❑ n i n e ⚡︎
❝ ¿Hasta donde estarías dispuesta a llegar con tal de salvar a las personas que amas? ❞
:♦: ;; everything for them
· · · · · · · · · · · · · · · · · · · · ·
︶︶︶︶︶︶︶︶︶︶︶︶
───────────────────────
❐ ; 12/1O/21 - ↷South Korea 🇰🇷
⌒⌒⌒⌒⌒⌒⌒⌒⌒
〔 :⛓️: ┊은하〕
─── · · · · · · ───
— Chaerin es una sirena, por así decirlo — Comenzó la pelinegra, pero los demás la miraron sin comprender. — Es decir, tiene lo poderes que tiene una sirena, según los libros. Puede nadar a la perfección, respirar bajo el agua, convertir sus piernas es una cola de sirena, y lo más importante, controlar a las personas a través de su canto.
— ¿Estás diciendo que...?
— Sí, Sora unnie. Estoy diciendo que Chaerin los tiene controlados a todos — Admitió con una mueca. — Todos nosotros estábamos en contra de los deseos egoístas y malvados de Sunoo, menos Chaerin. Ella murió a manos de su padrastro, la violó, golpeó y finalmente la ahogó. Ella sí tenía intenciones de ser poderosa y vengarse de su padrastro, así que Sunoo le dijo que si lo obedecía y acataba sus órdenes, él la ayudaría a algún día, matar a su padrastro por haberla matado a ella — Los demás se tensaron, sintiendo un nudo en sus estómagos.
¿Cómo podía haber gente tan cruel que mataba niños por placer y sin ningún motivo? Era pobres y pequeñas almas que no merecían tener un destino tan cruel.
— Esto es demasiado — Susurró Sunhee con dolor en su voz. Hanmin asintió suavemente.
— Kyosun murió en un accidente automovilístico por un conductor ebrio. Jaewon porque cayó del techo de su casa y sus órganos explotaron, al punto de provocarle una hemorragia interna antes de haber sido atendido en el hospital. Yo... A mi me violaron al punto de matarme — Eunbin desvió la mirada y sintió unas terribles ganas de vomitar de solo pensar en todo lo que había pasado su hermanita. — Y ya saben lo de Beomgyu, así que... Todos morimos por diferentes razones, pero ella es la única que tiene un gran resentimiento y por eso obedeció a Sunoo hasta el final. Como todos nos opusimos ante él, le pidió a Chaerin que nos controlara con su canto para que obedeciéramos a todo lo que él nos pedía. Durante años fue así, logrando oscurecer los corazones de todos nosotros para ser títeres en su macabro juego... Beomgyu y yo nos volvimos novios aún así, ya que era lo único que nos hacía recobrar la conciencia y salir del hechizo de Chaerin, hasta que los años fueron pasando y el efecto de su poder llegó a ser tan fuerte para Beomgyu que no pudo volver a salir del hechizo y se volvió el ser más horrible y despiadado del mundo — De sus ojos comenzaron a salir lágrimas de tristeza, captando la atención de todos.
Eunbin la abrazó con fuerza mientras la pelinegra sollozaba en silencio y trataba de controlar su llanto. Al cabo de unos minutos lo logró, y se soltó del agarre de su hermana para seguir hablando, pero antes de eso sintió como la mano de Minyeong rodeaba la suya y le sonreía.
— Entiendo tu dolor, no estás sola — Le murmuró con suavidad. Hanmin sonrió con timidez y dejó que la pelirroja sostuviera su mano en lo que terminaba de relatar.
— Yo tuve más fuerza de voluntad que el resto, por eso el hechizo dejó de hacer tanto efecto en mí. Aún lo hace, pero no es tan fuerte como con ellos. Es por eso que siempre finjo ser igual de sádica y mala que ellos, para que ninguno sospeche que yo llevo fuera del hechizo varios años. Si se dan cuenta, me volverán a meter a este y entonces no tendré salvación, ni nadie en realidad — Pausó un segundo y tragó con fuerza. — Quiero salvarlos, especialmente a Beomgyu, pero no sé que hacer... No sé cómo sacarlos del poder de Chaerin y hacer que vuelvan a ser los mismos niños inocentes que se opusieron a todo esto desde el inicio. Es por eso que vengo aquí a pedirles ayuda. Tal vez ustedes tienen más y mejores ideas que yo y pueden ayudarme en esto, se los pido — Se soltó del agarre de Minyeong para levantarse y hacer una inclinación hacia ellos.
La pelirroja se levantó y caminó hacia ella para levantarla. — No tienes que inclinarte, Hanmin. Claro que te ayudaremos, como los que más. También queremos acabar con esto, especialmente yo, porque quiero de vuelta a mi hijo — Ambas chicas se miraron y se sonrieron con suavidad.
