Capítulo 36 Euforia
La sensación de felicidad que llenaba su pecho era tan grande que Tōjuro creía que no existiría una palabra para poder describir lo que sentía al verla a ella. Los pequeños detalles como que su nariz se arrugaba levemente al sonreír, sus ojos se aclaraban en ese hermoso verde esmeralda y sus mejillas se tenían levemente de rosa
Todo eso era suficiente para que percibiera como los latidos de su corazón resonaban en sus oídos y dejaran una cálidez en su pecho. Tōjuro comprendió que ese día, el hecho de haber recibido un regalo de la chica de la cual estaba perdidamente enamorado, era una sensación de euforia que alegraba su vida
Si él era capaz de ver los colores suaves y normales en su día a día, con Ririka se tornaban más claros y brillantes, como si estuviera viendo una película en formato Blu-ray, todo lo que le rodeaba a ella era hermoso, tan único como el movimiento de un pétalo al caer o el agua al correr por un arrojo
"Me gustas tanto, Ririka"
Era tan grande el deseo de poder decírselo, de que aquel pensamiento no solo resonara en su mente, sino que también abandonara sus labios y llegara a los oídos de ella, quería ver su reacción ¿se sorprendería? ¿Se sonrojaría? Esas reacciones de Ririka en lo personal le parecían tan encantadoras que hacían saltar su corazón, pero...
No podía dar por sentado que ella se alegraría con su confesión, quizás en ver de ver una sonrisa en su rostro, tal vez apreciaría lágrimas o molestia. Tōjuro nunca creyó que en esta situación sintiera miedo por su rechazo, pero no quería perder a Ririka, incluso con ser solo su amigo era suficiente
"¡Mentira, quiero besarla!"
El recuerdo de la piscina volvió a reproducirse en su mente y las dudas solo crecían a cada momento ¿a qué sabrían sus labios? ¿Serán suaves? Durante el tiempo que Ririka había permanecido aferrada a él pudo sentir la suavidad de su piel, el calor filtrarse entre ambos a pesar de estar en el agua, su aliento chocar en su cuello y oído
Quizás debería poner más atención a las charlas de su padre, Shinjuro en cuanto a crecer y comenzar a desarrollar un interés mayor por el sexo opuesto. Para él sus compañeras siempre habían sido chicas a las cuales debía respetar, pero tampoco subestimar o creer que eran frágiles, sin embargo nunca se fijó en algo característico de ellas
La espada y el entrenamiento ocupaban su mente, así que nunca comprendió a sus compañeros que buscaban a la chica más "linda" Tōjuro sentía que era una perdida de tiempo, porque sin importar lo diferentes que sean, creía que cada una de sus compañeras tenía su propio encanto, ya que por algo no eran iguales, ni en cara o voz
En cambio si se sentía mal porque ellas buscaran alcanzar los tontos estándares que tenían los chicos, cuando sus amigos deberían detenerse y verse así mismos antes de criticar a otros, el cambio empieza en uno. No es fácil y toma tiempo, esfuerzo, pero para el cada chica era una existencia diferente, única y linda
"Mi pensamiento no ha cambiado, pero..."
Con Ririka fue diferente, desde un primer momento ella despertó su interés en querer conocerla y poco a poco se fue fijando en sus rasgos, aquellos que le parecían tan lindos y tiernos. En el tiempo que llevaba observándole nunca encontró algo que no le gustara, en si ella era tan perfecta, pero su corazón y forma de ser lo eran aún más
— ¿Tōjuro? ¿Te encuentras bien? —la suave voz teñida de preocupación de Ririka le devolvió a la realidad
— ¡Ah, umu! —se apresuró en responder antes de mirarle— ¿pasó algo?
— Bueno llevaba unos minutos hablando, pero te quedaste en silencio...
— ¡¡Lo siento!! Estaba pensando en algunas cosas... —confesó apenado a lo que la peliverde solo le sonrió negando
— Está bien, no te preocupes —rió bajo la atenta mirada dorada del contrario
¿Por qué nadie le advirtió que la voz de una chica podía llegar a ser tan peligrosa para su corazón? Antes no comprendía a sus amigos cuando hablaban sobre sus novias y los impulsos que ellas les despertaban, pero ahora sentía que comenzaba a entenderlo y en parte le asustaba ser capaz de sentir tanto con solo un roce
— ¿Estás seguro que puedo ir? —le cuestionó
— ¿Por qué?
