Capítulo 2 Golpe de Realidad ꪜ

Sin palabras, tenía la mente totalmente en blanco, simplemente su mirada tan profunda y clara era capaz de deslumbrarme de esta manera, con solo verlo sabía que era una muy buena persona, pero era más increíble que él me estuviera observando tan atentamente hasta el punto en que los nervios y la pena comenzaron a hacerse presentes en mi rostro, la verdad no esperaba tal situación en mi mañana tan monótona y fría.

— Hum... —balbuceé por lo bajo al ya no poder sostener su mirada por más tiempo

— ¡Oh! ¡lo siento! —se disculpó rápidamente e incluso hubiera continuado de no ser por un llamado inesperado

— ¡Tōjuro, llegarás tarde! —soltó un chico de un tono de cabello rojo oscuro que pasó a nuestro lado muy rápido

— ¡Ah, Sumihiko! —exclamó el joven frente a mi para luego echar a correr, aunque se detuvo a unos cuantos pasos de nuevo— ¡lamento haberte echo caer, espero volvamos a vernos! —añadió para finalmente marcharse.

A pesar de que la distancia que les separaba era bastante Ririka no pudo evitar sorprenderse al ver como ese joven alcanzó a su amigo sin ningún problema hasta finalmente perderse al girar en una esquina. Al ya no verles con algo de tristeza se obligó a si misma a caminar hacia su instituto, pero la suave sonrisa que se dibujó en su labios indicaba que ese pequeño e inesperado reencuentro la había hecho muy feliz.

¡Es Ririka-sama! ¡abran paso! ¿No viene su hermano a dejarla?

Era totalmente normal para Ririka escuchar tales susurros desde temprano siendo como siempre el "centro de atención" mismo que no le agradaba en lo absoluto, pues todo aquel trato y respeto era únicamente por el apellido que llevaba desde su nacimiento por eso odiaba los honoríficos innecesarios, después de todo solo deseaba ser tratada como la adolescente que era.

— ¡Buenos días, Riri-chan! —exclamó una voz dulce a su lado que la abrazó por la espalda, Ririka no necesitaba ni siquiera ver de quien se trataba para reconocerla

— Buenos días, Kanae-senpai —le saludó un poco tímida, después de todo su senpai era una joven muy hermosa

— Es muy temprano para tener esa expresión sombría en tu rostro, Ririka —añadió otra voz a su lado quien le acomodó un mechón de cabello desordenado

— ¡Shinobu! —sus únicas amistades dentro de la academia Sekirei eran las hermanas Otsuka, muy populares por su gran belleza y carisma 

— Ara, por fin pude ver una linda sonrisa de Riri-chan —le molestó Kanae, mientras pellizcaba las mejillas de la menor

— Nee-san, deja de avergonzar a Ririka —le pidió Shinobu a su hermana mayor

— Ara, ara, lo siento Riri-chan —se disculpó apenada Kanae

— ¡Muy tarde! —suspiró Shinobu al ver que eran observadas por varias estudiantes, acción que apenaba bastante a Ririka— bueno, vamos —añadió para luego tirar de ambas e ingresar a las instalaciones

La academia Sekirei donde únicamente asisten las hijas de aquellas familias que cuentan con una gran trayectoria y legado, pero tiempo más tarde comenzaron a valorar el esfuerzo o quizás era realmente el dinero de quienes comenzaban desde abajo en el mundo de los negocios. Lo que sus tutores esperaban de la institución es una educación optima para sus hijas que en un futuro se convertirían en grandes mujeres de negocios que construirían sus propio "Imperio" aunque desde el punto de vista de la protagonista aquellas "promesas" solo eran palabras llenas de miel pasada.

— Ah...

— ¡Otro suspiro! Vas a llenarte de gases —le advirtió Shinobu a Ririka

— ¿Eh? ¿en serio? —inquirió nerviosa causando ternura en Kanae que no pudo evitar volver a abrazarla

— ¿Has estado bien, Riri-chan?

— Hum... —si y no, pero ya que los resultados apenas cambiaban de nada servía darles buenas noticias a sus amigas

— Dudo que sea bueno, después de todo esa familia es todo menos "verdadera" —refutó Shinobu molesta al recordar la situación de Ririka

— En realidad, hubo algo bueno...

— ¡¿En serio?!

— Kazu-nii volvió

— ¡Woah! ¡es eso genial Riri-chan!

