Capitulo cuatro

Advertencias: Contenido levemente NSFW, nada muy explícito.

~•~

Su noche del sábado fue fantástica, o algo así.

—¿L-lo hice bien? ¿Les gustó? —preguntó cuando por fin pudo hablar sin soltar jadeos.

Con su cara y cuello todos rojos, los ojos cristalinos por las lágrimas y la boca abierta, esperaba recibir un halago del pelinaranja, pero no sucedió. Fiel a su promesa, Dazai terminó cubierto de lubricante sabor a fresa y un montón de sus propios fluidos. Su temática fue de Playboy, más específicamente, él usando un traje típico de conejito Playboy con un tapón anal decorado con un pompón blanco.

Sus labios se fruncieron cuando solo llegaban mínimas donaciones con mensajes obscenos sobre lo bien que la tela se apretaba en la piel de su abdomen, o como su pecho lucía verdaderamente erótico con el látex flojo a su alrededor.

"Un orgasmo más forzoso que deseado".

Apagó la cámara cuando la última donación solo era una ofensa >>Eras tan lindo como una zorra<< las palabras que usó alguno de sus suscriptores. El insulto en sí no fue molesto, pero parecía que nadie intentaba mimarlo ni un poco, ¡Él también necesitaba cuidado posterior aún si es una estrella porno!

Tal vez las personas asumían que su trabajo era solo complacerlos, o qué su guión era ser así de dócil durante las transmisiones para después abandonar ese papel en su vida real. Ese era el problema, el Dazai de la cámara y de el día a día no era muy diferente, la única diferencia era que uno se grababa, y el otro lo negaba.

Se sintió un poco frustrado, pues recapitulando, Chuuya no estuvo presente en su transmisión. "No importa, solo es un suscriptor más, solo una cifra de dinero" se repetía una y otra vez pero la verdad era que estaba insatisfecho. Esto sumado a que no tenía contacto sexual en casi siete meses con nadie que no fuera el mismo; decirles que era un camboy no era algo que muchas personas pudieran soportar, además, una relación -incluso solamente sexual- implicaba compromiso y ciertamente Dazai le tenía miedo.

Para no tener ideas alocadas cómo escribirle un mensaje de texto a @Araha_baki, decidió asearse y beber solo una cerveza, que eventualmente se convirtieron en ocho. Así terminó dormido en su sillón con apenas el pantalón de su pijama puesto.

Un chico tan joven con señales notables de depresión y conductas tóxicas no podía aspirar a ser amado por nadie, así era como Osamu se percibía a sí mismo.

"Extraño la casa" balbuceaba entre sueños, a la par que alguna lágrima se filtraba por sus pestañas. Dazai casi no podía dormir, y cuando lo hacía tenía pesadillas que lo llevaban a llorar mientras dormía.

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El ruido de un taladro perforando la pared lo obligó a abrir los ojos de golpe—. ¿Quién carajo hace eso un fin de semana? —preguntó al aire mientras tallaba sus ojos somnolientos. Al revisar la hora aclaró un poco más su mente: Era domingo, y ya pasaban de las diez de la mañana.

—Primero lo de la basura, y ahora no me deja quejarme de mi resaca a gusto.

Nuevamente accionaron el taladro y ahora siendo guiado por el enojo y estrés, se levantó sin prestarle atención a la ausencia de su camisa y salió del departamento solo para tocar frenéticamente la puerta de su vecino—. Hace mucho ruido —murmuró cuando dejó de escuchar la herramienta y en cambio se oían los pasos acercarse.

Lamento el ruido, ya casi acabo con esa repisa — la puerta se abrió dejando ver la cabellera color cobre. Los ojos azules se abrieron de par en par cuando encontró la figura delgada y alta de cierto castaño al cual acostumbrabas ver en internet. Se quedó callado aunque con la boca abierta buscando las palabras adecuadas para no parecer un acosador.

Dazai quería correr y meterse bajo la cama, pero sus piernas se atrofiaron al momento de ver a Chuuya viviendo a lado—. ¿Vives aquí? —sí, era obvio, pero necesitaba estar seguro.

—Me mudé hace poco —la voz del más bajo salió en un hilo, estaba tan avergonzado como asustado.

El castaño removía sus dedos nervioso—. Bueno yo esperaba que…

—No pasa nada —Chuuya sabía que era sobre las transmisiones, además que molestar a su estrella porno favorita no le causaba placer.

