Capítulo 29 Rueda de Mentiras y Venganza ꪜ
El brillo de sus ojos verdes en contraste con los rayos del sol, la fina curvilínea de sus labios al sonreír, su ligera risa cada vez que saltaba tan alto como si pudiera tocar el cielo con la punta de sus dedos, su cabello de tono verde con mechones negros que se agitaba con la brisa propia del momento. Tōjuro en esos minutos se había dedicado a apreciar todos aquellos detalles que tanto le encantaban apreciar en Ririka
Como si solo existiera ella en su campo visual, sus ojos dorados con detalles en rojo no se separaban de la figura de la joven, quien en más de una ocasión al sentir su mirada en ella le había brindado una suave e inocente sonrisa que había calentado su corazón, maldiciendo para sus adentros que sus fuertes latidos acallaran el sonido de su risa
Makomo y Sabito ya llevaban unos minutos hablándole, sin embargo solo había obtenido un largo silencio de su parte sin despegar su mirada de aquel trampolín. El menor de cabellos color carne no parecía muy paciente con ello y le molestaba que ignoraran a su compañera así que sin cuidado y con fuerza pellizcó la mejilla del mayor
"No es un sueño, esto es real"
Si los pequeños hubieran podido escuchar los torpes pensamientos que pasaban por la cabeza de Tōjuro de seguro se hubieran desbaratado en risas, pues solo a él se le ocurriría ponerse a pensar que no es un sueño mientras alguien externo le está pellizcando, pero al menos eso le hizo volver pronto a la realidad de su entorno
— ¡¿Umu?! ¿qué sucede? —soltó intentando hacer como si siempre hubiera estado pendiente de ellos
— No tienes que fingir que no se te estaban saliendo las babas por aquella chica —le replicó Sabito con su ceño fruncido
— ¡¿Huh?! —Tōjuro se sonrojó hasta las orejas al escuchar aquel comentario de la boca de alguien más menor
— Mi papá le toma fotos a mamá porque dice que así duran más, deberías hacer lo mismo con ella —le recomendó Makomo con una sonrisa dulce
— ¡N...No! Bueno, ehm... ¡¡es que el clima es muy bueno!! —se excusó soltando una risa corta aunque por las caras de los pequeños era muy seguro que no les había convencido para nada
Tōjuro soltó un suspiro por lo bajo, ya que él no era una persona que pusiera excusas para ocultar ahora, pero justo ahora y de la manera menos inesperada había descubierto que la amistad estaba muy lejos de ser lo que verdaderamente sentía por Ririka, como si se hubiera quitado de repente una venda de los ojos
Siempre la había visto, pero ahora había algo diferente. Era cierto que antes su corazón se agitaba levemente al descubrir una nueva faceta en ella, sin embargo ahora le preocupaba no saber como parar aquella sensación de nerviosismo y deseo por tomar su mano y mirarle fijamente hasta sacar una sonrisa en aquellos ojos verdes
— Es muy lindo, me gusta... —soltó Makomo con una sonrisita al ver la cara de Tōjuro colorada, con el ceño fruncido y una torpe sonrisa
— ¡¿Ah?! —Sabito reflejaba verdadero espanto por las palabras dichas por su amiga, generándole algo de preocupación y nerviosismo
— Ririka-san es muy afortunada —declaró antes de mirar en dirección a la chica que aún seguía brincando con Giichi
— Bueno, debo reconocer que es linda —coincidió el menor al ver la esbelta figura de la joven aunque eso quedó a un lado a verla caer de repente
— Se estampó...
— Es torpe también
— Bueno, es un rasgo lindo —negó Makomo
— Creo que más torpe es este tipo —añadió al ver como Tōjuro nuevamente tenía su mirada enfocada en Ririka
Entre risas y juegos, Ririka y Giichi finalmente descendieron del trampolín con sus mejillas algo rojas del calor. Sabito le tiró una toalla a su amigo mientras Makomo le brindaba una a la joven con más delicadeza, lo cual agradeció. Pronto su mirada recayó en Tōjuro quien parecía tener la mirada perdida como si estuviera pensando en lo basto e infinito del universo y eso era ya era preocupante
— ¡Tōjuro! —le llamó Ririka con una sonrisa juguetona antes de colocarse en todo su campo de visión
— ¡¿Umu?!
