Capítulo Especial: Sensaciones y Deseos en el Onsen

Desde la noche de celebración de la boda de Kyojuro y Ruri las cosas se habían ido desarrollando de manera pausada y tranquila en su nuevo hogar. Ambos al ser cazadores y Pilares habían mantenido un buen sueldo y como ni tiempo para gastarlo tenían la pareja de esposos llegó a la conclusión de que tenían una alcancía

Por eso se habían mantenido tranquilos pues bien ambos podrían considerarse desempleados aunque su trabajo y organización ni siquiera fue reconocida por el gobierno, pero había sido trabajo honesto y a costa de sus vidas. Por suerte no eran derrochadores, así que podían tomarlo con calma

— Hum, Mitsuri-chan dijo que pronto abrirá un restaurante de comida junto a Iguro-san —dijo Ruri con una gran sonrisa—me dijo que si deseaba podía echarle una mano

— ¡Umu, ya veo! —Kyojuro se sentía feliz de ver la emoción en su joven esposa— será difícil, pues tendrán que elaborar diferentes platillos

— ¿Eh?

— ¿Hum?

— No estaría en la cocina jajaja —negó la joven peliverde— Iguro-san es quien va a encargarse, yo ayudaría a Mitsuri-chan

— Oh, me parece inesperado que Iguro quiera encargarse

— Si, por eso seré una camarera junto a ella

— ¡¿Camarera?! —musitó Kyojuro reflejando sorpresa

— Si... ¿sucede algo?

— No, bueno...

Los ojos dorados recorrieron la tentadora figura de su esposa que solo llevaba puesto su "Naga juban" entre las sábanas. Conocía el uniforme que usaban las camareras y estaba seguro que ella se vería encantadora y hermosa en el, pero... los clientes hombres también le verían e ¿Iguro estaba de acuerdo en que su esposa participara?

— ¿Kyojuro? —le llamó Ruri preocupada al ver su silencio

Ruri para él era muy hermosa y amable con aquel aura maternal, así que no tenía dudas en que le iría muy bien en su trabajo, pero ¿qué si un pervertido se le acercaba? En esos casos las camareras tienen que saber llevar al cliente para no dañar la imagen del negocio, sin embargo el solo imaginar las manos de otro hombre en ella, aquellas miradas llenas de suciedad por no saber respetar a una dama o mujer casada le preocupaban

— Parece que no te gusta la idea ¿verdad? —le cuestionó un poco triste— sé que nunca he hecho trabajos en esta época, pero ¡de verdad voy a esforzarme!

"No... es imposible"

Kyojuro cerró sus ojos brevemente diciéndose así mismo que siempre iba a respetar las decisiones y deseos de su esposa. Ella es fuerte y puede defenderse por si misma, además es seguro que Iguro tendrá su cuchillo de trinchar listo para proteger también a Kanroji- ah, cierto que ahora ellos ya eran una pareja oficial

— No, no es tanto eso —negó una vez puso sus pensamientos en orden— si deseas hacerlo, eres libre para actuar mi querida esposa —añadió acomodando algunos mechones verdes rebeldes

— ¿De verdad? —la sonrisa de Ruri era suficiente para hacerle feliz

— ¡Umu, te animaré! —declaró aunque por dentro le dolía un poco, pero no podía ser egoísta— ¡demos lo mejor juntos!

— Gracias Kyojuro, eres el mejor —le elogió la joven alzándose levemente para dejar caer una de sus manos sobre el pecho masculino

— Eso debería decir de ti, ¡eres la mejor esposa! —le devolvió tomando su fino mentón con cariño antes de que su mirada recayera en la línea discreta de sus pechos

— Oh, ¿es así? —le molestó la joven— quizás hoy haga patatas como aperitivo

— ¡Umai! ¡aún no las he comido, pero estoy seguro que sabrán delicioso!

Ruri soltó una divertida risa antes de dejar descansar su cabeza en el pecho de su esposo. Kyojuro por su parte cerró sus ojos para soltar un profundo suspiro silencioso recurriendo a todo su sentido común y control pues solo había pasado un mes desde la noche de bodas y él sentía que algo había cambiado

Antes cuando veía a Ruri se sentía feliz y cuidado, con el pasar del tiempo comenzó a pensar en ella más seguido, a añorar su presencia y suave aroma. Sus pensamientos rondaban en sus ojos verdes y la preocupación porque estuviera bien hasta finalmente vivir en carne propia la angustia de casi perder a su persona amada

Era consciente que sus sentimientos habían ido cambiando y tomando una forma diferente del Kyojuro que había sido hasta sus diecinueve años. El deseo de sentir el calor de su mano, el sabor de sus labios, un abrazo sincero y largo, aquellas miradas cargadas de sentimientos cuando no podían ponerlas en palabras

Ahora había algo nuevo y tenía que ver con él. Siempre había deseado conocer sobre ella, tenerla a su lado y vivir juntos siendo aquellos impulsos totalmente puros e inocentes. Luego de la noche en que su unieron por primera vez y exploró su cuerpo, escuchó su voz y descubrió otras expresiones que nunca había visto en aquellos ojos verdes

El deseo de repetir aquel íntimo momento una y otra vez le resultaba ardientemente tentador. No podía cansarse de escuchar sus suspiros que susurraban su nombre, de verle temblar levemente bajo su cuerpo, la sensación de calor al estar dentro de ella. Todas y cada una de esas sensaciones le embargaban haciendo que deseara más

Quizás alguien le diría que solo se está dejando llevar por sus deseos carnales, pero no era de esa forma. Ruri era la única que despertaba su fuego interior con solo decir su nombre, tocar su cuerpo, sonreírle o besarle mientras los latidos de su corazón solo iban aumentando como si hubiera corrido por horas

Amaba todos sus gestos y estar de esa forma con ella le hacía sentir como si estuvieran completamente conectados. No solo había deseo por poseerla, sino también cariño y amor en cada roce y beso que le daba, al igual que ella que si bien se mostraba más tímida, su hermosa esposa se las había arreglado para también demostrar cuanto le quería

Solo le preocupaba el hecho de que estuviera demasiado "activo" con respecto a sus deseos, pues no quería molestar a Ruri, ya que si decidía soltar las riendas presentía que la ropa no iba a ser para nada necesaria en su día a día, excepto cuando tuvieran que salir a hacer alguna compra o visitar a su padre y Senjuro

"Quizás me estoy volviendo un pervertido"

— Por eso tenemos que ir, estoy segura que se alegrarán

— ¿Si?

— ¿Oh, te dormiste? —rió Ruri al ver su expresión confundida— decía que hoy habíamos quedado en quizás ir a visitar a Shinjuro-san y Senjuro-kun, solo les hemos visto tres veces desde la boda

— ¡Es verdad! Hemos estado tan ocupados aquí que casi no hemos salido —admitió Kyojuro divertido al ver la expresión de pena en su esposa

— Por eso deberíamos ir, aunque ellos digan que no, quiero verles y pasar más tiempo juntos ¿no crees?

— ¡Umu, totalmente de acuerdo!

— Entonces hay que tomar un baño, ve primero mientras yo dejo recogido aquí —le pidió Ruri levantándose para tomar su kimono

— ¡Hum...!

— ¿Qué sucede?

— ¡¿No deberíamos bañarnos juntos?!

— ¡¿Que..?! —saltó la joven totalmente roja— eso... es un poco vergonzoso...

— ¡Pero ya conozco todo tu cuerpo y tú el mío! —refutó Kyojuro tranquilo

— Aún así no, si voy contigo no saldremos en un buen tiempo y no pienso ir tarde a visitar a tu padre y Senjuro-kun —negó Ruri decidida antes de llamar a su cuervo

— ¡Jajaja, no me rendiré! —prometió el joven antes de marcharse en dirección al baño

El camino hacia la casa de su padre se le hacia siempre bastante corto, sin embargo gracias a su cuervo "Koseki" su querida esposa se preocupaba ahora mucho por la puntualidad. Una vez arribaron en el portón un alegre y amable Senjuro les recibió mientras se dejaba abrazar de manera maternal por Ruri

"Si tuviéramos un hijo ¿cómo sería Ruri?"

Pronto sus pensamientos quedaron a un lado cuando su querido hermano menor le saludó con una sonrisa. Kyojuro se sentía realmente feliz de ver que sus deseos de que algún día su padre volviera a ser el mismo o al menos encontrara algo de paz consigo mismo realmente se hubiera cumplido y eso en parte era por la presencia de su querida Ruri

— Ani-ue, Ruri-san ¿cómo han estado? —les cuestionó Senjuro mientras les guiaba a la sala— por aquí las cosas han estado muy tranquilas

— ¡Umu, podemos decir lo mismo! Me alegra que estés bien, Senjuro

— Han sido días también tranquilos para nosotros, incluso estábamos pensando a futuro tomar un nuevo trabajo —comentó Ruri sentándose junto a su esposo

— Entiendo, en cierto momento será necesario pues la organización ya no está operando

— Si, por eso...-

— Estoy en casa —habló Shinjuro llegando con una bolsa de vegetales— vaya, han venido

— Bienvenido a casa padre —le recibió Senjuro tomando rápidamente las cosas

— Ha pasado un tiempo, Shinjuro-san —le saludó Ruri con una reverencia— me alegra ver que goza de mejor salud por las verduras y no por el sake

— Mocosa ¿acaso quieres limpiar el Dojo? —le retó el hombre con una sonrisa

— Oh ¿así es como trata a su nuera? —le devolvió Ruri también sonriente

— ¿Para que han venido? ¿Ya van a tener niños? —les cuestionó a lo que Ruri se avergonzó rápidamente mientras Shinjuro sonreía victorioso

— ¡Eso...! Solo queríamos venir a visitarles pues ha sido ya un mes desde la boda

— Oh, así que era eso —el hombre se mostró un poco decepcionado

— Jajaja, es una alegría ver que padre espere tener nietos pronto —musitó Kyojuro logrando apenar a su antecesor

— ¡Tonto! Solo era una pregunta, pues mi tiempo de escuchar niños ya ha pasado

"Habrá dejado el sake, pero sigue siendo medio enojón"

Ruri no podía negar que su suegro aún seguía conservando parte de su temperamento, sin embargo le alegraba mucho ver que ahora se sentara a hablar con su hijo mayor, por lo que ella no dudó y fue en busca de Senjuro para ayudarle a preparar la cena la cual transcurrió con calma entre los cuatro para luego degustar unos trozos de "Nashi" por la temporada de otoño

— Es tranquilizador ver que todo les va muy bien —habló Shinjuro sincero— respecto a que deseen hacer, Kyojuro

— ¿Si, padre?