El más alto asintió, y solo en ese momento se dió cuenta de lo bajo que era Chuuya—. Que raro, te imaginaba más alto.

Nakahara reprimió una risa sarcástica, y así Dazai quedó fascinado por su belleza, no era posible que su espectador fuera incluso más hermoso que él—. Que incómodo es esto…¿Quieres pasar?

—¿Para qué? —cuestionó el menor un tanto desconfiado por su propuesta.

Chuuya carraspeó haciéndose a un lado para dejarle la entrada libre—. Para hablar sobre eso, solo si quieres.

El más alto asintió cerrando la puerta detrás de él cuando estuvo adentro. Todo estaba tan ordenado, quizás se equivocó en que su vecino era una chica, pero no le parecía más molesto, en cambio, estaba asustado porque resultó ser Chuuya, con el tipo que se masturbó por videollamada y el cual sabía todo sobre su trabajo en internet como camboy. ¿Y sí le pedía sexo a cambio de su silencio? Pero aún, ¿Si le pedía dinero?—. ¿Vives solo? —preguntó con cierta desesperación.

Chuuya asintió—. Supongo que tú también —se dirigió a la cafetera para ponerla a funcionar y de paso sacó pan para ponerlo en la tostadora—. Que raro es todo esto —murmuró para él mismo, pero fue escuchado por el menor.

Dazai sonrió astutamente—. ¿No te dejaré dormir? Tranquilo, no es tan malo como un taladro.

Chuuya soltó un suspiro—. Touché —por dentro se lamentaba tanto por mudarse al departamento de al lado de su estrella porno favorita pero igualmente estaba sudando de alegría al saber que estaría cerca de un hombre tan hermoso—. Disculpa, ¿Qué edad tienes?

Dazai tarareó al notar su interés—. Cumpliré veintidos en unos meses —su sonrisa se ensanchó al ver el color carmín en las orejas de Chuuya—. Ne~ ¿Te sientes incómodo conmigo a un lado?

—No realmente, tampoco te juzgo —contestó sin rodeos—. Y si tú te sientes incómodo porque veo tus transmisiones, prometo dejar de hacerlo —aunque en el fondo no quería hacerlo.

—Ya le dije a Chuuya lo que pienso por videollamada —posó su cabeza sobre sus palmas—. No me digas que tú cerebro es pequeño y solo eres puro músculo.

Nakahara pareció enojado por eso último, pero rápidamente llegaron los recuerdos de su llamada con Dazai "Bueno, admito que me moja pensar en que alguien con un buen pene mira mis transmisiones" se sonrojó aún más y se tomó unos segundos antes de voltear y estirar su taza de café—. Supongo que te conviene ganar dinero conmigo

Dazai hizo un mohín—. Para ser tan bonito, no demuestras mucha destreza social. Tú mismo lo dijiste, soy mejor que el alcohol, soy como una rehabilitación.

Y le sonrió ampliamente—. Definitivamente lo eres —Después de dar un gran sorbo a su café, Chuuya se acomodó frente a Dazai—. Prometo no decirle a nadie, de verdad.

El castaño exhaló ruidosamente—. De acuerdo, también prometo no decirle a nadie que dejaste la basura en el pasillo —al ver qué no le causó gracia, se puso serio—. No tengo nada con que chantajearte, pero te agradezco que guardes mi secreto —bebió el café lo más rápido que pudo dejando su taza en manos de Nakahara—. Ya que discutimos sobre eso, o algo así, me retiro. Y espero no vernos —antes de que el mayor se pusiera de pie, él ya estaba en la puerta abriéndola—. Adiós Chuu~ya.

Nakahara se quedó ahí sentado con la cara ardiendo de vergüenza—. Es tan lindo —susurró hundiendo la cabeza entre sus brazos—. Lo mejor será que deje de ver sus transmisiones.

Por su parte, el castaño corrió a casa para hundirse en la cama—. Ojalá me hubiera pedido sexo a cambio de su silencio —se lamentó golpeando la cara en la almohada—. Maldito enano hermoso.

Quiero hacer unos capítulos bien tristones, así que advertidos están.
Yo feliz de que ya se conocen y van a poder besarse.
Por cierto Dazai si fuera una canción sería "Delincuente" de Tokisha.
-Honey

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