𝗢𝟱-𝗙𝗮𝗻𝘁𝗮𝘀𝗺𝗮
Sábado 5 de abril.
Ciudad de Detroit.
07:28 a.m.
Es una mañana fresca, el viento fresco sopla con la fuerza suficiente para hacer desprender las hojas de los árboles y elevar cometas en lo alto, pero no era el caso. Las personas iban y venían por las calles, avenidas y aceras, unos a su trabajo y otros saliendo a correr; de una manera u otra Detroit no permanecía vacía apenas el sol salía.
En una cafetería de nombre "Ronan's" se encontraba Joey Zimmermann, en su mesa de siempre, una ubicada cerca de la esquina donde se encuentra un ventanal con vista a la calle y como era de costumbre, sentía unos cuantos pares de ojos siguiendo sus movimientos, ¿Qué acaso esas chicas no podían ni dejarlo en paz los fines de semana? ¿Qué no se le veía que le gustaban los chicos? Bufó un poco molesto por el acoso que estaba recibiendo, al menos así fue hasta que una conversación se coló en sus oídos.
—¿Has oído las últimas noticias? Alguien está destapando toda la corrupción en el gobierno. —Escuchó hablar a una mujer—. Están todos en pánico.
—¿De verdad? No me extraña, con todo lo que ha estado pasando últimamente. —Ese fue un hombre—. Todo se está volviendo un caos.
Los últimos días desde que el sol salía en la ciudad de Detroit, las cosas habían estado bastante caóticas; comenzando con manifestaciones afuera del ayuntamiento y en varias residencias de políticos y senadores, vandalismo, etc.
El pueblo por fin estaba abriendo los ojos y él estaba cada vez más cerca de desenmascarar al gobierno. Sin poder controlarse, decidió seguir escuchando la conversación.
—Lo único que quisiera saber es quien podría ser. —Dijo la fémina.
—Nadie sabe sobre su identidad, las cámaras de seguridad siempre están fallando. —El hombre resopló—. En el periódico y las noticias lo llaman "el fantasma", ya que pareciera tener una aura muy pesada y es descrito como alguien a quien nunca se le ve la cara.
Mientras la pareja conversaba, el castaño escuchaba todo con atención, y una ligera sonrisa aparece en su rostro sintiendo una mezcla de satisfacción y alivio sabiendo que su trabajo realmente estaba dejando el impacto y los resultados esperados.
—El fantasma ¿Eh? —Dijo para él mismo. —No está nada mal.
De repente un joven se sienta frente a él, era un hombre de unos 28 años, vistiendo colores oscuros.
—Miller. —Saludó Joey.
—Zimmermann. —Le regresó el mayor—. ¿Encontraste algo nuevo?
Joey asintió y con cuidado de no levantar sospechas sacó una memoria del bolsillo de su suéter.
—Todo lo que necesitas está aquí. —Dijo el menor con discresión—. Pero ten cuidado, estas personas no dudarán en silenciar a quien intente exponerlos.
El hombre frente a él asiente y mantiene una expresión seria en su rostro.
—Aprecio lo que estás haciendo, Zimmermann. Me aseguraré de que esto se maneje con cuidado y discreción. Gracias por confiar en mí.
—Me mostraste un interés bastante notorio por querer lo mejor para la cuidad. —Dijo Joey—. Y aprecio aquello.
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Ciudad Central.
Coffe Jitters.
13:35 p.m.
—¿Te salvó? —Preguntó incrédula Iris llegando con 2 cafés.
Jessica asintió entusiasmada y con una sonrisa.
—Fue increíble, creí que iba a morir en ese momento. —Respondió—. Sobre todo por que la chica con la que me llevaron comenzó a gritar. Pensé que terminaríamos en un basurero o algo así.
—No vuelvas a decir eso ni de broma Jessica. —Le dijo Iris con un tono que reflejaba seriedad. —Si algo así te sucede me muero.
—Lo siento mamá.
—Lo importante es que estás bien. —Dijo Barry con una sonrisa reconfortante aunque por dentro sus nervios eran burbujeantes.