— Lo he hablado con Senjuro y ambos llegamos a la conclusión de que sería muy triste que la larga travesía de espadachines de la familia Rengoku terminara aquí —comentó volcando su mirada en sus dos hijos

— Sabemos que ya no hay demonios y por lo tanto el aliento de la Flama ya no es precisamente necesario —acotó Senjuro

— Por eso pensamos en modificarlo levemente y hacerlo de un estilo libre de espada, siendo nuestra intención principal abrir un Dojo

— ¡¿Un Dojo?! —Ruri realmente no lo esperaba

— Si, por eso si deseas trabajar bien puede ser aquí Kyojuro —le ofreció el hombre serio— yo no podré instruir por siempre y Senjuro también irá aprendiendo, por eso

— Lo entiendo, padre —siguió Kyojuro con una mirada que indicaba decisión— ¡lo haré! Y también por tal oportunidad, desde el fondo de mi corazón se lo agradezco

— ¡Que bien Kyojuro! —festejó la joven dandole una leve palmadita en el hombro a su esposo

— No es solo una felicitación, si bien se lo comenté a Kyojuro por manejar el aliento como tal —negó Shinjuro mirando esta vez a la joven— Ruri, me gustaría también que formaras parte de este nuevo proyecto

— ¡¿Eh, yo?! ¿está seguro?

— Si, sé que no pudiste manejar el aliento de la Flama, pero ahora será diferente —le tranquilizó— confío en que harás un buen trabajo pues desde que fuiste mi alumna me demostraste tu capacidad y fuerza

— Shinjuro-san... —Ruri lucia conmovida por sus palabras

— Pero si fallas la limpieza del Dojo estará a tu cargo —añadió con una sonrisa de lado

"Sabía que era demasiado bueno para ser verdad"

— Oh, y antes de que lo olvide

— ¿Qué sucede?

— Esto, pueden quedárselo —declaró Shinjuro dejando dos boletos sobre la mesa— en lo personal no estoy interesado y Senjuro no es bueno con el calor

— ¿Qué es? —inquirió Ruri tomándolos— ¡esto es un boleto para las famosas Onsen de Dogō!

— ¡Hum, interesante!

— ¿Realmente podemos usarlos? —inquirió la joven pues era un regalo increíble y caro

— Hoy al ir a la ciudad estaban haciendo una rifa, como estaba aburrido compré una —comentó el hombre sin darle importancia— no esperaba ganar algo tan bueno, pero si me los quedo no voy a usarlos

— Senjuro-kun ¿no quieres venir?

— Yo paso pues no se me dan bien esos lugares, y también solo hay dos boletos —negó el menor tranquilo— creo que es mejor que Ani-ue y Ruri-san vayan

— Me parece bien, ¡gracias Padre, Senjuro!

Y con esas palabras de agradecimiento luego de un día de viaje finalmente la joven pareja de casados había llegado al establecimiento. Ruri no podía crecer que luego de volver a casa Kyojuro hubiera insistido en usarlos enseguida, por lo que solo empacaron una muda de ropa para luego irse a dormir y madrugar a la mañana siguiente

"No recuerdo que Kyojuro amara las aguas termales"

— Bienvenidos a las Onsen Dogō —les recibió una mujer elegante de exótico kimono rojo— soy la anfitriona del lugar y espero su tiempo aquí sea el mejor

— Gracias, es una alegría poder estar aquí

— Ara, el caballero lleva un apellido muy fuerte —habló la mujer interrumpiendo a Ruri

— No puedo negar sus palabras pues es así, es un apellido que tiene un gran significado dentro de mi familia —respondió Kyojuro, pues si bien la mujer ante él le resultaba indiferente le había agradado que notara el detalle

— ¡Vaya, que hombre tan encantador!

— Gracias, mi esposo es todo un encanto y no solo hablando —musitó Ruri con una sonrisa triunfante— debe tener más clientes que atender así que nos retiramos

Con solo esas pocas palabras la joven comenzó a caminar hacia una de las doncellas que les guiaría a su habitación siendo seguida por Kyojuro, quien se preguntaba si había hecho algo malo al ver la respuesta de su esposa. Ruri por su parte no estaba para nada enojada pues si bien otras podían mirar a su esposo, ella era la única que lo disfrutaba

— Esta es su habitación —les indicó la doncella antes de retirarse con una reverencia

— Woah, es muy espaciosa —musitó Ruri encantada— a pesar de ser otoño no se siente tanto frío ¿será por las aguas termales?

— ¡Es probable! —al ver que su esposa estaba ya como siempre, Kyojuro consideró mejor dejar el tema— ya que tenemos la nuestra es entendible

— ¿Eh? ¿La nuestra? —inquirió la joven confundida

— ¡Umu, mira! —le señaló hacia las puertas de madera que quedaban al final de su espacio

Ruri bastante curiosa se acercó a ellas para luego abrirlas y descubrir una pequeña fuente termal similar a una piscina para niños, aunque de por si las aguas termales no eran profundas. Estaba decorada con bonitas piedras junto a un cercado de bambú que hacia de pared para separar las distintas habitaciones del lugar

— No sabía de esto —susurró sorprendida

— Yo tampoco, pero cuando llegamos en una pizarra estaba escrito y justo tuvimos la suerte de que con los boletos pudiéramos obtenerla pues solo hay cuatro así —le explicó Kyojuro orgulloso

— Ya veo...

— Por supuesto hay que ir a los baños de hombres y mujeres para ducharse antes de entrar en las aguas termales

— Oh, aún siguen teniendo las termas para hombres y mujeres

— Si ¿vas a ir a ellas?

— Eh, bueno...

— Ruri —le llamó Kyojuro abrazándole por la espalda

— ¡¿Si?! —el solo sentir sus fuertes y grandes manos sobre su cuerpo aumentaba sus nervios y ritmo cardíaco

— Quiero bañarme contigo, somos una pareja casada, así que está bien —habló dejando caer con cuidado su cabeza sobre la femenina— sin embargo tampoco puedo obligarte, pero ¿podemos?

Ruri volteó con cuidado su mirada solo para toparse con aquellas orbes doradas con detalles en rojo que tanto amaba y en ellas se reflejaba el mismo sentimiento junto a una mezcla de deseo. Inevitablemente una suave sonrisa se dibujó en sus labios por sentirse tan querida y deseada como mujer y esposa

"¿Cómo podría decirte que no?"

— Si, podemos —respondió levemente sonrojada— pero primero iré a asearme —y con esto Ruri escapó de Kyojuro

Sus mejillas le quemaban y es que a sus ojos su esposo lucia tan malditamente sexy, tierno y encantador que sentía que su kimono se caería en cualquier momento junto a su poco raciocinio y es que Rengoku Kyojuro aún le resultaba demasiado perfecto, aunque desde que le había conocido había descubiertos muchos otros lindos y torpes rasgos de él

"Creo que mi yo de ahora no es muy diferente a mi yo de diecisiete años"

No podía perder el tiempo en esas cosas pues estaba segura que Kyojuro volaría a ducharse y en parte su expresión de alegría al ser consentido la derretía completamente. Una vez pidió la respectiva indicación Ruri llegó al pasillo donde residían la zona de vestuarios y baños entrando así al que tenía el Kanji de "" Mujer escrito en la pared

En el interior del lugar había una zona de taquillas en donde podía guardar algún objeto personal, sin embargo ella no había llevado nada -por la evidente emoción de su esposo- así que terminó por ignorarlas y dirigirse a las estanterías de madera en donde descansaban algunas cestas de mimbre

Ruri escogió la más cercana a las duchas y procedió a quitarse su kimono que dobló con cuidado para luego hacer lo mismo con su "naga juban" quedando así desnuda aunque su largo cabello le cubría gran parte de la espalda. En cada cesta se podía encontrar una toalla grande para secarte junto a una más pequeña por si deseas cubrir tus partes nobles

La joven no dudó y tomó la pequeña con la cual muy bien podía cubrir sus pechos y parte baja aunque dejaba a la vista sus piernas y caderas, pero no importaba pues era el baño de mujeres. Ya al entrar a las duchas como tal vio a otras dos mujeres de espalda que también se estaban aseando, así que se saltó un lugar para darles su espacio

Con cuidado se dejó caer en el taburete antes de abrir el grifo y dejar que el agua cayera en la cesta de madera para comenzar a mojarse y lavar su cuerpo pues para todos era muy importante hacer el proceso de "Kakeyu" antes de entrar a las aguas termales. Ruri lo comprendía perfectamente al ser un lugar de uso público

— Este... —le llamó una de las mujeres

— ¿Si?