— Si, ya llevaba tiempo sin verle

— Al menos tendrás un respiro con él ahí —coincidió Shinobu aliviada

— ...Si

La situación actual de Ririka no era algo que ninguna de ellas pudiera solucionar fácilmente, por eso aunque fuera egoísta las hermanas Otsuka solo podían depender del joven Kazuyoshi para que velara por su hermana dentro del nido de serpientes, mientras ellas siempre apoyarían a Ririka en lo que pudieran a su manera.

— Debemos ir a clases —suspiró Kanae al ver el semblante frío en Ririka al escuchar el sonido de la campana— no te preocupes, no veremos después, así que sonríe Riri-chan ¡tienes unos hermosos ojos que necesitan brillar!

— Si, gracias Kanae-senpai, Shinobu

— No te sobreesfuerces, si te sientes mal escríbeme e iré a verte —le pidió Shinobu a lo que la menor se limitó en asentir

Con las respectivas instrucciones dadas Ririka vio marchar a las hermanas a sus clases, en esos momentos deseaba con todo su corazón compartir edad con alguna de ellas, pero era imposible. Kanae-senpai le ganaba por dos años y Shinobu por uno siendo ella la menor del grupo, aquel simple dato le causaba gran alegría y ternura a la mayor de las Kocho, y aunque Shinobu no lo admitiera sabía que pasaba lo mismo con ella.

— Ririka-sama ¿no piensa entrar a clases?

— ¡Ah, si...! Lo siento

— Debería apresurarse, recuerde que lleva el apellido y la imagen de su familia sobre sus hombros —le recordó su maestro de química si no mal recordaba

Bastante resignada y consciente de que debía enfrentar la jornada de clases Ririka emprendió camino hacia el final del pasillo y entró al salón que se ubicaba allí, al momento de abrir la puerta corrediza los murmullos y pequeños gritos del interior cesaron y al dar el primer paso sintió que todas las miradas se posaron en ella, siendo que algunas de sus compañeras se apartaban para cederle el paso e incluso saludarla.

— Buenos días Ririka-sama

— Buenos días... —susurró en respuesta sintiéndose avergonzada al no recordar el nombre de la joven frente a ella

— Soy Erika, mi padre trabaja para su familia

— ¡Yo soy Aomori, mis padres trabajan en el sector petrolero! —se unió a presentarse otra chica

¡Por favor hable de nuestra familia con su hermano! ¡Su abuela es muy amable!

— Ah...

Si seguían de seguro vomitaría, con solo mencionar a esa persona era suficiente para sentirse enferma y asqueada, sin embargo todas las jóvenes frente a ella ignoraban su malestar, ignoraban el lado tan oscuro y enfermo que su "familia" tenía, todos ellos fácilmente habían sido engañados por aquellas "buenas acciones" ¿acaso no eran capaces de ver la máscara?  no, ellos no podían verla.

— ¡Señoritas, por favor tomen asiento!

— ¡Si! —soltaron todas en respuesta ante la orden de la mujer de traje fino frente a ella

— Señorita Ririka, por favor —se dirigió esta vez a ella, pues Ririka ni siquiera se había sentado en su lugar al escuchar la abalanza de presentaciones y comentarios

— Si, lo siento —soltó en respuesta recuperando también su compostura.

Sin más preámbulos la clase de Biología dio inicio, Ririka sabía que serían dos tortuosas horas de dictado y videos aburridos, realmente prefería cuando Kanae le explicaba mucho mejor la clase de lo que la mujer frente a ella podía hacerlo, porque a leguas se notaba que la educación no era precisamente su pasión.

El timbre para el cambio de hora sonó fuerte y claro alegrando internamente a sus compañeras, al menos era reconfortante saber que no era la única que se aburría en esa clase. Lo siguiente en su horario era Física por lo que debían moverse a otro salón, cosa que todas estaban haciendo siendo ella la última en salir, más fue detenida por su maestra.

— Señorita Ririka ¿cómo se encuentra su abuela? —inquirió la mujer con una gran sonrisa

— Bien sabe que la cabeza de la familia goza de muy buena salud —soltó en respuesta, era tonto esperar algo de sus maestros ni siquiera un "¿te sientes bien?"