Desde el día que la salvó había estado bastante nervioso pensando en si Jessica habría sospechado algo al respecto. Fue bastante arriesgado, pero es un héroe y eso es lo que hacen los héroes: Mantener a salvo a los cuidadanos aún si eso significa que sean amigos cercanos; es en esos momentos cuando deben ser más cuidadosos para no generar sospechas.
—Lo sé, debieron verlo. —Jess suspiró—. Llegó y desapareció como la luz... fue increíble. Él es increíble.
—¿Él? —Barry levantó una de sus cejas— ¿Cómo sabes que no era ella?
Jess hizo negó con un pequeño movimiento de cabeza.
—Tenía anatomía de hombre, altura de hombre, en fin, era un hombre. —Miró a Barry y sonrió levemente—. Pero lo más loco fue escuchar su voz.
Su voz.
Con esas simples palabras el velocista sintió un nudo en el estómago y una ola de nervios, incomodidad y un deje de temor se esparció por todo su cuerpo pasando por su pecho hasta sus manos y sus pies, por la columna vertebral a su cabeza mientras su pulso se disparó con la fuerza de un tren bala. No podía estar pasándole esto.
—¿Qué con su voz? —Preguntó la morena curiosa.
La malvada Jessica sonrió de oreja a oreja mostrando su perfecta dentadura haciendo hacia atrás su cabello con su mano libre mientras que en la otra sostenía una taza con el logotipo del café.
—Tenía voz de niña. —Repondió provocadora—. Chillona y cero masculina, ¿Han visto Dragon Ball? Hablaba igual que el asistente del gato morado sin pelo.
Barry cambió su expresión de preocupación y ansiedad a una cara de indignación de inmediato con haber escuchado eso último, él no tiene voz de niña en lo más mínimo, al contrario, muchos encontraban encantadora su voz, ¿Quién se cree ella para decir eso? ¿Qué no ha escuchado su propia voz? ¡Ella habla como Trina Vega y nadie le dice nada!
Estaba seguro que si fuera un hombre su voz sonaría como la de Monkey D. Luffy.
Por su parte Iris reía a carcajadas llamando la atención de algunas personas incluyendo a sus compañeros de trabajo.
—Ya sé quién es, pero en estos momentos no recuerdo su nombre. —Dijo la morena respirando agitadamente tratando de recuperar el aliento y limpiaba sus pequeñas lágrimas que se acumulaban en sus lagrimales.
—¿Hablas de Whis? —Cuestionó Eddie conteniendo la risa y Iris volvió a su reír sin molestarse en disimular.
—¡Exacto! ¡Hablaba como él! —Dijo Jess y al instante dejó de sonreír. —Espera, conoces a ese personaje, ¡¿Pero no supiste responder a quién era Charmander?!
—Ya te lo dije, mis padres no me dejaban ver Pokemon. —Se defendió el rubio.
—No me digas, ¿Dijeron que Pokemon era el diablo o algo así?
—Mi abuela decía esas cosas. —Eddie levantó sus hombros—. ¿Por qué?
—Lo mismo decía la mía de Hello Kitty, yo tenía mi cuarto lleno de ella y mírame. —Bebió de su café antes de seguir hablando—. Sigo con vida.
—Eso es por que hasta el diablo te tiene miedo. —Respondió el rubio sin vacilar pero en susurro.
—¿Qué insinuas Thawne? —Interrogó la castaña en un tono entre amenazante y divertido.
Mientras Jessica y Eddie discutían y Iris se ahogaba con su propia risa, Barry dejó escapar un suspiro y agradeció a Dios que el tema de "el rayo" quedara en segundo plano; realmente estaba comenzando a sentirse ansioso y hasta cierto punto temeroso de que su secreto fuera descubierto. Sobre todo por que su amiga era realmente una experta en descifrar ese tipo de desafíos o como ella los suele llamar: "Puzzles".
En el tiempo que él estuvo en coma, ella resolvió varios casos que se quedaron sin resolver y estaba recibiendo capacitación para comenzar con ser detective. Sin embargo aún había un caso que no podía resolver y ese era el paradero de su hermano.