— Gracias, unnie — Dijo con una sonrisa que derritió el corazón de la ojiverde.
Ambas se volvieron a sentar mientras los demás comenzaban a hacer preguntas.
Minho, quién había estado callado todo ese tiempo, suspiró y abrazó a su novia, la cuál le devolvió el abrazo y sonrió al verlo bostezar.
— Ve a dormir, bebé — Susurró dándole un besito en sus labios. Minho sonrió y besó cortamente los labios de su chica. — Te noto cansado, y realmente no sé si llegaré a dormir hoy — Y fue cuando Minho frunció su ceño.
— Tienes que dormir, amor. Llevas días estresada y cansada. Vas a colapsar si sigues así — Comentó preocupado, pero la pelirroja tomó sus mejillas y le plantó un beso. Minho la tomó de la cintura y se dejó llevar por los dulces labios de su novia, perdiéndose en ese hermoso mundo en el que solo eran ellos dos.
— Tengo que seguir hablando con Hanmin, pero prometo que haré lo posible por dormir aunque sea unas horas — Minho suspiró y asintió, sabiendo que no podía hacer nada más por hacerla entrar en razón. — Hey, no te pongas así — Murmuró con pesar, viendo como el rostro de Minho hacia decaído en un momento.
— No es por tu terquedad, ya me acostumbré a ello — Ese comentario la hizo soltar una suave risa, y entonces acarició el cabello castaño de su novio. — Sé que estás preocupada por Hera — Era precisamente el tema que no quería tocar.
— Tengo miedo de que le hagan algo — Murmuró con dolor. — Sé que a Sunoo y Jungwon no les hicieron nada, pero esto es diferente. A Riki no le harán nada, pero Hera es mi hija, adoptiva, pero lo es. Beomgyu puede hacerle cualquier atrocidad con tal de hacer que vaya a buscarla y aprovechar mi vulnerabilidad hacia ella para matarme — Minho hizo una mueca ante ello.
— Eres la persona más fuerte, capaz e inteligente que he conocido, mi amor. Sé que lograrás traer a nuestra niña de vuelta sana y salva, pero para eso necesitas pensar con la cabeza fría y descansar, porque si no, estarás a nada de explotar y todo te jugará en contra — Lo sabía, sabía que él tenía razón, pero su miedo era mayor a cualquier otra cosa. — Son las dos de la mañana, y en tres días es el cumpleaños de Heeseung. Verás que para ese día, Hera estará con nosotros y todo estará bien, al menos por unas horas. Ya luego vuelven a su guerra campal — Minyeong rió y sonrió con suavidad.
Solo Minho era capaz de calmarla de esa forma, y agradecía el hecho de tenerlo a su lado.
— Iré en una hora.
— Igual pensaba venir a buscarte en una hora — Ambos rieron y se abrazaron. — Te amo tanto, mi amor — Murmuró separándose de su chica para besarla con suavidad y acunar su rostro entre sus manos, transmitiéndole la calma interna que necesitaba.
— Yo también te amo — Devolvió con una sonrisa. Minho dejó un último beso en sus labios y uno en su frente y se despidió de todos para finalmente subir a su habitación y tirarse a dormir.
Minyeong se quedó con Hanmin y Stigma durante la hora que le dijo a Minho, y al hacerse las tres de la mañana, la menor se fue y los demás subieron a sus habitaciones para tratar de dormir unas horas.
Debido a que estaban todos en la misma casa, se acomodaron en las habitaciones de invitados y en las habitaciones del resto de los chicos para poder dormir. Los únicos que no tenían intrusos en su habitación eran Minho y Minyeong.
La pelirroja entró a la habitación que compartía con el amor de su vida y al entrar, lo vio plácidamente dormido entre las sábanas. Este se encontraba con un pantalón de dormir y sin camisa. Tenía su cabello castaño alborotado y se veía como un hermoso ángel dormido.
Para la chica era increíble verlo dormir y que estuviera tan guapo así, sin ningún esfuerzo. Parecía un modelo sin imperfecciones. Eso la hizo sonreír.
Se acercó con suavidad al tocador para quitarse sus aretes, collares, pulseras y anillos que cargaba, todos con un gran valor sentimental. Cepilló su cabello y lo amarró en una trenza para que no le estorbara al dormir, y entró al baño a cepillar sus dientes y cambiarse de ropa.
Al salir con su vestido de dormir, que literalmente era un vestido de lencería transparente, se acercó a la cama y se acostó tratando de no despertar a su novio, pero supo que fue un tremendo fallo cuando sintió los cálidos brazos de su chico abrazarla por detrás mientras este dejaba un beso en su cuello y suspiraba.
