por decir y eso causó una pequeña risa en Joey haciéndolo olvidar por un momento la ola de emociones que estaba comenzando a sentir.
•─────⚡─────•
Ese día fue relativamente normal, nada fuera de lo común y eso no significaba nada bueno, menos cuando llegó la noche y se enteró de unas cuantas cosas.
—Cold aún tiene el arma que nos robó. —Dijo Cisco apoyándose en la computadora principal—. La que construimos, Joey.
—No menciones nada al respecto Cisco, por favor. —Pidió el menor un poco molesto por todo lo que le acababan de contar—. No te imaginas lo que haría si lo tuviera en frente.
No sabía qué le enojaba más; si saber que Leonard Snart había regresado, que haya robado una pistola de frío sin que se dieran cuenta, o peor aún, que en su primer encuentro hubiese lastimado a Barry.
La respuesta era fácil, todo le enojaba; simplemente no entendía cómo demonios dejaron que ese sujeto tomara posesión del crio motor que él y Cisco crearon, se suponía que sería un arma que usarían en caso de que en algún punto, si se enfrentaban a un meta malo, pudiera tratarse de alguno con super velocidad. Y lo dicho y hecho, había un velocista. Afortunadamente este era bueno y estaba en plan de salvar la ciudad.
—Sigamos con que Snart está de regreso. —Dijo Joey cruzándose de brazos, como no queriendo hablar más del tema.
Que de hecho, no quería.
—¿Y qué quiere esta vez? —Interrogó Caitlin cambiando de tema.
—A Flash. —Respondió Barry con seriedad—. Si Snart quiere una pelea con Flash le voy a dar una.
En el momento que el castaño dijo eso, algo dentro de Joey se agitó causándole cierta molestia; la idea de que Barry saliera a pelear con ese sujeto y saber que sufrió una quemadura grave que casi lo deja con daños permanentes no era algo que se debiera tomar tan a la ligera, él lo hizo en su momento y casi muere perforado por un toque de dedo en su corazón a manos de un meta-humano.
No permitiría que algo así se repitiera y acabara mal.
—No. —Sentenció.
Barry parpadeó por un momento mirando a Joey antes de formular una pregunta.
—¿No crees que deba, o no quieres que vaya?
—Ni una ni otra. —Respondió tratando de sonar casual.
—Joey no se trata de que quieras o no, se trata de un sujeto realmente peligroso. —Dijo Barry con seriedad—. Además no eres mi papá para decirme qué hacer.
—Pero soy tu amigo, y me preocupo por ti. —Refutó el menor.
El Doctor Wells, notando la creciente tensión decidió tomar la palabra.
—Creo que lo que Joey intentaba decir es que, Barry, tan veloz como eres no puedes estar en todos lados y se vuelve una cuestión de prioridades, ahora en le último mes has hecho un compromiso con incrementar tu velocidad, mejorar tus reflejos y está funcionando. Te vuelves más rápido.
—Sí pero y yo ¿Qué se supone que haga? ¿Que ignore a Snart?
—La última vez que peleaste con Snart descarrilaste un tren.
Con eso último, Joey dejó de escuchar a su alrededor, aquellas palabras le cayeron como una losa ¿Tren descarrilado? ¿Un hombre quemado por el arma? ¿Cisco disfrazando la aspiradora de los Laboratorios como un arma? ¿Qué demonios sucedió mientras él estaba desaparecido y aparentemente muerto? Apenas estaba procesando que su pistola de frío había sido robada y usada por un criminal, pero justo ahora siente que la responsabilidad de recuperar ese artefacto se intensifica. Se sentía perdido, desorientado y completamente ausente; en los últimos días no había estado en su mejor momento, tenía muchas cosas en la cabeza. Entre su inquietud por saber si aprobó el examen, tener un perro que está explorando su vida sexual y que se quiere follar a los cojines del sillón y sumando la falta de sueño eran algunas de las causas, pero ninguna se comparaba con la sensación de culpa y remordimiento que sentía.