Barry estaba consciente de ese caso y tras comparar los apellidos y el parentesco no le fue nada difícil deducir que Joey Zimmermann era el hermano de Jessica. Cabello marrón, piel blanca, ojos cafés-aunque los de Joey eran más lindos-y desde luego, el apellido.
En estos momentos toda su cabeza era una torre en constante tambaleo y no sabía por cuanto tiempo más iba a resistir.
—¿Vas a dejar que tu novio me hable así? —Preguntó Jess mirando a Iris con falsa indignación.
—Ahm... —La morena se levantó de la silla con una sonrisa culposa—. Tengo que hacer pis.
Rápido se fue de la mesa sabiendo que cuando Jessica se molestaba lo mejor era evitarla y no darle ni los buenos días.
—¡Disfruta tu pis! —Le gritó sin exagerar mientras la seguía con la mirada—. ¡Pero te advierto que vas a viudar sin haberte casado!
•─────⚡─────•
Ciudad de Detroit.
21:09 p.m.
Joey se encontraba de el interior de su departamento, las luces estaban apagadas, su mirada concentrada en la televisión en silencio sintiedo una ola de emociones golpearlo con la fuerza de mil cachetadas. Siente una presión en el pecho que estruja su corazón cuando lee la nota y una cara conocida para él está en pantalla. Su mente estaba en blanco en esos momentos por las palabras de la reportera, y viendo la imágen de un hombre joven de cabellos negros y ojos grises.
—El periodista e investigador Jason Miller fue encontrado muerto en su domicilio esta tarde, se contaron y registraron un total de 25 impactos de bala distribuídos en su torso, pecho y cabeza. Las autoridades están investigando el caso pero hasta el momento no hay sospechosos sobre este crimen. Justo ahora su hogar está lleno de seres queridos brindando su apoyo a su familia y prometida.
—Está muerto... —Murmuró sin despegar la vista del televisor. —Jason está muerto y todo es mi culpa...
Se levantó y comienzó a caminar en círculos mostrándose preocupado, inevitablemente las emociones se apoderaron de él y un sentimiento de arrepentimiento se instaló en su pecho, era como un retorcijón direto en su corazón que lo estrujaba cada vez más fuerte; Miller era realmente un buen tipo que estaba dispuesto a ayudarlo a destapar todo sobre la red de corrupción del gobierno, y ahora, justo cuando se encontraba cada vez más cerca de lograrlo, y tal como lo imaginó, el chico había sido silenciado.
Ahora lo más seguro era que aquellos sujetos que acabaron con Miller, estuvieran buscando a la persona que dio información valiosa y no descansarían hasta dar con aquel que estaba trabajando desde las sombras y darle el mismo destino que el del joven reportero.
En ese momento comprendió que se trataba de algo serio y Joey sabía que su vida corría peligro, si bien no le asustaba el estar rodeado por matones ya que lo estuvo algunas veces, lo mejor era no confiarse solo por tratarse de simples humanos.
Dicen que en este mundo hay que temer más de los vivos que de los muertos. Joey lo interpretaba como "Hay que tener miedo de los meta-humanos, pero ten más miedo a los humanos".
Minutos más tarde estaba en su colchón con la mirada perdida en el techo, analizando y digiriendo toda la información que recibió hace unos instantes; estaba considerando seriamente tomar sus pertenencias y huir de Detroit, pero sabía que eso no le traería nada bueno; ya estaba escapando de su trágico pasado como un héroe que terminó con su juicio cegado y las manos cubiertas por sangre.
Cerró sus ojos y una serie de imagenes y diálogos llegaron a su cabeza, esa fue la última vez cuando recibió un consejo.
⚡| FLASHBACK |⚡
El cielo estaba oscuro, con nubes negras cubriéndolo y como consecuencia, la luna no estaba a la vista; una ligera llovizna caía con calma dando un tenue rocío a las calles y edificios de Ciudad Starling.