— Bueno sé que soy cercana a Senjuro-kun y Ruka-san, pero aparecerme así y de la nada, tal vez sea irrespetuoso de mi parte
— ¡Descuida! ¡Me dijiste que mi regalo da luz en la oscuridad, así que quiero verlo contigo!
— Lo entiendo —respondió Ririka dandole una sonrisa de boca cerrada
Ya estaban cerca que incluso la peliverde pudo ver el portón de la casa de su amigo, quien a su lado no dejaba de mirar la pequeña caja que reposaba en sus manos como si se tratara de un gran tesoro, el cual estaba bastante ansioso por descubrir. Esa imagen de Tōjuro le causó mucha ternura a Ririka, misma que le sacó una sonrisa suave
— ¡Madre, estoy en casa! —exclamó Tōjuro abriendo la puerta, sin embargo no obtuvo una respuesta— ¡Senjuro!
— ¿Qué sucede? —inquirió Ririka a su espalda quitándose sus zapatos para entrar
— Hum, bueno... —titubeó confundido mientras caminaba hacia la cocina— creo que han salido —añadió al encontrar una nota pegada en el refrigerador
— ¿En serio?
— Si, al parecer padre fue a retirar algo —le comunicó conforme sus ojos iban leyendo la nota— Madre fue junto a Senjuro a comprar algunas cosas para la cena
"Estamos solos"
— Creo que debería irme... —susurró la joven nerviosa
— ¡¿Por qué?! —le cuestionó Tōjuro enseguida acercándose
— Bueno... —balbuceó la joven cabizbaja y comenzando a sonrojarse— no creo que sea correcto que estemos solos... mientras tus padres no están... —añadió a lo que el contrario recién cayó en cuenta de a que se refería
— ¡¡Oh, lo siento!! —se apresuró en disculparse y alejarse— entiendo lo que dices, pero... mi intención es abrir mi regalo contigo, Ririka. ¡Nunca haría algo que te pusiera en una situación incómoda o te deshonre!
— Lo sé, Tōjuro —respondió Ririka soltando una corta risita— creo que estoy exagerando, por eso debería estar bien —añadió al ver la cara de pena en su amigo
— ¡Umu, gracias Ririka! —soltó tomando y llevándola consigo escaleras arriba
— Ehm... ¿a dónde vamos?
— ¡A mi habitación!
"¡¿Su habitación?!"
— En la sala hay mucha luz, en cambio en mi habitación las cortinas son oscuras —le explicó mientras recorrían el corto corredor hasta la puerta en donde se podía leer el nombre de Tōjuro— ¡así que si las cerramos, tendremos oscuridad suficiente para poder probarlo!
— Ya veo...
"¡Nunca he estado en la habitación de Tōjuro!"
Ririka pedía a su corazón que fuera fuerte, porque desde el momento en que Tōjuro había tomado su mano, sus nervios y mariposas se habían disparado. Nunca pensó que ser consciente de sus sentimientos le daría una perspectiva tan diferente a sus reacciones y como veía al chico frente a ella
Se sentía tanta tranquilidad y silencio en la casa que la peliverde temió que sus latidos fueran a escucharse como eco hasta llegar a Tōjuro, sin embargo pronto enfocó su mirada en la bonita y sencilla habitación de su amigo. Por la ventana filtraba luz suficiente, tenía un escrito y computador en donde asumía hacia sus tareas
Una pequeña mesa reposaba en el centro con algunos libros sobre el manejo de la espada y el kendo junto a una pequeña maceta de cactus. La cama tenía sábanas que era del color de su dueño y esto en parte le causó gracia, Tōjuro se apresuró en decirle que podía sentarse en ella mientras iba en busca de una bebida
Un suspiro de alivio escapó de los labios de Ririka al verse sola, la puerta seguía abierta, pero había escuchado claramente los pasos de joven al bajar por los escalones. Si Kazuyoshi supiera en donde estaba de seguro ya hubiera sufrido un infarto, sin embargo no es como si estuvieran haciendo algo malo, aunque ya era suficiente malo el hecho de que el aroma tan cálido de Tōjuro estuviera tan presente en su habitación
— Lo siento, solo teníamos jugo de naranja —se disculpó mientras le ofrecía la bebida
— ¡Descuida, también me gusta! —la verdad es que le urgía beber algo porque sentía su garganta seca
— ¡Umu! Entonces... —susurró levantándose en dirección a las cortinas que cerró hasta dejar la pieza a oscuras y luego apagar la luz que antes había encendido
— Necesitarás luz para abrir la caja —le molestó Ririka encendiendo su linterna para ayudarle
— Tienes razón —rió apenado— ¡gracias!