Su mente creaba montones de escenarios donde el enorme vehículo se salía de las vías y terminaba arrastrándose por el suelo mientras la gente gritaba completamente aterrada. Él mató gente sí, pero nunca habría puesto en peligro a tantas personas al mismo tiempo, y menos por atrapar a un criminal. Para eso hacía las cosas en los momentos donde sabía que debía atacar.
Eso que Barry hizo fue completamente imprudente.
Todos en el córtex seguían hablando, pero para Joey nada tenía la más mínima coherencia; su cabeza estaba en un torbellino de emociones y pensamientos que se volvían más pesados, las voces de Caitlin, Cisco, Barry y el Doctor Wells entraban en sus oídos pero ninguna permanecían por mucho tiempo en su cabeza, sintió su respiración volverse más pesada, como si le fuera difícil inhalar. Si algo pudo digerir y retener de lo que hablaban a su al rededor era que harían algo para ayudar a la policía para protegerse del arma de Snart, pero hasta ahí. Sin dar oportunidad de hablar a los demás se levantó de su silla.
—Necesito aire. —Dijo en voz alta antes de salir de ahí ignorando por completo el llamado de Cisco.
Y sin decir más, se fue.
•─────⚡─────•
Al día siguiente.
Lunes 03 de junio.
Casa West.
12:24 p.m.
Iris y Jessica estaban terminando de empacar las pertenencias de la morena; desde que aceptó mudarse con Eddie, Jess se ofreció a ayudarla y hace 2 días comenzaron con el empacado de cosas, metiendo ropa, zapatos, fotos y demás objetos de valor en montones de cajas con nombres. Había un silencio cómodo entre ellas, roto por el sonido de objetos siendo empacados mientras la suave luz del día entraba por las ventanas iluminando la sala donde ambas se encontraban. La de piel clara estaba agachada metiendo libros en una caja mientras la morena estaba revisando que no se le quedara nada.
—Bueno, esa fue la última. —Anunció Jess terminando de cerrar la caja—. ¿No estás olvidando algo?
—Creo que no. —Respondió Iris un poco distraída, como si tuviera algo que decir—. Bueno sí: Darte las gracias por ayudarme.
—No tienes que agradecerme. —Jess hizo un movimiento de mano, restando importancia—. Es lo que cualquier amiga habría hecho.
Iris daba pasos con lentitud, como si estuviera pensando en donde pisar.
—Aún no puedo creer que me mudo con Eddie. —West parecía estar flotando en las nubes de la emoción—. Se siente tan bien, ¿Sabes?
—Claro que se siente bien. —Respondió la contraria con una sonrisa—. Digo, llevan planeando esto desde tu cumpleaños, ya casi a un mes. Solo no olvides hacer una cena de inauguración cuando estés completamente instalada e invitarme.
Iris sonríe, su expresión se suaviza a medida que observa las cajas apiladas y otras tantas esparcidas en el suelo de la sala de estar de su casa.
—Me siento emocionada, pero al mismo tiempo nerviosa. —Admitió mirando a Jess fijamente, su voz sonando un poco preocupada—. Es un gran paso. No solo vamos a salir juntos, comer juntos... vamos a vivir juntos. Será muy distinto a todo lo que hemos hecho.
—Claro que es diferente Tia. —Dice comprensiva—. Pero de eso se trata estar con alguien ¿No? Aprender del otro, el apoyo mutuo, ser el hombro donde el otro se recargue y lo más importante de todo: El sexo.
Iris parpadeó incrédula por unos segundos antes de hablar.
—Creí que mencionarías la comunicación.
—Eso también. —Respondió Jessica con una sonrisa de oreja a oreja—. Y hablando de apoyo mutuo y recargarse, tengo un regalo.
—¿Qué es? ¿Es para mí? —Preguntó curiosa la morena.
