Capítulo 71 Un final propio de un engaño perfecto

A veces la mente es como una oscura laguna traicionera, pues, cada vez que llegas a pensar que eres inmutable, un recuerdo tan lejano y que se creía olvidado acude a ti, susurrándote, advirtiéndote y en muchos casos, castigándote de una manera tan dolorosa, que ni siquiera el ardor a rojo vivo de un látigo puede compararse. Él lo conocía muy bien, ese sentimiento, esa presión en el pecho, pues fue la misma mujer que le cargó en su vientre y le dio la "vida" la que le hizo desear terminarla a una edad temprana.

— ¿Por qué madre tiene que mirarme así? —cuestionó el niño con sus ojos llenos de lágrimas, el golpe en su mejilla aún dolía— ¿soy tan asqueroso?

— ¡Eso no es cierto! Nada de ti es asqueroso, es solo que... mamá tiene que entender que tu sueño no es para nada penoso, sino genial y especial —habló la voz femenina intentando consolarle— estoy segura que solo necesita tiempo... ¿si?

— ¿Cuánto? ¿Cuántas veces tiene que tratarme así y golpearme hasta que me entienda? —inquirió con la voz rota— si va a seguir así... ¿no sería mejor si yo muriera?

— ¡¡Eso jamás!! Escucha, nunca... ¡nunca debes tirar tu vida así! ¡Suicidarse nunca es la solución!

— ¿Qué es suicidarse? ¿Por qué nunca puede hacerse?

— ...Suicidarse —repitió la joven con una sonrisa triste— es como las personas se refieren cuando uno mismo desea morir y hace lo posible porque eso suceda

— Entonces, yo... ¿quiero suicidarme, nee-san?

— ¡No, no quieres hacerlo! —negó con lágrimas en los ojos mientras le abrazaba— sé que es doloroso y solo quieres tener la aprobación de mamá, pero, por favor, por más triste que estés, no pienses que debes morir ¿si?

— Nee-san

— ¿Si?

— ¿Cómo es que tu sabes qué es suicidarse? —inquirió de repente curioso, pues ni siquiera él lo sabía, pero no obtuvo una respuesta a esa interrogante que ahora pesaba en su corazón

— Eso no importa —negó— lo que importa realmente es que ahora mismo, tu corazón late —añadió haciéndole percibir sus latidos— y tus manos están cálidas, es vida lo que hay en ti y si renuncias a ella, entonces, estarías renunciando a todos tus sueños y lamentablemente solo puedes vivir una vez ¿realmente crees que es justo tirar todo eso?

— Al menos ya no dolerá y mamá no se avergonzará de mi...

— Solo estás huyendo si piensas así, el dolor está ahí por una razón y eso es para hacerte más fuerte —le explicó al secarle las lágrimas con ternura— sé que es complicado de entender ahora, pero cuando te caes y sangras, es cierto que duele, sin embargo con el tiempo, la herida va sanando y te haces más fuerte ¿no? Creo que la vida es igual, es lo que definirá la persona que serás de adulto, por eso, aunque duela, tienes que vivir... vivir y nunca rendirte porque el regalo más preciado es que estés aquí respirando y seas mi lindo hermano menor...

"Por favor, nunca lo olvides... Shiro...."

Lo había olvidado, no... siempre estuvo allí, siendo uno de los pocos recuerdos que podía considerar preciados. Aún recordaba la calidez puesta tanto en palabras como en la mirada de su querida hermana mayor, pues ella fue su primera "fan", su apoyo hasta el final y quien intentó enseñarle lo que era la vida, aún cuando ella estuviera tan destruida y el mundo mismo deseara venírsele encima. Sin duda su "nee-san" era la verdadera definición de fortaleza, por eso, incluso si era considerado un gusano inferior, se había aferrado con fuerza a la vida, pero ahora...

— ¿Qué? ¿quieres que apueste mi vida? —cuestionó el hombre con una expresión severa, realmente le estaba costando creer que Ririka le dijera eso – Pequeño gorrión, ¿sabes que no deberías decir cosas que realmente no puedes apostar? Nadie en su sano juicio lo haría ¿es que acaso pensaste que aquello sería capaz de asustarme?