Ririka solo se dedicó a observarle en silencio mientras abrió con cuidado la caja que era de un bonito color verde con blanco, junto a un decorado de ramas y pequeñas luces, enseguida Tōjuro sacó algo similar a una pequeña lámpara, pero con forma de flama. Grata fue su sorpresa al verla, pero su sonrisa se ensanchó aún más al encenderla y ver como se tornaba de un hermoso dorado que les iluminaba sus rostros
— ¡Woah! ¡Es increíble! —exclamó mirando con fascinación el objeto— la verdad es que no tengo una lámpara aquí
— Bueno... —habló Ririka tomando la pequeña lámpara entre sus manos— es más que solo una lámpara —añadió quitándole la tapa con destreza en donde Tōjuro vio un mecanismo simular a una rueda que la joven abrió mientras le pedía pasarle unas tiras como las de las fotos antes de imprimirse
— ¿Para qué es eso? —le cuestionó confundido a lo que ella solo se sonrió mientras las colocaba con cuidado
— Bueno, es esto... —añadió tocando uno de los botones que residían en un costado a lo que Tōjuro pudo ver como la luz se filtraba hacia arriba
No hubieron palabras ni una exclamación al notar como ahora en el techo de su habitación era capaz de apreciar las constelaciones y estrellas. La peliverde solo le miró en silencio mientras presionaba otro botón para que las formas comenzaran a moverse alrededor de ellos y fueran cambiando de colores fuertes hasta un hermoso azulado, es como si la noche se hubiera quedado atrapada en esa habitación
— ¿Te gusta? —le cuestionó Ririka, pero la cara de sorpresa y fascinación de Tōjuro eran suficientes
— Decir "me gusta" no es suficiente —negó el joven enfocándose en ella al ver como las estrellas y formas se reflejaban en el brillo de sus ojos y facciones— hoy me has dado el tipo de regalo que no necesita palabras para generar tal calor en mi corazón y en verdad te lo agradezco —añadió tomando con cariño una de las manos de la joven— ¡gracias Ririka!
— Si... —gracias al reflector las luces estaban apagadas o de lo contrario notaría su gran sonrojo— T...También, puedes conectarte y poner música... —le explicó mientras se apresuraba a conectar su celular y buscar alguna canción, pero al ser un teléfono nuevo solo tenía una melodía que Kanae le había enviado antes
"No hay de otra"
En parte solo quería enseñarle, así que la música sería lo de menos, pero grande fue la pena de Ririka cuando al reproducirse la canción se dio cuenta de que se trataba de una melodía, pero de esas que normalmente utilizarían los bebés para dormir ¿qué rayos hacía Kanae enviándole eso? Bueno, no le desagradaba, sin embargo Tōjuro es un chico y ese tipo de melodías...
— ¡Oh, conozco esa canción! —exclamó Tōjuro mientras tarareaba al ritmo de la melodía
"¿Qué?"
La duda fue clara en Ririka, sin embargo decidió ignorarlo y centrarse en lo que escuchaba. Efectivamente ella también no demoró en reconocer la canción ¿cómo se le pudo haber pasado? Se sentía algo tonta, sin embargo no pudo evitar que los recuerdos de su niñez en donde llegó a verla junto a su hermano mayor
— Una de las mejores películas que he visto —confesó la peliverde también tarareando la melodía
Era interesante ver a Tōjuro abrirse y cantar la letra, aunque era seguro que no se la supiera del todo, así que Ririka se unió para apoyarle, por lo que se reían cada vez que alguno cometía un error. Podía sonar como una melodía suave, pero para ellos era como escuchar claramente la canción, la voz
— Come on, come on! —exclamó el joven dedicándole una sonrisa de lado a la peliverde, quien solo se reía por sus expresiones
— We were once upon a time in love! —añadió enseguida Ririka hasta que se quedaron en silencio mientras en sus mentes se reproducía lo siguiente
"We're accidentally in love"
¿Realmente era un amor por accidente? La música seguía y ellos estaban perdidos en la letra que solo repetía una y otra vez "accidentalmente enamorados" que ironía de la situación, pero cuando Tōjuro se atrevió a tomar su mano para luego sonreírle mientras cantaba esa parte, con su dorada mirada en ella, todo se sintió tan diferente e íntimo
— Ririka, yo... —le pareció escucharle decir mientras su mirada se tornaba más seria
— ¿Si?