Jessica hizo un meneo de cabeza y levantó los hombros—. Creo que es más para Eddie, pero si lo prefieres de esta manera, es para ti.
Iris arqueó una ceja en señal de intriga tomando el paquete y con cuidado lo desenvuelve para ver su contenido. Se tapa la boca con una mano reprimiendo el jadeo de sorpresa mientras su rostro se enciende al ver lo que hay dentro: Un elegante conjunto de ropa interior con encaje de color púrpura.
—¡Jessica! —Chilló la morena reprimiendo una risa—. ¿De dónde sacaste esto?
—Del club Glee. —Respondió ella con cierta travesura—. Vamos Iris, no puedes negarme que es perfecto para la ocasión, además a Eddie le encantará.
—Eres una descargada. —Negó con una sonrisa—. No puedo creer que me hayas comprado esto pero... no niego que es lindo.
—Sabes que te cuido chica. —Jess le guiñó un ojo—. Y tomando en cuenta que es una nueva etapa en tu vida, ¿Qué mejor manera de celebrarla que con algo de glamour?
Iris sacude su cabeza con una sonrisa y la cabeza baja, sabe que su Jess tiende a ser atrevida y algo extremista en algunos casos, pero siempre de alguna manera ella tiene que poner su propia marca en todo lo que hace. Y eso es algo que adora de Jessica. La chica no tiene intensiones de burlarse de ella ni mucho menos humillarla, por que eso no es algo que Zimmermann haría con alguien a quien valora mucho.
—Si Eddie lo ve, le diré que fue tu idea. —Dijo Iris riendo mientras sostenía una media de red con una mano.
—Puedes culparme de lo que sea. —Jess levantó ambas manos como si le estuvieran apuntando—. Solo asegúrate de pasar una buena noche.
—Te lo advierto, si no sobrevivo a esta noche, te culparé por eso. —Iris le lanzó una mirada divertida.
—Me lo agradecerás. —Dijo Jess segura de sus palabras—. Ambos lo harán.
Ambas ríen mientras continúan empacando, la conversación sigue siendo ligera, pero el gesto de Jess le ayudó a disipar los nervios e inseguridades con respecto a la mudanza. Iris sabe perfectamente que su amiga siempre va estar a su lado ya sea guiándola, o ayudándola a poner los pies sobre la tierra.
Y eso es algo que va a valorar siempre.
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Laboratorios S.T.A.R.
16:01 p.m.
Si el día se pudiera describir con una sola palabra Joey probablemente diría schrecklich.
Para comenzar ayudó a Caitlin con su investigación con respecto a F.I.R.E.S.T.O.R.M. y al poco tiempo Barry se les unió, la doctora tenía un archivo pero al tratarse de una investigación de 800 páginas, el velocista lo leyó con su velocidad y encontraron todos los datos que necesitaban para encontrar alguna pista, ella fue a Jitters para reunirse con un tal Jason Rusch y ahora recibieron la noticia de que Cold la había secuestrado.
Por si fuera poco había otro sujeto que estaba trabajando con Leonard Snart quien a diferencia de Capitán Cold, él usaba fuego. 2 cosas que si se combinan pueden acabar muy mal.
Justo ahora estaba en el córtex con Cisco y el doctor Wells ya que Barry estaba en el CCPD donde probablemente estaba investigando más a fondo todo esto junto a Joe y Jess, pero eso no hacía menos su preocupación y angustia.
—Tranquilo la encontraremos. —Le dijo Cisco intentando hacer que se relajara aunque fuera un poco.
—Estaré tranquilo cuando tenga una mínima noticia sobre el paradero de Caitlin. —Replicó Joey con un toque de frustración.
—Barry se está encargando de eso junto a tu hermana y el resto del equipo de policía. —Dijo con voz comprensiva Harrison Wells pero ni eso parecía apaciguar el torrente de emociones que el chico estaba sintiendo.