— ¿Ara, qué sucede? —le cuestionó al ver como su amigo esquivaba su mirada
— ¡No es nada! ¡Jugaste muy bien!
— Gracias, pero sigues sin mirarme —se quejó la joven siguiéndole con su rostro hacia cualquier lado que el mirara en un intento de evitarle
— Hum... —Tōjuro se sentía intranquilo de que al verla tan cerca su ritmo cardíaco también se hubiera disparado, logrando percibirle tan claramente en sus oídos
— ¡Siempre debes mirar a la persona que te habla! —soltó Ririka tomando con sus manos su rostro para acercarlo al de ella, lástima que fue tanta su fuerza que terminaron golpeando sus frentes
— Oh...
— Auch... —algunas pequeñas lágrimas amenazaron con salir de sus ojos, realmente había dolido— perdón Tōjuro, pero si no me miras me pongo nerviosa
— Entonces ¿jugamos piedra o papel? —le cuestionó Tōjuro de repente confundiéndola
— Si gano... ¿vas a mirarme?
— ¡Umu!
— ¡Bien!
¡Piedra, papel o tijera! ¡Un...!
— ¡Dos!
— ¡Tres!
Ambos desplegaron su mano para ver el resultado de la pequeña apuesta, Tōjuro soltó un suspiro divertido mientras los ojos de Ririka se iluminaban por la inesperada victoria. El joven enseguida alzó su mirada hacia ella para apreciar la ilusión y alegría presentes en ella, en la chica que ahora había descubierto, estaba enamorado
— Estoy fuera —soltó Tōjuro al contemplar "papel" en su mano, mientras Ririka le cortaba con "tijera"
— Y he ganado —siguió Ririka haciendo nuevamente aquel signo de paz con su mano
"Tal parece que no puedo vencerte"
— ¡Umu, bien hecho!
— Tōjuro, ¿por qué no me mirabas antes? —le cuestionó la joven confusa
— Oh, eso... —la mirada del joven titubeó por unos segundos antes de acercar su mano hacia la de ella y apretarla ligeramente— solo, ¡me pareciste muy linda!
Las palabras no dejaron los labios de Ririka, quien al escuchar aquel comentario comenzó a sonrojarse rápidamente, causando una sonrisa en su amigo al ver que no era el único apenado. Makomo, Sabito y Giichi les veían desde un rincón pues al final esos dos se habían olvidado de que no estaban solos, pero era una escena tan linda y suave que valía la pena ver
Lindo, placentero de ver, hermoso. Muy pocas cosas pueden realmente ganarse el valor de aquellas palabras y adjetivos que apelaban a algo valioso y superior o al menos ese era el tipo de pensamiento que Yamamotoyama Toshiro guardaba en la soledad de su habitación donde a simple vista todo podría parecer normal
Muy pocos sirvientes se habían adentrado en el despacho del hombre, pues él mismo lo había prohibido a no ser que necesitara apoyo en algo. Hoy era de aquellos días en donde él "reflexionaba" en su oficina, con la cabeza tirada hacia atrás en su fino sillón de último modelo
Su respiración se percibía suave aunque con el pasar de los minutos fue aumentando hasta soltar un quejido y dejarse recargar sobre el cristal en donde terminaron desperdigas restos de una sustancia blanquecina junto a la foto de una jovencita ataviada en un fino kimono con su melena verde suelta y ondulada. Una sonrisa se dibujó en su rostro por aquel acto tan bajo que para él había resultado placentero
— Ririka, te has vuelto mucho más hermosa —masculló el hombre antes de tomar una servilleta para limpiar de la foto aquellos restos
Ya había perdido la cuenta de cuántas veces había repetido aquello mientras contemplaba con anhelo y placer la foto de quien era actualmente su pequeña sobrina. Su mano callosa se alargó entonces hacia uno de los tres cajones de la cual sacó otra foto de la famosa modelo "Tsubasa", madre de Ririka
— Lo siento querida —se disculpó con una expresión de tristeza— tu eres mi favorita, sin embargo no puedo hacerte esto cuando ya estás muerta...