— ¡Yo!
— ¡Ani-ue! —exclamó Senjuro abriendo la puerta y encendiendo las luces de la habitación— ¡aquí estaba...! ¡Ririka-san!
"Quiero morir"
Odiaba sentirse fuera de los planes y en especial cuando su madre tomaba decisiones sin siquiera consultarle, por más que fuera su progenitora no podía evitar que en ocasiones se preguntara cuando la muerte se dignaría a visitarle. Posiblemente ni siquiera la muerte quería lidiar con ella ¡que desgracia!
— ¿Puedo saber por qué estás de tan mal humor hoy? —le escuchó cuestionarla a la mujer frente a si— desde ayer que viste a Rikuto-kun, tienes la cara de un mono Pithecia
— ¿Por qué estás dispuesta a concederle la mano de Ririka ese mocoso? —le devolvió Toshiro fulminándole con la mirada— ¿crees que él está a la altura de nosotros? Por favor, son basura al lado de nuestra compañía —añadió soltando un suspiro— creía que tu plan era usar a Ririka para obtener un poder familiar mayor...
— ¡Si crees eso de Rikuto-kun, pues entonces es claro que está a la altura de esa niña! —rió la mujer mientras le daba una probada a su pipa— más bien deberías agradecer que alguien la quisiera ¿no?
"Esto es solo porque odias a su madre"
Toshiro no era para nada ajeno a las acciones y sentimientos de su madre, sin embargo jamás llegó a pensar que decidiría entregar su "herramienta" a una familia que estaba por debajo de ellos, pero al menos allí podía comprobar que el resentimiento de esa mujer hacia su nuera era enorme
Un suspiro largo escapó de su boca al ver frustrados sus planes, pero decidió ignorarlo al escuchar el ligero sonido en la puerta, la mujer enseguida dio permiso para que pasen. Llevaba tiempo sin ver a la mano derecha de su hermano, o más bien... quien reemplazó a la verdadera mano derecha, Kizuka
— Muy buenos días, señora —habló el hombre con una reverencia— vengo a entregarle unos informes de como va la compañía junto a la celebración próxima del proyecto que se lanzará en conjunto con el artista Y. Yushiro —añadió depositando la carpeta en el escritorio
— Bien, me parece que pronto la mansión estará animada —expresó la actual cabeza de la familia Yamamotoyama con una sonrisa de complacencia— dime Kizuka, ¿ha sucedido algo que le dificulte a mi nieto, Kazuyoshi?
— Todo lo que refiere a la compañía, personal, proyectos, mano de obra y demás está muy bien —respondió Kizuka tranquilo— actualmente nos encontramos negociando con el señor Miyari, ya que deseamos adquirir unos terrenos para la construcción de una nueva sucursal
— ¿Acaso ese hombre se ha atrevido a decir que no?
— No, nos dijo que lo estaba pensando
— Hum, conozco muy bien esa palabra —bufó la mujer con asco— es claro que no tiene intenciones de vendernos y la verdad debería hacerlo, si ya es solo un pobre hombre solitario
— Kazuyoshi-sama no tiene ningún problema en buscar otro lugar —negó Kizuka— no sucede nada si el señor Miyari no acepta
— ¡Claro que sucedería! —le cortó molesta— ah, olvídalo... Puedes retirarte ya y mándale saludos a mi nieto de mi parte
— Si, señora —respondió con una sonrisa de boca cerrada— con permiso
Antes de marcharse Kizuka también le dedicó una breve reverencia a Toshiro para finalmente retirarse del lugar dejando a su "señora" bastante molesta. Al cabo de unos minutos le ve suspirar y agarrar su amada pluma bañada en oro mientras una sonrisa de arrogancia decoraba su rostro, produciéndole escalofríos
— Es por esto que vendí a Ririka, Toshiro querido —habló la mujer captando su atención— recuerda que siempre me aseguro de darle un buen uso a mis herramientas —añadió tomando el teléfono cercano y realizando una llamada. El hecho de tener todo el poder le llenaba de una gran euforia
"Ya es hora de que comiences a trabajar"
El día era tranquilo y más bien ya sentía como los días del verano se iban acercando, pero en un día tan bueno tuvo que venir a la mansión a recoger unos papeles para la próxima junta. Kazuyoshi no podía estar más molesto, ya que había planeado usar el buen clima para ir a pasear con Ririka, pues desde hace dos días que le notaba rara
¿Qué rayos había sucedido en esa salida a la piscina? Ya luego mataría a Tenma por no haber cumplido en traer a Ririka a casa, pero el guisante había regresado bastante abstraída y sonrojándose de la nada por cualquier cosa. Estaba a punto de creer que el agua había tenido algo raro o el cloro se le había subido a la cabeza
— Perdón por hacerte esperar aquí, Ririka —se disculpó mientras se bajaba del auto— en serio no esperaba que fueran a llamarme hoy