Estaba por volver a decir algo cuando de repente las pantallas del córtex se vieron interrumpidas por una transmisión que puso al equipo tanto de los Laboratorios S.T.A.R. como del Departamento de Policía alerta; en ella se podía ver a una Caitlin Snow siendo sujetada por un hombre que el equipo no conoció de inmediato, mientras que el otro Joey lo identificó al instante.
—Saludos ciudadanos de Ciudad Central, yo soy Leonard Snart pero pueden decirme Cold. Voy a hacer esto muy simple para todos, ese rayo rojo del que he estado escuchando, el que misteriosamente salva personas desde hace varios meses... pues sorpresa, es real —Soltó una carcajada—. Se hace llamar Flash. En Porter y Maine esta noche al atardecer. Sal de ahí, sal de ahí donde quiera que estés Flash, muéstrale a todo el mundo que eres real, o esta mujer morirá.
—No, no vengas por mí, aléjate te lo pido.
Cuando la transmisión terminó Joey se tensó de inmediato, su postura estaba estática mientras que sus puños estaban apretados en puños, su ceño fruncido y una creciente ira en su interior comenzaba a brotar como la lava de un volcán. Su mandíbula estaba tensa y sus perfectos dientes estaban siendo apretados por él mismo mientras su respiración se volvía pesada junto a su pecho que estaba en un sube y baja.
Se sentía impotente, quería ir detrás de ese par y encargarse él personalmente por haber secuestrado a su amiga, en su mente habían miles de cosas que les podía hacer pero no podía hacer nada de eso, está en un proceso de sanación y redención y emplear la violencia excesiva no estaba en su diccionario. Al menos ya no.
Pero también era cierto que no pensaba quedarse de brazos cruzados cuando sabía que podía hacer algo; no pensaba volver a ser un héroe, definitivamente no,
—¿Qué haces? —Preguntó Cisco.
—Hackeo las cámaras de vigilancia de Ciudad Central. —Respondió con la vista en la pantalla, su expresión reflejaba la preocupación y la determinación que estaba sintiendo en ese momento—. Si queremos saber dónde la tienen esos imbéciles será necesario revisar todas las cámaras y con eso encontrar la ruta que usaron al momento de habérsela llevado.
Mientras Cisco tecleaba en el computador principal, Joey estaba en otro computadora observando un mapa de Ciudad Central y después de un par de minutos (si no es que menos) encontraron la ruta por donde se fueron Snart y su pirómano asistente.
—Aquí está Jitters que es de donde se la llevaron. —Joey apuntó con su dedo un punto en rojo, y después siguió el rastro que se mostraba en pantalla—. Esta es la ruta que siguieron, la cual lleva a un almacén vacío ubicado cerca de las afueras de Ciudad Central.
—Necesitaremos transporte. —Dijo Cisco.
Joey asintió antes de mirar al hombre de silla de ruedas. —¿Doctor Wells?
—Pueden usar una de las van de Laboratorios S.T.A.R
—No será necesario. —Una nueva voz se unió a la conversación, los 3 se giraron y vieron a Joe West de pie en la entrada del córtex.
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Momentos después...
19: 56 p.m.
—Este sitio es horrible. —Murmuró Joey iluminando con una linterna de mano—. Definitivamente no es algo que Snart usaría para esconderse, pero debido a su gusto por las cosas lujosas un escondite con el aspecto de un mausoleo le resulta bien. Uno nunca pensaría que se escondería aquí.
—Definitivamente tendré eso en cuenta la próxima vez. —Dijo Joe más para él que para los otros 2.
—Caitlin. —Comenzó a llamarla Cisco—. Cailitn, ¿Eres tú?
La voz de la doctora salía, mas no producía palabra alguna pero por su tono y el volumen empleado dedujeron que estaba cerca. Caminaron otro poco hasta que la vieron, estaba en una silla amordazada y su rostro pálido del susto.