— Primero, no soy un pequeño gorrión y segundo... ¿acaso lo ha olvidado? Hace mucho tiempo que dejé de tener un sano juicio —negó la peliverde restándole importancia a lo antes dicho, Toshiro no fue capaz de vislumbrar ni una sola pizca de duda en sus ojos o su voz

— Ririka, no estás siendo inteligente, lo que pides es literalmente un suicidio y si tu mueres...

"Así que está tan seguro de que va a ganarme"

— Con que es así, bueno, realmente no me sorprende que sea un cobarde –habló esta vez con una mirada que destilaba pena y decepción— siempre se estuvo escondiendo detrás del dobladillo del kimono de su madre, incluso sus propias acciones, no fue capaz de llevarlas a cabo, entonces ¿Cómo pude pensar que incluso si usted tenía un gran poder se atrevería a apostar su vida?

Cada una de esas palabras habían sido como puñales llenos de veneno que se dirigieron de manera segura al orgullo ya magullado de Toshiro. Sus manos estaban temblando en un vano intento de contener su furia y vergüenza, estaba dispuesto a soportar de la manera más tranquila posible cualquier intento de insulto hacia su persona, sin embargo, era muy diferente saborear esas palabras llenas de odio y amargura de quien se supone, debía amarlo más que nadie y no, Ririka no podía odiarlo

¿Una bofetada la haría volver en sí? Tenia que descargar parte de su ira de alguna forma, realmente no deseaba dirigirse hacia ella que lucía tan delicada como una finísima obra de arte del siglo pasado, simplemente no podría soportar que esa hermosa y tersa piel blanca se viera llena de magullones y moretones, eso le restaría a su belleza y la volvería tan solo en una pobre y simple existencia, por eso también es que había sido paciente en que ella alcanzara aquella codiciada edad en que comenzaba a florecer hermosamente

— Ririka, cada una de tus palabras solo pueden lastimar mi corazón –se lamentó el hombre con pesar— si hay algo que debes entender, es que, todo lo que hice, fue por ti, únicamente porque quería hacerte feliz

"Claro, y la felicidad comienza estando encerrada en una jaula"

— Las vidas de mis padres y otras personas inocentes no parecen decir lo mismo, porque si realmente es cierto lo que dice, me temo que su supuesto "amor" es solo una versión podrida de una mala copia de perfume

— Aun eres joven, solo piensas que conoces lo que es el amor juvenil, sin embargo, entenderás que aquel sentimiento es solo un soplo de viento primaveral, está destinado a morir antes de que te des cuenta

"No puede ser un viento primaveral, cuando involucra un amor y promesas de otra vida"

— Me pregunto si realmente usted sabe lo que es el amor...

— ¡Por supuesto que lo sé, te amo a ti! ¡eres tú quien me mueve!

¿Qué es lo que podía hacer? La peliverde sentía repugnancia por sus palabras, sin embargo, los ojos de aquel hombre estaban llenos de un deseo que le hacía cuestionarse si quizás en su retorcida mente, si había una mínima capacidad de "amar" pero, ese tipo de amor era enfermo, destinado a volverse putrefacto con el pasar del tiempo y su vida, siendo ya lo suficientemente caótica, había decidido que ella era el blanco perfecto para la obsesión de ese hombre que desgraciadamente era su familia por sangre

"Familia" una palabra que sin duda no era del agrado de Toshiro, quien había maldecido más de una vez por tener ese término sobre sus hombros y el honorífico de "tío" sobre su mente, eran esas tontas palabras lo que servían como cadenas para detenerlo de tomar a Ririka y llevársela lejos, había sido paciente, demasiado, incluso le había permitido saborear lo que era el amor juvenil ¿En dónde ella encontraría otro hombre tan comprensivo y piadoso? Era una verdadera lástima que su pequeño gorrión aun no vislumbrara eso

Solo él podía asegurarle de que realmente podría hacerla feliz, no solo tenía influencia y riquezas, sino también el poder de cambiar el destino, manejarlo a su propio antojo. Yamamotoyama Toshiro ya no era una simple persona, estaba por encima de todos por primera vez en su vida y no iba a desaprovecharlo, sin embargo, y pese a todos sus esfuerzos Ririka había escogido el camino de la muerte ¿no era esto como si quisiera huir de sus manos? No podía arriesgarse a apostar porque si ella perdía... moriría

