Capítulo 37 Curiosidad sobre ti

La calle nunca le había parecido tan fría y solitaria, nadie estaba allí para que pudiera ayudarle siendo ya tan altas horas de la noche. Su carro no encendía y su teléfono no marcaba a ninguna parte, era como si el tiempo se hubiera detenido a su alrededor y todo se hubiera tornado gris, aunque era probable que lo que sucediera es que había perdido la capacidad de poder apreciar los colores

— ¿Tienes miedo? —escuchó decir a sus espaldas

— ¿Quién es usted? —le cuestionó el hombre mayor temeroso mientras volteaba

La sorpresa fue clara en su rostro, ya que aquella mujer de largos cabellos rojos le miraba fijamente con lastima. Solo en ella podía apreciar los colores que creyó nunca más volver a observar, sin embargo sus vestimentas negras le parecían frías, al igual que el color claro de sus ojos en donde no reflejaba ningún tipo de expresión

— Lo siento —susurró— no era mi intención que quedaras envuelto en esto, pero ya no hay marcha atrás —negó tomando su mano, que a comparación de la suya que estaba fría, la de ella era cálida— no debes temerme, no voy a lastimarte

— ¿Por qué solo en usted puedo ver los colores? —volvió a preguntar el hombre confuso

— Eso es... —soltó la mujer dibujando una triste sonrisa en su rostro— porque tu tiempo se ha acabado

Nadie sabe cuando va a ser la última vez que regresaras que casa y que ocurrirá mañana, pero por lo menos quisieras estar seguro de que estás viviendo bien y que no has lastimado a nadie. La cena es importante porque puedes reunirte con todos y hablar sobre su día, sin embargo Ririka sentía un gran peso en su corazón que no podía pensar en nada más, que en la sonrisa llena de tristeza de ese gran hombre

— Él pudo haber elegido odiarme, pero no lo hizo —pensó la peliverde para si misma— mi familia lastima a aquellos que poseen un corazón ¿por qué?

"Mi familia es horrible"

— ¿Qué sucede Ririsante? ¿No tienes hambre? —cuestionó Kazuyoshi al verle tan silenciosa y con la mirada perdida

— No, yo solo... —titubeó Ririka sin importarle que su hermano hubiera empleado un apodo para llamarle— hum...

"Por favor, no se lo diga a nadie"

— Estoy un poco cansada —mintió, pero no quería traicionar la confianza de ese hombre— estuve caminando mucho y pensando en mis proyectos...

— Hum, ya veo... —Kazuyoshi notó que no era la verdad, sin embargo no iba a forzarla— asegúrate de comer bien, sino no crecerás

— Lo estoy haciendo...

— No —le cortó el joven soltando un suspiro— ¡me preocupa que te quedes pequeña como un hobbit! ¿Sabes la fusión entre un guisante y un hobbit? ¡No te voy a encontrar luego!

— ¡Eso es porque tu eres muy alto! —le devolvió Ririka ya molesta por sus comentarios

— ¿Yo alto? Mido lo que normalmente un chico debe medir... —se excusó Kazuyoshi probando un pedazo de carne— me parece que usted, Ririsante llegó tarde a la fila de altura

— Y tu a la de amabilidad

— Vamos, no tienen que pelear en la cena —negó Tamaki observándoles— Kazuyoshi-san debería ser más sincero si está preocupado por Ririka

— ¿Qué? —soltó el ojiverde fingiendo atorarse— ¡yo no me preocupo por un guisante!

— Claro que si, de lo contrario no estaría diciendo tantas tonterías —le recordó la mujer a lo que el joven comenzó a sonrojarse

— ¡No lo estoy!

— ¡Oh, así que Kazu-nii estás preocupado por mi...! —le molestó Ririka con una sonrisa de lado

— ¿No crees que ya es hora de ir al refrigerador, guisante? —inquirió Kazuyoshi tratando de cambiar el tema, mientras fruncía el ceño en un vago intento de ocultar su pena

— ¡Tu..!