—¡Caitlin! —Cisco comenzó a acercarse mientras subía unos escalones, de pronto la voz del menor lo llamó en un volumen considerado.
—¡Cisco, detente! —Obedeció de inmediato al llamado de Joey quien se posicionó a su lado con la mirada al suelo.
A unos centímetros de los pies de Cisco yacía una delgada y casi invisible cuerda, supo en ese momento de qué se trataba eso.
—Caitlin, no te asustes pero hay una bomba justo debajo tuyo. —La voz de Joey salió suave pero el mensaje se sintió como un martillo en el pecho de la doctora.
Quizás debió usar una mejor opción de palabras, ya que ahora su amiga se veía más asustada que momentos antes, sin decir alguna otra cosa Joey levantó una de sus palmas y con un movimiento el sonido de un clic se escuchó debajo de la silla donde Snow estaba atada y varias piezas cayeron al piso haciendo un poco de ruido.
—La próxima vez que vea al rey helado le pondré esa bomba en el... —Miró a Cisco y a Joey que lo miraban detenidamente—. Está bien, me callo.
Se acercaron y la desamarraron. En el segundo que las cuerdas dejaron de hacer presión en su cuerpo una nueva fuerza la rodeó, unos brazos delgados pero cálidos.
—Perdón por casi haberte provocado un infarto. —Susurró abrazando a la mayor.
—Solo por que estuviste a punto de decir lo que harás con Cold cuando lo veas. —Dijo ella correspondiendo al abrazo.
Y era cierto, la próxima vez que viera a Cold necesitaría que alguien lo sujetara para no lanzarse a él y hacerle sabe Dios quien sabe qué.
•─────⚡─────•
Mas tarde esa misma noche.
21: 34 p.m.
Eso fue todo, hace menos de una hora Loenard Snart y su compañero de nombre Mick Rory fueron capturados y llevados a prisión y esta vez esperaba que para un largo tiempo, aunque eso parecía imposible ya que parecían villanos de una caricatura promedio donde los criminales salen de la cárcel cada 3 episodios.
El castaño caminaba con calma por las calles, el sonido de los autos, las luces de los establecimientos y las personas caminando a su lado eran un contraste con lo que él estaba sintiendo en ese momento, todo el mundo parecía ajeno al dolor o emociones negativas y era como si solo él estuviera en un momento de reflexión sobre todo lo sucedido en el día.
En su caminar llegó a un parque, el viento fresco de junio golpeaba su rostro revolviendo sus hebras y por un momento cierra sus ojos disfrutando de la brisa, se mueve por la acera hasta que llega a unos columpios y se sienta en uno apoyando sus codos en sus rodillas y esconde su rostro entre sus manos mientras deja escapar un largo suspiro. Quizás ya habían detenido a Snart, entonces, ¿Por qué la sensación de culpa aún estaba aojada en su interior? ¿Por qué tenía la sensación de que su regreso no significó nada bueno?
Con ese torrente de pensamientos y cuestionamientos dejó escapar un quejido que reflejaba su creciente incertidumbre.
—¿Qué se supone que debería estar haciendo? —Susurró para sí mismo, esperando que alguien pudiera darle una respuesta.
El sonido de unos pasos lo sacó de su ensimismamiento. Barry notó que a diferencia del resto del equipo, el menor no se mostró del todo emocionado por la captura de Cold, de hecho su rostro reflejaba todavía algo de culpa, por eso en el momento que Joey decidió irse de los Laboratorios decidió seguirlo en silencio. Ahora estaba a unos metros de él.
—Joey, ¿Qué sucede?
Joey no respondió de inmediato, en su lugar cerró sus ojos apretándolos como si con eso pudiera escapar un momento de la realidad y sus problemas, ¿Por qué él? ¿Por qué no Caitlin o alguien más?