— Ciertamente, espero pronto pueda verla para tomar el té

Aquella mirada era totalmente diferente a la de una maestra gentil, Ririka lo sabía perfectamente. También existen personas que a pesar de conocer la "máscara" decidían también formar de ese nido de serpientes, sin embargo era evidente lo que esa mujer deseaba y Ririka ni en sus peores pesadillas iba a hacerlo

— Como usted dice, debe "esperar" a que la cabeza de la familia desee tomar té con usted, por eso sería bueno que prepara un tema de conversación más interesante en su próxima oportunidad... ¡claro! Si es que se le presenta una, ahora con su permiso

Sin siquiera esperar una respuesta Ririka dejó a la mujer atrás, mientras sentía como una mirada furiosa picaba su espalda. Quizás piensen que había sido grosera, pero desde muy joven tuvo que aprender que no podía ser buena ni cumplir con las expectativas de todos, el solo hecho de tener un apellido que implicaba poder ya era una gran carga.

Quizás por eso era incapaz de memorizar los nombres de todas esas personas, no porque se sintiera superior a ellas, sino porque mientras no mantuviera un lazo profundo, no servirían como carnada luego, no quería que nadie fuera un peón más para su familia, pero... era lamentable saber que la mayoría de adultos que trabajaban en la academia ya estaban confabulados con su "Abuela"

— Agradezco que sea lunes —pensó Ririka para sus adentros al pasar por la reja de la academia

Los lunes siempre salían más temprano, por lo que Ririka podía aprovechar para pasear por los alrededores durante dos horas con total libertad antes de tomar el tren que la llevaría de regreso. Sin embargo no había mucho que hacer por ende siempre se limitaba en recorrer las librerías y las tiendas de mascotas para finalizar con un helado o dulce mientras descansaba en el parque cercano.

— Ahora que lo pienso, ese chico debe ser de "Aoyama Gakuen" —recordó al tomar asiento en uno de los bancos del parque— ojalá asistiera a una academia normal...

Aunque no tuviera valor y lugar dentro de su familia, la imagen y las apariencias eran importantes, ¡ja! Solo eran los maestros de la mentira mientras siseaban el argumento perfecto, razón misma por la que no podían asistir a una academia pública.

— ¡Puras tonterías! —masculló al sentir molestia junto a la voz más odiosa de su familia— ¿una institución así? ¡¿dónde queda el honor de la familia?! —repitió imitando el tono alarmante que usaba su maestra de ceremonia— ah, como si fuera realmente importante...

— ¿Honor? ¡por supuesto que es importante! —exclamó una voz masculina y enérgica a sus espaldas— ¡Hey, nos volvemos a ver!

— Hum, así parece... —susurró confundida pues no era horario de salida— ¿escapaste de clases?

— ¿Escapar? ¡jamás! —negó divertido— hoy era únicamente presencial junto a la presentación de clubes

— Ya veo... —de seguro están pensando que Ririka es bastante seca en sus respuestas, más ella no puede evitarlo

— Nuevamente me disculpo por el incidente de la mañana, y también por el pequeño susto, ¡soy Rengoku Tōjuro, un gusto! —añadió mientras tendía su mano hacia la joven

"Lo sé, conozco bien tu nombre"

— Un gusto Rengoku-san —respondió, mientras aceptaba el apretón de manos con una leve sonrisa

— ¿Y tú? ¿cómo te llamas?

— Eso... —no deseaba decirle su apellido, pero tampoco su apodo, después de todo eso ya se lo había dicho antes— Ririka, ese es mi nombre

— ¡Oh! ¿solo Ririka?

— Mi apellido no es importante —negó con una sonrisa triste, misma que Tōjuro supo comprender y no hizo más preguntas al respecto

— ¡Bueno, Ririka! ¡Tienes un nombre muy bonito!

Era bastante honesto, Tōjuro ni siquiera usaba el "san", pero ¿cómo podría replicarle a él? Más bien Ririka deseaba detener el tiempo para poder apreciar ese encuentro, sin embargo el mismo tiempo parecía ser su enemigo pues ya debía volver a casa antes de que sospecharan, con gran resignación se despidió del chico tan brillante frente a ella más Tōjuro fue tan amigable que la acompañó hasta la misma estación de tren

— Gracias por acompañarme Rengoku-san

— ¡Tojuro está bien! Yo me dirijo a ti por tu nombre —le devolvió Tōjuro con una cálida sonrisa mientras mantenía su pulgar arriba

— No tienes opción, ya que solo te di eso...

— Entonces ¡¿debería referirme a ti como Ririka-sama?! —cuestionó con gran energía causando confusión en la contraria pues no supo interpretar si era una broma o en serio

— ¡No! Ririka está bien... Tojuro

— ¡¿Ves?! ¡es muy fácil!