— Oh, espera —le detuvo al escuchar sonar su celular. Kazuyoshi pensó ignorarlo, pero al ver que en la pantalla figuraba "Kizuka" se apresuró a levantarse y contestar— buenas noches, Kizuka-san

El amable hombre le devolvió el saludo desde el otro lado de la línea, sin embargo percibía que su voz era pesada, como si se hubiera enterado de algo malo. Kazuyoshi tomó esto como una señal para disculparse y abandonar el comedor en busca de un lugar más tranquilo, pues lo que menos quería era preocupar a Ririka o Tamaki

— ¿Qué sucede, Kizuka-san? —le insistió— ¿pasó algo en la mansión?

— Kazuyoshi-sama —habló el hombre soltando un suspiro— acabo de recibir una llamada del grupo Miyari, la esposa ha dicho que va a colaborar con nosotros y vendernos los terrenos

— ¿En serio? Eso es una buena noticia —respondió Kazuyoshi entusiasmado, ya que recordaba como hace años su padre deseaba poner una sucursal de té allí— mañana nos reuniremos con el señor Miyari para agradecerle, por eso...

— Esta muerto

— ¿Qué?

— El señor Miyari está muerto

— ¿Cómo que muerto? ¿Es una broma acaso?

— No lo es Kazuyoshi-sama —negó Kizuka— hace una hora el señor Miyari tuvo un accidente en la carretera y murió al instante

— Entiendo, entonces debemos ir a darle nuestras condolencias a la familia —Kazuyoshi no podía digerir aún la información y con solo eso dio por terminada la llamada

El señor Miyari estaba muerto y por ese motivo él había logrado adquirir los terrenos para la nueva sucursal, estaba claro que no podía alegrarse por el fatal destino que se había topado aquel hombre, pues le parecía una persona amable y sincera con sus opiniones. Kazuyoshi ya no sentía la misma alegría por cumplir uno de los sueños de su padre

"No quiero pensar en esto"

Un suspiro profundo escapó de los labios del ojiverde mientras sentía que sus hombros comenzaban a pesarle, no era la primera vez que una persona envuelta con ellos había tenido alguna tragedia, sin embargo solo este hombre había encontrado la muerte. Algo en su joven corazón le decía que era extraño e inesperado

— Tendré que esperar los resultados de la investigación —se dijo así mismo observando su reflejo en un espejo que colgaba en el pasillo— solo espero no sea lo que estoy imaginando

"¡No puede haber tal mancha en nuestra familia!"

— ¡Ah, lo arruiné! —exclamó una mujer al ver que se había picado su dedo con la aguja y una de las gotas de sangre había caído en su bordado— este tipo de mancha no sale tan fácil...

Los ojos claros se dedicaron a pasear su mirada por el lugar mientras a sus fosas nasales le llegaba el delicioso aroma del pan recién sacado del horno. Tener una tienda junto a una panadería no era una buena idea, al menos no para una dieta, sin embargo luego recordó que ella no lo hacia, así que decidió ignorarlo

— Es raro que tu llegues a lastimarte ¿no crees? —le cuestionó una segunda voz. Flanna entornó sus ojos hacia la silueta de Annistyn, quien venía trayendo una tetera— la sangre no es fácil de quitar y menos cuando ya ha sido derramada...

— ¡Vamos Annistyn! —le cortó la joven con aquella expresión divertida— ¡relájate hermana, no seas tan frívola por un bordado!

— Si fuera cualquier otra persona opinaría igual —respondió Annistyn negando con la cabeza— pero ya que eres tu, es claro que uno debe detenerse y pensar

— ¡Aún así, no tienes que llevar todo tan al extremo! —negó Flanna pellizcando su mejilla— ¡se supone que eres la más joven, deberías ser más positiva!

— No puedo serlo por mi propia naturaleza, Flanna —le recordó la mujer con una expresión neutral en su rostro— y así mismo tu eres alegre porque eso es lo que representas y si bien somos hermanas, seguimos siendo diferentes

— Lo siento, Annistyn...

— Descuida

— ¡No era mi intención que te sintieras mal, realmente quería que dejaras de preocuparte!