Barry notando ese silencio estaba debatiendo si era prudente o no acercarse y sentarse a su lado; estaba tentado a irse, su amigo parecía estar en un momento donde quería estar solo y tener su propio espacio, pero algo dentro de su cabeza le decía que debía quedarse, acompañarlo en su tristeza y ver si podía ayudarlo de alguna forma. Finalmente decidió quedarse, con mucho cuidado de no hacer mucho ruido se sentó en el columpio de lado, sabía por lo que su pequeño amigo estaba pasando, y quería estar ahí, a su lado, mostrarle que no estaba dispuesto a dejarlo enfrentar todo esto solo.
—Es difícil ¿Sabes? —Preguntó después de un silencio prolongado—. Pensar que con tu ausencia todo va a estar más que bien, y saber que todo empeoró no es algo que uno desearía escuchar o saber.
—Sé que es duro, pero no tienes que hacer esto solo. —Su voz sale suave, en un tono comprensivo que pueda ayudarle a acercarse al menor.
Joey en respuesta baja la mirada, guardando silencio, parece que Barry tiene cosas por decir así que decide dejar que hable.
—No sé cómo hacer eso. —Admitió con su voz suave, como una cuerda de estambre—. Me fui con la intensión de que las cosas pudieran mejorar y todo el dolor que provoqué desapareciera, y en vez de eso las cosas no salieron como lo imaginé... me siento como un idiota.
—No digas eso. —Le pidió el velocista con un tono firme, pero sin dejar su suavidad.
—Es la verdad Barry. —Levantó su mirada y miró al frente, hacia un punto indefinido—. Se supone que todo volvería a la normalidad, pero me acabo de dar cuenta de que no sirvió de nada por que las cosas están igual o incluso peor y no puedo dejar de pensar que es mi culpa.
—No es tu culpa. —La voz de Barry se volvió seria, pero comprensiva—. Nunca lo fue.
Joey deja escapar una pequeña risa.
—Tal vez no, pero justo ahora no sé si sea cierto... —Su garganta se sentía seca, como si llevara un desierto ahí dentro.
Permanecía en silencio, poniendo atención a cada cosa que el chico relataba, cada palabra que salía de Joey parecía tener más peso que la anterior, la tristeza y culpa acompañaban la voz del menor y eso, logró resonar en el interior de Barry. Aunque en un inicio se había ofrecido a brindarle palabras de aliento y escucharlo para encontrar la forma de consolarlo, algo dentro suyo se agitaba con cada cosa que Joey decía. Era una sensación desconocida; una mezcla de empatía, combinado con un deseo de hacer algo, cualquier cosa que pudiera aliviar el dolor de su amigo. No se trataba de ser un héroe, ni de ser un guía o algo así, se trataba de algo más profundo, algo más auténtico, pero no sabía cómo describirlo.
—Pienso que no importa lo que haga, no será suficiente para mejorar como persona y enmendar todo lo que hice en el pasado. —Seguía hablando Joey, sus ojos empezaron a brillar y su respiración se volvía un poco pesada.
Barry lo observaba, sintiendo una urgencia crecer en su pecho, no sabía qué era eso, pero le estaba pidiendo que hiciera algo. Había visto a Joey sonreír, contar algún chiste o anécdota, ayudar en los Laboratorios S.T.A.R. entre otros momentos, pero con una sonrisa. Ahora lo miraba así, tan decaído, triste y agobiado, que solo deseaba ver esa sonrisa de nuevo. Y fue entonces cuando Zimmermann finalmente le dirigió la mirada que lo vio. Vio el dolor en sus ojos.
Y algo dentro suyo se oprimió.
—Lo único que solía hacer era pensar en lo que hubiera hecho, en lo que podría haber hecho y en lo que debería haber hecho.
Eso fue todo, su amigo necesitaba algo más que solo palabras. Sin pensarlo 2 veces se levantó del columpio mientras Joey lo miraba ponerse de pie frente a él.
—¿Barry?