— ¡Lo sabía! ¡Eres tú! —festejó la misma antes de que Ruri pusiera una cara de sorpresa

— ¡Usted es...!

— ¡Si, me alegra que me recuerdes!

— Ha pasado un buen tiempo, no supe de ustedes desde que visité aquella villa de parejas —confesó la joven quien no salía de su asombro y más al ver que la mujer estaba también con la anciana de aquella vez

— Es una bendición ver que has estado muy bien e incluso puedo decir que te has vuelto más hermosa —le elogió la anciana con una sonrisa

— ¿En serio? Muchas gracias

— Si, creo que esa es la magia de estar con la pareja amada —declaró la sabia mujer— una mujer puede florecer hermosamente bajo el toque del hombre correcto

— Oh... —Ruri se sentía apenada de repente

"Esos deben ser los mitos de esta época"

— ¿Cómo se encuentra su esposo? —le cuestionó la más joven curiosa— aunque parecía ser temperamental, se veía que le importaba mucho

— ¿Mi esposo temperamental?

— Si, al principio me dio miedo por las cicatrices que tenía por su rostro, pero un chico duro no viene nada mal ¿no?

— ¡Ah, habla de Shinazugawa-san! —comprendió Ruri finalmente— lo siento, lo de esa vez no era real, así que no es mi esposo

— ¡¿Eh?! —exclamaron ambas mujeres totalmente sorprendidas

— Si... lo siento por eso —se disculpó la peliverde una vez les explicó la situación— pero ahora realmente estoy casada y vine con mi esposo

— Oh, que lástima... —se lamentó la mujer— tan simpático que se veía, dudo que haya podido encontrar otro hombre como él

— Vamos, cada mujer sabe el hombre con el que se casa —le detuvo la anciana— en tal caso es bueno que haya podido unirse al hombre que verdaderamente ama

— ¡Si! Cada día me siento bendecida por haber podido alcanzar un futuro a su lado —se permitió expresar Ruri feliz

"Aunque todo fue por ustedes ¿no? Tsuyoshi-nii, Tamayo-san"

Al final las tres terminaron teniendo una corta conversación mientras finalizaban su aseo. Ruri se adelantó a secar su cuerpo y tomar la yukata que ofrecía el onsen como tal, en lo personal le terminó gustando su color rojo con detalles amarillos. Luego de eso se detuvo a esperar a ambas mujeres, quienes comenzaron a caminar por el largo pasillo hasta llegar al salón

— ¡Ah, Kyojuro! —le llamó Ruri al ver justamente caminando a su esposo por allí

— ¡Ruri, justo iba de regreso a nuestra habitación! —le recibió el hombre con una sonrisa brillante que congeló a las otras dos mujeres

La visión que aquel ser les ofrecía era demasiado encantadora. Un hombre alto, de cabellos rubios con mechones rojos húmedos por el agua. Aquella yukata roja con detalles en rojo que dejaba de manera sutil apreciar un cuerpo robusto y trabajado junto a una galante y coqueta sonrisa que proyectaba, aunque con solo verlo sabían que todo eso era solo para una única mujer, pues ni se había percatado de ellas

La anciana que incluso había abierto sus ojos por la sorpresa le terminó cerrando la boca a la otra antes de que le entraran las mocas. Realmente la joven se arrepentía profundamente por sus palabras de antes aunque se sintió mantequilla cuando Ruri les presentó a ambas y él volcara su mirada dorada con detalles en rojo sobre ellas

"Si Buda me advirtiera de que se trata de una tentación, definitivamente caería"

— Un gusto conocerlas, soy Rengoku Kyojuro y el esposo de Ruri —se presentó

— ¿Tiene hermanos? —soltó la mujer

— ¡Hey! —le detuvo la otra mirándole mal— disculpe, aún es joven

— Jajaja no se preocupe y si, tengo un hermano menor

— Gracias por responder joven, es una alegría que esta jovencita haya encontrado un muy buen esposo —le elogió la anciana intentando cambiar el tema

— Les conocí durante una misión con Shinazugawa-san —le explicó Ruri a su lado

— ¡Ya veo!

— Si, durante ese tiempo pensamos que era su esposo ¡pues realmente le miraba con ojos de cariño!

— Si sigues diciendo tonterías te llenaré la boca con hormigas —le advirtió la anciana haciendo que finalmente se callara

— No se preocupe pues en ese entonces aún no estaba casado con Ruri, sin embargo ahora soy su esposo y eso es suficiente para sentirme como si hubiera ganado y triunfado en mi vida —declaró Kyojuro muy seguro mientras tomaba la mano de su esposa

— Y es así pues es muy difícil encontrar una buena mujer, pero ya mejor no les retengo, ya soy una anciana y me duelen mis viejos huesos —musitó la mujer a modo de despedida— tengan buena noche

— ¡Umu, gracias!

Con la debida reverencia ambos se despidieron de las mujeres y marcharon rumbo a su habitación recorriendo los diversos pasillos y escalones. Ruri se sentía un poco incómoda por la repentina mención de Sanemi en esos momentos y más cuando esa misión no le traía precisamente buenos recuerdos a ambos, sin embargo Kyojuro no decía nada

— No puedo creer lo que acaban de ver mis ojos —negó la mujer sonrojada— ¡que hombre tan masculino!

— Pequeña tonta, espero no le hayas dado problemas a la jovencita al mencionar a otro hombre

— Lo siento, es solo que estaba sorprendida... —musitó la joven apenada— sin embargo no creo que suceda nada, se nota que ese hombre la ama con toda su vida

— Eso no te lo niego

— ¡Pero Ruri-san es increíble! Aunque solo fuera para una "misión" tenía aquel hombre serio a su lado y ahora ¡tiene uno demasiado ardiente!

— Algo me dice que será una noche larga para ella...

— ¿Qué?

— No, vamos

Aquella noche sería memorable para ellas al haber sido capaces de conocer a un Rengoku, sin embargo para la joven pareja de seguro sería larga y placentera. Kyojuro, quien no había soltado la mano de su mujer finalmente corrió la puerta de su pieza para entrar mientras los ojos verdes le miraban con cierta pena

Con sus orbes doradas y rojas le recorrió de arriba a abajo apreciando su rostro y largo cabello aún húmedo junto a su femenina figura ataviada en aquel yukata de colores rojos y detalles dorados. Acercó con cuidado una de sus manos para tocar su rostro mientras Ruri le devolvía el gesto dejandose acariciar como un pequeño gato

— Eres muy hermosa a mis ojos —soltó Kyojuro acercando su rostro— Rengoku Ruri —le llamó antes de besarla suavemente dejando que su mano libre recorriera su cuerpo hasta su cintura para apegarla hacia él— ¡vamos!

— ¿Eh? ¿Dónde? —inquirió una Ruri sonrojada y confundida por el repentino cambio entre un hombre seductor y al siguiente como el de siempre

— ¡Afuera! —declaró con una gran sonrisa saliendo al exterior

Ruri le siguió hasta el lugar para luego cerrar las puertas de madera detrás de si. Muy pronto un fuerte sonrojo se apoderó de su rostro al ver como su esposo se quitaba el yukata dejándole ver su cuerpo desnudo, los detalles de su ancha espalda, sus brazos trabajados y melena rubia que caía sobre ellos.

Una vez terminó de desvestirse bajo los atentos ojos verdes, poco a poco fue metiéndose en el agua caliente antes de voltearse y con una sola mirada decirle que también deseaba que fuera con él. La joven soltó un suspiro y se armó de valor pues si su esposo lo había hecho, ella también podía hacerlo, sin embargo la triste realidad para Ruri fue otra

Ni bien ella se había desecho el sencillo nudo de su yukata y con cuidado la deslizó por sus hombros hasta su cintura para finalmente quitársela. Kyojuro observó cada movimiento de ella junto al tan encantador sonrojo de sus mejillas, aunque ni bien la joven quedó desnuda comenzó a caminar a pasos rápidos hacia el agua

Mantenía su mirada baja pues sabía que Rengoku le estaría viendo, sin embargo no cayó en cuenta de que dentro del onsen habían tallado en piedra unos pequeños escalones, así que pasó lo inevitable y Ruri percibiendo que se caería y quedaría en evidente vergüenza frente a su esposo cerró sus ojos a la espera del golpe que nunca llegó

Y si, al final lo hizo lo único que sintió fue como su rostro chocó levemente con el pecho desnudo de Kyojuro, quien rápidamente se había acercado para ayudarla, evitándole así la penosa caída. Bastante divertido por la inesperada torpeza de su esposa se decidió a sentarse en los escalones donde el agua caliente solo le llegaba hasta sus piernas

— ¿Te encuentras bien? —le cuestionó Kyojuro al ver que ella no sacaba su rostro de su pecho

— Creo que moriré de vergüenza —confesó Ruri sin ánimos de levantar su mirada y verle— lo siento...

— No, no tienes que disculparte —negó Kyojuro acariciando su cabello con cariño antes de tomarla en peso y descender los escalones restantes, para así internarse en el agua caliente y sentarse

— Gracias —la joven se sintió muy agradecida de que su esposo comprendiera su pena por verse desnuda ante él así que la llevó a la zona más profunda sin forzarla a ir por su cuenta

— ¡No es nada! Si estuviera en una situación similar, estoy seguro que me ayudarías

— Si, tienes razón —coincidió Ruri abrazándole con cariño antes de alejarse para poder ambos disfrutar de las aguas cálidas

— ¡Realmente se siente muy bien, el vapor no es tan fuerte como en verano!