— No, descuida Kazu-nii —negó la peliverde brindándole una sonrisa antes de perderse viendo por ventana— no te preocupes, yo esperaré aquí —añadió en un intento de calmarle
— Está bien guisante, cualquier cosa puedes ir a comprar una bebida —soltó a modo de despedida para finalmente cruzar el portón y perderse de la vista de Ririka
La joven agradecía enormemente que su hermano hubiera optado por dejar el auto estacionado afuera de la mansión, al menos así ambos estarían tranquilos de que nada podría suceder en la ausencia del otro. Si bien había crecido allí, el pabellón en donde albergó tantos buenos recuerdos, ya no era el mismo
Un suspiro escapó de sus labios al recordar los eventos de hace dos días en que Senjuro les halló en la habitación solos, por suerte no hubieron malos entendidos. Ruka fue tan amable que le invitó a probar del pastel que habían comprado y pasar una buena tarde hasta que Kizuka fue a recogerle
"Un buen día..."
Al cabo de unos treinta minutos se aburrió de permanecer en el auto, así que optó por bajarse para caminar cuesta abajo y estirar las piernas, sin embargo grata fue su sorpresa al notar como un hombre bastante alto observaba con una gran tristeza los altos muros de piedra de la mansión Yamamotoyama
— ¿Himejima-san? —soltó Ririka confundida y sorprendiendo al hombre
— Ririka-san... —susurró apenado antes de darse media vuelta y comenzar a alejarse— me disculpo...
— ¿Eh? ¡No, no tiene que disculparse! —negó la peliverde acercándose a él— pero no puedo negar en que me da curiosidad de verle aquí
— ¿Le han dicho que la curiosidad no siempre es buena?
— La curiosidad mató al gato, si —respondió la joven enseguida— pero no podemos negar que si las personas no hubieran sentido curiosidad por algo, entonces la humanidad nunca hubiera avanzado, ya sea que algunos lo hicieron para bien y otros para... mal
— Como era de esperarse de una señorita de buena familia —negó Himejima soltando un suspiro, el delantal rosado con flores que llevaba no le pegaba para nada— pese a su corta edad, es inteligente
— No, si habláramos de inteligencia ese debería ser Kazu-nii —rió Ririka al recordar el temperamento directo, frío y realista de su hermano mayor
— Ya veo...
— Himejima-san —le llamó Ririka obligándole a detenerse— ¿acaso tiene un familiar en la mansión? —inquirió, pues esa mirada de tristeza y anhelado que reflejaban sus ojos al ver el lugar no podía ser simple coincidencia
— Entonces usted sabe sobre los sirvientes —soltó Himejima sorprendiendo a la peliverde, quien no se lo esperaba— viéndole a usted, no creo que sea una mala persona, ya que siempre le mantuvieron oculta de todo mientras era su hermano, el heredero quien recibía todas las atenciones
— No es algo que elijamos, sino que nos impusieron —le cortó la joven, ya que no permitiría nunca que se metieran con su hermano
— Si, ahora creo que mi suposición era correcta —se limitó en hablar el hombre antes de girarse y encararla— quizás usted podría ayudarme...
Ririka jamás se esperó aquello, ni mucho el relato que escuchara luego mientras descansaban en los bancos de una pequeña tienda que en su momento fue manejada por una pareja de ancianos. La espera de que el silencio terminara era tan lenta como ver las gotas de agua rodar por el envase de su bebida
— ¿Qué es lo quiere decirme? —le cuestionó al verle terminar su jugo
— Siendo sincero estuve dandole bastante vueltas en si debía hablarlo con usted o no, pero al verle hoy supe que ya no podía dejarlo —negó cabizbajo y apretando con fuerza el envase vacío— en un principio creí que podría odiarle, sin embargo algo me dice que usted no es igual a esa mujer
— Bien, le escucharé hasta el final —susurró Ririka, ya que ese dolor, miedo era el mismo que ella había sentido dentro de aquella mansión
— Hace cinco años cuando yo tenía veinte tres, estaba comenzando a trabajar en la guardería en donde nos conocimos —comenzó a relatar con su mirada fija en algún punto del paisaje— un día uno de los niños salió corriendo del lugar y yo me apresuré a seguirle, por suerte una amable mujer que iba con una cesta de compras alcanzó a detenerle. Un gesto que volví a ver cuando le conocí a usted, Ririka-san
— Si, tiene razón
— Debo decir que me sentí muy intrigado por verle usar una máscara que no permitía ver a nadie su rostro, pero tenía una voz tan suave que me brindaba paz. Antes de darme cuenta siempre estaba esperando verle pasar por aquella calle, hasta que finalmente supe que trabajaba para la familia Yamamotoyama —añadió al ver unos pajaritos acercarse a ellos para picar alguna miga— fui a verle y ella salió muy asustada pidiéndome que me retirara...