El chico estaba de pie en el techo de un edificio, con la mirada perdida en el nublado manto que de vez en cuando parpadeaba de luces provocadas por los relámpagos. La brisa era fresca, golepando con suavidad su rostro y meneando delicadamente sus hebras castañas haciéndolas bailar unas con otras y Joey cerró sus ojos disfrutando del soplar del viento nocturno.
—No es seguro estar en un lugar como este a horas de la noche. —Escuchó hablar a sus espaldas.
—¿Qué puedo decir? Este lugar es hermoso. —Respondió con desinterés aún sin darse vuelta.
—Por la forma en como actúas puedo decir que en algo piensas.
Un silencio abrumador se apoderó del lugar, pero no duró mucho cuando se escuchó el sonido de un suspiro.
—Necesito saber si mis poderes, lo que soy... —Joey bajó la mirada, y se quedó mirando el suelo—. No me convierte en un monstruo como muchos solían decirme.
—Todos tenemos nuestros demonios del pasado niño, algunos más pesados que otros pero son parte de nuestra lucha. —Sentenció Flecha con seriedad—. Tus acciones no definen quién eres, sino lo que decides ser. He visto personas con habilidades extraordinarias hacer cosas terribles, y a perdonas ordinarias hacer cosas increíbles.
—Hice cosas de las que no me siento orgulloso. —Levantó la mirada y se giró para mirar al arquero—. Cosas... que me hacen cuestionar si merezco llamarme héroe... si merezco estos poderes...
—En esta vida nadie está excento de cometer errores. Lo importante es aprender de ellos y usar nuestras experiencias para ser mejores. —Dijo Oliver con determinación—. Vi lo que haces, y puede ser un don o una maldición, depende de cómo elijas usar tus habilidades.
—No sé si puedo ser como tú, ser un... —Buscó la palabra correcta para referirse—. Vigilante...
—Como le dije una vez a un amigo, puedes ser más que eso niño... puedes ser alguien que cuide a la gente sin llamar la atemción, alguien que los ayude desde lo alto o desde las sombras, como un ángel. Un ángel guardián.
Joey analiza todo lo que le han dicho, y después de un momento de silencio respira hondo, absorbiendo las palabras de Oliver. Lentamente empieza a sentirse un poco más tranquilo, sus dudas disipándose lentamente. Su mente estaba comenzando a aclararse y todo atisbo de temor e inseguridad se desvanecía.
No necesitó pensar en mucho para dar su veredicto.
—Quiero ser alguien que ayude, alguien que proteja a los inocentes. —Respondió el menor seguro de sus palabras—. Pero esta vez, no pretendo escapar de mi pasado.
—Nadie puede cambiar o escapar de su su pasado, Joey. Pero podemos forjar nuestro futuro. Usa tus poderes para ser la diferencia que deseas ver en el mundo. No te rindas, y no dejes que el miedo te controle. Siempre habrá personas que necesiten de alguien como tú.
Ambos se sostuvieron la mirada por varios segundos y un silencio hasta que el menor se decidió a romper el hielo.
—Gracias Flecha. —Joey sonrió con levedad, agradecido por sus palabras—. Necesitaba una dosis de realidad.
—Puedes hacer grandes cosas niño, está en tus manos si quieres cambiar para bien o para mal.
Con un pequeño asentimiento de parte del menor, Oliver Queen lanzó una flecha directo a un edificio antes de lanzarse él mismo al vacío. Por un momento Joey sintió su pulso bajar cuando vio semejante acción, rápido se acercó al borde y al hacerlo pudo distinguirlo columpiarse hasta desaparecer.
Soltó un largo suspiro de alivio agradeciendo que no cayera directo al pavimento ya que de lo contrario sería una mancha verde.
—Eso, es ser bárbaro. —Miró de nuevo el cielo sintiéndose renovado y con un propósito real. —Adiós... Oliver. Y gracias de nuevo.
⚡| FIN DEL FLASHBACK |⚡
—Oliver tiene razón, está en mis manos hacer el bien o el mal. —Soltó un pequeño suspiro y sonrió—. Y yo haré el bien.