No tuvo mucho tiempo de asimilar lo que pasaba a su alrededor, cuando reaccionó ya estaba con su rostro cerca del pecho de Barry. El velocista se inclinó antes de envolverlo en un firme y cálido abrazo, Joey estaba sufriendo por cosas que no era su culpa, y en su interior, una voz lo impulsó a hacer algo que pudiera aliviar el dolor de su amigo, ¿Fue el instinto? ¿Emoción del momento? No estaba seguro. Era un gesto que además de tener buenas intensiones, nació del deseo de verlo feliz.
Joey por su parte estaba inmóvil, sus ojos se abrieron por la clara sorpresa, su cuerpo se tensó en el momento que los brazos de Barry lo tomaron desprevenido pero de inmediato comenzó a relajar sus músculos. Su corazón dio un vuelco, y probablemente comenzó a dar vueltas dentro de su pecho como una bailarina mientras sus mejillas se encendieron en un color rosa bastante marcado; el abrazo de Barry fue algo que no esperaba para nada, pero sin duda le estaba trasmitiendo mucho en ese momento, calor, reconforte y un cosquilleo que subía por toda su columna.
—Hiciste lo que creíste correcto en ese momento, Joey. —Dijo suavemente Barry sin romper el abrazo—. Todos tomamos decisiones difíciles. Pero ahora que estás de vuelta, podemos enfrentar lo que venga juntos. Nadie te culpa por lo que pasó. Ni yo, ni el equipo.
Joey no necesitó decir mucho, solo le bastó con cerrar los ojos y dejarse llevar por la sensación, despacio se hundió un poco más en el abrazo.
—Gracias Barry... —Susurró con suavidad, aferrándose a castaño—. Gracias de verdad... no sabes como necesitaba esto.
En respuesta Barry lo apretó un poco más contra él, sintiendo que ese momento era más importante de lo que imaginó. El impulso que lo llevó a abrazar a Joey no solo le trajo calma al menor, muy en el fondo a él también le transmitió cierta tranquilidad. El calor del cuerpo de Joey, la forma en que se aferró a su sudadera le decía que hizo lo correcto.
—Aquí estoy Joey, siempre que necesites algo no dudes en decirme. —Murmuró bajo.
El abrazo se prolongó un poco más de lo esperado, no fue hasta que Joey sintió que ya estaba listo para separarse. Levantó su vista un momento y sus ojos se encontraron momentáneamente, el mundo a su alrededor dejó de existir y los envolvió un silencio que se rompía únicamente por el sonido de... realmente nada, era un silencio perfecto.
Los ojos de Barry lo miraban y Joey sentía como esos océanos atravesaban su ser de una forma en que podían decirle mucho y al mismo tiempo nada, quería sumergirse en ese par de lagos y bucear a lo más profundo, su pulso si antes estaba acelerado por el abrazo ahora latía todavía más rápido provocándole cierto cosquilleo o la sensación de desmayarse en ese mismo instante al notar lo cerca que estaban sus rostros. Quería acercarse, evaporizar esa distancia y que el mayor le correspondiera el gesto que se coló en su cabeza, pero se detuvo.
Sabía que era inútil, no podía hacer eso.
Barry no podía corresponderle como él quisiera y no lo culpaba, nadie elige a quien amar en esta vida y lamentablemente él fue una víctima de la otra cara del amor, aquella que te lleva a querer estar con alguien con quien, por muy doloroso que sea, nunca podrá estar a tu lado.
Solo le quedaba aceptar que serían amigos y no más allá.
—Gracias... amigo. —Le dice con una pequeña curva en sus labios.
Barry por su lado, ajeno al tormento de Joey sintió una calidez invadir su pecho, era una satisfacción y al mismo tiempo un alivio; se sentía muy bien, y como no, si había logrado su objeto que era sacarle una sonrisa a Joseph Zimmermann.
AHHHHHHH no sé como que no me gustó mucho el capítulo jsjsdjs.
¿A ustedes sí?
No olviden votar y comentar.
Tschüss.
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