— Con que tu estés tranquila, es suficiente

— ¡Pero-...!

— No es necesario pelear, cuando ambas conocen bien la esencia que poseen —habló una tercera voz entrando en el lugar

— ¡Nadora!

— Veo que Flanna sigue siendo tan animada como siempre —rió con elegancia la mujer antes de abrazarle— me alegra que podamos reunirnos y tomar un poco de té —añadió haciendo referencia a la tetera que había traído Annistyn

Ambas hermanas no dijeron nada, sino que comenzaron a preparar la mesa la cual decoraron de pequeños pastelitos y tres tazas para servir el té. Nadora les brindó una suave sonrisa antes de sentarse para comenzar a degustar la comida bajo la atenta mirada de sus hermanas menores, en parte eso les hacia ver muy lindas

— Los pastelitos están muy buenos y frescos, puedo ver que utilizaste mermelada de durazno —habló la mujer a lo que Flanna sonrió muy feliz antes de asentir con energía— por otro lado Annistyn, has mejorado mucho en preparar el té y es justo de la flor de ciruelo, pues ya estamos en época de que la primavera llegue a su fin

— Gracias, Nadora

— ¡Si, tan sabia como siempre!

— Bueno, soy la mayor después de todo —les recordó a lo que ambas asintieron— bien, volviendo al tema... la primavera ya va terminar y la llegada del verano es probable que solo avive más los sentimientos que duermen en los corazones de las personas

— ¡El amor está en el aire! —exclamó Flanna— ¡me alegra mucho que estemos aquí cuando todo está floreciendo y es tan colorido!

— Según tu lógica, no importa la temporada que sea, pues el amor siempre puede llegar a florecer... —soltó Annistyn a su lado

— ¡Por supuesto! Si bien la temporada más famosa es la primavera, eso no le quita importancia a los sentimientos que decidieron nacer en otra estación, ya que la forma que tome es diferente para todos

— Flanna tiene razón en eso, así que tengo fe en que todo irá bien —expresó Nadora con una sonrisa enigmática. Siempre era difícil saber que estaba pensando la mayor de las hermanas

— No puedo decir que esté del todo de acuerdo contigo, Nadora... —confesó Annistyn cabizbaja— temo que has olvidado que así como el amor puede encenderse, también existe la posibilidad de que se apague tan rápido como un fuego artificial en el cielo de verano...

"Una luz pura, no puede brillar para siempre..."

— Por eso las luciérnagas son hermosas y efímeras —susurró la mujer bajo la mirada de preocupación de Nadora y Flanna, después de todo la menor de ellas cargaba con un papel más pesado y doloroso

La luz del sol calentaba su piel y el regreso a la rutina de las clases no estaba tan mal, pues el verano ya estaba llegando, por lo que ya no era necesario usar abrigos o una bufanda. La brisa traía consigo un cálido aroma mientras alborotaba levemente su cabello, realmente era un buen día para comer al aire libre

— A pesar de que tuvimos que detenernos, creo que fue muy divertido ir al parque acuático ¿verdad, Shinobu? —inquirió Kanae con una suave sonrisa

— Fuera de un idiota como Uzui-san y alguien molesto como Shinazugawa, creo que si... —la pelimorada aún no olvidaba las acciones de estos dos últimos

— Ara, no deberías ser tan dura con ellos

— ¡Eso es porque Nee-san es demasiado blanda!

— Yo... creo que fue un buen recuerdo —coincidió Ririka algo sonrojada

— ¡Ves! Riri-chan opina igual —rió Kanae

— Si, si... —Shinobu ya no tenía ganas de discutir— mientras ese chico, Tōjuro ¿cierto? Se la haya pasado bien, supongo que podemos darnos por satisfechas

— Ara, lo dice la persona que más se divirtió en los toboganes —le recordó la pelinegra lo que Shinobu comenzó a sonrojarse

— ¡Cielos, Nee-san!