"Pero tu hija, que es casi tu viva imagen... está viva"
— Lástima que haya heredado más el carácter de mi hermano al igual que aquella mirada suya perspicaz, como si con solo verte pudiera saber hasta lo más oscuro de tu alma —bufó con molestia
Su "querido" hermano mayor siempre había sido una persona correcta y amable. La suerte y el éxito siempre habían estado de su lado, sin embargo esto a él no le importaba, pues aquel hombre que también compartía su sangre nunca le había hecho de menos por su posición de heredero, sino que más bien le había reconocido y aceptado
— Fuiste un buen tipo, hermano —susurró al traer a su memoria un vago recuerdo de su ya lejana niñez— te respetaba, sin embargo cuando me quitaste lo que debía ser mío...
"Te odié más que a nadie"
Hace ya casi diecinueve años, aquel hombre que consideró un buen hermano, le había arrebato el amor de la única mujer que había amado. Tsubasa fue la primera que tuvo confianza en que la convertiría en una gran modelo y con ello su corazón fue cayendo por su suave esencia y dulce presencia
Nunca esperó que su hermano mayor también se enamorara de Tsubasa y que incluso, ella decidiera traicionarle. Dio la mejor de si para que ella saliera adelante y fuera reconocida incluso en Japón, sin embargo fue otro el hombre que la tomó y le hizo tener a sus hijos. Si solo hubiera sido él... Kazuyoshi y Ririka serían sus hijos
Y él no estaría cometiendo tal bajo acto con la imagen de su sobrina, pero no podía evitarlo. Ver a Ririka era casi como ver a su madre, quería ver sus expresiones y tomarle una y millón de fotos de las cuales todas eran muy seguras de ser hermosas y dignas de llamar "existencia y vida de modelo"
— Aunque ella también podría traicionarme... —recordó con una sonrisa socarrona
"¡No, ella no me traicionó!"
Es verdad, Tsubasa no le traicionó de una forma cruel. Ella no sabía que eran hermanos pues en rasgos no se parecían y siempre habían ocultado su identidad de heredero para que pudiera pasear a sus anchas en la compañía de modelaje sin necesidad de tener a todas las interesadas a sus pies, incluso su grande amor no lo sabía
"Él te mintió y aún así lo elegiste"
— Tsk, las cosas están hechas y ambos están muertos —negó finalmente dejando caer la foto de la mujer en el suelo— desde que te volviste un cadáver dejaste de ser hermosa
Toshiro odiaba aquello, que las cosas hermosas y exuberantes llevaran consigo una etiqueta de expiración. Todo era tan momentáneo y más transitivo que la vida de una luciérnaga en una noche de verano, sin embargo ahora podría tener entre sus manos una existencia joven y de la cual se aseguraría de conservar todo el tiempo que él deseara
Su hermano estaba muerto, la mujer que amó estaba muerta ¿cómo podría vengarse y satisfacerse al mismo tiempo? Muy simple. Aquel hombre que fingió reconocerlo le quitó todo, entonces él bien podría darse el lujo de quitarle todo a su hijo mayor Kazuyoshi y ¿qué es lo más importante para él que el puesto de heredero? ¡Exacto, su hermana!
Ririka era su trofeo después de haber sufrido años en silencio, lejos en otro país solo porque su estúpido hermano le había encontrado masturbándose con una foto, de quien era su mujer. Él tenía toda la culpa, pues había sido muy claro de que nadie podía entrar en su despacho sin que lo autorizara
Ahora ¿qué clase de expresión podrían esos dos en sus caras? ¿Cómo se sentiría su hermano de saber que su hijo perdió todo, incluso lo que más deseaba proteger? ¿Cómo se sentiría su cuñada de saber que su linda y tierna hija terminó en sus manos para poder darle todo el amor que ella se dignó a aceptar en su momento?