— Tal vez es por quien eres y transmites que se ve muy fácil —respondió Ririka quitando cualquier palabra que Tōjuro pensara decir, simplemente la atracción en sus miradas era demasiado fuerte

— ¡Gracias!

— Si, igualmente —por primera vez la alegría llegó hasta los ojos de Ririka

El menor al ver que ella ya había pagado su pasaje se despidió deseando que tuviera cuidado al volver a casa, siendo así que Ririka se quedó observando como la silueta juvenil desaparecía de su vista. El viaje en tren era entretenido para ella, más al poner un pie frente al gran portón de la casa la realidad volvía a golpearla fríamente sintiendo que sus piernas perdían fuerzas mientras su respiración se volvía agitada

— Bienvenida Ririka-sama —le saludaron los dos hombres con máscaras que custodiaban la entrada y salida del lugar, por suerte las personas que no pertenecían a la familia en su mayoría eran amables con ella

Aún así... siempre podría existir un traidor entre ellos, por eso mismo Ririka debía mermar sus interacciones y analizar siempre sus acciones de lo contrario el primer afectado sería su hermano. ¿acaso hizo algo malo en su vida pasada? Para que ahora su vida fuera tan complicada y retorcida...

— ¡Ririka-sama! —le saludó Tamaki con una reverencia

— He vuelto, Tamaki —respondió mientras le entregaba su maleta, en parte se lamentaba no poder decir "he vuelto a casa"

Había crecido desde los cuatro años en la villa más apartada y eso no era problema para ella, sin embargo varias veces comprendió que aquella villa no era para nada segura, sino más bien la primera trampa que debía pisar. Ni siquiera pudo llegar a su habitación cuando su maestra de té se hizo presente.

— Vaya, pero si es Ririka-san

— Un gusto verla, Shoko-sama —le saludó Ririka con una reverencia que Tamaki imitó

— Es bueno que te alegre verme querida, más bien estaba esperándote

— Disculpe, pero hoy no hay clases con la señorita —negó Tamaki con respeto, más eso no evitó que se ganara una mirada fría por parte de la mujer

— ¿Pedí tu opinión sirvienta? Unicamente estoy tratando con Ririka-san ¿acaso deseas ser multada?

— ¡No, no es eso señora! pero... solo confirmaba el horario de mi señorita...

— Tamaki, está bien —le detuvo Ririka— Estoy al corriente de la espera de Shoko-sama, así que puedes volver primero a la villa, llegaré más tarde

— Pero...

— Tamaki, regresa a la villa —de lo contrario tú también serás castigada pensó con las manos en puño

— Bien, Ririka-san venga conmigo —le invitó Shoko con una gran sonrisa mientras se marchaban para dejar a Tamaki sola y preocupada en el camino

Con total tranquilidad, Shoko guiaba a Ririka por un camino que ella conocía como la palma de su mano dejando las casas atrás hasta llegar a una casa bastante vieja donde un hombre mayor les esperaba. La mujer se acercó a hablar con el hombre quien le entregó una llave pintada de rojo, ambas ingresaron en el lugar hasta llegar a unas escaleras que conducían hacia un sótano.

El ver la oscuridad de los escalones, Ririka sintió el miedo recorrer su cuerpo, solo deseaba dar media vuelta y salir de aquel lugar, pero era imposible una vez que la llave roja era entregada no podía ser devuelta hasta haber terminado, además el hombre que resguardaba el lugar la detendría si la veía con intenciones de escapar

— ¿Qué sucede Ririka-san? —cuestionó Shoko a su lado— ¿acaso tienes miedo?

— ...

— Es verdad, guardas grandes memorias en este lugar ¿cierto? ¡de seguro entrañabas volver aquí! —le susurraba en el oído causando gran repulsión en la chica

No había escapatoria, únicamente debía enfrentar lo que sucedería pues ya no sería la primera vez que visitaba aquel sótano. Con cuidado de no tropezar bajó los escalones siendo seguida por su mentora, al llegar al final Shoko se adelantó para abrir la puerta de madera adornada con detalles de una enredadera llena de espinas.

Una vez dentro cerró la puerta y encendió varias velas para iluminar la sucia y polvorienta habitación, Ririka se adentró en el lugar hasta llegar a un armario donde sacó una bata con la cual se cambió para no arruinar su uniforme. Shoko la guió hacia una mesa donde habían varias objetos que serían capaces de lastimarla.