— Si, no fue tan mala idea venir siendo otoño

— ¡Mi insistencia valió la pena!

— Jajaja no voy a negarlo —admitió divertida

Ruri se permitió observar como su esposo se zambullía en el agua volviendo a mojar su cabello que caía como cascada sobre su rostro. ¿Podía haber un hombre más apuesto que él? Sus gestos, sonrisas e incluso su varonil aroma lo amaba, siempre al estar a su lado deseaba permanecer en sus brazos y percibir el fuerte latido de su corazón

— Hum, incluso en las aguas termales me sigues pareciendo tan encantadora— musitó Kyojuro acercando su mano para acariciar su rostro sorprendiéndole

— ¿Por qué de repente...? —cuestionó Ruri tratando de alejar sus propios pensamientos hacia su esposo

— A decir verdad, tenía curiosidad sobre algo —confesó Kyojuro mirándole fijamente antes de apartar su mano— en parte me pareció una buena idea venir aquí para poder comprobarlo

— ¿Qué cosa?

— Lo que provocas en mi —soltó sin rodeos

— ¿Eh?

— Umu, cuando no era consciente de mis sentimientos y nos encontramos en las aguas termales de la aldea de los herreros, no dejé que mis pensamientos fueran más lejos, pues lo consideré como una falta de respeto hacia ti como una mujer y mi compañera

— Aunque podría decirse lo mismo de mi, también llegué a verte —replicó Ruri sentándose a su lado

— Ciertamente, sin embargo el sentimiento de ese entonces fue evidente pena por haber cometido tal error —admitió— pero ahora es completamente diferente, quiero seguir mirándote y aprendiendo más de ti con cada roce

— Kyojuro... —susurró la joven al sentir como los colores iban escalando su rostro

— Ultimamente me siento nervioso por el hecho de que cada vez deseo más de ti y no detenerme, eres tan dulce y hermosa que mis impulsos solo crecen con verte —añadió apenado— no quiero que pienses que soy molesto o solo buscó intimidad contigo, sin embargo anhelo sentirte y besarte

— Kyojuro, no debes preocuparte por eso —negó Ruri captando su atención— las cosas que sientes son parte de experimentar algo nuevo pues no eres el único que las percibe... —confesó al bajar su mirada hacia la superficie tranquila del agua— la única diferencia es que eres capaz de tomar la iniciativa sin temor, en cambio yo no puedo hacerlo tan fácilmente

— Entonces ¿no te parezco un pervertido?

— ¡No, para nada! —rió divertida al ver su expresión de culpa

"Creo que yo soy más pervertida que tú"

— Por eso está bien, más bien me siento feliz de ser deseada y amada como mujer y esposa —siguió tocando su rostro con cariño— nada de lo que tu hagas podría llegar a disgustarme pues el sentimiento es mutuo

— Gracias Ruri —musitó Kyojuro acortando la distancia para besarla— me siento más tranquilo y seguro ahora

La joven se permitió dibujar una suave sonrisa en su rostro al percibir la calma en aquellos ojos dorados con detalles en rojo. Ya antes había dicho cuanto le amaba, pero en estos momentos al ver que el se preocupaba por no resultar molesto para ella le había parecido totalmente encantador e inevitablemente se había enamorado aún más si es que era posible de su persona, de su alma, de quien era Rengoku Kyojuro

Aquellos sentimientos y deseos de los cuales Kyojuro se sentía apenado por sentir, ella también los sentía con la misma intensidad. Cuando amas y estás con la persona correcta puedes florecer hermosamente, si, Ruri ahora entendía que aquellas palabras no estaban del todo equivocadas al evidenciar su fuerte amor y ansia hacia él

No era la mujer más capaz en cuanto a intimidad se refería, sin embargo confiaba en que sus sentimientos algo teñidos por el anhelo de su pareja le guiarían para poder amarlo correctamente. No era solo la intención de poseer y satisfacer sus deseos más bajos, pues ambos se preocupaban por la comodidad y bienestar del otro

Por eso Ruri al verlo allí, a tan escasos centímetros de su cuerpo desnudo, las gotas de agua cayendo por su rostro y barbilla junto a uno que otro suave murmullo del agua por sus movimientos. Ella le amaba y le deseaba con la misma intensidad que él lo hacia, solo que Kyojuro lo expresaba en sus acciones y ella en sus miradas y sencillos toques

Quería tocarle y sentir su cálida piel, por eso la joven dejandose llevar por la sensación del momento se acercó tímida hacia su esposo y estirando una de sus manos recorrió el camino de sus ojos, nariz y finalmente labios que Kyojuro besó al percibirlos, brindándole así una mirada de inmenso cariño que removió el corazón de Ruri

El hombre entonces alzó también una de sus manos que residían bajo el agua para tomar la de ella y guiarla a su pecho en donde claramente podía sentir los fuertes latidos de su corazón, los ojos verdes se mostraron gustosos y sin soltarse se hincó sobre sus piernas para besarle de forma lenta y suave

Ruri sabía que el amaba esos gestos suaves y pausados así como ella pues coincidían y creían que esos momentos eran los más duraderos. Kyojuro aprovechó la cercanía para con su brazo libre alzarla fácilmente y dejarla descansar sobre sus piernas mientras disfrutaba de aquellos ojos verdes que le miraban entre cada beso

Pronto se levantó e hincó sobre sus piernas mientras la joven cruzaba las suyas por su cadera confiando en que él sin importar que, no le dejaría caer. La sensación de agua caliente al irse desperdigando por su cuerpo desnudo les resultó relajante antes de sentir algo de la brisa otoñal, sin embargo no percibían tanto frío sino el calor de sus pieles juntas en aquel abrazo

Kyojuro entonces alzó su mirada para fijarse en ella que residía unos centímetros más arriba, logrando así apreciar sus finas facciones, sus ojos verdes que refulgían de un nuevo sentimiento, algunos mechones verdes aún húmedos que dejaban caer pequeñas gotas de agua por su rostro junto a sus labios rosados levemente abiertos

Ella era hermosa sin importar las formas en que le viera, amaba cada centímetro de su piel y cuerpo, cada parte de su esencia y alma. Ruri se sentía igual al conectar su mirada con la dorada de su esposo mientras con una de sus manos apartaba los mechones húmedos de su frente antes de posar su palma con cariño en su mejilla

Él le brindó una sonrisa sincera antes de acercarse para besar de nuevo sus labios, allí en medio del agua se sentían conectados y en perfecta sintonía por medio de sus miradas, sin embargo aquel tinte de amor e inocencia no iba a durar por siempre, pues conforme pasaba los minutos el deseo iba creciendo

Kyojuro se puso de pie finalmente para dirigirse hacia los pequeños escalones en donde se sentó con cuidado de no lastimarla. Ruri entonces enrojeció hasta la punta de sus orejas al separarse levemente de él, pues aquellos ojos dorados con detalles en rojo podían observar su cuerpo desnudo completamente

A duras penas si sus pies y trasero eran capaces de tocar la superficie del agua caliente y era obvio que Kyojuro estaba disfrutando de aquello al ver su perfecta sonrisa triunfal surcar su rostro mientras trazaba un recorrido de suaves caricias en su espalda con aquellas manos grandes y cálidas que él poseía

Nuevamente su hombre reclamó sus labios de forma lenta antes de introducir con cuidado su lengua, mientras iba masajeando sus pechos y trazando pequeños círculos en ellos sacándole uno que otro suspiro. Kyojuro no se entretuvo tanto en su boca, sino que comenzó a bajar dejando besos húmedos en su barbilla y finalmente cuello

Ruri temblaba ante sus caricias y besos que recorrían su cuello y clavícula, la cual mordió levemente haciendo que en reacción ella enterrara sus dedos en sus cabellos rubios tirando de ellos con cuidado. La sensación de sentir su lengua lamerle, su respiración cálida chocar en su cuello, todo eso le estaba volviendo loca

Algo nerviosa se removía en su regazo mientras iba enterrando sus uñas levemente en la espalda de Kyojuro, quien cerraba por segundos sus ojos percibiendo la sensación antes de caer en cuenta de la respiración ya agitada de su joven esposa bajo cada una de sus caricias. Una idea cruzó por su mente así que se levantó de nuevo para estar vez sentarle a ella en los escalones

Ruri temía golpearse, así que se movió hasta el primero antes de recostarse sobre el húmedo suelo del onsen. Kyojuro se situó enseguida encima de ella aprisionándole con ambos brazos que descansaban a cada lado de su cabeza, brindándole una mirada llena de deseo antes de volver a su cuello, el cual besó y mordió con cuidado de no lastimarla

La joven se preguntaba si ya sería una costumbre para él sentir sus manos en sus cabellos mientras le seguía besando y acariciando hasta llegar a sus pechos los cuales comenzó a tocar y lamer haciendo que ella cerrara inconscientemente sus piernas alrededor de su cintura al sentir tal placer

Aunque se mordiera con cuidado sus labios en un vago intento acallar sus suspiros y gemidos, parecía inútil. Kyojuro conocía perfectamente sus puntos débiles, así que con cuidado le vio separar sus piernas y comenzar a repartir besos por las mismas, logrando que ella arqueara levemente su espalda al ser capaz de sentir sus dientes morderle levemente junto al choque de su cálido aliento

Era seguro que sus piernas estarían levemente temblando ante el toque de su esposo, quien deseoso de más comenzó a rozar con sus dedos su zona íntima, mientras el rojo en las mejillas de Ruri se hacia más notorio. Kyojuro sonrió al ver tal reacción inocente teñida en aquellos ojos verdes

— E...Espera Kyojuro —intentó detenerle bastante apenada— no sabemos si hay más personas en las otras habitaciones, por eso...