¿Cuál era exactamente su meta? Toshiro se detuvo unos segundos a concebir la idea y realmente le parecía un movimiento demasiado estúpido por parte de la joven, ¿acaso no sabía ella ya que el resultado sería el mismo? Sin importar las vueltas, él ganaría por el as que poseía bajo la manga... claro, ahora lo entendía, ese era su verdadero propósito y la maldecía por ello, pues si Ririka estaba destinada a morir por la apuesta, solo significaba que no podría tenerla y si por casualidad, él perdiera, al morir tampoco podría estar con ella

"En ninguno de tus planes hay uno que quiera estar a mi lado"

— Me niego a esto —declaró Toshiro reflejando pesar en su mirada— no puedo permitir que entres en un juego que claramente vas a perder y no me es para nada placentero que esto termine con la visión de tu cadáver, Ririka

— ¿Mi cadáver? ¿qué diferencia habría ahora? —inquirió cabizbaja— mi padres están muertos y muchas personas también han sufrido por una única persona y esa era yo... ¡¿cómo puedo vivir con la persona que maquinó esto?! Lo único que merecería entonces es morir ¡prefiero mil veces eso!

La voz de Ririka realmente sonaba resentida y triste, sin embargo, ni Kazuyoshi o Tōjuro cayeron ante ello, normalmente ya estarían tratando de evitar ese escenario, sin embargo, sería la acción más estúpida que podrían cometer, ya que la peliverde estaba buscando orillar a su enemigo, cegar su juicio al fingir esa actitud de querer tirar su vida. No podían negar que dolía que esas cosas salieran de su boca, per por el brillo constante de seguridad en su ojos, sabían que el juego había comenzado

— Mi pequeña y dulce Ririka, no tienes porque sentirte culpable por las penurias de otros, en tal caso, ellos cumplieron su papel dentro de la obra, por lo que, ya pueden descansar, ¿acaso crees que ellos hubieran deseado continuar así cuando eran tan miserables?

— ¡¡Usted fue el que les orilló a vivir así!! ¡No piense que puede engañarme! —negó violentamente— por eso, solo hay una cosa que puedo hacer...

— ¿Ririka? —pensaron ambos al notar el cambio en el ambiente, más frío y oscuro para su gusto

— Ese poder, es como la cara de otra moneda, por eso, uno puede pedir un único deseo a su guardián

— ¿Un guardián? —cuestionó el hombre evidentemente confundido

— Antes de dejar este mundo, su madre me susurró una última cosa, me pidió que detuviera todo esto y si yo soy la razón, aceptaré el precio —declaró arrodillándose y colocando ambas manos sobre el suelo mientras procedía a decir...

"Tu que moras en el mundo de los vivos para guiar a las almas perdidas, escucha mi voz y cumple mi pedido..."

— ¿Qué? ¡¿Qué es lo que estás haciendo?!

— ¡¡Ririka!! ¡Ya detente!

— ¡Yo ya soy un alma perdida, por eso, guía mi camino, Annistyn, guardiana de la muerte y los deseos pendientes!

Esa plegaría resonó como un fuerte eco por todo el lugar, la noche se volvió más oscura, el aire pesado y las sombras comenzaron a pasearse entre los aún vivos, causando escalofríos bajo su carne, siendo el constante latido de su corazón lo que les confirmaba que aún se aferraban a lo llamado "vida". Ririka permanecía allí y al igual que una brisa pasajera, el susurro de su nombre llegó a sus oídos y para sorpresa de todos, alguien más había decidido reunirse a esa noche fatídica

Una figura femenina de cabello largo y rojo como la sangre ya seca de una herida, ojos grises que parecían ser tan fríos como una tormenta junto a un vestido y sombrero con velo negro, sin duda, aquella mujer, era la personificación de la muerte, todos ellos podían sentirlo, el aroma a rosas marchitas y vela derretida, siendo las voces de aflicción que parecían conjurar una melodía digna de aquella que presencia el final de cada vida y ese tipo de "entidad" había respondido al llamado de Ririka

— ¿Qué es esto? ¡¿Quién mierda eres?! —soltó Toshiro colérico e intentando acercarse a Ririka, pero la presencia escalofriante de aquella mujer le detenía

— Tu... ¿preguntas qué soy o quién soy? —inquirió la pelirroja sin amedrentarse ante la mirada furibunda de aquel hombre

— ¡¿Cuál es la diferencia?! No, nada cambiará el hecho de que eres una intrusa... ¡así que piérdete!

