02

Ojos cristalinos y piel enchinada, espalda curbeada con el pecho completamente pegado a la cama, apretando las sabanas y soltando sonidos de placer que enloquecia a su acompañante, el cuarto con sus feremonosas y las respiraciones agitadas con sus cuerpos aperlados por el sudor.

Dos personas hundidas en la satisfacción de sus pieles chocando y la perfección con las que encajaban al entrar y salir, en el gozó de disfrutar cada roce como si no hubiera un mañana.

Era el último día de celo del omega por lo que no desaprovecharon las horas para usar la casa como su refugió de amor, deteniendo sus actos solo para comer e hidratarse, aun así el peli blanco no dejaba que el alfa comiera tranquilo por que ya terminaba a ahorcadas del más alto moviendo sus caderas en círculos sobre su masculinidad, con ojos que cambiaban a un dorado sediento por él, terminando haciéndolo en varios lugares del departamento con ese omega que chillaba por más.

Nuevamente en el cuarto, uniéndose por completo mientras oía a al omega jadear su nombre repetidamente con la idea de tener cachorros, algo que le decía constantemente, a lo mejor inconscientemente ya que cuando regresaba en sí se disculpaba, era algo que su omega interior quería pero Wakasa dudaba, en cambió Shinichiro tenía en cuenta las posibilidades tan altas de que tuvieran por no usar los preservativos aunque no llegaba a anudar dentro de él.

Sea lo que sea que pasará sabían que estarían juntos. Shinichiro ya tenía en mente invitarlo a salir y hacer las cosas bien, por que tenía al omega, pero no a Wakasa, extraño de entender pero eran cosas que pasaban por laba mente del peli negro.

Con sus manos delineaba la línea de su espalda curbeada sin dejar de mover sus caderas contra el peli blanco, deleitandose de su cuerpo delgado pero marcado por el ejercicio, el rastro de un cuerpo delicado de omega no quedaba con Wakasa, la fantasía de tocar su pecho fue mayor mientras sus manos pasaban ahora por su abdomen, subiendo tocando con su palma extendida hasta llegar a sus pezones.

Alfa...

Un gemido profundo y largo salió de los labios al sentir como tocaba su pezón, acariciando para luego aplastarlo y pellizcar, Shinichiro estaba tan concentrado y Wakasa tan perdido por la excitación de ser tocado en el pecho por otras manos que no eran suyas que ni se había dado cuenta que ya había alcanzado el clímax y el gran orgasmo, apretando sus paredes para no dejar salir al contrario.

Siempre hacía lo mismo y trataba de soportarlo, ser aprisionado tan cruelmente queriendo correrse dentro del omega era tan tentador, pero como siempre con el pesar y malestar de su corazón se salió para hacerlo en la espalda baja del peli blanco que se fue acostando desorientado por el calor que se iba bajando lentamente.

Lo que era un celo de omega sufriendo acabo en en uno muy complacido con cierta parte.

—Waka-kun—lo llamó aun agitado Shinichiro, pasando su mano por su propio cabello negro hacia atrás viendo la candente figura del más bajo tan marcado de mordidas y pequeñas manchas moradas que tenía al succionar su piel blanca—¿Eres tú?

—¿Quién más sería?—respondió con la respiración entre cortada estirando sus brazos y alzando su trasero como un gato para trotar los huesos, dejando todo a ojos del contrario que mordió su mejilla interna alejando esos pensamientos no tan puros—Me duele todo.

Cayendo en cuenta las veces que lo hicieron lo imaginaba, era su momento para consentirlo.

—Te voy a preparar un baño caliente para relajar los músculos—comentó levantándose rápido poniéndose su bóxer e ir al baño, dejando al Imaushi en la cama.

El chico que seguía desnudo bajo su mano hasta su entrada sintiendo un líquido espeso salir, combinado entre su lubricante natural y lo poco de semen que alcanzó a escurrir.

—Maldito urgido—se dijo a sí mismo, siendo más exactos a su omega que no para de repetirle en la cabeza que necesitaban por lo menos un cachorro, que estaban listos para cuidarlos y cargarlos—Lo que me haces pasar... No es están sencillo tener hijos y....—Dejó las palabras al aire pensando en el alfa—No se sí el quiere tenerlos conmigo.

Inseguro buscó las prendas más recientes de Shinichiro para cubrirse con ellas e irse en la esquina temblando e inhalar las feromonas de incienso gustoso para relajarse; él le prometió tenerlos después pero quien aseguraba que realmente quiera, puede que lo haya dicho para calmar a su omega tan entristecido y se arrepintiera luego por ser un omega hombre, el miedo pronto llegó a él soltando sollozos forzados que quería retener, Wakasa sabía bien que todo era culpa de su omega llorón que lo hacía sentir su lado más vulnerable y sensible ante el tema.