— Hum, ciertamente no me gustaría que otros te escucharan —confesó Kyojuro como si le comprendiera aunque demostró lo contrario al finalmente introducir uno de sus dedos en su interior

— ¡Ah! ¡no...! —balbuceó Ruri al sentir una extraña sensación de calor recorrerle haciendo que cerrara sus manos en puños al no tener de donde agarrarse

— Por eso, Ruri —le llamó Kyojuro con una sonrisa— tendremos que esforzarnos en no hacer mucho ruido ¿de acuerdo? —añadió colocando un dedo sobre sus labios

— Eso es trampa... —protestó la joven en voz baja antes de apretar levemente los hombros del contrario al sentir el suave movimiento de aquel dedo en su interior

Una corta sonrisa escapó de los labios de Kyojuro antes de inclinarse sobre ella y besarle de manera profunda y prolongada mientras con su mano libre acariciaba uno de sus pechos causando cierto cosquilleó en su cuerpo. Los lentos movimientos de su dedo en el interior de su esposa no se detuvieron hasta estar seguro de introducir un segundo que hizo arquear levemente a la joven

La sensación cálida de su interior le recibía gustosa a cada movimiento que le propinaba, humedeciéndose aún más mientras sentía como le apretaba con cada beso y caricia que él iba propinando en su suave y tentador cuerpo. Kyojuro cerró sus ojos mientras succionaba y lamía sus pechos entregándose a la sensación de sentir sus manos recorrer su cabello, sus suspiros cercanos a sus oído y su suave aroma

— ¡Hum, Kyo...! —le escuchó llamarle mientras echaba su cabeza hacia atrás

— Ven, Ruri —le susurró besándole con pasión

Amaba escucharle decir su nombre con su voz ronca y profunda al igual que su mirada teñida por el deseo de poseerla. Ruri comenzó a percibir pequeños temblores en su cuerpo mientras una sensación conocida comenzaba a crecer en su vientre alertándole, sabía de sobra que Kyojuro lo notaría, pues sus movimientos comenzaron a tornarse más rápidos y profundos simulando pequeñas embestidas

Estaba alcanzando su límite, sin embargo no deseaba ser solo ella pues en previas ocaciones su esposo había hecho lo mismo apenándola por los sonidos y expresiones raras que debió haber hecho durante ese momento. Reuniendo coraje apartó con cuidado su mano antes de brindarle tal mirada de anhelo que le congeló enseguida

— Kyo... —le llamó de manera adrede, mientras se sentaba buscando atraerle hacia ella— no quiero... ser solo yo —susurró sobre sus labios para finalmente besarle

Ella no era justa, al menos no al llamarle de aquella forma que él tanto amaba, pues sabía que cedería a sus verdes ojos, sin embargo Kyojuro recordó que aquello era una especie de juego entre ambos el provocarse continuamente. Finalmente sacó sus dedos de su interior antes de besarle y acomodarse entre sus piernas soltando una corta risa

— ¿Puedes decirlo de nuevo? —le pidió, mientas se recostaba levemente sobre su pequeño cuerpo

— Kyo... —susurró Ruri enseguida tocando sus mejillas con cariño

El hombre se mostró complacido al deslizar sus manos por su cálido cuerpo hasta llegar a sus caderas, las cuales atrajo hacia si para hacerle sentir a la joven su ya presente erección que arrancó un corto gemido de sus labios, mientras cruzaba sus piernas con fuerza alrededor de la cintura masculina

Kyojuro aprovechó la oportunidad y la tomó en peso causando un pequeño grito de sorpresa en Ruri, quien luego rió divertida junto a él antes de dejar caer una de sus manos en su pecho y besarle. Le amaba demasiado y sus verdes ojos brillaban llenos de aquel deseo mientras sus manos recorrían lo más que podían aquella fuerte espalda y anchos hombros masculinos

Un leve gemido escapó de sus labios al sentir como sus partes se rozaban de vez en cuando al ella irse resbalando con el pasar de los segundos, sin embargo también había la posibilidad de que su esposo estuviera jugando con ella al intentar entrar a ciegas en su interior. Ruri buscó entonces profundizar el beso antes de que él intentará esconder su rostro en su cuello

— Te quiero Kyojuro —musitó Ruri en su oído antes de depositar un beso en su mejilla mientras movía levemente su cintura

El hombre comprendió sus intenciones de provocarle pesé a su rostro sonrojado, definitivamente su esposa era increíble. Con cuidado de que no fuera a resbalarse le bajó mientras ella sin soltar su mano le guió de nuevo a los escalones en donde Ruri se dejó caer en el primero quedando únicamente sus pies en el agua

De pie allí ante ella, Kyojuro se permitió observar su cuerpo bajo el cielo de la noche. Sus brazos cruzados sobre sus pechos intentando quizás cubrirlos, lo ancho de sus caderas y sus bonitas piernas en donde se podía apreciar una que otra marca roja hecha por él. Tan dulce y seductora mujer de ojos verdes y largos cabellos de la misma tonalidad, que descansan esparcidos por el suelo de piedra

La sonrisa que Ruri le regaló antes de estirar sus brazos hacia él llamándole, le dejó completamente embobado. El antiguo pilar de la Flama se dijo así mismo que en esos momentos ni siquiera su aliento era tan ardiente como la mujer que residía tan entregada ante él, por eso como si estuviera ciego se dejó guiar por ella

Volviendo a recostarse sobre su cuello y cuidando de no aplastarla, Kyojuro buscó entrelazar una de sus manos con la suya antes de que ella tocara su mejilla transmitiéndole su suave calor en aquel beso casto que quedó a un lado una vez él comenzó a pasar su mano libre por su cuerpo

— ¿Puedo? —le cuestionó mientras Ruri se sentía morir de ternura de que aún ahora le pidiera su permiso para hacerlo

— Claro que puedes, soy tuya Kyojuro —le respondió acercando sus manos entrelazadas para depositar un beso tierno en ellas

Los ojos dorados con detalles en rojo se abrieron levemente de sorpresa antes de sonreír y también acercar ambas manos juntas para besar el lugar en donde ella lo había hecho antes para luego dirigir sus labios a los de ella y besarles con amor. Poco a poco aquel beso fue tornándose más intenso y profundo

Kyojuro con cuidado separó aún más las piernas de la joven, mientras Ruri se deshacía en sensaciones y suspiros al sentir sus cálidas manos tocar y acariciar sus muslos. Ambas parten se seguían rozando y él finalmente había encontrado la posición correcta, así que le dirigió una última mirada a la cual ella asintió segura

Una sonrisa se dibujó en el rostro masculino antes de cerrar sus ojos y de forma lenta pero precisa entrar en el interior de su esposa la cual le recibió abrazando su espalda con sus ojos también cerrados mientras una que otra lágrima recorría su mejilla. Ambos se encontraban bastante concentrados en disfrutar de aquella cálida y húmeda sensación

El hecho de verle cerrar sus ojos con cada embestida mientras apretaba sus dientes hacia que Ruri le observara fijamente, pues amaba aquellas expresiones que a sus ojos eran tan sensuales y encantadoras que llegaban a excitarle, aunque no es algo que ella estuviera dispuesta a confesarle

Kyojuro abrió sus ojos dorados topándose con los verdes de ella que reflejaban un fuerte anhelo y deseo junto a suave carmín presente en sus mejillas. ¿Acaso alguna vez podría poner en palabras lo tanto que le amaba? Su fuerte deseo de poseerla solo seguía creciendo al igual que el ritmo de sus embestidas

La joven ya no podía estar segura de poder contener su voz ante cada roce, cada beso y caricia junto al primero lento y luego rápido movimiento de sus caderas haciéndole sentir más y más profundo, mientras ella solo podía entreabrir sus labios y arquear su espalda como respuesta ante tal sensación de placer

La sensibilidad de sus pechos y muslos le parecía más fuerte de lo normal, incluso pudo notar que Kyojuro se encendía con cada caricia que ella le propinaba, sin embargo no importaba que, siempre ese deseo carnal iba a estar teñido de todo el inmenso amor que se tenían, por eso un simple gesto como mantener sus manos unidas era importante

"Porque te amo, porque no quiero perderte"

No era necesario ponerlo en palabras porque su pensamiento era el mismo, ahora ambos estaban percibiendo aquella sensación de cosquilleo recorrerles junto a los lejanos sonidos del agua y sus partes al tocarse. Ruri sentía que en cualquier momento se rompería, por lo que cruzando sus piernas alrededor de la cintura masculina buscó atraerle más profundo causando que Kyojuro cerrara sus ojos ante la estrechez que le rodeaba

— Kyo... ya no... —balbuceó Ruri abrazándole mientras enterraba levemente sus uñas en su espalda, ambos ya estaban casi en su límite

— Ruri... —susurró cerca de sus labios, conectando su mirada con la de ella

Un hábito extraño por parte de ambos, sin embargo amaban contemplarse en los ojos del otro antes del momento final. Sus ojos verdes los percibía más brillantes junto a los pequeños rastros de lágrimas que mantenían húmedas sus largas pestañas, a diferencia de Ruri que se sentía bajo un hermoso y cálido atardecer

"Ya lo he dicho, hay Fuego en tus ojos..."