— Que ruidoso, conozco muy bien las almas que son como tu, normalmente su destino es vagar toda una eternidad sin que nadie sea capaz de escucharles

— ¡¿Ah?! ¿Es eso una amenaza?

— Es solo una verdad, sin embargo, mi tiempo es valioso, por eso, no puedo perderlo con un alma así —negó ignorándole para luego centrarse únicamente en aquellos cálidos y tristes ojos verdes que le miraban— fuiste tu, quien hizo el llamado ¿verdad?

— Entonces era verdad, tu eres la única quien puede ayudarme a terminar con esto...

— ¡Ririka, detén esta farsa!

— ¡Annistyn, por favor! ¡Ya no soporto esto, ya no puedo cargar con el dolor de inocentes!

— Entonces ¿Quieres renunciar a tu vida?

— No... quiero pelear por ella, quiero vivir de manera libre y honrada, pero... si no detengo todo esto, entonces, no podría vivir, eso no sería libertad...

— ¿Qué es lo que deseas entonces?

— Quiero apostar

— ¿Apostar?

— Una vida por otra vida

— ¡Ririka, no lo hagas! —soltó Kazuyoshi angustiado— ¡esa no es la respuesta!

— ¡¡No hay ninguna otra respuesta, Kazu-nii!! ¡Tengo que hacerlo, de lo contrario, no podría perdonarme! —exclamó de repente sorprendiéndole— Yo, Yamamotoyama Ririka, quiero apostar mi vida contra Yamamotoyama Toshiro

— ¿Cómo piensas llevar a cabo tu apuesta? —cuestionó Annistyn

— Diré una adivinanza... si ese hombre logra acertar, yo moriré, pero si falla... él morirá, por supuesto, quien quede vivo, obtendrá la herramienta de poder de la familia

— Lo comprendo... está bien, acepto tu vida como parte del pago

— Tío... tienes que tomar una decisión o... ¿vas a ser un cobarde hasta el final? ¿Temes perder contra mi?

— Tsk, no te portes tan engreída... ¡lo que has hecho, es una locura! ¡Tirando tu vida de esa manera...! ¡¿Acaso no te da vergüenza?!

— Vergüenza me daría vivir a costa del sacrificio de inocentes que tuvieron que pagar el precio por la obsesión de un hombre enfermo... ¡de eso si me avergüenzo!

— ¡No, no puedes! ¡No puedes dejarme jamás, Ririka!

Estaba en su límite, Ririka se las había arreglado para ponerle de los nervios y en un callejón sin salida, pues su orgullo y deseos no le permitirían perder, ya que si lo hacía moriría y todo su trabajo por construir un futuro con Ririka se iría a la basura, pero, si ella perdía... también le abandonaría ¡¡no podía simplemente darse el lujo de perderla!! ¡¿De qué le servía su gran poder si ella moriría?!

"Espera... este poder y la vida..."

¡¿Cómo pudo ser tan estúpido?! ¡Él tenía en sus manos el poder de cambiar el destino, de moverlo todo a su deseo y conveniencia! ¿Cómo pudo pensar que la muerte sería un obstáculo? Si Ririka quería apostar su vida, Toshiro también podía hacerlo, pues las probabilidades de que perdiera eran prácticamente nulas y con solo una oración, Ririka volvería a estar viva y confundida por haber fallado en su cometido, sin duda una dulce venganza y castigo que luego culminaría con ella yaciendo bajo su cuerpo, por fin cumpliría todos sus deseos y nada, ni nadie podría detenerlo

Aunque... ¿debería hacerlo? Nunca se había atrevido a escribir con sus propias manos algún destino, sino que había usado a aquella estúpida mujer para llevar a cabo todos y cada uno de sus planes. Oh, también había usado a un sirviente para crear este escenario y jugar con ellos un rato, pero la sangre de ese hombre ya debería haber cubierto algún rincón de la habitación a su espalda, el veneno sin duda era la mejor manera de evitar manchar sus manos, pues detestaba hacerlo

Ahora, ¿estaría bien que él escribiera el destino de Ririka? ¡Por supuesto que si! No estaba atentando contra la vida de alguien, por lo que no estaría manchando sus manos, pues no estaba decretando su muerte, al contrario, le estaba devolviendo el regalo de la vida ¡como si fuera un dios! Traería a su amada de la muerte y la haría feliz por siempre, así que, ¿por qué no aceptar su rídiculo intento de escape? Incluso ese escenario mismo le serviría para deshacerse de los dos inútiles al creer que estaba muerta

"Ririka, me has dado la llave que soluciona todos mis problemas"

— Entiendo... —soltó fingiendo rendirse ante su tan aclamado deseo— si es tu deseo tirar de esta manera tu vida, entonces, no hay nada que yo pueda hacer Ririka, nada...