Ririka solo les observaba sonriendo, sin embargo su mente daba vueltas en tantas cosas, pues ¿cómo podría averiguar sobre la mujer de la que le habló Himejima-san? Tenía miedo de pisar esa villa sola, pues si bien había ganado más confianza en si misma no quería decir que hubiera superado todos sus temores de un momento a otro

Ser fuerte no era fácil, pues también se necesitaba de un gran coraje para poder seguir y ella aún dudaba en sus acciones, sin embargo era diferente con él, Rengoku Tōjuro era capaz de hacer que ella se moviera en parte por sus deseos y no por su razón. Un leve sonrojo se hizo presente en ella al recordar a su amigo, ya que aún no se había olvidado de sus sentimientos

Ahora más que nunca Ririka era consciente de que lo que sentía por Tōjuro no era amistad, realmente aspiraba ser algo mas para él, pero ¿realmente se lo merecía? En ese momento Uzui había logrado que ella escuchara a su corazón, sin embargo no es como si fuera a funcionar siempre y ella no quería arrepentirse de no haberle dado el regalo

"Herir y ser herido por otros es parte de crecer"

¿Acaso no había una manera de evitar eso? Ella estaba acostumbrada a ser herida y traicionada, pero ¿Tōjuro? Temía herirle y ver su brillante y alegre expresión teñida de tristeza, dolor y decepción. Ririka no quería ser la causante de que la sonrisa de su persona amada se viera borrada por las acciones de su familia

— Pero Nee-san ¿realmente quieres a Shinazugawa? —soltó Shinobu logrando ganar la atención de la peliverde— nuestros padres no lo saben, sin embargo no sabemos cual va a ser su reacción cuando se enteren

"¿Gustarle? ¿Shinazugawa?"

— Mis sentimientos no se equivocan, realmente quiero con todo mi corazón a Shinazugawa-san —confesó Kanae con una expresión seria, pero que no le restaba bondad en sus facciones— estoy segura que papá y mamá van a entenderlo, ya que ellos se casaron por amor

— ¿Cómo puedes estar tan segura? Eres la hija mayor de la familia Otsuka —le recordó la pelimorada cruzándose de brazos— ¿acaso crees que ellos no se preocuparían por el futuro de su hija?

— Solo lo sé, además deberías dejar de fruncir tanto el ceño Shinobu —negó— ¡me gusta más cuando sonríes, ya que eso me da fuerzas!

— ¿Cómo...? —soltó Ririka inconscientemente, sin embargo no podía dudar— ¿cómo sabes que es un amor por el que vale la pena arriesgarse? ¿qué harás si mañana te arrepientes? ¿Cómo puedes confiar en que es el hombre correcto?

— Ririka... —susurró Shinobu al notar la confusión en el rostro de su amiga, incluso parecía como si fuera a llorar en cualquier momento

— Lo siento, hice muchas preguntas ¿verdad? —habló la peliverde en un intento de cambiar el tema

— Riri-chan —le llamó Kanae— ¿quieres escuchar como conocí a Shinazugawa-san?

— Quiero... —susurró algo apenada

— ¡Bien! Para empezar, yo conocí a Shinazugawa-san hace ya dos años cuando él recién había sido asignado a esta estación de policía —le explicó la joven con una mirada que reflejaba nostalgia— fue un día de invierno cuando él logró captar mi atención sin intenciones de hacerlo

— ¿Qué quieres decir?

— Pues la nieve suele acumularse y eso evita que los niños o personas mayores puedan circular abiertamente, además es peligroso ¿verdad?

"La nieve puede hacerte resbalar"

— Normalmente pasaba por el lugar muy temprano, Shinobu aún iba a otra sección de la escuela, así que íbamos por separado y esa mañana vi como un hombro con una cabellera blanca como la misma nieve cargaba una pala e intentaba despejar el camino de la nieve que había caído la noche anterior

— Oh...