La joven terminó por acercar su mano libre hacia él, acariciando su mejilla con su dedo pulgar mientras Kyojuro le brindaba una suave sonrisa antes de cerrar sus ojos y dejar a un lado su autocontrol para entregarse al fuerte deseo de estar inmerso en su interior, de ver sus expresiones teñidas de deseo y cierta inocencia

— Oh, Ruri... —gimió el hombre aumentando sus embestidas

Era extraño, Ruri sentía como su vista por segundos iba nublándose junto a sus demás sentidos pues todo se concentraba únicamente en Kyojuro, en su esposo. Estaba siendo amada y cuidada con tanta delicadeza que le resultaba imposible poder detenerse ante todas esas emociones que comenzaban de forma lenta y gentil para luego ir tornándose más profundas y rápidas

Una ligera molestia se hizo presente en su cabeza, más no le dio importancia. Su atención total estaba volcada en aquellos ojos dorados con detalles en rojo, en sus expresiones ardientes junto a la forma en como se mojaba con la lengua sus labios antes de sonreírle de lado agitando su ya alocado corazón

"Oh, dios mío"

— K...Kyo... —balbuceó Ruri sintiendo que ya estaba en su límite al sentir una sensación de completo placer envolver su cuerpo

Al escuchar la cariñosa mención de su nombre de los labios de Ruri, el antiguo pilar de la Flama aumentó el agarre en sus manos entrelazadas antes de besar a la joven y sentir como sus paredes le apresaban dentro de aquel inmenso calor logrando que finalmente soltara un gemido ahogado marcando varias venas en su rostro mientras se volcaba en su interior percibiendo parte de los espasmos en el cuerpo de ella

"Mi Flama, mi vida"

Ruri estaba segura de que le había escuchado decir aquello, sin embargo la sensación de cálidez en su interior le hizo solo soltar un suave suspiro. De repente una sensación de mareo se apoderó de ella haciendo que todo a su alrededor comenzara a dar vueltas, por lo que aún sintiéndose sensible se abrazó a la espalda de Kyojuro con algo de fuerza antes de que todo terminara por tornarse negro a su alrededor

¿Ruri? ¡¿Qué sucede?! ¡¡Ruri!!

La suave luz amarilla fue lo primero en llamar su atención ¿qué había sucedido? Su mente no lo recordaba muy bien. Al mirar de reojo se encontró con su esposo sentado al pie de ella de brazos cruzados con sus ojos cerrados, no hubo necesidad de preguntas pues todos los recuerdos de su intimidad junto a Kyojuro comenzaron a inundar su mente

Por lo que pudo notar estaba sobre su futón con su yukata de antes -de seguro Kyojuro se la había colocado- junto a un pequeño pañuelo húmedo. Los ojos verdes nuevamente volcaron su atención en el hombre ante si, tan varonil e imponente que solo causó que por inercia cruzara sus piernas emitiendo un leve sonido con la sábana

"Oh, no..."

Kyojuro abrió sus ojos de golpe notando que ella ya estaba despierta. Una expresión de alivio invadió su rostro mientras se acercaba y tocaba con cariño su rostro antes de depositar un corto beso en la mano que ella había alargado hacia él, la joven no comprendía del todo que había sucedido

— Kyojuro... —le llamó captando su atención

— ¿Hum?

— ¿Qué sucedió? —le cuestionó

— Eso... —titubeó Kyojuro reflejando una clara expresión de pena— es mi culpa, lo siento Ruri

— ¿Eh? ¿Por qué?

— Debes recordar que estábamos juntos en las aguas termales y cuando ya terminamos te abracé al sentir que tu también lo hacías —comenzó a explicarle con calma— ya unos minutos atrás te había notado algo roja, pero pensé que debía ser por algo del momento —añadió— lo siento, por mi descuido terminaste teniendo un golpe de calor

— Oh... —fue lo único que soltó en respuesta

"No solo me vine, también me fui"

— ¿Oh? ¿Te sientes bien ahora o aún tienes mareos?

— Estoy bien, solo se siente como si hubiera dormido

— Ya veo...

— No tienes que disculparte Kyojuro, si alguien tiene la culpa soy yo

— ¡Pero...!

— Mientras estábamos juntos sentí cierto mareo y una punzada en la cabeza, sin embargo decidí ignorarlas —admitió Ruri avergonzada

— ¡¿Por qué lo hiciste?! —Kyojuro parecía algo molesto por su descuido

— Es que...- —debía decirlo, pues si no lo hacia él no iba a comprenderla— se sentía tan bien que no quería detenerme... —confesó ocultando su rostro entre sus manos

— ...

— Sé que fue descuidado de mi parte, pero no quería que terminara... —añadió al sentir que el calor nuevamente volvía a sus mejillas— perdón, Kyojuro

— Ruri...

— ¿Si?

— Como hombre me siento feliz, pero como esposo estoy preocupado —habló Kyojuro tomando una de sus manos— por favor, prométeme que si te sientes mal enseguida vas a decírmelo

— Si, lo prometo —Ruri sabía que si no lo hacia él no iba a estar tranquilo y también era una promesa justa

— ¿Quieres algo de tomar? Si necesitas algo puedes pedírmelo —ahí estaba de nuevo su querido y amoroso esposo

— Hum... —la joven hizo ademán de pensarlo

— Fue un día largo, así que deberías descansar —añadió a punto de levantarse para apagar las luces pero un leve tirón de Ruri le detuvo— ¿qué sucede?

— ¿Ya es el final? —le cuestionó algo sonrojada sin soltarle

— ¿Umu?

Un corto silencio se formó entre ambos. La verdad Ruri tampoco esperaba tal acción de su parte, sin embargo ahí estaba ella, deseándole con todas sus fuerzas pues amaba aquellos momentos en donde solo existían ellos dos entre las pocas palabras y las caricias, por lo que solo pudo volcar su profunda y verde mirada en él

— Yo... aún deseo estar contigo, Kyojuro —confesó la joven con una expresión tan sincera y dulce que el mencionado sintió un ligero golpeteo en su pecho

— Pero no estás bien... —replicó inseguro pues verla así ya le resultaba demasiado tentador

— Estoy muy bien, ya dormí —siguió Ruri sin intención alguna de ceder

— Aún así...

— ¿Acaso dudas de mi? ¿Estás subestimando que fui una cazadora y pilar como tú? —le cuestionó la joven reflejando seriedad y fuerza en su mirada

— ¡Claro que no! —negó Kyojuro enseguida

— ¿Entonces? —inquirió haciendo un leve puchero— ¿no quieres...?

— ¡No, claro que te quiero! —confesó finalmente Kyojuro atrapado por ella— solo que no quiero que te sientas forzada, cuando te veo y te toco siento que en cualquier momento puedo perder mi control... te amo demasiado, Ruri...

"No puedo, este hombre es demasiado..."

Lindo, hermoso, perfecto, seductor, ardiente. Ruri tenía ya una larga lista de adjetivos con las cuales designarle, pero eso era un secreto, pues ahora lo verdaderamente importante es confirmar que Kyojuro a pesar de tener sus propios deseos siempre antepondrá primero los de ella sin dudarlo ni un segundo

"Gracias Tsuyoshi-nii... definitivamente voy a atesorarlo"

A pesar del dolor de la perdida, la joven no se atrevía a poner ya en cuestión la decisión de quien en vida, fue su hermano mayor. Tsuyoshi partió tranquilo de saber que ella había escogido al hombre correcto y con el cual cada día podía vivir al máximo y sanar mutuamente cualquier tristeza que aqueje sus corazones

"Porque nos amamos... nos deseamos"

— No tienes que hacerlo, Kyojuro —negó Ruri tomando una de sus manos para besarla con cariño— lo que tu sientes, yo también lo siento y es por eso que deseo que me toques y me hagas sentir completamente tuya —añadió depositando aquella mano en uno de sus pechos— ¿no puedes?

— ...

Los ojos dorados le miraban encantados y llenos de preguntas como ¿Por qué ella tenía que ser tan encantadora? ¿Cómo unas pocas palabras podían despertar sus más bajo instintos? ¿Alguna vez tendría suficiente de aquella mujer? No podía saberlo con certeza, pero si de algo estaba seguro es que podía cumplir sus deseos y también los suyos

"Siempre llevo las de perder contigo ¿no, Ruri?"

Sin echar a perder más el tiempo en vagas cavilaciones. Kyojuro dejó caer ambos brazos a cada costado de la cabeza de la mujer, para luego inclinarse y unir sus labios en un beso suave y continuo. Ruri sonrió entre el beso victoriosa mientras sus manos recorrían la fina tela otoñal buscando apartarla pues quería sentir el calor de su piel

El hombre notó el gesto y con una sonrisa divertida al ver de nuevo un gesto de torpeza en ella, deshizo con destreza el sencillo nudo de la yukata femenina antes de relamer sus labios rosados. Los ojos verdes le miraron acusadores por la acción inesperada, más eso quedó a un lado al sentir como aquellas manos masculinas deslizaban la fina tela por sus hombros dejando expuesto su pecho

Una nueva sesión de caricias y besos estaba a punto de comenzar y Ruri pudo saberlo al sentir el cálido aliento de Kyojuro sobre su pecho causándole una especie de descarga eléctrica por todo su cuerpo. Pudo escuchar una corta risa escapar de sus labios antes de que aún con su vista fija en ella comenzara lamer y mordisquear con cuidado

La joven no podía evitar cuestionar cuántas veces más se sonrojaría bajo su tacto y voz, no era justo que él le mirara divertido de ver como ella estaba bajo él, a su merced. Los cálidos labios comenzaron a subir de sus pechos hasta su clavícula y cuello en donde también se entretuvo unos minutos

— ¿Se siente bien, Ruri? —le cuestionó cerca de su oído antes de dejarle un corto beso allí

— ¿Por qué preguntas... cosas vergonzosas de decir? —le devolvió Ruri enterrando sus finos dedos en su melena rubia de la cual tiró levemente

Sus manos seguían sin detenerse en recorrer su cuerpo y deshacerse de la poca tela que cubría a la joven dejándole ya desnuda ante él. Ruri enrojeció e intentó recoger sus piernas, más fue detenida por Kyojuro, quien con gran facilidad terminó por separarlas pasando sus brazos por ellas besando con total devoción su muslo derecho

Ligeros suspiros y temblores comenzaron a hacerse presentes en la joven que apretaba las sábanas en un vago intento de controlarse, pero era imposible. Cada vez que aquellos labios besaban una parte de piel dejaban ya una marca de calor recorrer su cuerpo causando una sensación de cosquilleo en su zona baja

— Porque me gusta escucharte —respondió Kyojuro aunque la peliverde ya había olvidado la pregunta

El juego siguió y Kyojuro ahora enfocó su atención en el muslo izquierdo en donde repartía varios besos cerca de su zona íntima mientras recorría la blanca piel con la yema de sus dedos. Los ojos verdes le vieron remojar sus cálidos labios antes de comenzar a besar y mordisquear dejando a su paso algunas marcas rojas

— No, Kyojuro... —se quejó la joven sonrojada

— ¿No qué? —le cuestionó enseguida sin interrumpir su labor

— Ahí no... —negó en voz baja— no puedo aguantarlo...