— No le agradeceré por ese gesto, es lo mínimo que podría hacer para mostrar algo de arrepentimiento por todo lo que ha hecho, sin embargo, dudo que siquiera tenga tal remordimiento en su consciencia

— Ya te lo dije, todo lo que hice, todas mis acciones, fueron para alcanzar una sola meta, a ti...

— ¿A pesar de que su deseo pueda ser tan retorcido y cruel como para asfixiarme?

— Quizás ahora parezca extraño, pero con el tiempo, entenderás que era lo correcto, tiene que serlo

Ririka no dijo nada, no podía, pues su enojo y odio hacia aquel hombre que era únicamente su familia por sangre crecía a cada palabra que decía, sin embargo, ella ya había colocado su pieza en el tablero y ahora Yamamotoyama Toshiro haría lo mismo. ¿Debería estar satisfecha por ello? No, eso no sería suficiente, pero, por lo mismo, ella se encargaría de recordarle que nunca debió subestimarla, ni creer que podría pisotear las vidas de otros para atraparla como un maldito trofeo de oro

— El pacto ha sido dado, ambos han apostado su vida en esta balanza y dependiendo de quien reine, si la victoria o la derrota, esta misma decidirá el destino final del otro... —les comunicó Annistyn sacando un antiguo reloj de bolsillo— yo seré el juez de esto y por lo tanto, hay un tiempo límite para este juego...

— ¿Cuál es el límite?

— Luego de que Ririka-san diga el acertijo, usted tendrá cinco minutos para adivinar a lo que se refiere

— ¿Puedo añadir algo?

— ¿De qué se trata?

— Quisiera que esto tenga lugar en el salón de té de esta mansión, debe haber uno en este pabellón ¿verdad, tío?

— Es correcto, es precisamente la habitación en que tu madre aprendió sobre la ceremonia del té...

Con un rápido asentimiento por parte de Ririka y una mirada de Annistyn, todos se movieron hacia el desolado pasillo que les conduciría hacia el salón que sellaría el destino de alguno de ellos a la muerte. Los ojos verdes reflejaban la tristeza al notar como aquellos muros que un día fueron su hogar, ahora se veían tan solitarios y lúgubres, pues su época dorada había terminado en el mismo instante en que sus padres murieron, la brisa se tornó fría y las rosas murieron llevándose el aroma y la alegría con ellos

Finalmente habían alcanzado aquella puerta que llevaba grabada la insignia de la familia, la misma que había respetado por tantos años y anhelado formar parte, ahora se sentía tan irónico y vacío como el ligero sonido que hizo la puerta al deslizarse. Annistyn se movió por el lugar como si no necesitara tocar el suelo y se ubicó en la mitad de la habitación, Toshiro decidió sentarse frente a Ririka, quien aún permanecía de pie observándolo, el hombre no podía evitar que aquella mirada le excitara por completo

Por otro lado, la peliverde pudo sentir la preocupación brillando en los ojos de su querido hermano mayor, estaba más que preocupado, quizás hasta angustiado, pero no había dicho nada para disuadirla de su elección repentina y en cuanto a Tōjuro... él solo la miraba con aquella calidez tan propia de si mismo, casi como si estuviera a su lado diciéndole que lo lograría, que creía en ella y su juicio, por eso, esa mirada dorada con destellos rojos, era suficiente para aplacar el dolor de su alma

— ¿Qué sigue ahora, Ririka? —inquirió Toshiro hastiado de aquella mirada amorosa que le lanzaba a ese mocoso— ¿acaso ya te arrepentiste?

— No es así —negó la joven finalmente sentándose de un modo elegante y delicado al alisar su vestido ya sucio sin embargo, eso no parecía notarse en lo más mínimo, ella seguía siendo hermosa— necesito aclarar mi mente, por eso, quise venir aquí

— ¿Al salón de té?