— Es lo bueno de los muertos, incluso si lo ven solo pueden sufrir en silencio —declaró entre risas antes de tomar la foto de Ririka y acariciarla— está vez, no perderé
Un ruido de dos ligeros golpeteos en su puerta le alertaron, el hombre rápidamente se sentó y acomodó su fino traje antes de guardar la foto de su sobrina en el primer cajón bajo llave. Alguien había llegado a interrumpir sus cavilaciones y aunque podría ignorarlo, bien podría tratarse de algo importante
Abriendo la puerta con algo de pereza y desdén para recargarse finalmente en el marco de madera, Toshiro tuvo que recomponer su expresión con una sonrisa de lado, pues frente a él se encontraba nada más y nada menos que su juguete de diversión preferido. Lo único que había hecho era crecer y desarrollar la figura de una mujer, solo que sin una pizca de identidad bajo aquella máscara
"Sin un buen rostro, no hay nada"
Los ojos castaños recorrieron el cuerpo de la fémina sin sentir nada, pues si bien antes había recordado que era su juguete, no precisamente debía implicar el ámbito sexual, ya que aquella rama solo le pertenecía a una única mujer. Esto no descartaba del todo la existencia de aquella sirvienta, quien si se lo proponía podría resultarle muy útil
— Tanto tiempo sin vernos ¿no, Tamaki? —le saludó el hombre con una gentil sonrisa
— Como sirviente de la familia Yamamotoyama, ya estaba al corriente de su regreso, Toshiro-sama —se limitó en responder Tamaki en un tono neutral
— Veo que no has cambiado mucho, sigues escondida en la falda de los vestigios que dejó mi cuñada —le señaló— has sido fiel ¿sabes? A pesar de que ambos ya partieron, tu sigues aquí cuidando a sus hijos, mi madre debió obligarte
— No hubo nada de eso, cuidar de mi señor y señorita fue muy propia decisión —refutó la mujer enseguida— les debo mucho a mis anteriores señores y en especial a mi señora, por eso definitivamente protegeré a sus hijos
— Jajaja ¿ahora eres perro guardián? Bueno, no estás del todo lejos al haber sido abandonada a una edad temprana por tu propia familia y sangre ¿no? —le recordó
— Una de las reglas es no hablar de aquellos lazos que se cortaron al entrar a servir a la familia Yamamotoyama, solo el líder o cabeza actual puede hacerlo —le informó Tamaki apretando sus manos en forma de puño
— ¿Acaso abandonaste tu familia por voluntad propia? ¿O solo no quieres recordar que prefirieron priorizar el futuro de su hija mayor que el tuyo? —le restregó el hombre tomando el borde de la máscara, mismo que la mujer sujetó con todas sus fuerzas
— No tengo comentarios al respecto, yo solo sirvo a dos personas —le cortó Tamaki quitando sus manos
— Desde pequeñas tus padres decidieron que eras inútil, tu propia sangre te basureó para asegurar la supervivencia del ganador —musitó Toshiro en un tono seco y lleno de odio— si no terminaste tan mal fue por la bondad de Tsubasa, ella te permitió seguirte educando y permaneciendo a su lado
— Y es por lo mismo que yo protegeré a Kazuyoshi-sama y Ririka-sama, aún si me cuesta la vida que de por si a ojos de personas poderosas como ustedes tal vez no vale nada, pero para ellos, si valgo como persona y no solo como mucama
— Oh, te has vuelto buena con las palabras Tamaki —rió— te felicito por ello, estoy seguro de que Ririka también aprendió muy bien
— No diga el nombre de mi señorita, si su difunta madre le escuchara...
— ¿Qué tiene? está muerta
— ...
— Hum, aún te duele —se bufó antes de soltar un suspiro— que aburrida eres, pero dime ¿a qué viniste a molestarme?
— Su madre, la señora le mandó a llamar —le informó antes de girarse— dijo que en quince minutos lo quería en su despacho
— Oh, entonces debo agradecerte por socializar conmigo durante ese tiempo
Tamaki no dijo nada más y procedió a marcharse a paso rápido de aquel lugar, pues ese hombre de por si le resultaba desagradable y asqueroso. Ella realmente deseaba que su joven señorita no se viera involucrada con aquel tipo que le falto mucho el respeto a su difunta madre y hermano, aquel tipo era de los peores enemigos dentro de esa familia
Un suspiro de hastío volvió a escapar del hombre que luego de ver desaparecer a aquella penosa mujer se decidió por tomar camino hacia el despacho de su señora madre, esa mujer que a pesar de los años en que reunió tantas riquezas no pudo ser capaz de obtener lo más importante: la verdadera felicidad
Nadie dijo que ser feliz fuera fácil, pero aquella mujer en su ya entrada edad aún no comprendía el porque de todos esos hechos. Ver la imagen de su hijo fallecido le resultaba desgarrador al igual que aquella mancha quemada en la mitad de la fotografía, sin embargo había sido necesario para poder vivir
Un ligero golpe en su puerta de fina madera labrada llegó a sus oídos y con el sonar de una campanilla dorada le dio el pase para que su único hijo entrara en su oficina. Venía luciendo una sonrisa, aunque pudo notar que se fue desvaneciendo al visualizar lo que ella sostenía con tanto pesar y afecto entre sus manos
— Querida madre ¿para qué me has llamado? —soltó Toshiro cruzándose de brazos
— Hay algo que me preocupa...