Los ojos dorados con detalles en rojo le miraron extasiado por su reacción mientras solo utilizaba la yema de sus dedos para tocarla. Aunque no lo ponía en palabras ahora mismo Ruri lucía tan vulnerable y dulce bajo su tacto, que solo podía desear seguir haciéndolo si así podía ver tal expresión de deseo

Los besos y caricias siguieron hasta que Kyojuro abandonó sus muslos para besar el inicio de su ombligo y caderas las cuales mordisqueó y humedeció con gusto. La joven seguía temblando de placer hasta finalmente sentir como su esposo comenzó a rozar con sus dedos su parte íntima simulando dibujar pequeños círculos

De pronto un dedo comenzó a introducirse con cuidado, mientras Ruri se agarraba aún más fuerza de las sábanas moviendo de manera inconsciente sus caderas en busca de más. Kyojuro comprendió su actuar e introdujo un segundo dedo haciendo que la voz de la peliverde sonara clara en sus oídos

Su interior seguía cálido y más mojado que antes, por lo que comenzó a simular pequeñas y lentas embestidas que con el pasar de los minutos fueron tornándose un poco más profundas y rápidas. Ruri presintió que pronto alcanzaría su límite y está vez su esposo no parecía estar dispuesto a dejarlo pasar otra vez

— Oh, Kyojuro... —susurró Ruri agarrándose de su yukata al sentir como poco a poco iba perdiendo el sentido del tiempo mientras la tensión en su vientre solo iba creciendo

Los ojos dorados le miraban fijamente aumentando la velocidad con la que le embestía haciendo que Ruri finalmente se viniera con un fuerte gemido que fue acallado por los labios de Kyojuro, quien parecía satisfecho por su logro dejando cortos besos en su rostro mientras aspiraba su suave aroma

— Hum... —musitó la joven ahora recuperándose

— Y ¿Se sintió bien? —le cuestionó Kyojuro echado a su lado con una sonrisa tan malditamente sexy que aún podía sentir espasmos en su zona íntima

— ... —Ruri no dijo nada sino que se sentó de golpe antes de mirarle con ojos acusatorios

— ¿Qué sucede? —inquirió confundido al verla acercarse

— Ambos somos injustos —declaró la joven montándose en él— pero no solo yo pienso pasar pena

Bastante segura de sus acciones los ojos verdes le miraron fijos antes de inclinarse y besarle con ternura, permitiéndose tocar las masculinas facciones de su rostro. Kyojuro terminó dibujando una sonrisa apenada al ver su ceño fruncido mientras la joven no perdía más tiempo y también se deshacía del nudo que ataba el yukata de su esposo

— También quiero besarte y tocarte —confesó Ruri paseando la yema de sus pequeños dedos sobre su pecho levemente descubierto

El corazón del antiguo Pilar de la Flama comenzó a ir más rápido mientras le observaba fascinado al ver como ella con su cuerpo más pequeño y delicado que el suyo y con sus manos suaves y labios rosados comenzaba a besar su pecho con calma. Era encantador ver como intentaba quitarle la tela de manera torpe a pesar de estar muy sonrojada

Kyojuro negó para sus adentros antes de sentarse de golpe sorprendiéndola justo como había sucedido cuando se conocieron ¿quién creería que iban a terminar así? Compartiendo un momento tan íntimo como marido y mujer que eran. Ruri no dejó de acariciarle y besarle mientras él solo quitaba los mechones verdes y rebeldes que amenazan con cubrir sus lindos ojos

Pronto un ligero temblor le invadió al sentir como ella dejaba un camino de besos húmedos en su cuello junto a la sensación de calor que quedaba al respirar. Se sentía demasiado bien sentirle de esa manera, sobre él y a tan corta distancia esforzándose por complacerle y hacerle sentir bien

"¡Una maravillosa esposa!"

— Ruri, te deseo a ti —declaró Kyojuro tomando su mentón con cariño a lo que la joven suavizó su expresión riendo divertida

— Pensamos igual entonces —confesó Ruri tomando ambos lados de su cara y besándole— también te deseo, Kyojuro

— ¡Enseguida, mi querida esposa! —musitó el hombre quitándose por completo el yukata revelando así su ya latente erección

La joven abrió sus piernas permitiéndole acomodarse entre ellas. Ruri creyó que nuevamente iría despacio más no fue así, pues una vez Kyojuro localizó su entrada le dedicó una ardiente y encantadora mirada antes de hundirse en ella de golpe generándole tal sensación de placer que le abrazó con fuerza

Una sonrisa divertida se dibujó en el rostro del antiguo pilar de la Flama, quien comenzó a moverse de manera lenta en su interior disfrutando de la fuerte sensación de calor y humedad junto a la estrechez que le recibían. La joven rodeó sus caderas con sus piernas obligándole a profundizar más, mientras él le tomaba en peso y sostenía su cintura

— Mi Ruri... —susurró sobre sus labios antes de besarle tomando su cabeza con una de sus manos

— ¡Kyo...! —balbuceó la joven presa de él

Amaba el brillo de sus ojos, todas y cada una de sus acciones. Desde que se conocieron se habían dedicado a explorar y aprender del otro que ahora su esposo conocía sus lados sensibles, las cosas que le gustaban en la intimidad, sin embargo la respuesta más clara sería decir que a ella le gustaba la persona "Rengoku Kyojuro"

Pensaba decirlo, sin embargo la sensación de cosquilleo seguía creciendo, sin embargo Kyojuro parecía tener otros planes, por lo que paró y con cuidado se hincó sobre el futón para volver a recostarle y girarle quedando así boca abajo sobre las blancas sábanas. Ruri miró hacia atrás para ver como él también buscaba acomodarse para finalmente penetrarle por detrás haciendo que ella apretara las sábanas acallando un fuerte gemido

— Ruri, eres tan estrecha —confesó sin dejar de moverse mientras pequeñas gotas de sudor recorrían su rostro

— No digas... eso —se quejó la joven dejándose caer sobre las sábanas

La sensación de como sostenía sus caderas con aquellas manos gruesas y cálidas, los besos y mordiscos en su espalda, el como susurraba su nombre excitándole cada vez más, Ruri sentía que podría terminar en cualquier momento. Sus movimientos iniciaban lentos y profundos para luego ir aumentando la rapidez y la fuerza con la que entraba y salía causándole pequeños espasmos

— Es porque se siente bien, porque eres tú... —le escuchó decir con inmenso cariño mientras ella buscaba acallar sus suspiros en la almohada

Al cabo de unos minutos Kyojuro alargó una de sus manos para entrelazar sus dedos con los de ella que aún se aferraban fuertemente a la sábana. Los ojos verdes intuyeron que él también estaba alcanzando su límite y por lo tanto sus embestidas se hacían más rápidas y profundas, haciéndole sentir como recostaba su cálido y trabajado cuerpo sobre el de ella con todo el cuidado de no aplastarla

— Kyojuro... —le llamó la joven volteando para verle— mi Kyo...

Los ojos dorados denotaron sorpresa y cariño antes de dejar caer su rostro cerca del suyo mientras sus labios seguían susurrando en su oído. Incluso podía escuchar el sonido de sus partes al rozarse, su fuerte y clara respiración y hasta su propio ritmo cardíaco aunque ya a estas alturas no sabían precisamente de quien era

Sus miradas seguían conectadas mientras los movimientos iban en aumento al igual que la temperatura de la habitación o quizás eran ellos, pero si de algo estaban seguros es que no deseaban detenerse, ese momento íntimo y carnal quedaría grabado en sus memorias pues no solo había deseo en sus ojos sino también amor sincero

— ¡Oh, Ruri...! —gimió Kyojuro de repente volviendo a derramarse en el interior de su esposa al sentir como ella volvía a apresarle pues finalmente había cedido a la presión de su viente

Al terminar aquel acto ambos se concentraron en escuchar la respiración del otro que con el pasar de los minutos iba regulándose al igual que su ritmo cardíaco. Estaban algo sudados, más no les importaba porque eran ellos y solo querían mantenerse juntos y abrazados disfrutando de la compañía y calor de su pareja amada

Ruri sentía su interior demasiado cálido, era una sensación que no podía simplemente describirla, sin embargo no pasó mucho antes de que Kyojuro le mirara y sonriera divertido antes de salir de ella y abrazarla con todo el amor posible, al cual la joven no dudó en corresponder dejando una de sus pequeñas manos en su pecho cálido

— Te amo, Kyojuro —soltó Ruri de repente— gracias por cumplirme mis caprichos —añadió al haber sido ella la de la idea de seguir

— ¡Es todo un gusto! —respondió el Kyojuro de siempre— pero aún si dices que son solo tuyos, ambos salimos ganando —festejó besando su frente mientras ella le daba uno que otro beso corto en su cuello— ¿Planeas seguir jugando, esposa mía?