— Yo no entendía porque a pesar de tener la nariz roja seguía quitando la nieve, pues era muy probable que volviera a nevar en cualquier momento, entonces ¿eso no sería un trabajo en vano? ¿No estarías perdiendo tu tiempo? —inquirió Kanae a los que Shinobu y Ririka asintieron de acuerdo

— Además creo que quitar la nieve ni siquiera es un trabajo de la policía —comentó la pelimorada

— Me pareció algo tonto y no dije nada, así que seguí mi camino, pero mi mirada seguía fija en el retrovisor por donde aún podía ver la silueta de aquel joven trabajando arduamente por quitar la nieve —conforme la joven seguía hablando su mirada se iba suavizando— grata fue mi sorpresa al ver que cada día al pasar por la estación de la policía, él estaba allí quitando la nieve

— ¡¿No se rindió?! —Shinobu parecía verdaderamente sorprendida

— No, no lo hizo —negó Kanae soltando una risita— por eso, yo no pude seguir ignorándole, tenía mucha curiosidad por conocerle e iniciar una conversación

"¡Tengo mucha curiosidad sobre ti, Ririka!"

— Tōjuro... —pensó Ririka pasa si misma en esos momentos

— Esperé a que llegara otro día y si le veía allí quitando la nieve, entonces me bajaría a hablar con él

— ¿Qué sucedió al final?

— ¡Él estaba allí con su pala! —exclamó Kanae con sus mejillas levemente sonrojadas— no dudé en abrir la puerta del auto y bajarme solo para caminar hacia él con cuidado de no estancarme, pero...

— Te caíste —completó Shinobu soltando un suspiro

— Es que no me di cuenta que había mucha nieve —rió la joven nerviosa— Shinazugawa-san lo notó y se acercó a ayudarme, grata fue mi sorpresa de ver que no llevaba guantes consigo, sin embargo su mano era cálida y su mirada amable... —añadió juntando sus manos como queriendo rememorar el momento— sus palabras fueron muy...

"Deberías mirar por donde caminas, tonta"

— ¿Eh? —soltaron ambas confundidas

— Me pareció amable, viendo su temperamento de siempre

"¡No, no, estás mal Kanae!"

— Creo que Shinazugawa-san normalmente es malinterpretado por su fuerte temperamento, pero realmente es alguien muy amable

El brillo en los ojos de Kanae era suave y Ririka sintió que al hablar ella de su persona amada parecía volverse más hermosa y frágil. La joven señorita de la familia Otsuka se mantenía firme en sus sentimientos y aunque era más joven e inexperta, realmente quería conocer más de aquel hombre amable

— Hum... ¿por qué todos los días se esfuerza en quitar la nieve? —le cuestionó Kanae ese día— ¿no cree que se esfuerza en vano cuando puede nevar en cualquier momento?

— ¿Por qué me preguntas esas cosas? —le devolvió Sanemi sin detenerse en su labor— eres una señorita de la academia Sekirei, así que no deberías perder tu tiempo hablando conmigo

— Eso... ¡tengo curiosidad! —soltó la joven captando su atención— quiero saber porque te esfuerzas tanto en algo que al final puede ser tonto o una perdida de tiempo, yo...

— No lo es

— ¿Si?

— No es una perdida de tiempo quitar la nieve que se acumula en el camino —respondió Shinazugawa acercándose a ella— es cierto que puede nevar en cualquier momento, pero si el camino esta despejado los niños saldrán a hacer muñecos de nieve y los adultos mayores podrán dar su paseo —añadió mirándole fijamente— soy un policía y debo proteger la seguridad de las personas, así que si quitando la nieve puedo garantizar que podrán realizar sus actividades cotidianas sin peligro, entonces lo haré

— ¿Aún si nadie te lo agradece?

— No necesito sus palabras, con solo verles sonreír y disfrutar a pesar del invierno... es suficiente

— Ya veo... —susurró Kanae con una sonrisa mientras se quitaba su bufanda— entonces, debe cuidar de su salud si quiere seguir ayudando —añadió poniendose de cuclillas para colocarse la cálida tela alrededor de su cuello

— Tsk, no es necesario... —negó Sanemi mirando hacia otro lado apenado a lo que la joven soltó una risita— además si quito la nieve, tu auto no tendrá problemas en circular por aquí —añadió para sorpresa de Kanae mientras se rascaba el cabello

— Ara, ara

— ¿Qué?