— Es un lugar en el cual tengo muchos buenos recuerdos, mi madre fue la primera en enseñarme sobre la ceremonia del té —le explicó mientras tomaba un pañuelo y limpiaba cada uno de los utensilios que había reposado pulcramente en la fina caja que Kazuyoshi le había facilitado

— Resulta un poco gracioso que ella intentara enseñarte, pese a haber estado aprendiendo tan solo un año

— Fue un gesto muy dulce de su parte, dio lo mejor de si para instruir a su pequeña hija —añadió Ririka colocando un fino tazón de porcelana enfrente de si mientras la olla con agua se calentaba poco a poco— lástima que no pudo seguir enseñándome, muchas cosas se lo impidieron

— Creo que seguía siendo mejor que una experta te instruyera en tal arte que una extranjera

— Quien sabe, mi madre me ayudó a construir mejores bases que cualquier renombrado maestro

Toshiro no la comprendía, quizás fuera que ella aún seguía siendo joven y por ende inmadura, pues su falta de comprensión era lo que no le permitía comprender cual era su mejor opción en ese momento, Ririka pudo haberle escogido desde el principio y entonces nada de esto sucedería, al menos su querido hermano viviría y solo borraría los recuerdos del mocoso, pero ella se había empeñado en escoger a la muerte, cuando para él solo era un juego de niños y ese juego terminaría ahora

Aún así, la peliverde no había dicho ni una palabra, sino que seguía concentrada en preparar una tasa de té, irónico ¿no? Podría morir en cuestión de minutos y pese a eso, seguía trabajando en el contenido. Toshiro alzó una ceja al notar que el polvo disuelto en agua tibia era de color rosa y no verde como normalmente se haría el té de matcha ¿qué significaba semejante descortesía? ¿Se estaba burlando? ¿O quería probarlo? Si bien no era un experto en cuanto al negocio familiar, ella tampoco podría tomarle el pelo

— Ririka ¿qué estás haciendo? ¿Realmente crees que el prepararme un té va a retrasar la hora de tu muerte?

— Solo... pensé que usted, tío, es el único que nunca ha probado mi té —respondió la ojiverde dirigiéndole una fugaz mirada mientras batía con destreza el contenido

— ¿Y puedo saber por qué no has usado matcha? El té verde es parte de la ceremonia, parte de la cultura

— Pero esta no es una ceremonia oficial y usted claramente no es un invitado, sino mi adversario, por lo tanto... ¿da igual el té que use? Lo importante es... que la intención llegue —declaró mientras depositaba con cuidado y elegancia el fino tazón frente al mayor

— ¿Cuándo piensas decirme tu acertijo? —cuestionó tomando el cuenco con recelo y olfateándolo, desprendía un suave aroma dulce, sin duda debían ser los pétalos machacados de alguna flor, pero no podían ser ni el cerezo o el ciruelo, era diferente

— Ahora mismo, lo he estado pensando cuidadosamente y llegué a la conclusión de que este acertijo es parte de la intención que quiero transmitir, tanto por mi madre, como por mi misma...

— Adelante, soy todo oídos —declaró el hombre al asegurarse de que no había nada sospechoso y con eso, dio el primer sorbo

Me conocen como aquella que trae buena suerte y fortuna al hogar... —empezó a hablar Ririka mientras su verde mirada se clavaba en aquellos ojos que tanto odiaba— Usada como un icono de ornamento desde la antigüedad, tan hermosa y repleta de dulzura que mi nocividad pareces ignorar, sin embargo, tras mis inofensivos pétalos, se esconde una cruel verdad. Nadie parece saberlo, pues la primavera es mi engaño perfecto...

"Oh, dulce néctar que tanto ansias probar, sin saber que a tu suerte puedes tentar

Una sola probada te podrá cautivar, aunque solo la muerte te reciba en su lugar"

El silencio se extendió entre ambos tras un corto suspiro de la joven al terminar de recitar una posible sentencia de muerte, Toshiro vislumbró el rostro de su sobrina mientras tomaba otro sorbo, no había dudas o miedo en aquella mirada. Ririka parecía tan tranquila, pese a que aquella mujer desconocida no dejaba de mirar el fluir del tiempo en su reloj de mano ¿qué debería hacer? Realmente no le parecía que fuera a ser tan complicado, pero la sola mención de la muerte, le hizo temer por el significado

¿Conocida como aquella que trae buena suerte y fortuna a un hogar? A primeras podría tratarse de algún símbolo, objeto o superstición, pero todo eso quedaba fuera de sus opciones cuando mencionó que era un ornamento y si hay algo que ha sido utilizado desde la antigüedad son las flores, los arreglos florares, más claro y tenía sentido, ya que la familia ha trabajado con plantas y flores de diferentes variedades, entonces, el mensaje de Ririka ¿tenía que ver con la familia Yamamotoyama?