— No era esa mi intención... aunque... —rió divertida captando su atención

— ¿Qué sucede?

— Puedo ver que aún sigues muy animado —le respondió al sentir como con el paso de los minutos "algo" crecía cerca de su vientre

— ¡Jajaja! Supongo que es porque tengo a tan increíble mujer a mi lado

— Oh, si es así acepto la culpa

— Te amo, Rengoku Ruri —soltó divertido al ver su lado juguetón

— Veo que amas llamarme junto a tu apellido

— Si, porque eres mi esposa —declaró con una sonrisa— mi mujer

— Rengoku Kyojuro, tienes todas la boca llena de razón

— Entonces ¡¿Vamos de nuevo?!

— ...¿Hai?

"Oh querido Buda, desde que me casé no conozco el debido descanso"

Al día siguiente y por la tarde ambos abandonaron las aguas termales. Ruri iba caminando más despacio pues debía reconocer que si se habían pasado un poco la noche anterior, pues solo cayeron en cuenta que debían descansar al ver ya algo de luz filtrarse por las ventanas -razón por la cual recién dejaron el lugar por la tarde- su cadera definitivamente dolía, una verdad innegable

Kyojuro al mirarla rió divertido antes de tomar a la joven en su espalda y echar a correr bajo la sonrisa de amor en ella. Ambos se amaban con todo su ser y estaban seguros que aquella Flama de amor y pasión seguiría ardiendo hasta el día de su muerte

Luego de aquello, dos semanas transcurrieron siendo ya casi dos meses desde la boda de Ruri y Kyojuro. La joven se mantenía en su hogar mientras su esposo había ido a visitar a su padre y hermano menor para trabajar en el nuevo estilo de espada de la familia Rengoku, por eso ella había aprovechado en limpiar un poco y lavar la ropa

No podía quedarse quieta y menos ahora que percibía demasiados olores que su esposo decía no sentir, por suerte luego de aquello podría dormir un rato por la tarde ya que últimamente le estaba agarrando gusto a aquellas siestas. Percibía cierto cansancio y sensibilidad en sus pechos ¿acaso Kyojuro se había pasado succionándolos y mordiéndolos?

"¡No pienses en eso!"

— Solo debo estar cansada —negó para finalmente continuar sus tareas

Cerca del anochecer Kyojuro llegó a casa y atrapó a su esposa en sus brazos para luego besarla, pues a pesar de que habían sido solo unas horas le había extrañado demasiado. Su hermosa Ruri le sonrió y sirvió la cena para que ambos pudieran comer, sin embargo le notaba pálida y más aún cuando la vio levantarse a toda carrera en dirección al baño

— ¡Ruri! ¿Estás bien? —le cuestionó aunque por el sonido del vómito no debía estarlo

— Hum, creo que no... —negó la joven abriendo la puerta para dejarse ver

— Esto no me gusta, mañana le pediré a Kocho que venga ¿si?

— ¿Seguro? Quizás algo me haya caído mal

— ¡Aún así! Es importante cuidar de la salud de uno

— Bien...

Al final Ruri logró convencer a Kyojuro de que llamaría a Shinobu por la tarde, pues él tenía un deber que cumplir con su padre y hermano menor y ella no quería preocuparles en vano por un malestar menor, aunque ahora claramente se arrepentía de haberlo subestimado pues aquí frente a ella residía ya su amiga y su esposo a la espera de saber su estado actual y situación

— ¿Qué piensas? —le cuestionó Ruri a Shinobu en compañía de Kyojuro, quien había abandonado rápidamente la práctica al recibir un cuervo de su esposa donde le notificaba que había sufrido un fuerte mareo

La antiguo Pilar de Insecto observó su informe con una idea bastante clara de que era lo que estaba sucediendo. Kyojuro por su lado pensó que lo mejor era ir a hacer algo de té para su antigua compañera, pues por la situación ni siquiera había podido recibirla como se debía, ya que al escuchar que su esposa estaba enferma había perdido el rumbo

— Ruri-san llevas una vida matrimonial bastante activa ¿verdad? —inquirió Shinobu muy divertida al ver la expresión atónita en el rostro de Ruri.

— ¡¿Cómo..?! Digo, ¿por qué lo dices? —le devolvió la joven sin saber donde meterse ante la insólita pregunta de su amiga

— Deberías esconder mejor las marcas de tu cuello —añadió causando que Ruri sintiera que iba a desmayarse de la vergüenza.

— S...Si, entiendo... —era su derrota, no podía negarlo.

— No te preocupes, te enseñaré luego a ocultarlas, no me quiero ni imaginar como se pondría Uzui-san o Tokito-kun si las vieran —dicho esto Shinobu procedió a sacar algunas medicinas y hiervas.

— Si, espera... ¿cómo es que sabes ocultarlas? —cuestionó esta vez Ruri causando que ahora la nerviosa fuera Shinobu— ¿acaso...?

— No sé de que hablas, soy una doctora es normal que sepa eso —le cortó Shinobu, Ruri pensaba protestar, pero la noticia que le dio su amiga a continuación la dejó sin habla

"Ruri, estás embarazada"

— ...

Con aquella noticia su mente quedó prácticamente en blanco mientras sentía como si le hubieran vaciado por completo un balde de agua fría, sin embargo no resultó ser la única pues un sonido de tazas y agua derramada llegó a sus oídos alertándole y allí estaba su esposo, Kyojuro estupefacto quien al parecer también había logrado escuchar la noticia de los labios de Shinobu

— "Mi té..." —pensó Shinobu.

— Kyojuro... —susurró Ruri al verle así

— ¿E...Es verdad? —inquirió a Shinobu— ¡¿es realmente verdad?!

— ¿Ah? Si, Ruri está embarazada —respondió Shinobu al ver la gran sonrisa brillante que adornaba el rostro de Kyojuro

Al recibir la confirmación por segunda vez Kyojuro se dirigió rápidamente hacia Ruri, a quien tomó en volandas dándoles varias vueltas mientras la sostenía como si fuera lo más valioso del mundo. Finalmente un nuevo integrante llegaría a sus vidas y él totalmente agradecido besó sus cabellos y mejillas con amor y vehemencia pues no cabía de felicidad. Shinobu terminó lanzando un suspiro comprensivo y dejándoles a solas

— Finalmente tus esfuerzos dieron fruto —bromeó Ruri intentando controlar el ligero mareo que le había causado

— ¡Si, me seguiré esforzando! —prometió más ante aquella afirmación Ruri no pudo evitar preocuparse

— ¡Gracias Ruri! Por ser mi mujer y esposa, la futura madre de mis hijos —musitó al bajarla para posar una de sus manos en el vientre de la joven— "Aishiteru"

— Puedo decir lo mismo, Kyojuro —respondió la joven al borde de las lágrimas— ¡te amo! —añadió atrapando finalmente sus labios en su largo y dulce beso

Y de esta manera el deseo de ambos se haría realidad luego de nueve meses en donde llegaría el pequeño Shōjuro a alegrarles aún más sus días. Gracias especiales a Shinjuro por auspiciar las aguas termales, a Senjuro por ponerse más bueno cada día y finalmente solo queda el misterio de los gemelos, pero ¡eso es una historia para otro día! 





Rumores Taisho

🌞 La anciana y muchacha con las que se encontró Ruri fueron testigos de que al día siguiente la pobre le costaba caminar y sentarse así que le desearon lo mejor y un pequeño fuerte y sano

🌞 Ruri y Kyojuro estuvieron a punto de hacer una apuesta sobre el género del bebé, sin embargo el mismo tuvo que rendirse al ver como su padre, Senjuro, Ruri, Tokito y Shinobu apostaron a que sería niño siendo él, el único en decir que podría ser niña

Mini Diccionario:

"長襦袢" Naga Juban: Se trata de la ropa interior del Kimono. Es como un vestido similar al Kimono que protege del sudor y cuyo cuello sobresale por fuera del Kimono. El clásico es el blanco y lo usan tanto hombres como mujeres. Los que son de hombres pueden ser de diferentes colores y pueden llevar diversos diseños.

Nashi o pera asiática: Es otra popular fruta japonesa del otoño. "Kosui" es un tipo de nashi que se encuentra en gran parte de Japón. Tiene una baja acidez y un alto contenido de azúcar lo que la hace bastante dulce

"温泉"Onsen: Baños termales naturales. Si se encuentran en el exterior, los onsen se llaman rotenburo (露天風呂).

"かけ湯" kakeyu: Es la acción de lavar y limpiar el cuerpo antes de entrar a las aguas termales 

¡Hola con todas y todos! Este es un especial que había escrito hace ya un tiempo al igual que otros ¿les gustaría que subiera de a poco el resto? En este especial venimos a saber como fue hecho Shojuro 😂👌 en las mejores aguas termales, fino el niño. En fin espero que hayan disfrutado este especial y me disculpo nuevamente por no actualizarles hoy, pero me complicaron mi horario y no pude terminarlo, mañana si o si hay capítulo ya que solo faltan 1k de palabras, nos vemos 💕🤭

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