Últimamente lo a sentido más en él que de costumbre, sospechaba que era por la ausencia de atención del alfa distraído que ni pudo distinguirlo, hiriendo en primer lugar a su omega, más aparte tener que ver como trataba de coquetearle a otras omegas y hasta en su cara, por eso en su celo explotó y tenía la necesidad urgente de tener hijos con Shinichiro como una forma de autodefensa parta que no se robaran a su destinado alfa.

Sano regresó a la habitación de inmediato al sentir las feromonas un poco amargas de Wakasa, cosa que lo preocupó demaciado. Se suponía que el peli blanco ya estaría más calmado pero se equívoco, al entrar al cuarto lo vió igual de herido como lo encontró, su omega si seguía en ese estado entraría en depresión y se iría muriendo de a poco.

—¡Wakasa!—lo sacudió preocupado sin saber que hacer, soltando más de sus feromonas y poniendo su cabeza en su cuello para que se tranquilizarse más rápido, cargandolo para llevarlo con él a al baño que por el momento era el lugar más limpio de la casa, tomando su chaqueta donde cargaba su teléfono.

Se adentro a la tina dejando la chaqueta tirada y abrazando fuertemente al peli blanco.

—Aquí estoy Waka, aquí estoy—le aclaró al verlo tan agitado y respirando sobre la marca que él le había dejado, encajando sus dientes para confirmar que era su alfa.

El peli negro no sabía que hacer así que lo dejó que lo marcara las veces que considerara necesarias.

Con las manos mojadas buscó su teléfono, debía llamar a una persona por ayuda, pero no sabía a quién. El cuerpo de su compañero se fue calmando pero él seguía intranquilo, así que llamó a la primera persona que se le vino a la mente para besa situación.

[ .... ]

Un pelinegro salió de la farmacia luego de comprar unos supresores y condones, saco un cigarro y lo encendió con un encendedor viejo que tenía, camino apresurado por las calles fumando, quejándose un poco de la brisa.

Takeomi peino su cabello cansado y abrió la puerta del departamento, dio un suspiro y arrugó la nariz por todas las feromonas de sus amigos en el lugar, era desagradable para él y su sensible olfato pero se abrió paso hasta llegar al baño donde los dos chicos.

Por un fracción de segundo Shinichiro gruño por el intruso, pero se calmo al ver a su mejor amigo de la infancia mirando irritado.

—Esta inconsciente, no se que hacer Takeomi—dijo Sano abrazando al peli blanco sin tener ganas de soltarlo.

—Puedo verlo, no estoy ciego—respondió pasándole un toalla—Sacalo del baño y vistelo, debemos hablar.

Shinichiro se sintió como un niño siendo regañado por su padre, pero aparte de que no sabía a quien más contactar Takeomi era el más confiable y con más experiencia en el tema, pues siempre se mantenía informado de todo.

Le puso un cambio de ropa a Wakasa y dejó unas prendas suyas con él, Takeomi le había traído más ropa para que se sintiera seguro.

Al ir a la sala se encontró con Takeomi observando todo el desastre.

—Ni siquiera se donde sentarme—se quejó dando a entender lo sucio que estaba de un líquido espeso de dudosa procedencia—Bueno, por lo que entendí por teléfono que es inicio su ciclo de celo y lo ayudaste pero luego se puso raro—mencionó sin ganas de tomar asiento—Felicidades ya no eres virgen.

—Gracias—levanto una ceja ofendido—Pero si, creo que Wakasa esta entrando en un estado de depresión por la falta de su alfa.

—¿Y como no? Nunca te diste cuenta que son destinados, ¿eres ciego?—cuestionó lanzándole la bolsa—Estará delicado pero puedes ayudarlo, de seguro de olor este medio podrido ahorita, pasar a tu lado lo ayudará mucho.

El alfa miro el contenido de la bolsa y se sonrojo—Tú ya sabias que era omega.

—Yo se todo Shinichiro.

—Oye Takeomi.... Wakasa me pidió cachorros, ¿que debo hacer o decirle sin lastimarlo?

El mencionado se quedó pensando por sus palabras, si se sorprendió pero tampoco tanto. Lidiar con celos de omegas ya era normal para él que tenía compañeros y amigos omegas, pero no había lidiado uno con depresión.

—Probablemente.... Wakasa se sienta en la necesidad de tener hijos contigo por la etapa de celo y ya, o es una forma de amarrarte a él—trato de darle una explicación a lo que decía elevando los hombros—No estoy seguro. Trata de entenderlo, su alfa destinado nunca lo reconocio hasta ahora pero, él aún no entra en razón de lo que pasó, recomiendo que te quedes con el unos días para que no empeore.

Los dos se quedaron callados al escuchar un ruido y voltearon al ver al omega en pijama y los colmillos ligeramente más resaltantes, amenazante por la presencia de Takeomi.