— No, no es nada —negó dándose la vuelta para comenzar a caminar hacia el auto— ¡siga esforzándose Shinazugawa-san!

El peliblanco no dijo nada, sin embargo no era necesario obtener una respuesta, pues Kanae entendió que para ese joven las acciones tenían más peso que las palabras. Ella desde joven si bien le habían enseñado a esforzarse, también sabía que siempre contaría con el apoyo de sus queridos padres, en cambio él solo, se estaba esforzando

Una acción amable que no requería de elogios, agradecimientos o presentes para sentir que había hecho algo que valía la pena, Kanae comprendió que Shinazugawa Sanemi tenía un buen corazón y era muy serio en cuanto a su trabajo. Una persona así, valía la pena mirar y admirar porque cuando pensó que sabía todo, él le enseñó algo nuevo

— ¡Buenos días, Shinazugawa-san! —exclamó la joven al día siguiente con una pala en mano

— Buenas... ¿qué haces aquí y con eso?

— ¡Es claro! Hoy voy a ayudarle a quitar la nieve —respondió Kanae con una sonrisa amable— ¡si bien nunca lo he hecho, me esforzaré por no ser una molestia!

La joven no mintió en que realmente se esforzaría, pero varias veces llego a tropezarse y quedarse atrapada en la nieve, sin embargo lejos de molestar a Sanemi, ella logró sacarle una que otra sonrisa divertida de su rostro normalmente seco y serio. Al final pudo hacer decente y realmente ayudarle aunque fuera solo un poco

— Lo hicimos, Shinazugawa-san —soltó Kanae muy feliz

— Si...

— Lo siento, igual di algunas molestias...

— No —negó Sanemi enseguida— pude ver que te estabas esforzando, eso es suficiente —añadió dejando caer su mano derecha en su cabeza y acariciarla con cariño mientras una sonrisa sincera adornaba su rostro

— Shinazugawa-san... —susurró la joven mientras sentía como el tiempo se detenía a su alrededor, sin embargo los latidos de su corazón solo se hacían más fuertes. Otsuka Kanae se había sonrojado

— ¡Lo siento! —se disculpó el hombre apenado— es solo, no pude evitarlo... —confesó finalmente mirando hacia otro lado

— Si, me hizo feliz...

Ese fue el primer encuentro breve de muchos otros hasta el punto de formar un tipo de amistad con aquel joven policía y sin darse cuenta llegó el día en que fue consciente de sus sentimientos. A veces por mas que los demás lo digan, la respuesta llega sola y en el momento que debe ser, por ello Kanae sabía que no era un sentimiento pasajero

— Riri-chan —le llamó Kanae tomando las manos de su amiga con cariño— has escuchado mi historia y aunque no lo sientes con la misma intensidad que yo, puedo decir que ese día hace dos años en invierno, pude dar por hecho de que era un sentimiento por el cual valía la pena arriesgarse y abrir mi corazón

— Kanae-senpai...

— Por más que lo he pensado no he llegado a arrepentirme de mis acciones porque esa decisión que tomé en ese momento me ayudó a ser quien soy ahora, por eso sin importar cuantos errores cometa, mientras sepamos reconocerlos podremos seguir avanzando —la voz de la joven estaba llena de seguridad y fe— si es el hombre correcto o no, aunque no tengo una respuesta... pero confío en lo que mi corazón siente cada vez que estoy con él

"Quiero que Ririka confíe en mi"

— Creo que lo entiendo un poco ahora... —comentó Ririka con una sonrisa mientras una lágrima se deslizaba por su mejilla— yo también espero que un día pueda mirar hacia atrás y decirle a mi yo del pasado las respuestas a estas preguntas. Poder ser sincera con mis sentimientos y deseos

— Ara, ara —soltó Kanae abrazando a la peliverde— ¡estoy segura de que podrás hacerlo Riri-chan!

— ¿Podrían dejar de hablar de amor? —inquirió Shinobu algo pálida al recibir demasiada azúcar en su sistema— deberían escuchar más a la razón y la ciencia...