— Dime que no te desperté con todo lo que hice — Murmuró con miedo. Odiaba despertar a Minho cuando ella se dormía hasta muy tarde. Era tanta su molestia de despertarlo que le dijo que era mejor que durmieran en habitaciones separadas, pero obviamente Minho no la dejó.
— No estaba dormido, tenía los ojos cerrados. Te escuché al entrar y todo lo que hiciste también — Eso logró tranquilizarla un poco. Se giró para estar frente a frente con él, viendo sus hermosos ojos cafés brillar debido a la poca luz de la luna que entraba a la habitación y golpeaba los ojos de su novio.
— ¿No podías dormir? — Preguntó con suavidad, llevando su mano hacia la mejilla del mayor para acariciarla. Él cerró los ojos ante en tacto de su mano y negó con suavidad.
— Te estaba esperando — Confesó con una pequeña sonrisa traviesa. Minyeong abrió la boca molesta y alejó su mano de la mejilla del mayor. Inmediatamente Minho abrió los ojos e hizo un puchero con sus labios a modo de reproche.
— Te dije que te durmi-
— No puedo dormir sin ti — La cortó rápidamente. Minyeong parpadeó con confusión hasta lograr captar sus palabras, y entonces sonrió con suavidad, volviendo a llevar su mano a la mejilla del mayor, que sonrió satisfecho y volvió a cerrar sus ojos.
— Pues ya estoy aquí, así que vamos a dormir — Dijo dejando un corto beso en los labios del mayor, que asintió y dejó que la pelirroja se acomodara en su pecho, rodeándola con su brazo libre y llevando el otro hacia la mano de su novia. Entrelazaron sus dedos y se dieron un beso de buenas noches antes de caer profundamente dormidos.
Ese fue el único momento de la semana en el que tuvieron tranquilidad y paz, porque estaban juntos.
Por ahora.
Durante la mañana Stigma se levantó desde temprano para poder idear un plan para rescatar a Riki y Hera, pero no sabían que hacer precisamente porque no conocían los poderes ni debilidades de Manifesto, así que estaban en la espera de Hanmin.
— ¡Noona! — Entraron ambos chicos con una bandeja de galletas y jugos para todos.
— ¿Quién hizo esto? — Preguntó la pelirroja con una sonrisa ayudando a los menores.
— Todos ayudamos a Felix hyung a hornear las galletas y hacer el jugo de naranja — Comentó Sunoo con su característica sonrisa tierna.
— Oh, y Minho hyung hizo un cupcake especialmente para usted — Dijo Jungwon entregándole un cupcake rojo con detalles verdes a la chica, que sonrió enternecida al ver el adorable postre hecho por su amado novio.
La cubierta era roja y tenía corazones y la palabra "Cariño" en color verde. Lo probó y sonrió emocionada.
— ¡Está delicioso! — Dijo con un brillito en sus ojos. Jamás había probado algo tan rico como ese cupcake, y no por el hecho de que Minho lo hubiera hecho, sino porque no estaba ni tan dulce ni tan simple, era perfecto.
— Nos alegra que le guste, nosotros lo ayudamos y le dimos la idea de como decorarlo — Volvió a decir Jungwon con una sonrisa.
Minyeong dejó la otra parte del postre en la bandeja y abrazó a los dos chicos que sonrieron con felicidad.
— Gracias, Wonie y Sunsun — Agradeció con una sonrisa.
El resto comenzó a tomar los vasos de jugo y las galletas para comer, ya que no habían comido nada desde el almuerzo y llevaban toda la mañana y parte de la tarde encerrados sin saber como proceder con el plan.
Sin previo aviso, una ventisca entró al sótano y los asustó. Pero cuando se dieron cuenta, ya estaban con ellos.
— ¿Qué mierda hacen aquí? — Gruñó la pelirroja poniendo detrás a Jungwon y Sunoo, que comenzaron a temblar del miedo que les provocaban esos cinco chicos que parecían incluso menores que ellos, y lo eran.
Hanmin los miró con desesperación, pero desvió la mirada cuando Beomgyu la miró de reojo, volviendo a su rostro inexpresivo.
La pelirroja mayor con una mirada le hizo saber a Jaehyun que era hora de activar su poder, por lo que el chico con cautela, encendió sus ojos verdes y miró a la niña pelinegra con seriedad.
— ¿Qué sucede, Hanmin? — Preguntó Jaehyun con cautela para evitar que alguno de los cuatro chicos notara a la pelinegra asustarse por escuchar una voz en su cabeza.
— Venimos con un trato, pero no les gustará en lo absoluto y tengo miedo de lo que pueda pasar — Dijo la chica con un horrible sentimiento en su estómago. Tenía miedo, muchísimo. Y su miedo aumentó cuando vio a su hermana al lado de Sunhee.