—¿Qué hace? Es Takeomi, nuestro amigo—con un tono tranquilo Shinichiro le explicó al omega que estaba muy tenso, tocó el hombro del peli negro y eso alteró a Wakasa qué gruño molesto—No entiendo por que esta de esa manera.

En cambió el amigo levanto sus manos alejándose de apoco del alfa, sudaba frío al ver el lado animal del peli blanco.

—Protege a su alfa de otros omegas—bramo Takeomi—En sí no es Wakasa, no del todo.

—¿Eres omega Takeomi?—un confundido Shinichiro fruncido el ceño

—No idiota, pero hace poco estaba con uno que me dejó su aroma—retrocedió hasta llegar la puerta de salida—Ahora es un animal, cuidalo y cualquier cosa llamame—acabo de decir y salió.

—¡Y que debo hacer!—le grito teniendo al omega restregandose contra su cuerpo como un gato sin dejarlo salir del apartamento—¿Qué hago contigo?

Claramente el chico no respondió y solo lo abrazo. Cerro la puerta de la entrada con candado y cargo al peli blanco para prepararle algo de comer, no era bueno cocinando así que hizo un ramen instantáneo y se lo dio a Wakasa al igual con una pastilla, esperaba que se la tomara.

—Esto es para que no tengas hijos, pastilla del día siguientes ¿entiendes?—quizo saber si entendía, pero se negó a tomarla—Debes tomarla—cada vez que le acercaba la píldora le gruñia.

Buscó otra forma de persuadirlo pero no aceptó, en cambio ser alimentado y mimado si, el alfa se sentó en el suelo para ver la televisión mientras Wakasa dejaba su cabeza en las piernas del peli negra para que le acariciara el cabello, así se quedaron el resto de la tarde ya que el omega se había quedado dormido.

La luz del sol que entraña por las ventanas fue bajando para dejar unos colores anaranjados, la noche pronto llegaría a caer. Shinichiro apagó el televisor y observo los rasgos del rostro del jóven, acarició la piel blanca con sus dedos, marcando la mandíbula.

—Siempre fuiste muy guapo.... Pero de más cerca si que eres un omega muy bello—dulces feromonas brotaron del cuerpo del más alto, sintiendo pronto las del omega. Su mano fue tomada para ser dejada en la mejilla del peli blanco—¿Te gusta que te acaricien?

Ronroneos se escucharon así no detuvo sus caricias, pronto las feromonas de Wakasa se volvieron diferentes...

—¿Me estas cortejeando?—rió suave por las intenciones del omega—Se supone que yo debería hacerlo.

No dudó en responder al cortejo, haciéndo lo mismo, le era tierno ver ese lado de Wakasa.

Los ojos del chico se abrieron y se sentó en ahorcadas sobre el alfa. Parece que su invitación era más profunda de lo que imagino el inocente de Shinichiro, pues el omega movió sus caderas en círculos con otras intenciones más haya de las caricias.

—E-espera, lo hemos hecho demaciado, debes de estar adolorido—trato de apartarlo sujetando su cintura con fuerza, si seguían así se iba a rendir contra el placer de la fricción.

Se escucha su gruñido por las quejas del alfa, indignado ya que era su culpa por soltar sus feromonas al igual que él.

—No te enojes Waka-kun—ríe Shinichiro al ver la cara del contrario molesto—Aún actuando como una bestia eres inteligente—revuelve sus cabellos blancos tirandole al rubio—Cuando superes esto me quedaré contigo, te llevaré a comer y a salir a muchos lados en motocicleta.

Él menor inclinó su cabeza mirando con admiración y amor al jóven, se sentía aceptado de alguna manera, solo pudo acostar su cuerpo en el del más alto, descansando su barbilla en el hombro del peli negro, cambiando el olor de sus feromonas a unas gustosas.

Le acariciaba la espalda mientras seguía contando todas las ideas que se le ocurriera para pasar tiempo juntos, sin embargo el omega seguía caliente....

Wakasa recordaba vagamente como era penetrado hasta el fondo, como estiraba su piel para abrirse paso adentro suyo y como juraba pensar que el bulto sobre pasaba y remarcaba en su vientre bajo cada vez que golpeaba; cada vez se excitaba más, por él contrario del mayor que seguía en su planeta imaginando escenarios de parejas, algo que siempre quiso encontrar y hacer con alguien.

Volvió a frotarse contra el alfa, queriendo que este lo ayudará, ansioso giraba en caderas y las cambiaba irregularmente de adelante hacia atrás, oyendo suspiros del peli negro que ya empezaba a salir de sus pensamientos para ponerle atención.

Alfa.

Bueno, parece que alguien volvería a hacerlo con cierto omega.

El llamado era el abismo de un alfa.

@𝙰𝚢𝚊𝚖𝚎_𝚑𝚊𝚝𝚊𝚔𝚎


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