— Bueno, los sirvientes no tienen permitido recibir visitas...
— Si, ella me lo dijo luego... —coincidió Himejima con una sonrisa triste— el destino fue tan inesperado que terminamos enamorándonos y la noche más especial de mi vida pude ver el rostro de la mujer que me había conquistado solo con su voz, era hermosa... tan hermosa que no encontraba palabras para poder expresarle lo que sentía
"Creo que lo entiendo"
— Yo era muy feliz y estaba dispuesto a darlo todo por ella, pero poco a poco me fui dando cuenta de que ella no era libre. Era un hermoso pájaro encerrado y que debía ocultar su gracia, aún así yo no quería dejarle ir, así que le dije que escapemos ¡que yo le daría todo! —confesó con una voz amarga— todo iba bien y mi felicidad se incrementó aún mas el día en que me enteré en que sería padre... la euforia que sentí recorrer en mi corazón fue tanta, que nunca podría olvidarla
— ¿Qué sucedió entonces? —inquirió Ririka percibiendo un mal presentimiento
— Descubrieron su embarazo y no pude verle por varios días... —soltó en un susurro como si intentara retener las lágrimas— era un día de lluvia y oscuro, ella salió de aquellas puertas con su máscara puesta y yo no sabía si lo que descendía por los bordes de su rostro eran lágrimas o gotas de lluvia... Ella me dijo que no podía dejar su lugar, porque pertenecía a los Yamamotoyama. La señora y cabeza de esa gran familia le castigó y envió a golpear hasta que perdió el conocimiento...
— ...
— Si, entiendo que no pueda decir nada —rió con amargura— aún recuerdo su voz rota y como sus manos se aferraban con fuerza a mi ropa mojada por la lluvia mientras me decía que había perdido a nuestro bebé —añadió con la mirada perdida y desprovista de emociones— así como esa sensación de euforia ocupaba mi corazón, de la misma forma se esfumó dejándolo vacío, no pude protegerla... la perdía a ella, perdí a nuestro hijo y la destruí, todo por mi amor...
— Himejima-san... —Ririka no sabía que decir, sentí tanta culpa mientras las lágrimas se deslizaban por sus mejillas
— Ella me pidió olvidarla, ya que no quería encadenarme a esa familia, ni mucho menos que le tuviera lastima. Desde esa noche nunca más volví a verle, mis sentimientos no han cambiado, así como mi culpa tampoco se ha marchado, pero temo olvidar su voz, su sonrisa... —confesó mirando directamente a la joven a su lado, podía verse claramente reflejado en sus ojos llenos de lágrimas— cada noche puedo escuchar su llanto, por eso quiero verla y disculparme...
"¿Por qué yo nací en esta familia tan retorcida?"
¡Hola a todas y todos! Si, probablemente se hayan quedado en plan "¡¿pero que ha pasado?!" Tal vez me quieren tirar piedras y están en todo su derecho ah, pero es que la familia Yamamotoyama es peor de lo que parece... y sobre todo la "señora" de este lugar ¿qué hará Ririka ahora? ¿será que ver a Himejima le hará temer permanecer junto a Tōjuro? Algo me dice que los lindos momentos comenzaran a irse T-T ¿saben cuál es la canción y película de la que hablan Tōjuro y Ririka? bueno, la dejé en multimedia jajaja y en parte fue porque estuve viendo las películas, no pude evitarlo... y así mismo el regalo de Tōjuro es algo que justo me compré, pero por supuesto lo modifiqué un poquito fufufu Hasta ahora... ¿qué es lo que más les preocupa? Se vienen tantas cosas y solo puedo decirles... ¡buena suerte!
Att: Andysakurai15
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