Sin vacilar se acercó a las ventanas para comenzar a cubrirlas con las cortinas y así, evitar que la luz escapara; estaba por hacer algo que involucraba luz azul.
Sabía que esto sería peligroso y bastante arriesgado; por eso era primordial actuar con cautela y con extremo cuidado. La pérdida de un aliado había sido solo el inicio de lo que podría ser una carnicería y en la que probablemente él podría estar en unos días.
La justicia es un camino difícil y desafiante, pero es necesario para llegar a la paz.
—No te preocupes, Jason. —Susurró con suavidad—. Tu muerte no será en vano.
Cuando se aseguró de que no hubiera ventana sin cubrir, se acercó a su laptop con una memoria en manos, se la colocó al dispositivo. Se sentó en el suelo en posición de mariposa con su portatil delante de él y comenzó su labor.
—Activando teclado elevado. —Recitó con una voz firme.
En solo 1 parpadeo una serie de hologramas comenzaron a aparecer a sus costados, parecían teclados de todo tipo, el central era un teclado de escritorio y frente a Joey había una variedad de fotos de noticias de diversas fechas y múltiples eventos anteriores.
—Haré esto solo. No puedo poner en riesgos más vidas. —Comenzó a teclear en los brillantes y azules holográficos con velocidad—. Las personas necesitan ayuda, y yo seré quien los ayude.
Tomó su iPhone 6s Plus y al desbloquear la pantalla entró directo en la galería donde se albergaban infinidad de fotografías, todas acomodadas en distintas carpetas hasta que se detuvo en una carpeta.
"Familie Zimmermann".
Entró en la primera carpeta y tocó una de las fotos más recientes, al menos de las que tenía.
—No se preocupen, prometo que pronto estaremos juntos de nuevo. —Murmuró con suavidad mirando una imagen que tenía en pantalla.
En ella se podía apreciar una foto suya con su padre, hermana y en sus brazos se encontraba un pequeño cachorro de beagle. En el fondo se podía apreciar un bello atardecer acompoñado de un azulado océano.
Era la primera vez que Apolo visitaba el mar.
Apolo.
Un montón de dudas y pensamientos comienzan a aglomerarse en su mente y muchas de ellas sin respuestas claras, ¿Cómo estará su amado perro sin él? ¿Estará bien? ¿Lo extrañará tanto como él lo hace?
—¿Cómo te encontrarás mi solecito? —Preguntó al aire deseando que su amigo de cuatro patas estuviera bien cuidado, alimentado y sobre todo, recibiendo el amor que se merece.
Extrañaba a su padre, a su herman, extrañaba a Iris, y sin poder admitirlo también extrañaba a Cisco, Caitlin y al doctor Wells aunque no hayan acabado en buenos términos; los extrañaba a todos. Pero si había alguien a quien extrañaba más, ese era su querido perro con quien había pasado muchos momentos juntos; desde salidas al parque durante la tarde y horas de juegos, hasta las noches cuando se acurrucaba en sus pies a la hora de dormir.
—Solo un poco más amigo. —Murmuró con voz temblorosa—. Hago esto por ti también, pronto estaré a tu lado.
•─────⚡─────•
Ciudad Central.
Residencia Zimmermann.
21:13 p.m.
Walter estaba sentado en el sillón mirando la televisión en busca de algo interesante, a un costado suyo estaba Apolo, durmiendo y con su cara en una de las piernas del padre de su humano.
De repente, Zimmermann se detiene en las noticias sobre una misteriosa explosión que hubo a unos kilometros de Cuidad Central hace unas horas, más en específico en el mar; las imágenes mostradas en pantalla resultaban impactantes y pareció ser de una enorme magnitud. Pero no fue eso lo que llamó su atención
—¿Pero qué... —Sus ojos se centraron en lo que parecía un rayo en el agua—. ¿Qué es eso?
—¿Qué es qué, papá? —Preguntó su hija desde la cocina.
—Un rayo en el agua, justo después de la explosión.
La castaña miró a su padre con el ceño levemente fruncido, no tanto por el rayo ya que ella sabía de su existencia, sino más bien por aquella enorme detonación en el cuerpo de agua hace unas horas.