— Venimos con un trato que les puede interesar — Comentó Beomgyu con sorna, mirando de reojo a su madre que tenía un semblante serio y tenso. — Tu hija está bien, tranquila. Aún no le he hecho nada — Murmuró viendo a su novia de reojo. Gracias a Hanmin no había siquiera hablado con Hera, su aparente hermana.
Hanmin lo distrajo toda la mañana pidiéndole que tuvieran un entrenamiento para reforzar el combate cuerpo a cuerpo, y no descansaron hasta que Chaerin llegó a detenerlos y decirle al pelirrojo que era hora de ir a hacer la visita del día.
— Eso no me tranquiliza en lo absoluto, Beomgyu — Soltó con frialdad. — ¿Qué quieres?
— Es fácil. Quiero que maten a una lista de personas y les devolveré a los mocosos — Nadie se esperaba esa propuesta, por lo que todos se quedaron congelados en su lugar sin decir una sola palabra debido al shock.
— ¿Qué? — Soltó con la voz perdida. Beomgyu la miró burlón.
— Exactamente lo que dije. Aquí está la lista, son en total 350 personas que quiero muertas para el día de mañana — Al lanzar la lista, Minyeong salió de su shock y la atrapó, comenzando a leer con un ligero temblor.
— Lo que harán será llevar a esas 350 personas al orfanato cerca del centro de Seúl y ahí hacer la masacre. Lo transmitirán en televisión nacional y entonces cuando todo el país los deteste, les devolveremos a Riki y Hera — Dijo Chaerin con su más sádica sonrisa.
Estaban locos.
Definitivamente locos.
— No vamos a hacer eso, estás demente — Dijo Minyeong alterada. En la lista habían niños, adolescentes, adultos y ancianos. Querían que cometieran una masacre solo para que el país los odiara.
— ¿Qué ganarían con eso? — Preguntó Eunwoo con enojo. Beomgyu rió divertido y sonrió.
— Que todos se vuelvan en su contra y hagan hasta lo imposible por hacerlos caer a los siete — Hasta su tono de voz era tan sombrío y macabro que daba miedo.
— No tienen otra opción, a menos que quieran que ver morir a dos niños inocentes — Se burló Jaewon con diversión, haciendo que los cuatro rieran, menos Hanmin, que estaba con la cabeza gacha debido al miedo que sentía.
— Minyeong — Murmuró Haneul con pánico en su voz al acercarse a leer la lista. — ¿Estos no son los nombres de tus suegros? — El corazón de la pelirroja dejó de latir en ese preciso momento al caer en cuenta de los nombres de esa lista.
No sólo estaban los padres de Minho, sino también los de Bang Chan, los de Changbin, Hyunjin, Jisung, Felix, Seungmin, Jeongin, Heeseung, Jay, Jake, Sunghoon, Sunoo, Jungwon y Riki.
Los demás levantaron la mirada alterados.
— ¡No vamos a hacer esto! — Gritó Sunhee al borde del colapso.
— Es eso o despedirse de Riki y Hera — Dijo Kyosun con diversión.
— ¿Por qué meter a los padres de los demás? — Preguntó Wooyoung alterado. Hanmin levantó la cabeza y rió con fuerza. Debía actuar, o sino, se darían cuenta de que algo estaba pasando y el mismísimo Beomgyu la iba a matar de la manera más lenta y dolorosa del mundo.
— Dejen de llorar como niños y hagan lo que decimos. Si no, ya saben lo que pasará — No iba a hablar más porque tampoco quería que la miraran con odio. Solo quería evitar sospechas y seguir como si nada.
— Tienen 24 horas para hacerlo. Los estaremos esperando frente al orfanato con los reporteros y la prensa. Si no lo hacen, Riki y Hera morirán de una manera que no les gustará — Con eso último dicho, no dejaron que alguien más hablara y desaparecieron, como siempre lo hacían.
Minyeong se dejó caer al suelo con lágrimas en sus ojos. No podía hacer eso, no podía.
— Nosotros no-
— No — Soltó con amargura. Los demás la miraron. — No vamos a matar a nadie.
— Pero los niños...
— Haremos lo posible por salvarlos sin la necesidad de matar a personas inocentes, y menos si se trata de los padres de los chicos — Dijo esto último viendo las miradas cristalizadas de Jungwon y Sunoo.
— ¿Matarán a nuestros padres? — Preguntó Sunoo al caer lágrima por su mejilla, que Minyeong retiró con suavidad.
— No, Sun. No mataremos a nadie, al menos no directamente — Comentó mirando a Stigma, logrando captar lo que harían.
Sería difícil, pero lo harían.
Todo por ellos.
Bạn đang đọc truyện trên: AzTruyen.Top