— Pero si Shinobu es muy feliz cuando el pequeño Giichi la elogia —le molestó

— ¡Nee-san!

"Creer y confiar en mis sentimientos"

El camino había sido algo largo por alguna razón, tal vez porque Tōjuro tenía club ese día, así que no regresaría junto a él. Una sonrisa de pena se instaló en el rostro de Ririka al ver como la ausencia de ese solecito andante realmente la sentía en su corazón y es que ese chico realmente había logrado ganarse su confianza y un espacio en su cerrado corazón

— Espero poder verte mañana... —deseó la peliverde al ver los rayos del sol reflejarse en un charco de agua

— El deseo de ver a alguien se puede apreciar claramente en tu mirada —habló una voz sorprendiendo a Ririka

— Usted es... —susurró la joven confundida al ver detrás de si a una mujer de largos cabellos rojos, era hermosa

"La adivina de ese entonces"

— Tu... no deberías dejar que las personas te lean tal fácilmente —siguió hablando la mujer con sus profundos ojos grises fijos en ella— a veces la amabilidad está disfrazada de muchas mentiras

"No, ella es diferente"

Ririka sintió un leve escalofrío recorrer su cuerpo y aunque no podía estar segura, por el tono de voz frío que empleaba aquella mujer y su ropa de colores negros le hacían sospechar que esa persona no era a quien había conocido antes, pero sus palabras le golpearon con fuerza y sacudieron su corazón ¿qué quería decir ella con eso?

— No es necesario que te responda eso, pues estoy segura que tu más que nadie sabe la respuesta —soltó como si supiera lo que ella estaba pensando— recuerda Yamamotoyama Ririka que sin importar cuanto tiempo pase, tarde o temprano la verdad saldrá a la luz y es probable que solo termines herida

— ¿Quién es usted? —le inquirió la peliverde nerviosa— ¿por qué dice esas cosas? ¿Cómo sabe mi nombre?

— Solo soy una adivina que hoy se topó contigo —se limitó a responder la desconocida antes de dar media vuelta e irse

Ririka no sabía que pensar al respecto, ya que ahora las palabras de Kanae y las de esa mujer se repetían una y otra vez en su mente sin poder decidir cual debería seguir, pero al menos estaba segura en que Tōjuro no tenía nada que ver en eso. Por otro lado Annistyn siguió caminando sin mirar atrás, incluso parecía abstraída en sus pensamientos

"No has cambiado en esencia, Tsukino Ruri"

No había nada que hacer allí, así que se resigno y siguió su camino de vuelta a casa, sin embargo nuevamente se detuvo al sentir su teléfono vibrar en su bolsillo. Al ver que estaba sola decidió sacarlo para revisar quien había sido, pero el número no estaba registrado y solo había dejado un mensaje

Número desconocido

Supe que cambiaste de celular,

Espero verte pronto

R.

Su hermano se había encargado de recuperar toda su información y contactos, pero había decidido por no agregar a alguien y Ririka lo comprendía muy bien, ya que incluso en sus planes no estaba volver a guardar el número de la persona que hace cinco años había decidido lastimar a su persona amada, sin embargo por alguna razón el miedo y la preocupación comenzaron a instalarse en su corazón mientras las palabras de aquella desconocida resonaban en su mente

— ¿Qué debería hacer ahora, Tōjuro?




¡Hola a todas y todos! Como bien deben haber notado en este capítulo no tuvimos la participación del solecito, pero Ririka siempre lo tuvo presente y es que nuestra pequeña tiene muchas dudas y temores encima, al menos Kanae le brindó algo de alivio a su agitado corazón ¿qué opinan de Sanemi y Kanae? Se me hacen muy tiernos, sin embargo las misteriosas adivinas están aquí y no hacen más que dejarnos dudas! Y esa muerte misteriosa... la mención de una persona que vivió hace cien años... y sobre todo el regreso de ¿R? Muchas dudas que a su tiempo recibirán una respuesta!

Att: Andysakurai15 

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