— No eres la única —le interrumpió el hombre— yo sigo preocupado de que a estas alturas siga odiando tanto a su nuera como para quemar la parte de la fotografía en donde sale ella
— Lo que yo haga con una fotografía no es de tu incumbencia y también mi odio hacia esa mujer está muy bien justificado
— Mi hermano no era nuestro padre y Tsubasa aquella mujer, madre — refutó Toshiro cansado, antes de saltar levemente en su asiento al ver como la anciana había golpeado con su puño la mesa
— ¡¿Cómo te atreves?! —le gritó— ¡no vuelvas a mencionar hechos del pasado en mi presencia!
— Aún si no los menciono cada día los recuerdas y ve reflejado en mi hermano a nuestro padre y su aventura amorosa con aquella mujer, que por cosas de la vida también incursionaba en el modelaje —musitó el hombre antes de recibir un golpe de un libro en su rostro
— ¡¡Mi odio hacia esa mujer y su hija no tiene nada que ver con ese hombre!! —le aseguró la mujer con un segundo libro ya listo
La ira recorría aquel cuerpo por completo, pues no esperaba que su hijo fuera, quien le restregaba la fuente de su desconfianza en la cara. Ella era una Yamamotoyama, la actual cabeza de una de las familias japonesas con más trayectoria y prestigio, siendo su único error y mancha aquella sangre sucia que se había mezclado con su sangre
"Ririka, tu también deberías morir"
Un escalofrío recorrió el cuerpo de la joven, quien confundida volteó hacia atrás sin encontrar nada. Pronto una mano cálida tomó su mano para envolverla con la suya mientras unos hermosos y atentos ojos dorados con detalles en rojo le miraban llenos de confusión por su repentina acción y silencio
— No es nada, solo tuve una extraña sensación —le explicó Ririka rápidamente
— Debes estar cansada, es mejor que nos apresuremos para llevarte a casa ¿si?
— Gracias, Tōjuro
— ¡Umu!
Sin soltar su mano le iba guiando, los ojos verdes se permitieron guardar aquella sensación en su corazón que latía algo rápido, Tōjuro siempre notaba cuando algo iba mal en ella y eso le resultaba reconfortante. Nadie dijo que la felicidad fuera fácil de alcanzar, pero estaba segura que con cada pequeño paso que diera algún día sería capaz de alcanzar su propia felicidad
"La vida es un ciclo de idas y vueltas, de alegrías y tristezas..."
— De vida y muerte... —susurró una mujer de largos cabellos rojos y ropas oscuras mientras miraba a lo lejos la silueta de aquellos dos adolescentes
¡Hola a todas y todos! Me disculpo por la demora en este capítulo, pero como habrán notado trata de una acción delicada y un tanto asquerosa, no era algo que quisiera abordar de manera explicita, sin embargo es la verdadera cara de aquel hombre al cual Ririka tanto le teme, poco a poco se van sabiendo más cosas como Tōjuro que necesita un momento para poner sus sentimientos y reacciones en orden, ¡Ririka es muy lenta! Pobre Sabito, se llevó tremendo susto al ver algo de interés de Makomo por el chico ¡Giichi comparte neurona con Ririka! Toshiro nos ha demostrado que una visita al psicólogo no le vendría para nada mal, más es bueno que aprendiera que Tamaki no es una mujer débil ante sus provocaciones y creo que la verdadera ardida e inmadura de todos es definitivamente la actual cabeza de la familia, abuelita ya crezca!!! Ya no me voy de largo, quizás este capítulo las deje nerviosas y más con las lineas finales ¿qué sucederá? Poco a poco lo irán descubriendo
Att: Andysakurai15
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