En el suelo habían incrustado varias cadenas pesadas y desgastadas por el paso de los años, misma que la mujer usó para atar los pies de la joven y obligarla a arrodillarse. Minutos después la puerta volvió a abrirse revelando al hombre de antes, quien la observaba sin una sola pizca de misericordia

— Lo de siempre "Verdugo" después de todo no podemos causar heridas graves en el cuerpo de la joven señorita... al menos... no notorias.

Con un asentimiento el hombre se dirigió a la mesa para tomar unos guantes de cuero junto a un látigo, aquel era el mismo objeto que usaban para castigarla y sin un previo aviso Ririka comenzó a sentir el impacto junto al ardor que provocaban los golpes, pero sin importar cuanto doliera nunca se atrevería a llorar y complacerles.

Una y otra vez, el impacto cada vez era más profundo causando que apretara fuertemente sus labios hasta sentir el sabor metálico en su boca. No había una pausa, nada. únicamente los deseos de una mujer enferma que sonreía al verla a ella temblar ante cada golpe.

— Tal parece que ya estás acostumbrada al dolor, bueno no debería sorprenderme —se burló al ver como sus manos intentaban aferrarse al suelo

Su castigo constó de veinte latigazos dejando su espalda casi destrozada, la fina bata blanca ya no se distinguía entre la sangre. El dolor era inimaginable, pero su decisión por proteger a su hermano lo era aún más. Una vez que todo terminó finalmente la soltaron y dejaron para que volviera a vestirse con su uniforme, ni siquiera trataron las heridas de su espalda.

— Ya lo sabes Ririka-san, ni una sola palabra de esto... aunque no es como si la señora fuera a hacer algo, considerando como te ha castigado antes

— No necesita especificar las cosas, conozco las reglas muy bien —le cortó al sentir como aún su espalda sangraba, debía volver pronto y limpiar su uniforme

— ¿En serio? bueno, ya cometiste un error similar antes hace cinco años ¿recuerdas? —inquirió divertida al ver la expresión de dolor y culpa en la joven— no desearías que una situación como la de aquel pequeño niño se repitiera...

— Eso ya terminó hace cinco años —refutó al recordar aquel escenario de los cabellos rubios manchados con sangre— ¡no metas a inocentes en esto!

— Eso depende de ti, señorita... —masculló con evidente sarcasmo— mientras seas Yamamotoyama Ririka, siempre deberás cuidar tus acciones pues para nosotros, los demás son solo herramientas para usar...

— Usted me da asco, realmente me cuesta considerarla una persona —soltó en respuesta antes de abandonar aquel lugar

Al salir sintió el aire golpear su rostro y sin importarle su dolor corrió hacia su villa antes de que sus piernas llegaran a fallarle. "El sótano rojo" siempre guardaría sus recuerdos más oscuros allí, aquel lugar que llevaba cerrado desde hace más de cuarenta años volvió a usarse a la muerte de sus padres, siendo ella y otras personas inocentes las que serían castigadas en ese lugar.

"Yamamotoyama Ririka"

Aquel apellido que no deseaba recordar ni pronunciar siempre estaría presente en ella, en su propia persona. La gran familia Yamamotoyama que cuenta con una gran trayectoria desde hace más de 325 años no era más que solo una máscara falsa que ocultaba toda una cruda realidad llena de acontecimientos que ocurrían dentro de sus puertas junto al gran misterio de las máscaras que usaban las personas que residían allí, esto era solo un pequeño golpe de realidad en la vida de Ririka, quien solo tenía apenas quince años de edad.

— La gran familia Yamamotoyama... —susurró al acuclillarse en uno de los muros fríos que rodeaban su sencilla villa— ¿por qué...nací aquí? —inquirió con una sonrisa amarga mientras sus ojos se nublaban por las lágrimas.


¡Hola! Tal y como prometí el segundo capítulo ya está aquí ^^ Tal parece que la vida de Ririka es muy complicada, pero ¿qué sucede realmente? ¿qué representa Ririka dentro de su familia? También pudimos ver a Kanae y Shinobu quienes estudian en el mismo instituto que Ririka, ellas también saben algo sobre el oscuro secreto de su joven amiga, mientras Tōjuro llega nuevamente a Ririka ¿a qué se refiere con que le conoce? ¿será que los papeles de hermanos se cambiaron? Todas las respuestas llegaran a su tiempo UuU

Att: Andysakurai15

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