Le echó un vistazo al cuenco entre sus manos, aún le faltaba un sobro y medio, siendo la suave tonalidad rosa lo que le permitía ver su reflejo, parecía algo cansado, quizás lo estaba. Llevaba peleando desde que tenía memoria, siempre fue una pelea solitaria y cuando finalmente pensó que había encontrado a alguien para compartir su victoria, ella parecía odiarle. Si era así, por lo menos disfrutaría de ver como el miedo se iba a apoderando poco a poco de ella, pues iba a ganar, de eso no había duda alguna

— Sin duda hablamos de una flor —comentó Toshiro vagamente mientras se entretenía haciendo girar el líquido que quedaba en su cuenco— la familia Yamamotoyama tiene una casa de té y por lo mismo, trabajamos con ellas desde hace mucho tiempo y resulta un tanto interesante que desees engañarme mencionando a la muerte, pues nunca hemos trabajado con plantas que resulten dañinas —añadió tomando su tercer sorbo

— ¿Ah, no? —soltó Ririka sarcástica— me temo que entonces no estaba tan al tanto de lo que hacia la familia o en este caso, quien fue la cabeza y su madre...

— Esa mujer podrá haber estado un poco loca, pero nunca se atrevería a dañar el legado de la familia, era demasiado orgullosa como para hacerlo, pues de ello vivía —refutó tomándose finalmente el último sorbo— ¿cuánto tiempo queda?

— Un minuto

— Bien, debo mencionar que el té estuvo delicioso, has aprendido bien Ririka —le elogió el hombre realizando una pequeña reverencia— pero creo que ya es tiempo de que conozcas mi respuesta

— ¿Y esa cuál sería?

— Fue demasiado predecible, siendo sincero —sonrió orgulloso de si mismo— eres igual a mi hermano en ese aspecto, te gusta lanzar indirectas en tus palabras o acciones, pero... debes saber que yo no fui el que decidió acabar con tu madre con ese té...

— ¿No fuiste tú? Me pregunto quien se portó como una sucia serpiente y siseó cada cosa para que todo se moviera del modo que le convenía que fuera 

— Ririka

— La respuesta, dímela —le cortó

— La Azalea, querías restregarme la flor que mató a Tsubasa, quizás pensaste que eso me asustaría, pero me temo que... es el final

— Si, ciertamente lo es...

— Diez segundos

— Tío, usted dijo que me gusta lanzar indirectas en mis palabras o acciones... entonces ¿qué opina del té? —cuestionó esta vez Ririka con una sutil sonrisa

"¿El té? la flor y Tsubasa... ¡¡veneno!!"

— ¡...! ¡...No, no pudiste haber!

El pánico se apoderó de la expresión de Toshiro mientras observaba el tazón vacío ante si, lo había tomado todo y nunca, jamás, se le ocurrió pensar que ella podría recurrir a tal extremo. ¡No podía ser así! ¡¡Todo estaba perdido!! ¡Maldita sea, él ya había escrito que Ririka no moriría!! Entonces, ¡¿qué pasaría con él?! ¡¿La salvaría y luego moriría envenenado?¡no, no, no, ese no podía ser su final!

— ¡¡Maldita seas!! ¡¿Cómo pudiste traicionarme así?! —exclamó el hombre pálido y nervioso mientras se tambalea sobre sus propios pies y buscaba frenético una cura o salvación entre su ropa— ¡no lo permitiré! —declaró sacando un papel, el mismo que hizo pedazos para luego fulminar con la mirada a todos los presentes

No se rendiría, no podía, pues él seguía teniendo el poder. Convenciéndose de aquello sacó una hermosa pluma dorada y comenzó a escribir como un loco en la palma de su mano, Ririka tendría que morir al menos una vez y luego ver morir a quienes amaba para que pudiera pagar la enorme traición que había cometido. No tendría piedad, la poseería como el deseara, cuando y donde quisiera, nadie podría negarle, ni siquiera ella misma, pues ya no sería dueña ni de su alma

— No importa, vas a morir, pero no te dejaré huir... —soltó Toshiro con una expresión severa en su rostro— ¡¡no puedes vencerme, Ririka!! —añadió con una sonrisa de superioridad a la espera de la jugosa muerte de su querida sobrina, pronto, pronto moriría y el se regocijaría incluso con su cadáver, pero no sucedió... Ririka no murió.