—¿Un rayo dices? —Vaciló en su pregunta y su padre asintió.
—Había oído hablar de él, pero nunca lo había visto. —Retiró su mano del lomo de Apolo y talló el puente de su nariz—. Algo me dice que Harrison y ese par tienen algo que ver.
—Sí, sobre eso papá, hay algo que debo decirte.
—Te escucho.
•─────⚡─────•
Ciudad de Detroit.
23:24 p.m.
Estaba sentado en una silla, con una venda en sus ojos y un trapo en la boca; estaba amordazado y no había nada que pudiera hacer.
De repente el eco de unos pasos le provocó un escalofrío en todo su cuerpo, el sonido dejó de escucharse para dar paso a un golpe en su rostro y de un jalón le fue retirada la venda de los ojos y boca.
Joey levantó su vista y frente a él había un hombre de unos 47 años, ojos verdes y cabello negro. Junto a él, había un docena de hombres armados rodeando al menor. Algunos con pasamontañas y otros con máscaras de payasos.
—Así que tú eres el fantasma. —Dijo de forma vacía intentando esconder su sorpresa—. Admito que creí que se trataba de alguien más grande.
—No juzgues un libro por su portada. —Sonrió el pequeño antes de recibir otro golpe que terminó rompiendo su labio inferior.
—Crees que puedes jugar con nosotros, ¿eh? Ya viste lo que le pasó a tu amigo Miller. —El líder se acerca amenazante al joven atado—. Si no quieres terminar igual, mejor empieza a hablar.
—No sé de qué están hablando. —Joey se encogió de hombros—. Solo soy un tipo normal.
Aquellos hombres rieron fuerte pero sin bajar sus armas, Joey aprovechó la situación y cerró sus ojos para concentrarse. No quería hacerlo, no quería ensuciar más sus manos pero no había otra alternativa.
Muerto el perro se acaba la rabia.
Las luces parpadearon unos segundos, llamando la atención de los sicarios que se distrajeron un momento.
—No se distraigan. —Les ordenó el patrón del cartel con firmeza.
Las luces comenzaron a parpadear con más frecuencia, y afuera se escuchó las alarmas de varios autos, como si alguien los estuviera intentando abrir a la fuerza.
—¿Qué mierda está sucediendo? —Preguntó uno de los matones.
Finalmente las luces se apagaron y la habitación quedó en completa oscuridad, misma que se inundó del sonido de varias detonaciones seguido de disparos y gritos cargados de dolor y agonía. Uno a uno estaban siendo atacados entre el negro infinito.
—¡¿QUIEN DEMONIOS ERES?! —Gritó el líder con la voz quebrada por el dolor de su pierna ocasionado por la explosión de su teléfono.
—En las noticias me llaman el fantasma. —Respondió el menor con una sonrisa que reflejaba inocencia pero eso era lo último que desprendía—. Y ahora, soy el que tiene el control.
•─────⚡─────•
Minutos después.
23:45 p.m.
En cuestión de minutos Joey Zimmerman salió del edificio con una sudadera de talla grande que le llegaba a las caderas, y agradecía por eso ya que toda su ropa la había incendiado, no iba a andar por ahí con su pijama cubierta de aquel líquido carmesí.
Mientras camina por las desiertas calles siente una brisa de aire chocar en su rostro y cerró sus ojos sintiendo que ahora no tenía más obstáculos para seguir con su misión: Hacer de Detroit una ciudad segura.
—Mañana el fantasma estará en todas las portadas. —Bromeó con una sonrisa.
Dedicado a Mvalencia08 espero que te haya gustado el capitulo de hoy.
Debo confesar que no fue un capítulo que me gustara mucho al principio, pero ahora que lo veo, me gustó como quedó.
¿Qué opinan? ¿Les gustó? ¿Les impresionó lo que pasó con Joey? ¿Qué esperan ver en el siguinte capítulo?
Plis dejen sus comentarios y votos, me motivan a seguir escribiendo.
¡Los amo!
¡EdgarRios fuera!
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