— Parece bastante confundido —habló finalmente Ririka agachándose para tomar el fino de tazón entre sus manos— piensa que le he devuelvo el mismo accionar que se llevó a mi madre, pero lamento informarle que este té esta hecho a base de la Hibiscus rosa, misma que no es tóxica, ni venenosa

— ...¿Qué? Entonces, ¿por qué...? ¡No, eso no importa! La cuestión es ¡¿por qué sigues viva?!

— Porque nunca existió una apuesta o juego en primer lugar

— ¡¿Qué significa eso?! —rugió el hombre acortando la distancia y tomando de los hombros con brusquedad a la joven— ¡explícate, maldita sea!

— Mi intención nunca fue ganar, por eso fui por algo tan obvio, algo que fuera de su completo conocimiento, pero estaba tan entretenido en verme humillada por rechazarle, que fue muy fácil hacerle asumir que le había envenenado con una flor bastante similar a la azalea, pues ambos son arbustos.... Me parece que sus palabras solo se volvieron en su contra

— Ririka —le llamó Kazuyoshi listo para quitarle a aquel ser desagradable de encima

— Estoy bien, pero no podría decir lo mismo de esta persona... —declaró Ririka y con solo esas palabras, un hilo de sangre se extendió desde los labios hasta la barbilla del hombre, quien aterrado dejó ir a la joven— ¡mientes, todo es una mentira!

— No, tío Toshiro. Usted no está muriendo por un supuesto veneno, sino por la misma maldición que ha perseguido a los Yamamotoyama desde el momento en que Yamamotoyama Nuriko decretó el destino de su esposo, Kouki

— ¿...Una maldición? —inquirió el hombre, pero no alcanzó a terminar pues un acceso de tos le interrumpió haciéndole vomitar más sangre— ¡no lo hay...! ¡No!

— Es el final tío, ha perdido y por su propio juego, pues uno nunca debe manipular el destino para su propia conveniencia

— ¡No, no he perdido! ¡Yo tengo el control de todo!

— Supongo que no lo va a entender, ¡nada fue real, ni el llamado a Annistyn, nada! todo se trató de una pequeña actuación para que usted finalmente se manchara las manos con el desastre que hizo desatar a su madre hace ya tantos años

— No, Ririka...

— Nunca se trato de que acertara la respuesta, sino de que se activara la maldición en usted mismo y que mejor manera que haciéndole creer que cumpliría su tan anhelado objetivo, ya que... 

"Era hora... de que usted mismo manipulara el destino"




¡Hello, he vuelto! ¿Me extrañaron? *le tiran piedras* Bueno, primero que todo, este capítulo sin duda ha sido todo un reto, pues era apostarlo todo de una sola, solo que, me parece que el estafado fue otro y quise hacer un acertijo, el mismo con el que me rompí la cabeza, pues debía ser complicado para quienes no conocen del tema y super sencillo, tanto como si fuera la comida favorita de Toshiro, quien sin duda, mordió el anzuelo y una "maldición" se está encargando de destrozarle todo, pero faltan respuestas, mismas que se reforzarán en el próximo capítulo. Por ahora Ririka y los demás han ganado, pues su propio ingenio y ventaja de ser el objeto de deseo del enemigo, ha logrado engañarle y darle una total vuelta a todo el tablero, les dejo mi lindo acertijo por si quieren volver a leerlo uwur

"Me conocen como aquella que trae buena suerte y fortuna al hogar,

Usada como un icono de ornamento desde la antigüedad,

Tan hermosa y repleta de dulzura que mi nocividad pareces ignorar,

Sin embargo, tras mis inofensivos pétalos, se esconde una cruel verdad

Nadie parece saberlo, pues la primavera es mi engaño perfecto

Oh, dulce néctar que tanto ansias probar, sin saber que a tu suerte puedes tentar

Una sola probada te podrá cautivar, aunque solo sea la muerte lo que pudiste alcanzar"

¿Intentaron resolverlo durante la lectura? Quizás debería hacer otro solo para ustedes, pero eso díganmelo aquí y sin más que añadir, me despido, nos vemos en el próximo

Andysakurai15 

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